Primera División

Cavani: el Matador que empezó a matar y que esperaba Boca

Desembarcó en el Xeneize para demostrar su jerarquía mundial y ser determinante. Le costó, pero el momento parece haber llegado.

Por Redacción EG ·

11 de marzo de 2024

EDINSON CAVANI fue catalogado en varias ocasiones por Juan Román Riquelme como "el mejor extranjero de la historia del fútbol argentino". El presidente de Boca lo dijo cuando la impaciencia se apoderaba de propios y extraños al ver que el uruguayo de estirpe mundial no concretaba en la red las expectativas generadas.

A pesar del esfuerzo irreprochable y el profesionalismo admirable que lo llevó a entrenarse como el que más, el goleador implacable tenía una deuda pendiente. Había convertido apenas 3 tantos en 20 encuentros y fallado ocasiones que un monstruo de su talla no suele fallar, hasta que llegó la noche de la resurrección contra Belgrano en la Bombonera. El triplete concretado en un puñado de minutos le alcanzó para sacarse la mufa y dar pruebas de su vigencia y poder letal.

Salpicado además por varias dolencias musculares que atentaron contra su continuidad desde el cierre de 2023, Riquelme había avisado que la de Cavani era una cuestión de "sumar minutos", los que tuvo también contra Unión en una noche aciaga para el conjunto de Diego Martínez y para el propio Edinson.

Pero la ratificación de que "todo está bien" llegó otra vez en el templo azul y oro y en un momento clave: para dar vuelta la historia en el clásico contra Racing y estampar el 3-2 con un cabezazo que llevó su inconfundible sello.

 

El gol de Cavani para dar vuelta la historia contra Racing.
 

Antes de ese grito (suyo y de los fieles concurrentes a la misa boquense) había demostrado su peligrosidad, además de su habitual esfuerzo en pos del conjunto, que en la noche del domingo lo tuvo además como capitán. La frutilla del postre fue ese gol que encaminó el difícil triunfo en un duelo clave, además de un picante cruce con Nazareno Colombo en el que se dijeron de todo cara a cara.

 

El reconocimiento hacia una leyenda como la del histórico 9 de la Selección de Uruguay devenido en 10 de Boca es unánime. Así se comprobó cuando hasta el árbitro del partido, Pablo Echavarría, le pidió un cambio de camisetas después del partido.

Como en la jornada del hat trick, su grito desaforado terminó en beso lanzado hacia el palco donde su familia estaba instalada como siempre para bancar al incansable artillero. Cerca también de donde Riquelme, mate en mano, comienza a disfrutar de lo que él estaba seguro que iba a pasar: ver a Cavani justificar con festejos la inversión y la ilusión puestas en su persona.

IMAGEN DE PORTADA: AFP