"Primero que nada soy maradoniano, después hincha de la Selección y de Boca"
Diego Dal Santo, abogado pampeano, escribió "El Diego en Números" y cuenta cómo se gestó la investigación.
“Primero que nada soy maradoniano, es lo que digo cuando me presento. Después soy abogado, hincha de Boca y de la Selección”. El que habla es el pampeano Diego Dal Santo, autor del libro El Diego en Números, una investigación pormenorizada de estadísticas, historias y datos desconocidos de la carrera de Diego Armando Maradona.
Este fanatismo se originó desde el día de su nacimiento en septiembre de 1981, un mes después del inolvidable torneo Metropolitano que ganó Diego con el Xeneize.
Su nombre de pila se debe a la figura del Diez en este certamen y desde chico comenzó a seguir su carrera: “Lo vi jugar y dije 'este chico juega al fútbol, debe ser fácil hacer lo que hace'. Después, te das cuenta que no”.
En su vida no existió un momento puntual que le marque el amor a Maradona; simplemente, pasó toda su infancia, su adolescencia y su adultez siguiendo a su ídolo.
Por eso, en el año 2003 presentó un proyecto en el concejo deliberante para que una calle de La Pampa pase a llamarse con el nombre y apellido del capitán argentino, con el objetivo de realizarle un homenaje en vida y en la ciudad en la que se puso a punto para el Mundial de Estados Unidos 1994.
Mientras estuvo en análisis, creó una página de Facebook que bautizó “Calle Diego Maradona” y tras ser aprobado, continuó con efemérides en la red social.
No obstante, lo primero que Dal Santo observó es que “de Maradona siempre se recordaban las mismas 10 cosas”. Por eso, al comenzar un posgrado relacionado con la abogacía en 2006, en lugar de quedarse un día en Capital Federal, optó por quedarse dos días por semana y tomar los jueves como el día de investigación en la Biblioteca Nacional.
Ahí comenzó a indagar sobre su carrera en Argentina en la colección completa de El Gráfico, pero no sólo se quedó con eso. “En la revista había recuadros de partidos en los que Diego jugó para la Selección contra equipos del interior. Esos partidos que en El Gráfico eran un recuadro, ya que la revista era semanal, en los diarios nacionales eran mucho más grandes. A partir de ahí comencé a constituir efemérides, que ya no eran las 10 de siempre, sino 50”, puntualizó.
Uno de los datos interesantes que el escritor pudo recabar es que entre Argentinos, Boca, Newell's y la Selección, El Gráfico calificó más de 300 partidos del Pibe de Oro. Sin embargo, solamente en 17 lo puntuó con 10: ocho en el Bicho, seis en la Mayor, dos en el Xeneize y uno en la Juvenil. “Siempre fue una figura excluyente, pero a pesar de eso, la revista no le ponía 10 por ser él. Eso hoy cambió”, opinó.
Para reconstruir lo sucedido en España e Italia la tarea fue algo más difícil: consiguió digitalizados Mundo Deportivo, de Barcelona, ABC, de Sevilla y La Stampa y se suscribió a Corriere della Sera y a La Gazetta dello Sport. Más allá de lo que utilizó y lo que descartó, tuvo otro trabajo difícil: la traducción de los diarios italianos.
Las estadísticas oficiales son de público conocimiento, pero las vueltas de la vida de Diego generaron un sinfín de números desconocidos para el hincha de a pie. “Tengo todo sobre Diego, desde las estadísticas del showbol, partidos a beneficio, partidos despedida... Hasta tengo lo que jugó en Ritmo de la Noche en 1991", explicó
Y remarcó que "la parte de los amistosos, que me pareció que era sumamente importante, es de las menos conocidas de su carrera. De esta manera, empezás a darle forma a algunas cosas. Por ejemplo, él dijo que uno de sus mejores goles de su carrera fue contra Deportivo Pereira jugando para Argentinos Juniors, y ese gol fue en un amistoso”.
En este libro, los números no son los únicos protagonistas, más allá del título. “En 2020 presenté borradores en distintas editoriales y me di cuenta que el libro estaba bueno, pero era pura estadística. Por lo que si no eras muy fanático de Diego o de las estadísticas, el mercado era muy acotado", reveló.
"En ese momento pasaron a ser la excusa para contar historias. Empecé a contar, por ejemplo, qué pasaba entre semana, con historias como la de la Ferrari negra, que todos la sabemos pero nadie sabe cuándo fue. Por otra parte, viene a dar a conocer memorias que no se conocen, como acciones benéficas que él hacía cotidianamente. Tener la posibilidad de descubrir al mejor jugador del mundo, con lo que hacía día a día, es algo que vale la pena. Lo tomo como un homenaje continuo a Maradona", concluyó el autor.
Imagen de Portada: Archivo El Gráfico