Aquí están, estos son, los colores del campeón
La historia de las camisetas. Cómo nacieron, qué clubes la cambiaron, en quiénes se inspiraron. Un repaso por el ayer, para entender este canto que se escucha en las tribunas...
En cada camiseta que besa un jugador, en cada bandera que hace flamear un hincha, hay colores distintivos que son parte de una hermosa historia llamada fútbol. Ni todos los clubes nacieron con los colores que defienden hoy ni todos salen a jugar en esta época con los dibujos fundadores. Los cambios tienen que ver con las modas y con mil anécdotas,todas entrelazadas por una pasión infinita, esta que nos junta en las tribunas o frente a una pantalla de televisión. Comencemos a recorrer la historia, para saber de dónde vienen esos colores por los que uno explota, llora, grita y lleva en el corazón.
“OHHHH, VAMO” RIVERPLEI....”
Cuando el siglo 20 estaba cerca de cumplir su primera década, los “futbollers” tenían al baile como un pasa tiempo acostumbrado. En el salón de la milonga, los cajetillas se aparecían con la camisa blanca prendida hasta el último botón del cuello, dispuestos a dejar en claro quién mandaba en la pista. Los domingos, o cuando aparecía algún desafío, el tango daba lugar a los partidos de fútbol. Entonces, los muchachos del Club Atlético River Plate -para diferenciarse de la indumentaria del rival- usaban las mismas camisas, sólo que le ponían un pedazo de tela colorada cruzando el pecho en diagonal. Así nació la tradicional camiseta riverplatense. Pero la historia empezó a darle algunos giros sorpresivos: en 1908, el club resolvió cambiar por una camiseta más futbolera y sus jugadores aparecieron sorpresivamente con una de franjas verticales rojas y blancas con listones negros más finitos. También usaron la granate del Torino de Italia y la del Arsenal de Inglaterra como alternas. Hasta que, en 1932, River retornó a la banda roja y aquella tricolor quedó como suplente.
DE SUECIA CON AMOR
¿La tenían a la mitad más uno vestida con una camiseta azul y...azul? Tiempo pasado, si los hay: ésa fue la primera casaca que usó el equipo más popular del país. Claro que, entre la primigenia y la actual, hubo otros colores que se fueron decantando; algunos por elección, otros por desafío. Como aquel partido, en los comienzos del club, que jugaron contra otro equipo del barrio. Es que los dos tenían los mismos colores: azul con listones blancos, como la camiseta de Talleres. Boca perdió ese desafío, y siguió buscando su acuarela definitiva, hasta que encontró aquella que marcó su historia.
Es que sus dirigentes no encontraban una combinación de colores con los que se sintieran realmente identificados y comenzaron a buscar alguna inspiración que los condujera a una apropiada. Nada se les ocurría, hasta que quedaron deslumbrados por la bandera sueca que llevaba un barquito que pasaba por el Riachuelo. A partir de allí, quedó estampada la azul y oro...
RACING DE PARÍS Y NOTTINGHAM FOREST
Viven -y conviven- a 300 metros de distancia. No se quieren, la rivalidad vecina los condena a la enemistad eterna. Sin embargo, cuando nacieron buscaron los colores en la tierra del fútbol y la torre Eiffel. Es que, a pesar de que Nottingham Forest y Racing de París estén a más de doce mil kilómetros de distancia de la ciudad de Avellaneda, mucho han tenido que ver en los orígenes del Racing Club y el Club Atlético Independiente.
Los colores originarios que utilizaron los racinguistas no eran como los actuales. Su primera camiseta estaba diseñada en cuatro cuadros: dos celestes y dos rosas. El nombre Racing se adjudica a un dirigente que vio en una revista deportiva el nombre de Racing de París y le pareció apropiado para su humilde institución que recién daba sus primeros pasos.
Luego utilizó un atuendo azul con una franja blanca en el medio, hasta que poco tiempo después adoptó la de rayas verticales celestes y blancas con lo que respetó lo colores del club parisino, pero con el diseño de la camiseta de la Selección Argentina.
Durante 1951, sus equipos también lucieron una hermosa casaca azul con una bandera argentina en el medio.
Aunque suene increíble, los comienzos de Independiente no fueron rojos. Es que los cadetes de la tienda “A la ciudad de Londres” que fundaron el club, comenzaron vistiendo a sus equipos con una camisa blanca con un amplio bolsillo azul con las letras que en ese momento los identificaban: LEC. (Independiente Fútbol Club). Pero en 1908 —cuando el equipo inglés de Nottingham Forest visitó Buenos Aires— los independientistas quedaron asombrados por su juego y adoptaron sus colores rojo y vivos blancos para el resto de su historia.
¡EL CICLÓN, EL CICLÓN!
Que el fútbol tiene mucho de religión, nadie lo duda: es fe, plegaria, devoción, entrega. Si hasta hay uno, San Lorenzo de Almagro, que nació de las entrañas de una iglesia.
La historia dice que un cura salesiano llamado Lorenzo Massa ofreció a los niños del barrio un lugar para jugar a la pelota junto a la iglesia. Ellos crecieron y formaron un equipo de fútbol que denominaron “Los forzosos de Almagro”, pero como sentían un cariño muy grande hacia el religioso lo llamaron San Lorenzo. Durante un tiempo se vistieron de color borravino hasta que -en 1908- Massa sugirió cambiar por una a rayas verticales azulgranas y, como todo lo que él decía era “palabra santa”, se adoptó para siempre esa combinación.
LA DE UN EQUIPO DE RUGBY
“Mirá, nene, la V azulada que cruza el pecho es por Vélez. ¿Te gusta?” El padre -genéticamente fortinero- quería convencer al hijo de las maravillas del diseño. Pero... más allá de la originalidad, el hincha velezano cometió un error: la V no es por Vélez. La historia dice que, en sus inicios, usaban una completamente blanca. En 1913, cambiaron por la blanca a rayas verticales verdes y rojas, separadas por una línea vertical más fina como la tricolor italiana. Hasta que, en 1934, cuando se terminó el primitivo stock de tricolores, un tendero de Liniers les ofreció a los dirigentes -en oferta- unas camisetas que un equipo de rugby jamás había retirado. Como históricamente se caracterizaron los velezanos por una política de austeridad, aceptaron y adoptaron ese diseño que hasta hoy mantienen. En 1993 volvieron a utilizar sus viejos colores
blanco, rojo y verde, pero respetando la tradicional V.
GRACIAS A LOS BURROS Y TRENES
Los barrios de Saavedra y Caballito tienen cobijados a Platense y Ferro Carril Oeste. El equipo conocido como “Calamar” encontró su identidad -casi anecdóticamente- en una circunstancia turfística. Un grupo de jóvenes de humilde extracción social recibió de un changador el dato de una de las carreras del Hipódromo Nacional. Juntaron lo que pudieron y el caballo que apostaron ganó, dejando lo necesario para formar un equipo de fútbol y comprar lo imprescindible para jugar. Decidieron llamarse Platense, igual que el stud del caballo ganador. Inicialmente usaron una camisa roja con puño y cuello negro, inspirada en los colores del stud, pero se quedaron con el blanco a lunares marrones de la chaquetilla del jockey que condujo al caballo a la victoria.
El tradicional verde que identifica a Ferro Carril Oeste no fue de ese color en su nacimiento, porque lucían una camiseta blanca con una franja punzó en la espalda. Más tarde cambiaron por una borravino y también utilizaron la blanquiverde a listones horizontales del Celtic escocés. Ningún color convencía a los directivos de la institución que eran en su mayoría empleados ferroviarios. Por eso, un día, algunos socios —observando un catálogo ferroviario— optaron por el color verde que significaba “vía libre”.
TIENEN PADRES EUROPEOS
El origen de la tradicional camiseta Newell's Old Boys proviene de un homenaje que quisieron tributarle los socios al fundador del club. Tomaron el rojo por la bandera inglesa que era la nacionalidad de Isaac Newell, y el negro por la bandera alemana que era el origen de su esposa, Anna Jockinson. Anteriormente, habían utilizado una azul celeste con rayas blancas, completada con una bandera inglesa en su bolsillo superior.
El grupo de inmigrantes españoles que fundó el Deportivo Español no quiso dejar ningún detalle sin vinculación a la madre patria. Desde el día de su fundación, el 12 de octubre de 1956, hasta los colores: rojo y amarillo, igual que la bandera española.
La gran estela que dejó en la historia del fútbol amateur el famoso Alumni, dejó sembrada la semilla que después la tomarían otros clubes. Es que -en 1901- ex alumnos del English High School fundaron el club de los hermanos Brown y lo transformaron en el primer club importante de la Argentina.
Un grupo de universitarios de la ciudad de La Plata creó -identificados por el famoso Alumni- el club Estudiantes, y por eso que quisieron uniformarse con la misma casaca a rayas verticales blancas y rojas, para que desde la indumentaria se transmitiera esa estirpe ganadora.
Muchos otros quedaron marcados con el legado de Alumni y adoptaron también esa indumentaria como Talleres de Remedios de Escalada, Unión de Santa Fe, Instituto Atlético Central Córdoba, San Martín de Mendoza y San Martín de Tucumán.
LOBO ESTÁ
A los dos le dicen el Lobo, pero la historia de Gimnasia y Esgrima La Plata no tiene comparación, simplemente porque es el club más antiguo del fútbol argentino. Fueron miembros de la burguesía platense los que fundaron un club social y deportivo para la práctica de la esgrima, especialidad deportiva que era patrimonio de la clase alta.
En 1887, cuando nació, Gimnasia usaba una camiseta igual que la actual de Racing Club. También se vistieron con una similar a la de Talleres de Córdoba. Pero en 1906 encontraron finalmente el diseño característico que noventa años después sigue siendo el mismo. Como mantenían una relación muy cordial con Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires decidieron copiarse de los porteños y se calzaron la casaca blanca con un franja azul en el medio.
En el noroeste argentino, allá por 1930 -junto con la llegada del profesionalismo al fútbol argentino- nacía Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Tiene los mismos colores que la camiseta de la Selección Argentina, pero con un diseño distinto.
POR MANUEL BELGRANO Y JORGE NEWBERY
Algunos patriotas ofrecieron más que gestas; también inspiraron la creación de los clubes, como Belgrano de Córdoba y Huracán.
El club mediterráneo encontró su nombre por Manuel Belgrano, creador de la bandera. La clásica camiseta celeste que siempre exhibieron los llamados “piratas” proviene —por ese sentimiento patriótico y nacionalista que tenían sus precursores— de uno de los colores de la bandera argentina.
Las hazañas del aviador Jorge Newbery estimularon los proyectos juveniles de los alumnos del colegio Luppi de Parque de los Patricios. Querían fundar un club y -no por casualidad- eligieron llamarlo Huracán, un aerostato que unió Argentina y Brasil. La camiseta quedó -desde ese momento- blanca, con un globito rojo dibujado en el pecho, en honor de Jorge Newbery, quien más tarde fue nombrado presidente honorario.
LA CAMISETA SOCIALISTA
Hoy Chacarita Juniors no milita en la Primera División, pero su historia en el fútbol argentino amerita el recuerdo. Siempre lució una casaca tricolor, y el origen tiene raíces políticas. El rojo proviene de la bandera del Partido Socialista, ideología a la que respondían sus fundadores, el blanco significa pureza de ideales y el negro refleja la cercanía que tenían del cementerio de la Chacarita.
En el sur de la provincia de Buenos Aires, con el mismo nombre de la ciudad que lo vió nacer, apareció Lanús, uno de los pocos que vistió siempre la misma camiseta de color granate, desde que uno de los socios fundadores la propuso en la primera asamblea de la historia de la institución. El grana tiene, quizás, el más bello escudo del fútbol argentino con las letras CAL entrelazadas, diseñado por el arquitecto Carlos Pointis.
BICHO, CANALLA, TALADRO Y SABALERO
La lista está llegando a su fin, pero las historias siguen, marcadas a fuego en el corazón de los hinchas. Los bichitos colorados encontraron su color aquella fría noche de invierno -el 15 de agosto de 1904- en una obra en construcción de Villa Crespo, día: del nacimiento de la Asociación Atlética Futbolistas Argentinos de Villa Crespo. Cuando fueron a confeccionar el sello de la entidad, el fabricante les aconsejó para que achicaran el nombre del club. Fueron obedientes y desde ese momento se empezaron a llamar Asociación Atlética Argentinos Juniors. Siempre se vistieron igual, desde que sus 12 socios fundadores votaron por el color que los representaría y por unanimidad ganó el rojo.
A fines de 1889, en Rosario, un grupo de empleados del Ferrocarril Central Argentino que eran ingleses y criollos y mataban las horas de descanso jugando al fútbol fundaron el Central Argentino Roway Athletic Club. Cuatro años más tarde, con la fusión de las empresas ferrocarrileras de Buenos Aires y Central Argentino, se gestó el nombre actual: Rosario Central. Su primera camiseta era a cuadros azules y blancos y así se vistieron hasta que -en 1904- adoptaron los actuales listones amarillos y azules.
En 1897 nació el Banfield Atletihc Club, el cuarto más antiguo del fútbol argentino. Como otras tantas instituciones del país, nació por iniciativa de inmigrantes ingleses que habitaban en Buenos Aires. El equipo de fútbol comenzó vistiendo una casaca a rayas verticales azules y negras. Pero el sueño duró poco, porque dos años después el dueño del predio donde estaba la cancha decidió lotearlo y venderlo. En 1904 resucitó con un nuevo nombre: Club Atlético Banfield, y empezó otra vida: con nueva indumentaria: rayas verticales verdes y blancas.
Un grupo de hermanos genoveses, reunidos en un campito en Santa Fe, pensaron en Cristóbal Colón -el navegante italiano- para encontrar el nombre del club. El rojo y negro que lucen sus equipos provienen de la elección que hizo un marinero cuando vio un barco que navegaba las aguas del Paraná con una bandera de esos mismos colores.
Usted ahora los conoce mejor. Siempre llevó en la piel y los defiende con pasión. Allí
están, estos son, los colores que lo hacen gritar, reír, llorar y amar. Aquellos con los que alguna vez soñó de pibe y entrar a una cancha repleta...
La nota original firmada por Pablo Olivieri fue publicada en la edición 4008 del 30 de julio de 1996.