Las Crónicas de El Gráfico

1974. Newell's en su hora más gloriosa

La crónica de Juvenal del partido más importante de la historia leprosa. En Arroyito, Central y Newell´s se enfrentan para definir el Metro 74. Una final que lo tuvo todo: intensidad, drama, fútbol y un golazo…

Por Redacción EG ·

25 de octubre de 2018
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La final rosarina contuvo todos los ingredientes que hacen del fútbol un espectáculo inigualable: vibración, intensidad, suspenso, drama, alternativas cambiantes, casi sorprendentes, remarcable corrección, gran ritmo, pasajes de excelente fútbol, impecable, un gran arbitraje y un gol, el decisivo, digno de figurar entre las galerías de los inolvidables que hayamos visto en los últimos 30 años. El todo conformó un espectáculo vital, atrayente, emotivo, electrizante, al que sólo le faltó el broche de un final sin dudas y sin incidentes para vivir en forma plena la alegría de una tarde perfecta. 

Porque el partido no terminó. Cuando el público consumó su tercera invasión de cancha, unos para festejar, otros presumiblemente para impedir el festejo, el árbitro Humberto Dellacasa resolvió detener el juego por tercera vez y suspender en forma definitiva, cuando faltaban dos minutos para la consagración de Newell's. Y fue una lástima, así como fue lamentable y desgraciado todo lo que sucedió después. Sobre un campo que había servido para que dos equipos nos dieran una lección de intachable conducta deportiva y que ahora quedaba convertido en un campo de batalla, manchado, incluso, con sangre de hinchas que llegaron al estadio para vivir una fiesta, no para exponerse al golpe brutal de la tragedia.

Imagen Arriba: Carrasco, Capurro, Rebottaro, Berta, Barril, Pavoni. Abajo: Robles, Picerni, Obberti, Zanabria y Rocha
Arriba: Carrasco, Capurro, Rebottaro, Berta, Barril, Pavoni. Abajo: Robles, Picerni, Obberti, Zanabria y Rocha


Y fue tremendamente injusto para Newell's Old Boys, un club que vio frenado su festejo a sólo 120 segundos de una consagración que significaba la hora cumbre de su historia. Porque se coronaba campeón y lo hacía en la cancha de su tradicional adversario rosarino, tras muchos años de espera, soportando una y otra vez la paternidad que parecía haberle impuesto inexorablemente Rosario Central.

 Cuando esto escribimos, domingo a la noche, en vuelo desde Rosario, capital del fútbol metropolitano de 1974, la final no terminó, Técnicamente, Newell's no es todavía campeón. Y aunque resulte muy difícil que el par de minutos que faltan disputar cambie el destino de un título que ya parece seguro en poder de los viejos muchachos da Newell's, en fútbol la última palabra la tiene el silbato final. Y si no, veamos lo que pasó el domingo en la final de Rosario…

LA HORA DE CENTRAL

A los 24 minutos y medio del segundo tiempo, Aimar desviaba el tiro libre fuerte y rasante de Jorge González, derrotando por segunda ver al uruguayo Carrasco. Aparentemente, quedaba todo definido en favor de Central.

El primer tiempo habla sido psicológicamente controlado por el cuadro de los "picapiedras" Aimar y Solari, aunque le faltara concreción, llegada clara, final de gol en el área defendida por un Carrasco agrandado y un Capurro que llegaba a todas, hasta las que no podían ser de él.

Muy flojo en los pases Eduardo Solari, terminando mal lo que iniciaba bien, con su contagioso despliegue de volante que llena toda la cancha, Lo mismo ocurría con las subidas de Jorge González por su lateral, haciendo con su característica seguridad la jugada del doble wing derecho, sin finalizar una sola acción en forma certera, Pero con Aimar ganando todas en la media cancha, Cornero anticipando a Obberti, Burgos anulando al temible Santamaría, más el juego que generaban Carril, Zavagno y el sagaz Cabral en el campo de Newell’s, el conjunto de Griguol manejaba el partido, En esos 45 minutos iniciales Newell's sólo se vio ofensivamente través de varios enganches de la talentosa zurda de Mario Zanabria y dos espléndidos remates de media  distancia, los dos de izquierda , por el mismo Zanabria y por Rocha.

En el último minuto, jugándose dos de descuento, llegó la maniobra combinada de Cabral-Bóveda-Cabral, cruzándose y tocándola en el momento .exacto. Cabral quiso internarse en el área desbordando a Pavoni, le taparon el camino, frenó, giró hacia adentro y el zaguero central lo enganchó haciéndolo caer. Ahí estaba sobre la jugada el índice extendido del impecable Dellacasa marcando el penal. Lo tiró Arias, reemplazante de los suspendidos Pascuttini y Daniel Killer, con poca fuerza, bajo, al medio del arco. Como arrancó recto hacia la pelota, sin perfilarse respecto a la línea del gol, el arquero Carrasco fue a la lógica: su palo derecho. Un diestro arrancando así debe tirar a ese costado. Por eso la pelota pasó justo por el sitio que una décima de segundo antes ocupaba el pie izquierdo de Carrasco, todo el peso de su cuerpo volcado sobre la planta del pie derecho.

 Con el arranque del segundo tiempo pareció soltarse más Newell's. Aparecieron más en la conversación Berta y Picerni. Se mostró más para el diálogo Alfredo Obberti, sin quedarse tan estampillado allá arriba junto a la marca de Cornero. Siguieron respaldando con firmeza desde el fondo Capurro y José Luis Pavoni. Cucurucho Santamaría se estacionó definitivamente en la punta izquierda, la intención, obviamente, era preocuparlo a Jorge González para frenar sus proyecciones por la raya. Mario Zanabria ya estaba más acompañado en su doble misión da luchar y crear. Esa presencia más activa de los hombres de Juan Carlos Montes en el pitido duró un cuarto de hora, Los motores de Aimar-Solari-Zavagno volvieron a funcionar en el máximo de sus revoluciones, aunque Solari siguiera equivocándose en las entregas. Y en la punta derecha Bóveda alcanzó a redondear jugadas de alta calidad y precisión,  en velocidad, pisando alternativamente el acelerador y el freno. Así llegó a los 18 minutos: una de las más brillantes acciones del partido. Arrancó Bóveda por la punta, la tocó dejándola en los pies de Cabral, fue la habilitación justa para el puntero, desbordó Bóveda por la raya , levantó el centro pasado que empa mó Carril de sobrepique para la atajada de Carrasco. Y a partir de ese momento se desató el aluvión centralista. Hasta que a los 24 minutos y medio Aimar puso el partido 2 a 0.
Imagen El primero, Capurro: la peinada hacia atrás del cuevero de NOB, tomó caminando a Biasutto hacia su palo derecho. Cuando quiso volver ya era tarde. Psicologicamente este gol valió doble.
El primero, Capurro: la peinada hacia atrás del cuevero de NOB, tomó caminando a Biasutto hacia su palo derecho. Cuando quiso volver ya era tarde. Psicologicamente este gol valió doble.


EL MINUTO DE NEWELL'S

¿Quién podría dar cinco centavos de los viejos por la suerte de Newell's? Solamente algún optimista incurable. Frente a un adversario como Central, dos goles arriba y con apenas medio periodo por delante, todo estaba, aparentemente, definido. Casi simultáneamente con el gol de Aimar, justo cuando se interrumpió el juego para la ejecución del tiro libre por González, ingresó Manuel Rosendo Magán por Rocha. Y apenas un minuto y segundos después de ese tanto Santamaría tomó un tiro libre en forma de centro, desde la izquierda. Fueron a buscarla varios hombres rojinegros, la peinó hacia atrás Capurro, la pelota se elevó tornando a Biasutto cuando daba un paso al frente, y fue bajando en forma suave pero inapelable hacia el palo izquierdo del arquero. Así, casi sorpresivamente en una ejecución con pelota muerta, que se supone controlada en todos sus detalles por la computadora de Griguol, Newell's absorbía  el impacto de ese 2 a 0 con un gol de notable valor psicológico.

Ese minuto fue decisivo para la suerte del partido. Los caídos se enfervorizaron y los empinados se sintieron tocados en su seguridad. En la misma medida que levantó presión Newell’s, se apagó Central. Y diez minutos más tarde, el golazo de la tarde. Vuelven a ganar en el fondo los marcadores centrales, parte el contraataque vía Rebottaro, alarga por afuera a Picerni, desde la derecha levanta centro el volante y en medio del área penal se eleva Magán mirando hacia su propio campo. Y prácticamente la rechaza como un back, bajándola de cabeza para la llegada de Mario Zanabria. Sobre la medialuna, el santafesino la mata con el pecho, la deja caer, Y cuando va llegando al suelo empalma el zurdazo imponente que sube y va a clavarse en caída, allá, en el ángulo superior izquierdo de Biasutto. Si algo le faltaba a este final con clima, alma y juego de final, era justamente eso. Un gol espectacular, rotundo, hermoso, que dejaba en manos de Newell's la posibilidad de una vuelta olímpica esperada en vano desde 1939. Lo que no lograron la magia de Canteli, Pontoni y Morosano, lo que no pudo la clase del tucumano Benavidez, lo que no se dio cuando se gestó el diálogo fecundo entre Juan Carlos Montes, Obertti y Zanabria, en 1971, cuando Central los eliminó en la semifinal, estaba ahí al alcance de la mano…

No pudo completarse la fiesta, lamentablemente_. Aunque espiritualmente Newell's se sienta campeón, por ahora esta a dos minutos del campeonato… 

JUVENAL Fotos: ALFIERI, FORTE y BOERI 

Imagen Ya salió el zurdazo histórico de Zanabria, será el empate y la gloria leprosa.
Ya salió el zurdazo histórico de Zanabria, será el empate y la gloria leprosa.


 

LOS NÚMEROS DEL CASI CAMPEON

Newell's Old Boys fue uno de los dos equipos que se mantuvieron invictos como locales en el Metropolitano, siendo el otro Rosario Central. En su cancha, los rojinegros disputaron 9 partidos, de los cuales ganaron 6 y empataron los 3 restantes. Comenzaron empatando con Ferro 0-0  luego con Boca 2-2, derrotaron a Rosario Central 4-2, a Chacaríta Juniors 5-2, a Argentinos Juniors 1-0, empataron con Colón 2-2, vencieron a Estudiantes 3-2, a Independiente 2-0 y a San Lorenzo 2-1

 

LOS GOLEADORES

Newell's convirtió 38 goles en los partidos del Metropolitano y en el torneo reducido para determinar el campeón, siendo sus autores estos jugadores: Obberti 11, Santamaría 8, Mario Nicasio Zanabria 8, Magán 2, Ribeca, Picerni, Barril. Valdano, Rocha, Berta, Giusti. Robles y Capurro uno cada uno. Entre Obberti, Santamaría y Zanabria convinieron el 72 por ciento de los goles do esta campaña triunfal.

Imagen El capitán Marito Zanabria entre el cielo y la tierra en andas de sus hinchas, que lo adoraban.
El capitán Marito Zanabria entre el cielo y la tierra en andas de sus hinchas, que lo adoraban.


EL PLANTEL

Estos son los jugadores del plantel campeón de Newell's, indicandose en cada caso la cantidad de partidos en que integraron el equipo cada uno de ellos: Carrasco 21, Rebottaro 21, José Luis Pavonl 21, Mario Nicasio Zanabria 21. Obberti 20, Berta 20, Ribeca 20,  Capurro 19, Robles 15, Santamaría 15, Picerni 12, Magán 9, Barril 7, Barreiro 7, Garrido 6, Rocha 6, Coullery 5. Valdano 3, Promanzio 3, Nicotelti 3, Giusti 2, Sperandio 2, Marangoni 1 y Scolari 1.

 

SINTESIS

ROSARIO CENTRAL    2  Arias (45', penal); Aimar (69')

NEWELL'S OLD BOYS 2  Capurro (71'), Zanabria (81') •


 Tercera fecha del Torneo Reducido que define el Metropolitano
Jugado el domingo 2 de junio de 1974 en el estadio de Rosario Centtral.
Juez: Humberto Dellacasa. Jueces de línea: Jorge Romero y Roberto Osvaldo Barreiro


 

ROSARIO CENTRAL: Biasutto: José Jorge González, Arias, Camero, Burga; Aimar, Eduardo Miguel Solari, Zavagno; Bóveda, Cabral, Carril. DT: Carlos Timoteo Griguol

NEWELL'S OLD BOYS: Carrasco; Rebottaro, José Luis Pavoni, Capurro, Barreiro, Picerni, Berta, Mario Nicasio Zanabria; Santamaría, Obbertti (x). Juan Ramón Rocha (xx). DT: Juan Carlos Montes.

(x) Reemplazado por Ribeca a los 84'. (xx) Reemplazado por Magán a los 69',

Detalle: el partido se suspendió a los 88' por invasión del público.

 

POSICIONES FINALES DEL TORNEO REDUCIDO


                            J.  G.  E.  P.  Gf. Gc. Pt.

N. O. Boys           3   2   1   —   6     4    5

Rosario Central  3   1   1   1    5     4    3

Boca Juniors      3   1   —   2    4     5    2

Huracán              3   1   —   2    4     6    2


 

(El Gráfico 1974)