Volver a vivir: Martín Di Nenno y un presente feliz en el pádel
Seis años atrás sufrió un accidente en el que murieron dos de sus amigos y en que fue el único sobreviviente. Hoy es una de las estrellas más queridas por el público en el Mendoza Premier Padel. "No me imaginaba vivir lo que vivo ahora", expresó.
MENDOZA.- Su vida cambió para siempre en los inicios del año 2016. Viajaba a Monte Grande con sus dos mejores amigos y sufrió un durísimo accidente con un colectivo. Sólo él sobrevivió.
Sus dos amigos eran Elías Estrella, de 20 años y por entonces número uno del pádel argentino, y Gastón Rodríguez, de 18, a quien conoció de la vida. El golpe fue muy fuerte. Martín Di Nenno se fracturó las dos piernas y estuvo en silla de ruedas, utilizó bastón y también caminó con muletas. No sabía si jugaría de nuevo al pádel, su verdadera pasión. Pero se sobrepuso y el deseo, el trabajo y las ganas de volver pudieron más.
Seis años después la vida lo colocó en un lugar en el que disfruta todos los días. Es el número dos del mundo, junto con su compañero español Paquito Navarro, y se siente protagonista de vanguardia en la nueva revolución del Premier Padel, el circuito que nació para cambiar el deporte de las paletas para siempre.
"Para los argentinos es una emoción muy grande que semejante evento como Premier Padel haya llegado a la Argentina, en Mendoza, sobre todo por lo difícil que están las cosas en el día a día. Es muy importante tener un torneo de esta magnitud. Los jugadores ponemos el cien por cien del compromiso y estamos encantados de estar acá en Mendoza. No esperábamos tanta gente", le dijo Di Nenno, de 25 años, a El Gráfico, en medio de la sala de prensa del Aconcagua Arena mendocino.
Cada vez que sale a la cancha, en la Argentina o en cualquier parte del mundo, Di Nenno recibe todo el cariño de la gente: "No me siento el favorito del público pero sí nos sentimos muy queridos. En cada lugar en el que estamos, como dice Paco, somos bastante locales. Ese cariño tratamos de absorverlo para que se vuelva positivo y para desarrollar nuestro mejor pádel. Cuando las cosas salen mal la gente siempre está ahí para darnos una mano. Somos muy agradecidos".
En plena ebullición del pádel, que no para de crecer en cada rincón del mundo, el argentino, campeón este año en el Major de Doha, entiende cómo se explica el crecimiento exponencial: "La pandemia hizo explotar el pádel como deporte en todos lados. En la Argentina pegó muy rápido porque fue uno de los primeros deportes que volvieron después de la cuarentena. En España, en toda Europa, en cada lugar al que vamos no paramos de sorprendernos por todo lo que genera. A todos los jugadores nos sobrepasa la explosión que tiene hoy el pádel en el mundo. Estamos muy contentos por la cantidad de países a los que llegó. Es un deporte muy entretenido, fácil de practicar y sencillo porque no requiere ni una cualidad técnica ni fisica para divertirse y pasarla bien".
"Cada tecnología que se desarrolla para el pádel llega para sumar. El pádel se pone cada vez más físico y más rápido por la preparación física de los jugadores, que cada vez se profesionalizan un poco más. Hay muchos chicos que ya son jugadores pura y exclusivamente de pádel. Antes muchos llegaban a ser profesionales de grandes pero estaban en otra cosa. Las bolas evolucionan muchísimo, las palas cada vez despiden más, y todo genera que el juego se vuelva más rápido",explicó Di Nenno, con la pericia de un experto, el cambio en la manera de jugar al pádel.
Para distender tiene un hobbie que, si bien tiene que ver con el deporte, no está relacionado de manera directa al pádel: "Soy una persona muy casera, muy básica. No me gusta mucho salir a comer afuera; aunque vivimos en un departemento chiquito en Madrid con mi novia siempre preferimos invitar a la gente y ser los anfitriones. Y mi cable a tierra es jugar a la play: juego mucho al FIFA, al Call Of Duty, juego con mis amigos. No practico otro deporte porque es un poco arriesgado. Pero le meto muchísimo a la play".
"Me ayuda mucho jugar a la play pero no soy de los que rompen los joysticks. Siempre que pierdo un partido en el FIFA apago la play porque estoy re caliente (risas) y cuando me matan en el Call Of Duty me quiero matar también. Pero nada de otro mundo: soy calentón cuando pierdo pero me pongo contento cuando gano", contó.
Después de aquel duro accidente la vida le dio la oportunidad de recuperarse y de actuar en la elite del pádel, pero nunca se olvida de o que sucedió, marcado a fuego para siempre: "Estoy feliz de la vida. Siempre intento poner un poco el plano y mirar donde estaba un par de años atrás. No me imaginaba nunca vivir lo que estoy viviendo ahora. La gente me tiene mucho cariño, yo me siento bien de salud, le puedo dar una mano económicamente a mi familia. No puedo pedir más nada. Con mantener este presente el mayor tiempo posible voy a ser feliz. Ojalá el día de mañana, cuando cuelgue la pala, me recuerden como un buen jugador que lo dejaba todo".
Imágenes: Mendoza Premier Padel