Las Crónicas de El Gráfico

Tres anécdotas boquenses

El aguatero que no podía pronunciar la l, los sobretodos de Cherro y Varallo y el carnero que se salvó del asador. Tres divertidas historias de la trastienda de Boca de los años 30 por Borocotó.

Por Redacción EG ·

21 de abril de 2018
TRES ANÉCDOTAS BOQUENSES

Es el que lleva la “borsa” de agua. Se llama José Malfitano y fue boxeador, pero como no puede pronunciar la l, dice:

-Sí señor: José Marfitano pa’ servirlo.

De tanto en tanto suelta alguna palabra difícil. Un día dijo:

-Yo conozco la sicología de los jugadores.

Y el resultado fue que le quedo el rancho con flecos.

Dice barde, bardosa, Arberto, borsa, borsillo, Guarberto, y hasta Marfitano. Pero hay más. Yendo un día bien pilchado en el auto con Cherro, por Palermo vio una amazona que le llamó poderosamente la atención, y sacando la cabeza por la ventanilla, le dijo:

-Yo te voy a dar agitación.

Fue un error, un lapsus lingue (no lo digas Malfitano). El muchacho quiso decir equitación. Sin embargo tiene una cosa muy buena: su amor a Boca. Tanto que daría la vida. En cuanto ve que algún jugador es víctima de una foul, le pregunta a Fortunato (DT de Boca):

-Mariulo: ¿le pego a aquel?- y revolea la “borsa”.

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Imagen Francisco Varallo y Roberto Cherro los grandes ídolo xeneizes de los años 30.
Francisco Varallo y Roberto Cherro los grandes ídolo xeneizes de los años 30.


Cherro y Varallo se compraron sendos sobretodos de pesos 49. Se lo dieron con hombreras y cinturón. Hay que verlos: parece maniquíes vivientes. Así Varallo le dio asueto a un perramus cortón que todos los días se encogía un poco y era más un saco largo que un perramus. Cuentan que se le vendió  a Zoroza, pero hay quienes dicen que Varallo se lo guardó para hacerse un ponchito por si llega a trabajar en Chispazos.

Pero lo peor de todo es la figura que hace Cherro. Con hombreras, cinturón y semejante viraje…Haceme el favor Toto. Vos calzás el 44 de contorno.

Por algo Fortunato no quiere salir más con ellos.

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Marquito, el canchero de Boca, tiene un montón de animales, entre ellos,un carnero. Dicho ovino lo llevó a la cancha el doctor Salessi con el propósito de que algún día se  sacrificara en homenaje a alguna victoria, pero el animal fue inspirando afectos y ahora es imposible colgarlo de un asador. Entonces quedó allí y, de tanto andar por la cancha, se hizo habitué a las barras de los hinchas.

Es por eso que cuando Marquito supone que se está chimentando algo, le dice al carnero:

-Panchito… (Varallo mira con mala cara al canchero)…Panchito: ándate hasta aquella rueda y pesca lo que están comentando los socios.

Y Panchito va. ¿Oye una voz?, pues ahí dirige la mirada; ¿escucha a otro?, pues cambia la mirada. Así parece que, efectivamente, estuviera enterándose de lo que se chismografía.

-Miralo si es inteligente -exclama Marquito-.  Lástima que no me pueda contar lo que pesca. Si tuviera habla…

-Sería chismoso como ellos…- le contestaron.

Borocotó (1934)