El último título de Guillermo Vilas en Montecarlo
El 11 de abril de 1982 el tenista más destacado de la Argentina ganaba su segundo trofeo en el Principado tras dejar en el camino a Clerc y vencer en la final a Lendl. Aquella fue su tercera conquista consecutiva en el Grand Prix.
GUILLERMO VILAS configura un cúmulo de historias interminables. Como tenista más destacado de la historia de la Argentina, el zurdo fue protagonista en cada rincón del planeta. Uno de los lugares en los que más y mejor desplegó su poderío fue en Montecarlo, en el mítico Montecarlo Country Club, en la tierra de la aristocracia del Principado de Mónaco.
Vilas se consagró dos veces en Montecarlo. La primera de ellas fue en 1976, después de vencer al polaco Wojtek Fibak y cinco años antes de protagonizar la final sin campeón en la edición de 1981.
La segunda fue en 1982, la última de sus conquistas en el Principado. Aquel Vilas de 29 años, veterano para la época, se proclamaba en Mónaco el 11 de abril después de superar 6-1, 7-6 y 6-3 frente al multicampeón checo Ivan Lendl.
En el camino habían quedado el neozelandés Chris Lewis (6-1 y 6-1), el israelí Shlomo Glickstein (6-4 y 6-3), el cordobés nacionalizado peruano Pablo Arraya (6-1 y 6-1) y, en las semifinales, el argentino José Luis Clerc (7-6 y 7-5).
Vilas recibiría, aquel 11 de abril de 1982, el legendario trofeo de manos de la princesa Grace Kelly, quien días después se convertiría en su suegra durante cinco meses. El marplatense saldría con su hija Carolina hasta una semana después del fallecimiento de Grace, que tuvo lugar el 14 de septiembre de 1982 en un trágico accidente: el coche que conducía cayó por un barranco de unos 40 metros, dio varias vueltas y quedó volcado sobre el techo.
El triunfo de Vilas ante nada menos que seis mil espectadores tendría un enorme valor, sobre todo porque había derrotado en sets corridos a Lendl, considerado por aquel entonces como el mejor tenista del mundo en canchas lentas. Aquel fue el 56º de los 62º títulos que ganaría Vilas en toda su carrera. El repaso, desde la hemeroteca de El Gráfico.