Boca de América: la primera conquista y la génesis de la mística
En 1977 el Xeneize ganaba su primera Libertadores. En el tercer partido de la final venció a Cruzeiro por penales. Hugo Gatti emergió como el héroe de la noche por contenerle el penal definitorio a Vanderlei.
BOCA colocó la piedra fundacional para la construcción de la mística imborrable en la Copa Libertadores en 1977, con la primera gran conquista de toda su historia a nivel continental.
El Xeneize había contratado a Juan Carlos Lorenzo como entrenador a inicios de 1976, el año en el que comenzó a forjarse la primera era dorada de la institución. Aquella temporada Boca arrasó: ganó los dos campeonatos locales, el Metropolitano y el Nacional tras la histórica final ante River con el gol fantasma del Chapa Suñé.
Los festejos le valieron un objetivo muy importante en las aspiraciones del club: la clasificación a la Copa Libertadores del próximo año para buscar la primera estrella, el viejo anhelo que ya se había escapado en 1963 en la final contra el Santos de Pelé.
En la primera fase Boca integró un grupo que se presumía muy parejo junto con Peñarol, Defensor Sporting y nada menos que River, con una particularidad del formato de aquella época: sólo uno avanzaría a las semifinales.
Con cuatro triunfos y dos empates, y sin goles en contra, el equipo del Toto Lorenzo cosechó diez de los doce puntos que se pusieron en disputa y se metió entre los cuatro mejores de América sin ningún tipo de atenuante.
La superioridad de Boca se mantuvo con creces en la zona semifinal, la instancia que compartió con Deportivo Cali y Libertad: ganó los dos partidos contra el equipo paraguayo -sobre todo el cruce clave en Asunción por 1-0 con un gol de Mario Zanabria-, empató ambos choques con los colombianos y selló el pase a la final con seis unidades sobre las ocho posibles.
El equipo del Toto Lorenzo celebró el título en Uruguay tras una final infartante. Con verdaderos ídolos como Roberto Mouzo, Rubén Suñé o el inigualable Hugo Gatti; con la dinámica del Chino Benítez y la magia de Marito Zanabria; el Xeneize se impuso luego de tres partidos ante Cruzeiro: ganó 1-0 la ida en Buenos Aires con un gol de Carlos Veglio, perdió por el mismo marcador en el Mineirao y celebró en el Centenario de Montevideo tras el 5-4 en los penales del partido desempate, en el choque definitorio del 14 de septiembre, con el recordado penal atajado de Gatti a Vanderlei.
La formación de Boca en el desempate
Hugo Gatti; Vicente Pernía, José Luis Tesare, Roberto Mouzo, Alberto César Tarantini; Jorge Benítez, Rubén Suñé, Mario Nicasio Zanabria, Ernesto Mastrángelo; Carlos Veglio y Darío Felman.