1983. El espíritu deportivo del Presidente
Pocos días después de ser elegido por el 51.75% del voto popular como presidente de los argentinos, el Dr. Raúl Alfonsín se ejercita empuñando una raqueta antes de guiar el destino del país.
En el tiempo se fue diluyendo el aguerrido marcador de punta de Sportivo Chascomús y el potente zaguero de los trinquetes de su ciudad natal. Se calmó la ansiedad adolescente por gritar los goles de Erico, cuando viajaba a ver a su Independiente preferido. Pero lo que por suerte parece que nunca se apagara en el doctor Raúl Alfonsin es su amor al deporte.
Precisamente porque practicándolo o como espectador bebió de él la amistad, el esfuerzo conjunto, la satisfacción, la tristeza, las ansias de luchar, la necesidad viril de convertir una derrota en triunfo.
Y no ha dejado de sentirlo, aunque haya cambiado de deporte adecuándolo a sus exigencias actuales. Dejo la paleta y tomo la raqueta. Vistió pantalones cortos y aprovecho la cancha de cemento que su amigo, pese a ser socio notable de Racing Club, Alfredo Odorisio, posee en su quinta de Boulogne. A las 8 de la mañana del sábado 12 de noviembre entro al court con su hijo Ricardo y peloteo durante más de media hora.
Ejercicio sano, diversión momentánea, para mantener la mente clara del hombre que guiara nuestros destinos. El paseo, la distracción junto a los suyos antes de comenzar la ardua tarea cotidiana. Una manera de iniciar en la intimidad familiar la difícil labor que le espera a un hombre que el deporte ayudo a formar y que él no olvida.
El Gráfico (1983)
Fotos: Noticias Argentinas.