1952. Independiente 3 - River 3, el partido inolvidable
Borocotó testimonia un encuentro legendario, no sólo porque Independiente levantó un 0-3 inicial, sino que en cada equipo debutó un quinteto de ataque que habría de hacer historia. Con fotos y video.
A RIVER LE FALTO AIRE
El clásico de la primera fecha nos ha brindado un espectáculo superior al que estamos acostumbrados en la iniciación de todo campeonato. Bien nos consta que los equipos adquieren su fuerza máxima y su fisonomía particular ya sobre los finales de la primera rueda. Independiente y River Plate no han de precisar tanto, puesto que ya se mostraron el domingo y muy promisoriamente.
En el cuadro que actuó como local hay que solucionar un inconveniente en su defensa. Corrido Rubio como zaguero derecho, en un equipo que tiene la marcación hacia ese costado y por la cual ese back debe cuidar al puntero izquierdo rival, no anduvo bien. No formó, con Amaya, un sector que respondiera a la capacidad de ambos. Dicho en otras palabras, no se entendieron. El tiempo nos dirá si es que se mantiene tal alineación, si el sector adquiere la eficiencia necesaria; como también nos dirá si Independiente soluciona ese aspecto con algún cambio a introducirse. En cuanto a River Plate, no tiene otra cosa que solucionar que la del entrenamiento. Mientras tuvo "aire" el equipo jugó muy bien.
En ese primer tiempo River Plate hizo el gasto. Jugando con lentitud pero midiendo los pases, buscando el claro o gestándolo, al promediar la etapa se mostró como un absoluto dominador hasta merecer la diferencia de tres goles que llegó a tener. Si Independiente también merecía un gol, el que le tardó en llegar y que no obtuviera antes por las magistrales atajadas de Carrizo, lo innegable es que llegó un momento en que el ataque de River Plate accionaba con una precisión y una soltura que hasta llegó a la retención deliberada de la pelota a la espera del claro justo para el remate certero. En esos momentos alcanzamos a ver a Rubio buscando a Amaya y a éste a Rubio cuando los forwards de River movían la pelota y se desmarcaban con señorío y derroche de preciosismo.
Un segundo gol de Independiente a los 22 minutos de la segunda etapa pareció despertar a los delanteros riverplatenses, que salieron de su lentitud, de la comodidad en la que habían caído amparados en la diferencia de dos tantos. Reducida al mínimo, se animaron un poco y así gestaron varias cargas, en las que surgió Abraham bajo salvas de aplausos. Fue un momento, unos cinco minutos en que River Plate volvió a ser el del período inicial, pero luego comenzó a bajar lentamente por falta de "aire". Entonces la velocidad y la pujanza del quinteto rojo gestó riesgos y más riesgos, hasta que llegó el gol del puntero Micheli. Así, con mejor estado físico, con hombres más ágiles, Independiente logró un empate que parecía imposible de obtener en los momentos en que su rival, colocado tres e cero, desparramaba en el campo de Avellaneda habilidad y gallardía.
No porque haya decaído River Plate en la etapa complementaria diremos que ésta fue inferior a la primera, ya que ello parecería querer restarle e los rojos parte de sus merecimientos. En realidad aconteció tal cosa, por lo que decimos que no fue el mejoramiento de la defensa local, en la que jugó mucho Cardozo, lo determinante del empate, sino que hubo un poco de eso y mucho del decaimiento rival. No obstante, como primer match, nos agradó muchísimo, superando gratamente nuestros cálculos.
Es posible decir, con la sola base que acuerda un match, que ya los "vimos" a Independiente y River Plate, que ya sabernos de sus respectivas y apreciables capacidades. Ellas irán, justo es admitirlo, en aumento. El tiempo nos dirá su palabra definitiva al respecto. Sabremos si los rojos tapan la brecha defensiva ya consignada y si River Plate aumenta su ritmo de juego, llega a tener el "aire" que le faltó, sin perder por ello el señorío exhibido. Por de pronto sus jugadores y dirigentes se mostraron muy optimistas en cuanto al futuro, porque el equipo había jugado bien, con ensamble de líneas, armonía, pre cisión y derroche generoso de habilidad. No le anotamos ningún defecto; al adversario, solamente lo dicho.
Es bien poco en un partido iniciación de campeonato y es muchísimo lo que ambos prometen. Al parecer, se han presentado mejor que la mayoría de los que tienen aspiraciones al título en disputa. El tiempo nos dirá si esa primera impresión, con la endeble base de un solo match, se refirme. Confiamos en que el mismo factor acuerde a Independiente la solución del punto débil anotado. Sea con una mayor adaptación de Rubio el puesto, cosa muy factible, sea con algún cambio, en cuanto solucione ese punto está llamado a realizar una excelente campaña. No caeremos en el error de los vaticinios, siempre tan peligrosos en fútbol, pero lo innegable es que les hemos quedado agradecidos a River Plate e Independiente por el espectáculo brindado, muy superior al que esperábamos, al que podíamos exigir en un comienzo de campeonato.
BOROCOTÓ (1952)