Las Crónicas de El Gráfico

1993. En La Plata manda el Lobo

El clásico platense quedó en manos de Gimnasia que ganó 2 a 0 a domicilio, los goles los convirtieron Ostolaza y Guillermo Barros Schelotto, triunfo clave para el Lobo que junto al Pincha peleaban el descenso.

Por Redacción EG ·

13 de marzo de 2020

Las acciones de Gimnasia están de moda y tienen un respaldo futbolístico: capitales argentinos y uruguayos. El flujo de talento lo aporta Guillermo Barros Schelotto; la sangre, el oriental Santiago Ostolaza. Los dos son claves en la euforia que hizo explotar en la City Platense. Con un balance que arrojó un resultado de 2-0 sobre su tradicional e histórico rival, Gimnasia consumó un triunfo que hizo templar a toda una ciudad: llevó su cotización a 0,964 contra el 0,837 que ostenta Estudiantes desde el subsuelo de la tabla por el descenso... "Miren, esto es muy clarito: si nosotros perdemos nos pegamos un tiro pero si les toca a ellos se pegan dos tiros. Lo van a sentir mucho más...", les dijo Edgardo Sbrissa a sus dirigidos para sintetizar cuáles serían las consecuencias directas de un revés en el clásico número 116 del historial.

Gimnasia contaba con el aval de la estadística -Estudiantes no logra un triunfo como local desde 1985-, venía de igualarle a Racing y tenía una ventaja psicológica: la necesidad de su adversario por conseguir los dos puntos (la victoria de Newell's lograda el sábado por la noche lo dejaba a solas en la lucha por la permanencia). Sbrissa y Ramaciotti fueron los responsables de diagramar los pasos a seguir: "Nos preocupa mucho el juego aéreo, los lanzamientos de París, González y Capria. No vamos a cambiar porque sería darnos una cachetada a todo el trabajo que desarrollamos hasta el momento. Pero tenemos que presionar más que nunca, quitarles los espacios y esperarlos para que se desesperen aún más". ¿Cómo resolver tácticamente los potenciales riesgos que presentaba Estudiantes? Los técnicos no variaron su planteo (un 4-3-1-2), pero pusieron mucho cuidado en la marca de Palermo, tan peligroso por aire como intrascendente por tierra. La orden fue estricta para los dos centrales: "Lo tomamos en zona, según por el lado que venga". Y no hubo distracciones, más allá de una escapada del delantero que le costó un susto a Noce.

Imagen Guillermo Barros Schelotto se le escapa a Soria, su marcador. El delantero fue un de las grandes figuras de su equipo.
Guillermo Barros Schelotto se le escapa a Soria, su marcador. El delantero fue un de las grandes figuras de su equipo.

En la otra vereda, Luis Garisto no tuvo tanto tiempo Para diseñar el modelo de equipo. La semana comenzó movida para el técnico uruguayo: "Sigo trabajando hasta que me digan que me vaya...", recalcó cuando las críticas por la derrota ante Independiente (0-2 en Avellaneda) azotaban la estabilidad en su cargo. La impaciencia gobernó la mente de algunos dirigentes de Estudiantes, quienes se detuvieron a repasar la campaña de su equipo: 5 puntos logrados sobre 20 en juego, un 25% de eficacia. El respaldo de la Comisión Directiva tuvo una lectura inesperada para Garisto: "Yo no hago futurología. En el fútbol los plazos no existen. Nos manejan los resultados, pero hay que evaluar muy bien las cosas antes de cualquier resolución".

¿Habrá llegado el tiempo de la reflexión? La actuación de Estudiantes en el clásico dejó varias asignaturas pendientes: desnudó falta de definición cuando lo tenía a Gimnasia acorralado contra Noce (generó cuatro situaciones clarísimas). La más clara de las que fabricó en los primeros 30 minutos fue el zurdazo que Calderón estrelló en el travesaño luego de una hermosa jugada que él mismo había iniciado en combinación con el paraguayo González. Y, en su mejor momento, recibió el primer golpe nocaut: córner de Guillermo Barros Schelotto, Sessa sale a destiempo y Ostolaza estampa el 1-0 con un cabezazo preciso. De allí a la gloria, Gimnasia mostró su superioridad anímica, táctica y técnica sobre Estudiantes. Cómodo en su posición de contragolpeador, la visita dejó que la desesperación de su rival se transformara en impotencia (Soria y Pighín fueron expulsados por Javier Castrilli, de muy buen arbitraje) y estiró la ventaja: pared de los mellizos Barros Schelotto y definición de Guillermo por un costado de Sessa para imprimir un golazo. "Con Gustavo jugamos casi de memoria -explicó el autor del segundo-. Se la toqué a mi mellizo y él me la devolvió justa, sabiendo que la iba a buscar. Cuando salió el arquero le pegué cruzado, pegó en el palo y entró".

 

Imagen El festejo de la gente de Gimnasia, con bandera y todo.
El festejo de la gente de Gimnasia, con bandera y todo.
 

Todo el folclore poético ("Un minuto de silencio para Estudiantes que se va para el descenso..." o "Garisto los c.../Garisto los c...') tomó vuelo gracias a la paternidad que nació el 23 de febrero de 1986 y a la situación de Estudiantes en la tabla. La inestabilidad se transformó en una sombra para Garisto: "Hoy soy el técnico de Estudiantes, mañana no sé..." Y Gimnasia se convirtió en el protagonista del mercado. En una plaza devaluada, los papeles cotizantes que están de moda son las "loboacciones".

 

 

Por GUSTAVO SENCIO (1993).

Notas: HECTOR COLLIVADINO.

Fotos: CARLOS DE LA IGLESIA y GABRIEL PIKO.