A 30 años del regreso de Diego a la Selección

La derrota histórica por 0 a 5 de la SELECCIÓN ARGENTINA contra Colombia, el 5 de septiembre de 1993, desató un cisma tan grande entre el equipo dirigido por Alfio Basile, el periodismo y el público, que un nombre surgió entre las raíces de esa angustia que provocaba quedarse afuera de un Mundial: Diego Armando Maradona.

El mismo Diego era consciente del clamor popular por volver a la Selección. Él estuvo presente en el estadio viendo la goleada sufrida ante Colombia, aplaudió el juego visitante y escuchó el "Maradoooo, Maradooooo" que surgía desde la misma garganta del Estadio Monumental, pidiendolo para jugar el repechaje contra Australia. 

Tras la semana caótica de los jugadores en los medios de comunicación, las espumas empezaron a bajar cuando el mismo Diego comenzó a juntarse en distintos eventos con varios integrantes de Argentina, como Sergio Goycochea, Cacho Borrelli o Claudio Turco García, como ocurrió el jueves 9 de septiembre, apenas cuatro días después de la goleada, cuando el delantero de Racing inauguró su agencia de autos. 

 

 

Sólo quedaba un obstáculo: Alfio Basile

Maradona y el técnico de la selección tuvieron una serie de entredichos en agosto de ese año, previo a los partidos con Colombia, en las que el delantero decía que "Basile se emborrachó con dos Copas América, y no puedo pasar por alto varias cosas. Él no me defraudó a mí, porque no es mi amigo. Defraudó a alguien que dio la vida por el Seleccionado y es él el que mejor lo sabe...Y me duele por la Selección, por la camiseta número diez y por la cinta de capitán". Esto se debía a que el entrenador no había convocado a Maradona a jugar las Eliminatorias, siendo su último partido el 24 de febrero por la Copa Artemio Franchi contra Dinamarca, en Mar del Plata. 

Basile, prefirió no dar declaraciones sobre el tema, solamente no quería polémicas. 

 

 

Pero el 0-5 necesitaba de acciones rápidas. El Gráfico recogió declaraciones de ambos en donde daban lugar a una "reconciliación": Basile dijo desde su descanso en Punta del Este que jamás tuvo "ningún problema con Diego Maradona. Jamás. Aparte, nunca hablé para no entrar en polémicas porque él es un ídolo y yo un trabajador". Diego declaró que, más allá de "hablar un par de cositas", ya no tenía distancias con él. "Lo que no quiero es que se me tome como el salvador del fútbol argentino", agregó, "yo no puedo salvar a nadie. La verdad, me dio un poco de odio que me pidieran el domingo: festejaron lo que hizo Basile en treinta partidos y a la primera derrota me pidieron". 

El encuentro entre ambos se dio diez días después en el estudio de Radio Mitre cuando ambos estuvieron charlando en un programa: aclararon que eran "calentones", pero que "ahora es tiempo de ponerle el hombro al seleccionado y yo soy el primero que debe hacer bien las cosas", dijo Maradona. La reunión privada entre ambos, y en las que estuvieron presentes Ricardo Profe Echeverría y Rubén Osvaldo Panadero Díaz se dio en las oficinas de Coco Basile, en Talcahuano y Córdoba, el sábado 25 de septiembre de 1993 a las 17. 

 

 

Maradona volvía a ser centro de la escenaen el fútbol, no solamente por Argentina: el 8 de septiembre era anunciado como nuevo jugador de Newell's, lo que marcaba su vuelta al ámbito local después de trece años. Y el cambio físico realizado en ese tiempo, mostraba a otro jugador, a alguien decidido por defender la camiseta de la Selección. Había bajado hasta llegar a 72 kilos de los 87 que tenía (en el Mundial de México 86 pesaba 67) en poco menos de tres semanas a través de un "dietólogo chino", que en realidad era Daniel Cerrini, un fisicoculturista que tenía un gimnasio en el barrio de Belgrano y que le suministraba un quemador de grasas llamadoRipped Fast. Debido al contrato firmado con la Lepra, Maradona no pudo formar parte de los entrenamientos de la Selección. Debutó en el fútbol argentino el 10 de octubre en el partido de Newell's contra Independiente, en Avellaneda, y siguió entrenándose con el equipo una semana más. De hecho,hubo apenas ocho jugadores de la Selección que entrenaron con Alfio Basile. Los clubes argentinos cedieron a sus titulares a partir del 17 de octubre para viajar al día siguiente a Sydney, y llegar doce días antes del encuentro para adaptarse al horario australiano. 

 

 

El 20 de octubre de 1993, día que se cumplieron 17 años de su debut, Maradona volvió a entrenarse con la Selección Nacional en el canónodromo de Wentworth Park Greyhounds, un lugar que servía para realizar carreras de galgos. La llegada a Australia fue motivo de conmoción para un país que tiene al rugby o a su violento fútbol como deportes populares. El Holiday Inn de Sydney fue el lugar en donde se hospedó la Selección y durante los primeros días se hizo entrenamiento regular además de la adaptación al horario oceánico. 

El primer y único entrenamiento de fútbol fue el 28 de octubre, tres días antes del encuentro. La diferencia del equipo que perdió 0-5 contra Colombia a este que debutaba en Australia, era evidente: hubo siete cambios en el equipo titular, a pesar que dos jugadores estaban suspendidos (Simeone y Ruggeri, que también estaba distanciado con Maradona). 

El 31 de octubre a las 5.40 de la madrugada argentina, la selección capitaneada por Diego Maradona ingresó al Sydney Football Stadium que contaba con casi 45 mil personas. A pesar de la diferencia de calidad en el juego entre la Albiceleste y Australia, el juego fue mucho más parejo de lo que se pensaba. La nota editorial de la edición 3865 de El Gráfico, del 2 de noviembre de 1993, decía que "a nuestros enviados especiales a Sydney no les gustó la actuación argentina ante Australia; a quienes seguimos el partido por televisión desde Buenos Aires, tampoco. A unos y a otros parece valioso el punto obtenido. Y entendemos preocupante la producción ofrecida frente a un equipo menor. Por eso decimos que ESTAMOS CERCA DEL MUNDIAL Y LEJOS DEL FÚTBOL". 

 

 

Efectivamente, el equipo dirigido por Alfio Basile encontró una difícil Australia que tuvo en Robbie Slater, en aquel momento jugador de Lens, a su figura (El Gráfico lo calificó con 7). Pero la gran diferencia fue la titularidad de Maradona que, a pesar de tener un partido normal, marcó su nombre tras robarle una pelota a Durakovic y mandar un centro que Abel Balbo (uno de los siete cambios en el equipo de Basile) mandó al fondo del arco defendido por Bosnich a los 36 minutos del primer tiempo. Argentina ganaba 1 a 0, aunque con el plus que el gol de visitante valía doble. A los 42 minutos, Zelic le dió un pase perfecto a Aurelio Vidmar que se escapó de la marca de Borrelli. Este asistió a su hermano, Tony Vidmar, que apenas tuvo que empujarla para marcar el definitivo empate. 

La crónica de El Gráfico del encuentro, escrita por la pluma de Natalio Gorín, decía que "Maradona siempre juega bien, aunque no juegue, lo que no es un laberinto de palabras". Un pequeño sabor agridulce hubo en el empate. Se esperaba otro resultado, sobre todo por la expectativa de la vuelta de Diego. 

Para que llegue la victoria, había que esperar 18 días más, el día de la revancha contra Australia. 

Todo un país aguardaba expectante.

 

 

 

Foto de Portada e Interiores: Archivo El Gráfico.