2003. RUSSO 100X100
El director técnico de Boca Juniors se enfrentó hace 18 años al clásico de El Gráfico, habló de sus años en Estudiantes, su vínculo con la gente de Central y no olvida sus primeros pasos como DT de Lanús.
1 ¿Con los amigos sos de invitar? Soy de invitar, generalmente levanto mis mesas. De chico eso me lo enseñaron Manera y el Flaco Poletti, que me invitaban a comer y jamás me dejaron pagar.
2 ¿Qué es el bilardismo? ¡Qué buena pregunta! Yo qué sé. Es una idea de fútbol que tuvo un gran pico en el Mundial 86 y tiene que ver con el orden, la disciplina, el trabajo y los jugadores de fútbol. Igual, sigo pensando que en relación con esa polémica se habla mucho y se dice poco. Lo que dice Bilardo siempre es motivo de disputa. Y está bien, porque es un líder.
3 ¿Martín Palermo es un error en tu carrera? No, tiene que ver con los momentos de los jugadores. A Martín no le dicen “El Loco” por los últimos cinco años. Tiene que ver con eso, con su juventud, con sus cosas, estaba de novio con esta chica brasileña de la que después se separó, iba y venía a Brasil. Cosas de joven que no critico, pero no estaba maduro. Así como me tocó que explotaran otros jugadores, con Martín no me tocó.
4 ¿Alguna vez te hicieron pasar vergüenza en una cancha? En un partido con Talleres, me echaron a los 20’ del PT por pegar un trompazo. Y ganamos con diez. Cuando terminó, vino mi DT y me dijo: “Ahora andá al vestuario, golpeá la puerta y peleate adentro”. El mensaje era que pelearse en el campo era de poco hombre, que si no iba al vestuario visitante valía muy poco para el grupo. Tuve que ir e invitar a pelear a mi rival. Me querían comer en ese vestuario, al final no pasó nada, pero entendí que guapo es el que pelea y pelea bien, no delante de 20 mil personas. Y que tirar un trompazo en la cancha es símbolo de cobardía.
5 ¿Por qué dejaste el fútbol a los 31 años? Estudiantes entendió que había terminado mi ciclo, y yo me cansé de luchar contra mi rodilla. No me costó asumirlo, me ayudó mucho Helena, mi ex mujer. Fue en 1988.
6 ¿Y cómo empezó la idea de ser DT? Yo tenía pasaporte italiano, entonces después de dejar Estudiantes me fui a Europa. Mi idea era vivir la previa del Mundial 90 desde adentro, viendo cómo se preparaban los equipos y, si podía hacer una experiencia jugando al fútbol, mejor. Fui a una Segunda de Italia, pasé la revisación médica, pero en esa época ni siquiera siendo oriundo te dejaban, porque había jugado en la Selección Argentina. Me acuerdo de que iba en tren de Génova a Barcelona, paré, llamé a mi mujer y le dije: “Dejo el fútbol… Pero me quedo en Europa viendo cosas, porque quiero ser técnico”. Y me quedé más de dos meses, bañándome en las estaciones de tren, guardando las cosas en lockers de la estación para salir a buscar hotel. Iba con mi grabador y me presentaba. Así fui hablando con todos.
7 ¿Con quiénes te contactaste? Estuve con Arrigo Sacchi, le dije que era amigo de Bilardo, y se portó bárbaro. Después, en Nápoles, cuando fui a pagar el hotel, Diego ya había pagado todo, ni él se debe acordar, pero son gestos que yo valoro mucho. Estuve en Madrid, y Valdano me abrió las puertas del Real. Así fui almacenando cosas, pensando que en algún momento todo eso me iba a servir. Me gustaba hablar de táctica con los entrenadores, tenía el bichito ése.
8 Una de Domingos para la Juventud: sin repetir y sin soplar, todos los clubes que estuviste como DT por orden cronológico, comenzando ya. Lanús, Estudiantes, Universidad de Chile, Rosario Central, Salamanca, Colón, Lanús, Los Andes, Morelia, Central: 10 ciclos en 14 años.
9 ¿El máximo tiempo sin trabajar? Ocho meses: de marzo a noviembre de 2002, entre Morelia y Central.
10 ¿Nunca pensaste en pasarle la receta al ministro de Trabajo? Si me vienen a buscar, es por algo. Algo debo tener para conseguir trabajo durante tanto tiempo y que me vuelvan a buscar de los lugares en que estuve. Al volver de España, tendría que haber parado. Los momentos en que uno no tiene claridad comete errores. Y en esos dos años, los cometí.
11 ¿Qué tenés: capacidad, suerte, contactos? Capacidad de trabajo y honestidad en todos mis actos. Me considero una persona querida dentro del ambiente, más allá de alguna pelea. En el fútbol sabemos quién es quién, y cuando uno mantiene una conducta y camina por una sola vereda, que, en definitiva, tiene que ser algo normal y tampoco hay que jactarse de ello, se sabe. También hay algo determinante: mi relación con los jugadores es muy buena. Algo debe tener el entrenador para lograr esas cosas. Después, palo adentro o palo afuera, a veces le errás.
12 ¿Por qué se da esa buena relación con tus jugadores? Porque soy claro y no miento. El jugador es el que mejor entiende estas cosas. Si marcás las reglas de entrada, es más simple.
13 ¿El 2003 fue tu mejor año como técnico? Es difícil saberlo; sí noto que maduré. Fue un año muy bueno, porque salvamos una situación angustiante de Central, entramos en las Copas, subimos el promedio, vendieron jugadores y seguimos peleando. Además, navegar dentro de Central es muy difícil: un club donde cada diez minutos puede suceder lo imprevisto.
14 ¿Qué puesto imaginabas con la partida de Delgado y Figueroa para este torneo? Entre los seis o siete primeros. Acá hay tres torneos: uno entre Boca y River, otro entre seis equipos que buscan arrimar y otro por la permanencia. Se puede dar el zarpazo, pero hay que estar armadito, tener recambio y que River o Boca se dediquen a alguna Copa. En Central, ganar de local es una ley, tenemos que hacer difícil el Gigante.
15 ¿En algún momento soñaste con el título? ¡Cómo no va a soñar uno! Si no, ¿para qué estamos? ¿Para perdurar nada más? No.
16 ¿Tus festejos de los goles, con los brazos en alto, es por algo especial? Antes me reprimía bastante, me daba vergüenza o sentía que perdía concentración, pero ahora aprendí a exteriorizar lo que me pasa y entendí que no pierdo concentración. No queda mal. Es natural: si hace un gol mi equipo, ¿por qué no lo voy a gritar?
17 ¿Lo charlaste con el psicólogo? Sí. Hace tres años voy al psicólogo. Empecé por una crisis personal, pero me sirve para hablar de todo.
18 ¿En qué se diferencia el hincha de Central del resto? Rosario respira fútbol por todos lados, y el hincha de Central es muy pasional, con características difíciles de conformar: tenés que saber tirarte a los pies y tenés que darla bien. Y te obligan a preparar un equipo para atacar, yo siento esa obligación.
19 Una muestra de fanatismo que te haya impactado. Cómo festejan el 19 de diciembre (la palomita de Poy, en 1971) y el 23 de noviembre (el 4-0 con abandono, en 1997). Están un año preparándolo, disfrutan de cosas que los demás no les dan importancia.
20 ¿Con este Central intentaste recrear al Estudiantes 82: Sabella, Ponce y Trobbiani, tres “10” en el medio? Se dio. Cuando contratamos a Herrón, tuve una charla con él: “En algún momento a mí me gustaría jugar con Vitamina, Messera y Ezequiel”. El me dijo: “En San Lorenzo tuve una experiencia de doble ‘5’ y no me fue bien, pero solo me la banco”. Su convencimiento me dio el pie de que se podía. Y es clave la inteligencia y el desgaste de todos.
21 ¿Por el estilo de este Central desmitificás la etiqueta que tenías de técnico picapedrero? Nunca le di bola a eso. Con Lanús, la U de Chile y Central 97 jugábamos muy bien, con tipos de buen pie. En la U estaban Víctor Hugo Castañeda, el Huevito Valencia y Leo Rodríguez, tres “10”, con Salas arriba. Quizás esta vez se notó más, porque nos jugábamos el descenso, era como una desfachatez mía encarar algo tan complejo de esa forma.
22 ¿Aceptás que tenés la etiqueta de defensivo y ahora te ven distinto? Es que tampoco puedo negar mis raíces: yo nací y crecí en Estudiantes. ¿A quién le digo que no tengo raíces de Zubeldía, de Bilardo, de Manera? ¿Quién me la cree? Aparte, sería deshonesto conmigo mismo. Nunca entré en este juego de las palabras, porque justamente uno de los equipos que jugó bien y juntó talento fue aquel Estudiantes del 82/83. Más allá de todo, jamás dejé de creer en el orden, las pelotas paradas y la planificación.
23 ¿Cómo hizo Vitamina Sánchez para explotar cuando venía de varios años muy bajos? Una de las cosas que motivó todo fue que les dije siempre la verdad. Ellos no sabían que se iban al descenso. “Mañana no hay, todo es hoy”, les remarqué. Vitamina se puso bien físicamente, colaboró mucho, es querido por el grupo y es muy de Central. Descubrí una persona noble, con capacidad para ver el fútbol dentro de la cancha. El y el Mellizo Gustavo son dos de los jugadores más inteligentes que tuve. Por suerte, tengo un grupo muy hincha de Central, que se compromete.
24 ¿Hernán Castellano está bien de la cabeza? Sí, sí (risas), muchos chicos se apoyaron en él. No voy a negar que se traiciona de vez en cuando. “Está todo bárbaro, pero mirá que los hinchas van a la tribuna, y ustedes están adentro”, le explico.
25 ¿Qué le dijiste al Equi González para recuperarlo tras su paso por Boca? Que tenía que empezar de cero; que Central era su casa y le iba a dar otra oportunidad; que tenía 23 años y era un desperdicio para el fútbol y para él mismo que a esa edad no volviera a su nivel; que tenía una ventaja: lo conocía, porque lo había hecho debutar en mi etapa anterior en el club.
26 ¿Qué hacés en la semana cuando en un partido dos jugadores tuyos, como Equi y Belloso, se insultan ante la vista de todos? Nada, porque termina en el partido. Es fútbol esto: pasó en toda la historia y va a seguir pasando. No me molesta, al contrario: a mí me preocupa cuando tengo un grupo callado o que no arranca. Lo importante es que se cumplan las reglas del grupo: uno solo que piense en ser mediocre nos limita a todos. Hay que tener ansias de superación permanente, ésa es la primera regla.
27 ¿Te equivocaste al decir que si no ganaba Boerio te ibas de Central? Convergieron distintos factores: los jugadores se movieron mucho para que me quedara, y eso que a veces soy duro con ellos en lo disciplinario. También distintos sectores del club, que no pensé que podían estar tan relacionados conmigo, me apoyaron. Valoro la actitud de Scarabino, el nuevo presidente, de dar el puntapié inicial, y también la mía: hubiese sido muy egoísta si mantenía esa postura por una cuestión personal.
28 ¿Quién te odia más: el hincha de Gimnasia, el de Newell’s o el de Banfield? Sacá a los del barrio, que yo vivo en Lomas de Zamora, después en el Bosque y el Parque me putean parejito.
29 ¿Qué significa para vos el nombre Alfredo Rodas? Y… una Copa Libertadores perdida injustamente, la del 96, cuando con la U nos ganó River por la semi. A ese señor lo volví a cruzar en un congreso, hasta me dio la mano. ¿Qué le iba a decir? Si le pegaba, preso. Si entraba en una discusión, imposible que me pusiera de acuerdo. Ya está.
30 ¿Sentís que los robaron esa noche que perdieron 1-0 en el Monumental? Sentí que quedé en la puertita por algo no futbolístico. También comprendí que cuesta mucho poner arriba a un equipo chileno. Más allá de que River tenía un gran equipo y que Francescoli quería ser campeón de la Libertadores…
31 ¿Qué es peor: perder un Central-Newell’s o un Estudiantes-Gimnasia? No podés perder ninguno de los dos, porque marca un antes y un después para hinchas, jugadores, técnicos y dirigentes. Por ahí Rosario es más grande.
32 ¿Con Messera y Gustavo se gastan por sus pasados en Gimnasia y Estudiantes? La primera vez que me reuní con los dos les dije: “Del clásico no hablamos”. Pero el profe y Hugo (por Gottardi) se encargan, y algo se escapa. Después de la última vez que ganamos, en cancha de Gimnasia (4-0), y el Mellizo tuvo un problema con los hinchas, les decía que es muy difícil que la gente de Estudiantes le grite a un ídolo.
33 ¿La Bombonera es tu karma? Fuiste diez veces, perdiste ocho y empataste dos. No me desespero: a lo mejor gano en el momento que más lo necesito. Y ojo que como jugador he ganado bastante ahí.
34 ¿Tenías cábalas como jugador? Tenía hábitos. El tema de los slips era una fija: llegaban a un estado deplorable, y no sé cómo los utileros hacían maravillas para remendarlos. Hoy es distinto. A los muchachos les digo: la suerte existe, pero si te levantás a las doce del mediodía es muy difícil.
35 ¿Qué porcentaje de influencia tiene el DT en un equipo? En el armado, clave, ahí no te podés equivocar. Y después en definir la forma de juego y en convencer a los jugadores para que estén metidos con todo en el proyecto. Cuando va andando el torneo, ya deciden más los jugadores. El problema del DT, ahí, es que cada acierto se nota menos y cada error se nota más.
36 El mejor DT argentino de la actualidad y el de la historia. En los últimos años fue meritorio lo que hizo Bianchi. Algunos no están de acuerdo, pero para mí los entrenadores que ganan, ganan. Y el mejor de la historia, para mí, es Bilardo.
37 Ganaste tres ascensos, ¿qué te falta para ganar uno torneo en Primera? La posibilidad de un grande o, en el caso de Central, jugar dos torneos con el mismo equipo. No estoy pidiendo demasiado, eh.
38 ¿Por qué te fuiste tan rápido de Estudiantes, en el 95, después de ascenderlo? El club tenía muy poca capacidad dirigencial y había que luchar demasiado. Hubo un gran desgaste, duras peleas por los refuerzos que no nos traían. Y no dio para más.
39 En Colón también tuviste un paso efímero. ¿Por qué? Porque a veces se crean falsas expectativas. Duré doce partidos. Vendieron a Fuertes, que era decisivo. La conclusión es que cuando vos armás algo, y te sacan dos piezas claves, tenés que aprender a dar media vuelta e irte. No queda otra.
40 ¿De qué equipo eras hincha de chico? Mi padre, que falleció cuando yo tenía cuatro años, vivía en Luna 140 y me llevaba a ver a Huracán. Cuando yo estaba en la Selección, un amigo sabía que iba a ir a una producción de El Gráfico en la que nos íbamos a vestir con la camiseta de la que éramos hincha, y como necesitaba vender rifas de Lanús me pidió el favor, y lo hice. Además vivía en la zona. Después, todo lo de Estudiantes acaparó mi vida.
41 ¿Te dio bronca que no terminara el clásico del 97 por el retiro de Newell’s? No, porque en ese instante sabía que estaba ante un hito importante del que yo participaba. Si terminaba, por ahí hacíamos más goles, pero al final fue un hecho más importante por lo que pasó después del 4-0.
42 ¿Fue por demagogia que no te quisiste sentar con Veira antes del último clásico? Tiene que ver con entender a la gente de Central y con que me parece una tontería que los jugadores o técnicos estén juntos por el tema de la violencia. Soy de los que creen que cada uno tiene que cumplir su función en este tema.
43 ¿Creés que Menotti y Bilardo se pueden juntar algún día o ya fue? No sé ni me interesa.
44 En un Lanús-Boca, del 94, Menotti te fue a saludar y vos te hiciste el distraído. ¿Si lo saludabas, la patria bilardista te mataba? No fue así, acá se buscan muchas cosas y es más simple todo esto. Siempre declaré que tengo un gran respeto por Menotti y he charlado con él. Respeto a todo el mundo y si es campeón lo respeto mucho más todavía en el plano deportivo.
45 ¿Los seguidores de Bilardo son más bilardistas que Bilardo? ¿Sabés lo que aprendí de todo esto? Que los periodistas vendieron un montón con todo esto. Y que cuanto más hable, más fácil es para vender, así que la corto acá. Sé lo que pienso de Bilardo y lo digo cada vez que puedo: lo llamo a cualquier hora y me atiende, cuando lo necesito está, sé que funciona aun sin decírmelo. Y yo también. Tiene que ver con el respeto que le tengo; con los años puedo decir que nos hicimos amigos.
46 La derrota que más sufriste como jugador y como técnico. Como técnico, la semifinal de la Copa 96 con la U, y como jugador, también la semi de la Copa contra Gremio en el 83: empatamos sobre la hora 3-3 con un gol mío, con tres jugadores menos, pero sabía que se nos escapaba.
47 ¿Y las victorias que más gozaste? Como DT, el ascenso con Lanús en el 90, mi primera experiencia. Como jugador, el segundo torneo con Estudiantes, en el 83, cuando dimos la vuelta en cancha de Independiente, con Manera de técnico. Se nos habían ido Bron (por Brown, pero lo pronuncia así, igual que Bilardo) y Gottardi, había que mantener un equipo sin dos jugadores clave, y volvimos a ser campeones.
48 ¿Imaginabas que la Brujita Verón podía llegar tan lejos cuando lo tuviste en el 95? A Sebastián lo conocía de chico, cuando dormía con el papá en City Bell. Ahí ya se veía que era distinto, que tenía una gran pegada y leía bien el juego. El primer partido que lo tuve fue contra Flamengo, en el Maracaná, por la Supercopa. Y Sebastián jugó como en el patio de su casa. No salió nunca más. Tiene genes distintos.
49 ¿Y que Salas podía triunfar en Argentina cuando lo tuviste en la U? Sí.
50 ¿Vos aconsejaste a Bilardo que contratara a Salas para Boca en el 96? Sería una falta de respeto que yo aconsejara a Bilardo. Salas hizo goles en todos lados y tiene un temperamento impresionante. Si vos me das a elegir cinco goleadores que vi en mi vida, Marcelo es uno de ellos siempre. En su momento, sacrificó cosas personales, como pases al exterior, para meterse de lleno en la U. Es un tipo al que quiero mucho.
51 ¿Cómo ves esto que le pasa ahora? No tengo dudas de que se va a recuperar, depende de la tranquilidad que tenga. Cuesta mucho cuando alguien viene de no jugar. Para mí, el fútbol argentino es el más competitivo del mundo, después discutimos si es bueno o malo, pero acá no juega cualquiera. En ningún lugar entienden este juego como nosotros. No cualquiera viene acá y es figura. A niveles técnicos, tácticos y físicos, el fútbol argentino está en un nivel superlativo. Y los cuerpos técnicos pocas veces son valorados.
52 ¿Cómo te dijo Bilardo que no ibas al Mundial 86? Me llamó, estaba Madero también, fue difícil hasta para él. Pero me dijo una frase clave: “Me vas a entender cuando seas entrenador”. Y fue la verdad, cuando cambié de lugar entendí un montón de cosas. Fue un día difícil, porque era el cumpleaños de mi mujer y tenía cincuenta personas en mi casa. Increíble.
53 ¿Hoy se lo perdonás o creés que se equivocó? Nunca lo juzgué. Creo que fue una decisión correcta.
54 ¿Cómo seguiste ese Mundial? Bien. Antes de la final me ofrecieron ir en charter a México, pero no quise.
55 ¿A quién te costó más decirle “basta” como DT? A Miguel Gambier. Un jugador de mi edad, que nos había ayudado mucho. Uno de los tipos más nobles que conocí.
56 Tenés la chequera abierta para traer a tres jugadores a Central. ¿A quién traés? Al primero que compro es al Kily González, no me preguntes por qué, porque no lo tuve nunca, pero lo elijo a él. Traigo a tres que conozcan bien Central.
57 Los tres mejores del mundo hoy. Zidane, Nedved y Samuel.
58 ¿Creés que ya te metiste en el paladar del hincha de Central? Mientras ganés, sí (risas). Hay varios hitos que van marcando cosas, no sé si me metí o no, pero voy ganando un espacio.
59 ¿En qué momento creés que te pusieron la etiqueta de “defensivo” en la frente? Tiene que ver con mi origen de jugador de Estudiantes, del que nunca renegué. Tampoco le di importancia ni me interesó venderlo de otra manera. Esto va y viene. Si un día, en vez de jugar con tres números “10”, tenés que jugar con tres números “5”, se juega. ¿O Bianchi no juega con tres números “5” y gana?
60 ¿Qué recordás de tu presentación como técnico, en 1989? Fue en Lanús: había ocho dirigentes y siete jugadores. Y uno estaba lesionado. Armando González, el Gordo Herrera –el arquero suplente que atajó los penales en la final con Quilmes–, Bidevich, Villagrán, Cabrera, Bertolini y Alonso, el lesionado. Me los presentaron en el vestuario. En el primer picado tuve que jugar yo.
61 ¿No pensaste: “Si esto es ser técnico, mejor no empiezo“? Encima Daniel Máscolo, el tesorero, que también empezaba en esto, vino contento a decirme que había hecho números y el presupuesto para el fútbol iba a ser de 45 mil pesos mensuales. Le contesté: “Si es para un torneo de papi fútbol, alcanza”. Ahí la empezamos a remar: me ayudaron mucho el Flaco Poletti, el Pinza Vidal y Enzo Gennoni. Y sin pedir nada a cambio. Les estaré siempre agradecidos.
62 ¿Que significó Genonni para vos? Fue el gran ideólogo de que yo fuera a Central la primera vez. Conocía bien el club porque había jugado y, cada vez que nos juntábamos, me decía que yo era ideal para Central: “Tus equipos juegan al fútbol, y tenés temperamento”. Así que cuando llegué a Rosario conocía Central por todo lo que él me contaba. Después me presentó a Vesco, y arranqué.
63 ¿Una sola camiseta como jugador es un orgullo o una frustración? Un orgullo. Fuimos unos de los últimos, con Mostaza y Bochini. Yo fui tres veces transferido a Colombia y a Brasil, pero en un momento habían vendido a Bron (por Brown) y a Gottardi, y una asamblea de socios determinó que tres era mucho. Hoy te piden por favor que te vayas.
64 ¿Cuándo empezó tu amistad con Hugo Gottardi? Cuando llegó a Estudiantes en el 76. Compartimos la misma pieza, después se fue a Colombia, volvió, y seguimos en la pieza. Cuando agarré Lanús, él estaba jugando y me dijo: “Tengo ganas de seguir, pero, por ahí, alguien dice algo en la ducha, y no lo voy a poder aceptar”. Le dije que lo pensara y arrancó nomás como mi ayudante hasta el día de hoy.
65 ¿Qué te enseñó Manera? Eduardo era buena gente, conmigo tuvo siempre la palabra justa, la cagada a pedos exacta y me abrazó cuando me tuvo que abrazar. Cuando quedé afuera del Mundial, a la vuelta del partido del domingo, en Santa Fe, nos bajamos del micro en la Casa Rosada y fuimos caminando hasta Flores. Me habló de la vida, de que no se detenía el mundo. Son cosas que valoré mucho. Fue un tipo que amé, amo y recuerdo mucho.
66 ¿Cómo sos en tu casa después de los partidos? ¿Te desenchufás? Trato de mantener la calma, pero no es fácil. Ya cuando uno va camino al túnel está planificando lo que viene después. Pero uno tiene que aprender a disfrutar un poco más los éxitos. Ahora me detengo más.
67 ¿Todavía seguís lamentando el Apertura 93/94 que se les escapó con Lanús? Sí, habíamos agarrado la punta a cuatro fechas del final, y justo vino el parate. Si seguía el torneo, éramos campeones. Ya está.
68 ¿Cómo vivías en tu infancia al Estudiantes de Zubeldía? A Estudiantes lo descubrí en la cancha de Racing, una semifinal del 68 contra Vélez. Me colé con unos amigos, y ahí empezó el romance. Inferiores arranqué en el 71.
69 ¿Fue muy duro ganarte a la gente y al plantel en la U? Sí, porque entré con mucha resistencia. El DT anterior, que había sacado dos veces campeón al equipo después de 18 años, se fue de forma poco clara. Y en la primera conferencia de prensa ya sentí los palazos. Antes de ir, había hablado con Bilardo, y él me dijo: “No te olvides nunca del ‘por favor’ y del ‘muchas gracias’”. Le hice caso y me sirvió para cambiar un poco esa imagen del argentino soberbio.
70 ¿Por qué te fue mal en Salamanca? Porque fui mal asesorado, no tendría que haber ido. Era un equipo demasiado chico y se marcaba demasiado la diferencia con los otros.
71 ¿De qué trabajabas en tu juventud? De cadete en una empresa yanqui, que me obligaba a estudiar. Laburaba a la mañana, me entrenaba a la tarde y estudiaba de noche. Yo era un dandy, andaba en remís cuando en Buenos Aires eso ni se usaba. Después me citaron para entrenar en la Tercera, pedí quince días de vacaciones, y el gerente me echó, decía que mi destino era el fútbol. Tenía más visión que yo.
72 ¿Por qué te suspendieron un mes en Estudiantes? No estaba de acuerdo con un montón de cosas y dije que no iba a jugar. Estaba en una etapa de rebeldía. Como correspondía, me dieron 29 días. Fue en 1987.
73 ¿Nunca te propusieron hacer de doble juvenil de Marcello Mastroianni? No, no (risas), pero me han comentado el parecido más de una vez.
74 ¿Las chicas bonitas de Rosario son un mito o es verdad? Tiene mucho de cierto.
75 La mejor charla técnica que te dieron. Dos. Una de Manera, por la semi del Nacional 83, contra Temperley. Zucarelli era el DT de ellos y nos hacía marca personal: Eduardo lo simplificó, hizo jugar a Camino de nueve, a mí y a Trobbiani atrás, cambiamos las posiciones, y ganamos. Algo parecido hizo Bilardo cuando le ganamos a Racing 4-1 en cancha de Boca. Los dos nos anticiparon a la perfección lo que iba a pasar y confundieron al rival.
76 El equipo de los sueños para dirigir. Sé que algún día me tocará un grande.
77¿Quién debió ser el DT de la Selección después del Mundial 2002? A Grondona lo respeto mucho y volvió a dar un sentido de coherencia: tomó el camino atípico. Por eso es un adelantado.
78 Cuando arrancó la era Bilardo en la Selección, ¿había pica entre los jugadores de Independiente y de Estudiantes? Y… mirar nos mirábamos más o menos, pero después entendimos que la Selección era más importante. Hoy tengo una gran relación con Giusti, con Trossero.
79 El peor vicio del futbolista actual. Los papás y los representantes.
80 Una vivencia vinculada a Maradona. En la época de Selección a mí me gustaba comer naranjas, y él me las ablandaba haciendo jueguito. Por ahí se ponía a hablar y se olvidaba y seguía haciendo jueguito, y yo tenía ganas de comer la naranja. Hasta que se apiadaba y la bajaba.
81 ¿Te dio bronca que el pibe Herrera haya dicho que se llevó la pelota con la mano en el gol anulado en el último clásico? No, lo felicité. Sólo le remarqué que algún día le va a tocar una injusticia en contra y el defensor va a decir que no la tocó con la mano, y él se va a sentir un boludo, aunque no debería sentirse así. En este país decir la verdad tendría que ser natural, se debe remarcar la mentira.
82 La verdad: ¿en el vestuario lo retaste? No. Mientras no afecte al grupo, cualquiera tiene la posibilidad de decir lo que quiera. Para mí, no tiene sentido decir cosas como “hoy no corrimos” o “no tuvimos actitud”, porque afectan al grupo, para lo demás no soy de decirles qué tienen que decir o qué no.
83 Si cobraban gol, ¿te habrías sentido mal o te ponías contento? ¡Cómo no me voy a poner contento! Después analizás si está bien o no. Hacer un gol con la mano no está bien, pero después… (risas). Eso no va a determinar si sos buen tipo o no, es la actitud del argentino para este juego.
84 Si el gol lo hacías vos, ¿qué pasaba? ¿Yo?… Salgo gritando el gol, para mí es gol, después vemos.
85 ¿Qué hubieras hecho si Central descendía? No podía ir a Rosario nunca más, de vergüenza.
86 ¿Cuál va a ser el gran objetivo para comienzos del 2004: Copa o campeonato? Copa, porque tiene que ver con el colchón de puntos que conseguimos. Vi las experiencias de Gimnasia y de Talleres, y quedaron muy mal después de la Copa por descuidar el torneo. Ahora estamos tranquilos, pero igual hay que hacer algo digno. Y la Copa es la novia que uno siempre quiere. Igual, aunque nos vaya bien o mal en la Copa, no nos puede agarrar junio con la angustia del promedio otra vez.
87 Si Delgado y Figueroa fueron los dos mejores de Central en el Clausura, ¿quién es el mejor del Apertura? Delgado, Figueroa, Gaona y el Cata Díaz, diría yo. En este torneo, los picos más altos fueron Herrón y Messera.
88 ¿Tu experiencia anterior en Central te ayudó a plantar ahora un equipo más ofensivo? No, si en el equipo del 97/98 jugaban Coudet por la derecha, Carracedo, libre, Palma, retrasado y Polilla Da Silva, arriba con Maceratesi o Bustos Montoya. No, no viene de ahora esto, eh.
89 ¿El paladar de la gente de Central es bastante negro? Que vayas al frente, pero también que te tires a los pies. La cuota de temperamento la tenés que poner. Cuando estábamos angustiados con el promedio, si alguno la tiraba afuera, aplaudían; como era un momento crítico, estaba todo bien. Hoy es distinto: si Papa la tira afuera ya no lo aplauden.
90 ¿En Estudiantes te festejaban más un rechazo a la tribuna que un caño? No, la gente de Estudiantes no es ignorante futbolísticamente. Si salvás un gol tirándola a la tribuna, festejarán. Y si tirás un caño en tu área y te meten el gol en contra, nadie se pondrá contento. El hincha festeja un gol de pelota parada, porque tiene historia y sabe lo que cuesta, pero también celebra un túnel, una doble pared o una gambeta.
91 ¿O sea que es todo verso lo del gusto de los hinchas? Mirá: Estudiantes tuvo grandes jugadores y grandes equipos, pero como todo nos costó mucho, se valora el esfuerzo y la entrega. ¿Vos te creés que yo no disfruto con un túnel, una gambeta o un sombrero? Claro que sí, yo también aplaudo caños y sombreros. Es ilógico creer que a alguien que está hace tanto tiempo en el fútbol le gusta más que la tiren a la tribuna que una gambeta. El tema es que nadie se va bien si no ganás. Si el equipo juega mal y gana, no pasa nada, te dan una semana más para estar contento y ver cómo reaccionás el domingo que viene. Eso de que si perdés y jugaste bien está todo OK, es una mentira. En todos los niveles. Si todos estamos acá para ganar.
92 Vas por una ruta solitaria y está el Profe Córdoba haciendo dedo. ¿Qué hacés? Nunca hablé de Córdoba.
93 ¿Qué te hizo? ¿Qué fue lo que más te jodió? Son cosas del pasado, sé cómo se ha comportado cada uno. El tiempo pone cada cosa en su lugar.
94 ¿Te sentarías con él en su programa de TV por Fox? Ya fui a La Ultima Palabra: me invitaron y me senté a la mesa. Por qué él no estaba, no me corresponde a mí decirlo.
95 ¿Quién embocó la primera piña en 1984 (Unión 3-Estudiantes 1), vos o Islas? Son cosas en caliente, tuvo que ver con la juventud de él y las ganas mías de no perder. Esas peleas son naturales, no tienen que ver con algo premeditado. Es muy difícil no tener peleas en esto, a mí me habrá tocado unas diez veces o más, en el vestuario, en los túneles. Pero era otro momento del fútbol argentino.
96 ¿Cómo técnico te peleaste? No, ahí ya no, uno tiene que estar por encima de esas cosas.
97 ¿Si al mejor Islas lo tenés gratis para llevarlo a tu equipo, lo llevás? Si yo pensara que no lo puedo manejar, es porque estaría fracasando en mi gestión.
98 ¿Alguna vez lloraste por el fútbol? Es muy difícil que llore, soy un duro. Es más: detesto los vestuarios con llantos. Entiendo el dolor, lo respeto, pero preferiría que nadie llorara.
99 ¿El Chelito Delgado es un wing como los de antes? Como los de ahora: desborda por los dos lados y tiene una percepción del tiempo y la distancia en el centro que casi nunca vi. Los números “9”, agradecidos.
100 Pará, te van a desheredar: “wing” es una mala palabra en el diccionario del bilardismo. Para mí no es mala palabra. Además, el Chelito es uno de los pocos que quedan.
Por Diego Borinsky (2003).