Las Crónicas de El Gráfico

1980. La noche más dramática y salvaje del Luna Park

No se recuerda una pelea tan encarnizada en la catedral del boxeo nacional. Horacio Saldaño y Tito Yanni batallaron durante cinco rounds sin respiros. La crónica de una noche inolvidable.

Por Redacción EG ·

13 de septiembre de 2019

Una noche dramática y salvaje

Sobre el ring las almas son más fuertes que los huesos. Debajo —en las tribunas y en las plateas— más de diez mil corazones excitados. a punto de reventar. Las venas de los relatores hinchadas los ojos de los comentaristas paralizados, los pulsadores de los fotógrafos desenfrenados. Las manos de la multitud temblorosas y un cigarrillo incesante, unánime. Alrededor de 26° de temperatura en la calle; cerca de 32° en el estadio, más de 35° sobre el cuadrilátero. Roberto Barrionuevo, promotor de boxeo de Mar del Plata, retirado con taquicardia al igual que otros seis espectadores del ring side y cuatro de las populares; Jorge Morales, el anunciador, tapándose los ojos con la cabeza mirando al piso, preguntando qué pasaba por no animarse a ver; Menotti una mueca con ceño fruncido repitiendo "qué barbaridad" a cada instante; Cafarelli con un pañuelo en la mano izquierda presionando su frente y el micrófono en la derecha logrando, con esfuerzo, narrar golpe a golpe; la mujer de Saldaño descompuesta; Omar Lovrinich, amigo de Yanni yéndose a la puerta de Bouchard por no poder soportar el shock. Y en medio de la hoguera, con otros casos escapados a nuestro registro, Saldaño y Yanni PEGANDOSE DE CAMPANA A CAMPANA. En el rostro y en el cuerpo. De ganchos y de cross. Con la derecha y con la izquierda. Exponiéndose, sin reservas, A LA PELEA MÁS SALVAJE QUE JAMAS HAYAMOS VISTO. No importan las comparaciones: ésta tuvo algo más que los siete duelos de Gonzalito-Bunetta o los tres enfrentamientos de Frazier-Alí o aquella de Cañete y el mexicano Mario Díaz. Para intentar una imagen fiel de cuanto ocurrió, bastaría una apelación computativa: EN EL PRIMER MINUTO DEL CUARTO ROUND, YANNI SACO 57 GOLPES. EN EL SEGUNDO MINUTO DE ESA MISMA VUELTA, SALDAÑO DISPARO SUS MANOS 46 VECES. Si esto ya de por sí da una pauta, hay que agregar que ese round, "FUE EL DE MENOR PRODIGACION" COMPARADO CON LOS TRES PRIMEROS ASALTOS Y EL MINUTO FINAL DEL 5° ROUND. Lisa y llanamente: UN GOLPE POR SEGUNDO DE CADA UNO A LO LARGO DE QUINCE MINUTOS DE COMBATE DETENIDO SOLO POR TRES INTERVENCIONES DEL REFERI ARVAS: la primera en el 3° round, cuando se les cayó el protector bucal a ambos y se dieron una tregua de dos segundos: la siguiente fue una separación fugaz del juez en el 4° round y la tercera y última en el 5° cuando, con muy buen criterio, Arvas sacó a Yanni del cuerpo de Saldaño para darle a éste una protección de ocho segundos.

 

Imagen Tito Yanni en el mítico ring del Luna Park.
Tito Yanni en el mítico ring del Luna Park.
 

 

Imagen Yanni y Saldaño se pegaron duro. El público vibró con la pelea.
Yanni y Saldaño se pegaron duro. El público vibró con la pelea.
 

Imagen La última sorpresa del tucumano. En el tercer round, un cross de izquierda de Saldaño conmueve a Yanni.
La última sorpresa del tucumano. En el tercer round, un cross de izquierda de Saldaño conmueve a Yanni.

 

Imagen Ahora es Yanni quien tiene en las cuerdas a Saldaño.
Ahora es Yanni quien tiene en las cuerdas a Saldaño.
 

 

 

Los momentos más tensos

A los 43 segundos del primer round, una izquierda en cross de Saldaño hizo resignar las piernas de Yanni. Un minuto después, otra derecha, también cruzada, obnubiló al campeón, que estuvo a punto de caer. A Saldaño le faltó un gancho de derecha para terminar el pleito en menos de tres minutos. Pero faltando 26 segundos para concluir el round inicial, una derecha al mentón hizo flamear al tucumano revirtiendo el combate. A la manera de Joe Frazier, el marplatense se había repuesto de dos golpes terribles y llevándose por delante a Saldaño lo desbordó hasta tenerlo mareado. Cuando concluyó ese asalto ya se tenía una perspectiva de lo que sería el futuro de la pelea. El segundo round fue increíble: ESTUVIERON LOS TRES MINUTOS CAMBIANDO GOLPES SOBRE LAS CUERDAS DE CORRIENTES, DESPLAZANDOSE SOLO UN METRO Y MEDIO EN FORMA PERPENDICULAR, CON YANNI ATACANDO Y SALDAÑO RESPONDIENDO.

 

Imagen Saldaño busca la iniciativa.
Saldaño busca la iniciativa.
 

 

Imagen Tito Yanni impacta de lleno en el rostro de Saldaño.
Tito Yanni impacta de lleno en el rostro de Saldaño.
 

 

Imagen El árbitro inicia el conteo.
El árbitro inicia el conteo.
  

Fueron "300 golpes" visibles, cargados de potencia sobre destinos permeables. ¿Hasta cuándo podrían aguantar ese ritmo? ¿Hasta cuándo el público podría soportar tanta tensión? Una cosa estaba clara: la juventud de Yanni (25 años) llevaba ventaja sobre la veteranía de Saldaño (32 años). Y a partir del 3° esa premisa comenzó a tomar imagen semidefinitiva: entre el 2° y el 3° minuto de esa tercera vuelta. Saldaño —apoyado sobre el encordado de Lavalle— permaneció ¨no contest¨.

Imagen La pelea finalizó y estos dos boxeadores que dejaron todo, se abrazan.
La pelea finalizó y estos dos boxeadores que dejaron todo, se abrazan.

Imagen La nobleza de este deporte. Ya en los vestuarios y con las huellas de la pelea en sus rostros, Yanni y Saldaño comparten un momento juntos.
La nobleza de este deporte. Ya en los vestuarios y con las huellas de la pelea en sus rostros, Yanni y Saldaño comparten un momento juntos.

Ritmo y dinámica. Fragor y temperamento. Coraje y generosidad... PERO BRUTAL. LEJOS DEL BOXEO QUE SENTIMOS Y QUEREMOS. Cuando se esperaba el desnivel, la última sorpresa de Saldaño: UN CROSS DE IZQUIERDA EN LA MANDIBULA DE YANNI VOLVIO A DOBLARLO. DANDO VUELTA A LA TRIBUNA, CONVIRTIENDO AQUELLO EN UN INFIERNO. En el rostro del tucumano, edemas capilares, huellas inequivocas del precio de su lucha. El hielo se derretía en las cabezas de los boxeadores, el agua helada no alcanzaba para despertar. Y el final, después del 5°, cuando el doctor Amoia, acertadamente, subió por su propia iniciativa al rincón de Saldaño y dijo basta. Fue un basta de alivio para todos. Fue un suspiro multitudinario. Fue un aplauso emocionado. Fue una ovación grandiosa. Fue un triunfo para el más joven. Fue lógica pura a un precio muy alto. Fue una noche dramática y salvaje...

 

 

Por ROBINSON (1980).

Notas: CARLOS IRUSTA.

Fotos: SPERANZA, GIMENEZ Y HOROVITZ.