Copa Davis

Del Potro y la Copa Davis: "Orsanic fue nuestro gran capitán"

El tandilense, íntimo, rememoró la ansiada conquista de la ensaladera en 2016 y destacó la labor del conductor deportivo de aquel proceso.

Por Pablo Amalfitano ·

14 de junio de 2023

ARGENTINA fue campeón de la Copa Davis por primera vez en su historia en 2016, el año en que quedó enterrado para siempre el maleficio. El día quedó grabado: fue el domingo 27 de noviembre en Zagreb, la capital de Croacia. Aquella fabulosa jornada Juan Martín Del Potro y Federico Delbonis dieron vuelta el 2-1 con dos triunfos épicos: el de Delpo, por el valor de una remontada increíble, después haber estado dos sets a cero abajo contra Cilic, número 6 del mundo. Y el de Delbo, por la tranquilidad con la que demolió al gigante Karlovic en sets corridos.

El triunfo, que comenzó a construirse el primer día con la victoria de Del Potro ante Karlovic luego de la luchada caìda de Delbonis frente a Cilic, tuvo su momento cúlmine con la proeza del tandilense, que igualó la serie cuando parecía que todo estaba encaminado para que Croacia levantara, una vez más, la Copa Davis. Todos los fantasmas, los de las cuatro finales anteriores, se hacían visibles en el Arena Zagreb, pero Argentina supo cachetearlos con aplomo.

Del Potro cerró, en Croacia, un capítulo que le había generado mucho dolor. Por presión, por las dos finales que había perdido, por la polémica definición en Mar del Plata 2008. En una guerra fría con la dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis (ATT) de aquel momento, incluso estuvo varios años sin jugar por la ensaladera.

En 2015 nació un plan a largo plazo que lo conquistó. Volvió, primero desde el borde de la cancha mientras se recuperaba de la lesión de la muñeza izquierda, y después con sus tradicionales escopetazos de drive. Llegaron otros dirigentes, apareció un capitán perfil bajo como Daniel Orsanic y todo empezó a encaminarse.

En presencia de El Gráfico, el tandilense rememoró aquella gesta: “Hay que aprender a sufrir para después disfrutar del logro. En Argentina con la Copa Davis se generaba algo muy especial. Cualquier chico del mundo te dice que quiere ganar Wimbledon, ganar el US Open o ser número uno; no menciona la Copa Davis. Nosotros, como buenos argentinos, queríamos lo que no teníamos. Yo estaba top 5, tenía medallas, pero no alcanzaba porque no teníamos esa copa. La trayectoria en la Copa Davis me había dolido muchísimo, porque también había perdido dos finales y me habían pasado cosas no muy lindas. Pero tenía que poner en la cancha lo que había aprendido de los errores del pasado: aprender del entorno, escuchar a mis compañeros, aprender del capitán”.

Y profundizó: “Nosotros convivimos todo el año con nuestro propio equipo y, de repente, vamos una semana a la Copa Davis y tenemos que entrenarnos cuando el otro no quiere o comer cuando dice el capitán. Es atípico. En la Copa Davis el capitán tenía que lidiar con un montón de egos, de problemas, de temas de programación, de viajes. Pero Orsanic, que fue nuestro gran capitán, tuvo ese plus de inteligencia y capacidad para saber escuchar. Supo ponerse en ese lugar y decir: ‘Ellos necesitan a su equipo, no me necesitan a mí. Yo acompaño, yo sumo, no impongo reglas’. También tuve grandes compañeros: yo les pude contar malas experiencias que había tenido para poner la Copa, lo deportivo, por delante de todo. Todo era con buena cara, con alegría: nuestro objetivo era volver con la Copa. Por eso la logramos”.

El exitismo argentino, sobre todo en el mundo del deporte, siempre tuvo un crecimiento exponencial. El propio Del Potro lo explicó: “Representar a la Argentina es una responsabilidad muy grande, porque nosotros somos muy pasionales y siempre tenemos a los mejores. No aceptamos un mal resultado. Cuando a mí me criticaban o me exigían yo pensaba: ‘Me piden a mí porque saben que lo puedo dar; no le dicen a otro’. Si me puteaban era porque yo podía dar más”.

 

Imagen Del Potro y Orsanic, dos pilares de la histórica gesta.
Del Potro y Orsanic, dos pilares de la histórica gesta.