Las Entrevistas de El Gráfico

Beto Acosta 100x100: “Con un San Lorenzo ordenado, voy de cabeza como manager”

Idolo de la hinchada azulgrana, el goleador afirma que visitó a la Virgen de Luján para que se salvaran del descenso, que no le gusta el perfil mediático de Caruso y que Messi está a la altura de Maradona. Tiene un hijo fanático de River.

Por Diego Borinsky ·

14 de agosto de 2012
Nota publicada en la edición de agosto del 2012 de El Gráfico 

Imagen EL BETO, hoy, pensativo, a los 46 años. Casi diez después de su retiro parece haber encontrado su destino: sería manager de San Lorenzo con Tinelli.
EL BETO, hoy, pensativo, a los 46 años. Casi diez después de su retiro parece haber encontrado su destino: sería manager de San Lorenzo con Tinelli.
 1 ¿Sufriste con San Lorenzo o lo viste de costado? ¡Qué de costado! Nunca pensé que a esta altura de mi vida iba a sufrir tanto, sobre todo con dos hijas tan fanáticas que me llevaban siempre a la cancha. Hasta fuimos a pedirle a la Virgen de Luján. Tuve miedo de que nos fuéramos a la B, de verdad. Hay que agradecerle a Banfield, porque si no se metía Banfield, San Lorenzo no tenía salida.

2 Ibas a la cancha pero no hablabas públicamente. Porque las cosas se estaban haciendo mal y no quería echar leña al fuego en un momento tan difícil. Me llamaban de todos lados pero preferí pasar.

3 Caruso no te gusta. No me gusta su forma de ser. No lo vi trabajar, pero al haber sido dirigido por técnicos como el Maestro Tabárez o Manuel Pellegrini, no me gusta el perfil tan mediático que tiene. Creo que lo va a tener que cambiar al estar en uno de los cinco grandes, aunque por cómo están actuando los dirigentes, más que un grande, San Lorenzo parece un club del ascenso.

4 ¿Qué sentiste al ver la pelea de Caruso con Fabián García? Risa e indignación al mismo tiempo. Imagino que Caruso se debe haber arrepentido. Fabián García fue compañero mío y es una muy buena persona.

5 ¿Te agarraste a piñas alguna vez con un compañero? Con el Gringo Heinze, en el primer entrenamiento del Sporting de Lisboa. Nos tuvieron que separar. En un picado, sin querer me di vuelta y le partí la boca. “Viejo choto”, me dijo; “Pendejo de mierda”, le respondí; nos dijimos de todo y nos fuimos a las manos. Los dos vivíamos en el mismo hotel, él desayunaba con su hermano, yo con mi representante, y ni nos mirábamos ni saludábamos, habían sido muy fuertes los insultos. En el equipo había otros argentinos: Facundo Quiroga, Duscher, todos pibes que venían a comer a casa, mi mujer les hacía milanesas; y pobre Gringo, estaba solo. Yo soy bastante orgulloso, pero como era el mayor, y me di cuenta de que había sido una estupidez, me acerqué y nos arreglamos. Hoy somos grandes amigos con el Gringo, hablamos muy seguido.

6 ¿A algún técnico tuviste ganas de trompearlo? La pasé muy mal con Giuseppe Materazzi, el papá del defensor. Lo tuve en el Sporting y no me ponía por pedido de los dirigentes. Quería que yo reaccionara para echarme y que no me pagaran más. Cuando a Materazzi lo echaron a los 6 partidos, me contó todo y me pidió disculpas.

7 “Sacate el corpiño de los ojos”. Uhhhh ¡qué frase! Fue en Proyección 86, un torneo que se jugaba en Vélez a cancha llena, con entrada gratuita y televisado. No había debutado en Primera y con Unión llegamos a la final contra River. Ellos tenían un equipazo: Gorosito, Caniggia, Troglio, De Vicente. Nosotros, a Passet, Altamirano, Catinot. Perdíamos 2-1, Pipo la paró con mano y nos metieron el tercero. Fui recaliente y le dije al línea: “Sacate el corpiño de los ojos”. Me echaron, al toque le tiraron algo al juez de línea y se suspendió el partido, un escándalo. Hace unos años, jugando en el intercountry, vino un señor y me dijo: “Vos no te acordás de mí, pero yo sí de vos, soy el juez del línea del corpiño”. Lo que nos reímos.

8 Vos eras de hablar mucho con los árbitros, ¿no? Con los árbitros y con los defensores. Los rivales me hablaban porque yo usaba mucho los brazos, agarraba de la camiseta, forcejeaba, me tiraba. Los árbitros también se me quejaban: “Dejá de complicarnos, de tirarnos a la gente en contra”. Yo era insoportable, hinchapelotas, verdaderamente.

9 De cada 100 faltas que te cobraban, en 50 el que hacía foul eras vos. ¿Verdadero o falso? (Piensa) Verdadero, pasa que yo agarraba antes y a los defensores les daba tanta bronca que terminaban agarrándome ellos a mí.

10 De tantas veces que ponías la cola, ¿nunca te encontraste con algún defensor mimoso? No, no, ja, ja, era todos leales.

11 ¿De pibe, trabajaste? Mi vieja laburaba en un peladero de gallinas y tenía que ayudar, bajarlas de los camiones. Las gallinas venían enjauladas, y las agarraba de donde podía. Te rasguñaban por todas partes, era terrible, duré un par de meses, era durísimo.

12 Algún consejo que te haya marcado cuando empezabas. Que no les fallara a mis compañeros. Eso lo traje de Unión, donde había mucha gente grande que las había vivido todas: Bottaniz, Mario Alberto, Cárdenas, Regenhardt, Chiqui García, Cacho Córdoba. Todos ellos hablaban mucho con los más chicos.

13 Te costó meter tu primer gol. Seis partidos tardé, entonces el Profe Castelli, que me había hecho debutar, un tipo excelente, dejó las cosas en claro en la charla técnica: “En el banco hay otra gente que también pide su oportunidad, así que esta es tu última chance”. Fui la figura contra Independiente y metí el gol de mi equipo. Si no, iba pa’ fuera y andá a saber cómo terminaba la historia.

14 ¿Cómo nació el festejo de gol con los cuatro dedos? En Portugal, porque cada vez que metía uno, mi hijos me pedían que se lo dedicara, mi mujer lo mismo, y yo no metía tres goles por partido, entonces nació la más chiquita y se me ocurrió ese gesto para abarcar a los cuatro, y listo, todos contentos.

15 No te gustan los festejos raros. No, yo soy clásico hasta para vestirme. El gol es muy especial, a mí me gustaba cantarlo con la gente, abriendo bien los brazos. Eso me lo enseñó Luque, me decía que tenía que sentir que me abrazaba con la gente. Leopoldo también me enseñó a usar los brazos para jugar, como técnico de la Tercera de Unión.

16 ¿Hablás con él? Lo llamo cada fin de año, es un gran referente para mí.

17 ¿Y a un referente se lo invita a comer milanesa de caballo? Es que en los pueblos se usa hacer cosas con carne de caballo. Una vez lo invité a él y a un par de compañeros. Son ricas, eh, parecidas a las de vaca.

18 ¿Vos jugabas en Unión con la camiseta de River abajo? Lo hice un par de partidos en la Tercera. Me acuerdo de la primera vez que pisé La Bombonera, me la puse pero no para mostrarla en un festejo sino porque era hincha de River y lo sentía.

19 Mickael, tu hijo mayor, ¿no se enojó por todas las veces que embocaste a River? Micka es fanático de River y no hubo forma de cambiarlo. El día de mi gol 100 en el fútbol argentino fue contra River en el Monumental: uno de penal y otro de atropellada. Había ido a la cancha con mi hermano y cuando nos subimos al auto todos me felicitaban y Micka no me dirigía la palabra. En casa, mis hijas me habían armado un cartel con el 100, vino toda la familia a festejar y él se metió directo en su pieza y no bajó en toda la noche, de lo caliente que estaba. Esa tarde, me contó mi hermano, cuando me cobraron un penal se paró en la platea a los gritos: “Se tira, siempre se tira”.

20 ¿Por qué te salió de River? En el 96 yo jugaba en Japón, él vino a pasar las vacaciones con la familia, justo River ganó la Libertadores y cuando fue a mi pueblo lo agarraron mis hermanos, mis suegros y mis viejos, que son todos de River, le pusieron la camiseta y Micka no se la sacó más. Hoy tiene 21 años, juega en Fénix y sigue siendo muy fanático: se tatuó un escudo de River y cuando pierde se encierra y no quiere salir.

21 ¿Le pesó el apellido o sus condiciones le dan para jugar en la C? No sé si le pesó el apellido o no, Micka es muy callado, introvertido, no debe ser fácil para ningún hijo de exjugador, más si es delantero como el padre, pero está en una etapa de divertirse con el fútbol, aunque le gustaría jugar más minutos.

22 Hablaste de tu hijo, ¿tu mamá también se enojó con vos cuando pasaste a Boca, o no? Mi vieja estuvo dos semanas sin hablarme. Muy hincha de River, también. Jamás se imaginó que yo podía pasar a Boca, porque en Arocena había cargadas, los de Boca le ponían las camisetas en las ventanas. “¿Así que tu hijo era tan hincha de River y ahora se pasó a Boca?”, le decían. Mi mamá lo vivió como una traición a la familia, no me quería atender por teléfono, hasta que entre mis hermanos y mi viejo la hicieron entrar en razones.

23 ¿Estuviste cerca de jugar en River? Dos veces. La primera fue en el 89, Merlo era el técnico; y Alonso, el manager. Me llamó el Beto y nos juntamos a almorzar en la Costanera. El Beto era mi ídolo de la infancia, yo estuve muy nervioso toda la comida. Me contó que me querían en el club y cuando terminó el almuerzo le pedí el autógrafo, con vergüenza. “Con afecto, al nuevo jugador de River”, me puso, o algo así. Al final no se hizo el pase.

24 ¿Y la segunda? En el 95, yo jugaba en la Católica, había ido a la Copa América en Uruguay, charlé con Ramón Díaz, estaba todo arreglado, pero cuando volví de la Copa se suicidó Raimundo Tupper, uno de mis mejores amigos del plantel. Yo me sentía muy cercano a su familia, y por eso decidí quedarme en Chile. Fue algo muy fuerte, nunca dio una señal de que estaba mal. De no ocurrir eso, hubiera ido a River, así es el destino.

Imagen TAPA de El Gráfico en elocuente manifestación de alegría por un gol.
TAPA de El Gráfico en elocuente manifestación de alegría por un gol.
 25 Encima, a River siempre le metiste goles. La gente de Boca recuerda mi paso por el club por los goles que le hice a River. Estuve un solo año, jugué dos clásicos oficiales, los dos en el Monumental: metí un gol en cada uno y ganamos los dos. Amistosos, jugué tres y metí cuatro goles, uno con la mano. En total fueron 6 goles en 5 clásicos, una racha tremenda.

26 ¿No te daba pena? No, para nada, solo me dio pena una vez que le metí un gol a Unión, por el sentimiento de haber salido de ahí, pero a los demás equipos, no. River fue el equipo al que más goles oficiales le metí (9), supongo que habrá tenido que ver con su estilo, de dejar espacios, porque te atacaban siempre. Con Boca, las veces que les ganamos, nos cascoteaban el rancho y terminábamos ganando nosotros de contra.

27 En el Clausura 93 estabas en el banco, metiste el gol del triunfo y cobraste. El técnico era Habegger y ganamos 1-0 con mi gol. Yo me tenía que ir rajando para Arocena porque bautizaban a mi hija; y mi viejo, encima, estaba internado. Me acompañaba Chiqui Rubio, de El Gráfico, que me quería hacer la nota. “Dale, vení y la hacemos en el camino”, le dije. Iba con el bolso grande al hombro y en el apuro salí por el camino equivocado y aparecí por el hall de la San Martín, lleno de hinchas de River. Ahí agaché la cabeza y le metí, pero uno se dio cuenta, me tiró un vaso de Coca y una trompada atrás, que me hizo caer. Atiné a agarrar el bolso, levantarme, y seguir, llegué hasta el micro y me subí. A los 5 minutos un policía me trajo al muchacho. Bajé, la novia lloraba y rogaba que no lo metieran preso. “Ya está, ya sufrió bastante con el partido, dejalo ir”, le dije al policía.

28 ¿Por qué apenas un año en Boca? Porque no la pasé bien, en los últimos meses llegó Menotti y me mandó al banco, se venía el Mundial 94 y como tenía esperanzas de ser convocado y necesitaba jugar, decidí irme.

29 ¿La pasaste mal por el grupo? ¿Eras halcón o paloma? Nada… era gorrión (risas), yo me llevaba bien con todos. Siempre hay egos en equipos con jugadores de renombre, pero no era tan grave.

30 ¿Los hinchas de San Lorenzo te perdonan tu paso por Boca? Costó mucho, eh. Para ellos fue peor que jugara en Boca a que lo hubiera hecho en Huracán, hoy el clásico de San Lorenzo es Boca. Igual, yo sabía que con goles lo daba vuelta... Goles son amores (risas).

31 ¿Qué se siente ir perdiendo 5-0 y que tu propia gente te grite “Ole” ante el toqueteo del rival? Ese día, con Colombia nos comimos un garrón bastante grande, la gente se sentía decepcionada y nosotros más todavía al saber que nos estaban bailando. Yo me perdí un par de goles, y cada vez que atacaban, ellos nos metían uno.

32 ¿Merecías ir a algún Mundial? En el 94 estaba para pelear por un lugar, pero se metió Ortega sobre la hora. Me dolió mucho no ir, porque había jugado en las Eliminatorias y en la Copa América del 93, pero nunca le guardé rencor a Basile. Y mirá la lealtad de uno, porque yo tenía el mismo representante que Basile, Cacho Recassens, y jamás le sugerí ni le dije nada. Esos eran mis códigos.

33 El delantero más parecido a vos. Por la manera de poner el cuerpo y jugar de espaldas, Tevez. Después, si es por identificarme con uno, elijo al Tanque Silva, porque va a todas y no da ninguna por vencida.

34 ¿Tuviste miedo en alguna cancha? Sí, cuando casi nos mata la Doce. Fue en el 92, jugábamos la Libertadores y estábamos concentrados porque Areán había puesto a los pibes. Fuimos a la Bombonera con Pipo y Matosas a ver el partido. Salimos faltando cinco minutos y en el estacionamiento estaba toda la hinchada de Boca. Uno insultó al uruguayo, le dijimos que no contestara, pero siguieron puteando; y en una, Matosas se dio vuelta y les dijo algo. A los dos segundos estábamos rodeados, nos empezaron a empujar, y justo de atrás alguien pegó un grito: “Al Beto y al Pipo ni los toquen”. Era José Barritta, El Abuelo.

35 ¿Te asustaste un poquito? ¿Un poquito? Pensé que moríamos ahí mismo. “Métanse al auto”, nos dijo El Abuelo, y nos fuimos todos transpirados, cagados.

36 ¿Por qué apenas 6 goles en Toulouse? Arranqué mal porque el empresario que me llevó me robó la prima. No quiero ni decir el nombre, pero me cagó y terminé jugando sólo por el sueldo. Eso me tuvo muy mal. Igual, la gente me ovacionó un día
.
37 ¿Uno solo? El día que el arquero se había lesionado, no había arquero suplente y yo levanté la mano para atajar. Ganábamos 1-0 y nos empataron al final, pero todo el estadio me ovacionó por el gesto. Fue mi último partido en el club.

38 ¿En dónde sos más ídolo: en San Lorenzo o en la Católica? Es difícil, ahí también pondría al Sporting. Un poco más en San Lorenzo, pero en los otros dos me quieren muchísimo. En Chile viví tres años espectaculares, en el primero metí 33 goles en 26 partidos y en el último pudimos ganar el campeonato. Yo sabía del afecto, por los foros y entrevistas, pero decir que fui uno de los máximos ídolos de los últimos 20 años es fuerte. Y ni hablar de lo que sentí el día que entré al campo con un estadio repleto. En el Sporting pasó lo mismo cuando el club cumplió 100 años y me invitaron. No sabía que me iban a hacer entrar al estadio, porque había un partido de UEFA, y fue tremendo: tuve que hablar para toda la gente.

39 ¿En portugués? En portuñol, la clásica, y todo el estadio me cantaba la canción de cuando jugaba, “Matador, matador, Beto Acosta é o nosso matador”.

40 ¿Qué fue lo que más te impactó de ese ciclo? Que salimos campeones después de 18 años y me eligieron entre los 10 futbolistas más importantes en cien años de historia. Y eso que jugué apenas dos años y medio.

41 Habías empezado mal. Llegué lesionado de un partido con San Lorenzo en que me aplicaron mal una inyección. El líquido quedó en la superficie, me tocó el ciático y no podía moverme. Estuve tres meses para que me terminaran de limpiar toda la carne muerta que me quedaba; todos los días me cortaban un poco de carne con un bisturí. Horrible.

42 ¿La prensa te mataba? A Bola, uno de los diarios más importantes, me puso en la tapa… en silla de ruedas. Era un fotomontaje, me mostraban como un viejo. “Este es el delantero de Sporting”, decía. En ese momento me dije: “Esta gente que hoy se ríe de mí me va a venir a pedir disculpas”. Y así ocurrió. Fui campeón, goleador del equipo y tuvieron que venir a pedirme disculpas.

Imagen ABRAZADO con Gorosito, gran amigo y el principal socio en la cancha. Fueron compañeros en San Lorenzo, la Católica, Yokohama y la Selección.
ABRAZADO con Gorosito, gran amigo y el principal socio en la cancha. Fueron compañeros en San Lorenzo, la Católica, Yokohama y la Selección.
 43 ¿Qué te llamó la atención de tu paso por Japón? La rapidez con la que comían. Lo controlábamos por reloj con Zapata, Bisconti y Pipo: tardaban 7 minutos. Y después eructaban. Nadie se quería sentar con nosotros porque estábamos 45 minutos...

44 El compañero más divertido. Adrián González, el Loco; no el de Arsenal, el de Banfield. Iba por la calle, les pegaba una patada abajo a los carteles y se hacía el que se los llevaba puestos, se tiraba al piso y las señoras se acercaban a ayudarlo...

45 El mejor técnico. Pellegrini, lejos. Por la forma en que maneja los grupos, por cómo es como persona, su método de entrenamiento que sorprendió a todos.

46 ¿Y el peor? Uno que tuve en Japón, ni me acuerdo del nombre. Nos llevaron a mí y a Pipo por una fortuna y nunca nos ponía juntos. No entendía nada de fútbol.

47 El día más feliz y el más triste en el fútbol. El más feliz fue cuando jugué con mi hijo en Fénix. Era un partido oficial y nadie me quita de la cabeza su cara de alegría cuando se acercaba (se emociona). Formamos la delantera, aunque me tiraba un poco atrás para manejarlo a él. Yo me había retirado pero por esas locuras que uno a veces tiene, volví para cumplir ese sueño increíble. El día más triste fue cuando me enteré del suicidio de Tupper.
48 ¿Cómo se te ocurrió jugar al fútbol playa? Me invitaron porque necesitaban un delantero que jugara de espaldas. Fui al primer Mundial en Río de Janeiro, nos eliminó Francia, que tenía a Cantoná. Era durísimo, y además si tocás apenas a un rival te cobran foul, imaginate con mis brazadas.

49 ¿Cómo nació tu amistad con Almeyda? En el Showbol, un grupo de exjugadores que vivíamos circunstancias muy parecidas, después nos fuimos un par de vacaciones juntos con las familias a Pinamar, y fui un poquito responsable de que volviera al fútbol. Al menos, es lo que me dice él.

50 ¿Es cierto que tenés el récord de carteles machucados en el BAF, su complejo? Son todas mentiras, si ahí llevo un gol cada dos partidos, mantengo el promedio de mi carrera profesional. Hay otros que ni tocan los carteles, las tiran todas por arriba. Hablamos de Gabriel Amato y de Matías Almeyda.

51 ¿A qué defensor no querías enfrentar? Al principio, a Gutiérrez y Ruggeri, de River: fuertes, con cara de malos. Monzón también era duro. En Francia estaban Basile Bolí y Mozer, una dupla terrible del Marsella, no sabía para dónde me convenía disparar.

52 ¿Te acordás el día que te insultó por primera vez la gente de San Lorenzo? Cuando vine con la Católica a jugar un amistoso porque inauguraban un codo del Gasómetro, en el 95. Miele me iba a entregar una plaqueta, y cuando salimos a pisar el campo de juego me dijeron de todo, entonces le pedí a Fernando que me dé la plaqueta en el vestuario, para no pasar un mal momento. A la gente le había dolido mucho mi ida a Boca.

53 Hoy es imposible imaginar que te hayan puteado. Es cierto. Y en el partido fue peor todavía; porque encima, Ruggeri me tiró la gente en contra...

54 Tu consagración como gran ídolo cuervo se produjo en tu cuarta etapa, al final. Sí, de hecho cuando volví en el 98 para mi tercera etapa, también la pasé mal los primeros 3 o 4 meses. Me insultaban, yo me la banqué hasta que un día me saqué y les respondí con un gesto. Fue contra San Pablo, por la Mercosur, metí un golazo y fui hacia la platea sur y les hice el gesto de “Tomá”.

55 Cuando estabas en Portugal te preguntaron por tu regreso y hablaste de Unión, no de San Lorenzo, ¿por qué? A mí me hubiera gustado retirarme en Unión, para cerrar el ciclo, y porque había jugado solo dos años y casi no lo había disfrutado. En San Lorenzo ya había tenido tres ciclos y estaba un poco caliente por los insultos de la última vez, veía que mucha gente no me valoraba.

56 ¿Qué es lo que menos te bancás del ambiente del fútbol? La hipocresía, los pocos códigos que hay. Hoy los jugadores le cuentan al periodista todo lo que se habló en una reunión grupal, se mandan en cana entre ellos, no lo puedo entender.

57 ¿Existen los técnicos cometeros o es un mito? Deben existir. Cuando se habla tanto de un tema es porque algo hay, escuché muchísimas historias, pero como no tengo pruebas no doy nombres.

58 ¿Seguís usando sunga? Ja, ja, la dejé hace un par de años. Cuando se hizo el pase a Boca yo estaba en Florianópolis y salí en El Gráfico en una foto con sunga, es verdad.

59 ¿Messi está a la altura de Maradona? No hay dudas de que sí, está a la altura de los más grandes de la historia. Y todavía le quedan varios años de carrera…

60 Un periodista. Siempre me gustaron mucho los relatores más que los periodistas. Conocí al Gordo Muñoz en un viaje a Japón, una persona excelente, y Víctor Hugo siempre me gustó por cómo gritaba los goles.

61 ¿Cuál es tu mayor orgullo como futbolista? Que no traicioné nunca al compañero y fui positivo en los grupos que integré. Ese reconocimiento como compañero más que como futbolista es lo más importante para mí.

62 En un ranking de 100 futbolistas metidos a golfistas, ¿en qué puesto te ponés? En el Top 20 estaré. De los que conozco, los mejores son Cascini, el Beto Alonso, Traverso, el Guly, después están algunos ladris como Chapa Zapata. No son malos, son ladrones; ladris, según la jerga golfística (risas).

63 ¿Con Ameli te seguís viendo? Eramos amigos, pero después de que él desapareció del fútbol, se cortó. Me llamó cuando supo de mi operación, como yo había sido una de las pocas personas que lo llamó cuando tuvo su conflicto con Tuzzio.

64 Tu mayor defecto y tu mayor virtud como persona. La virtud es ser demasiado bonachón. Y el defecto, lo mismo, porque no sé decir que no y a veces hay que saber meter un freno. Sufrí varios desengaños.

65 Si un día aparecen tus hijas con novios, ¿cuál es el mal menor, que sean de Boca o de Huracán? Por suerte todavía no trajeron ninguno. Milagros tiene 12 y Sol, 19. Es complicado lo que me planteás, no sé; si son de San Lorenzo o de River pueden entrar y los estudiamos, pero si vienen de otros equipos...

Imagen DOS TITULOS, ambos internacionales, son los que logró Acosta con la casaca de San Lorenzo.
DOS TITULOS, ambos internacionales, son los que logró Acosta con la casaca de San Lorenzo.
 66 ¿Qué sentiste cuando San Lorenzo ganó su primera Copa internacional? Fue contra Flamengo, por la Mercosur. Llegó la definición por penales, yo erré el primero, ellos metieron y Serrizuela también erró el segundo, estábamos al horno, yo me quería matar. La cancha llena, la ansiedad de la gente que nunca había tenido tan cerca un título internacional... patear ese primer penal era una gran responsabilidad, y yo la asumí, pero lo pateé horrible y me lo atajaron, sentí la presión de toda la historia de San Lorenzo. Por suerte apareció el gran Saja y cuando atajó el último, la gente invadió pensando que ya estaba, pero faltaba el de Capria. Se paró todo por cinco minutos. Yo estaba con Michelini, no quería ni mirar, y el Coco parecía que estaba en el fondo de su casa. “Tranquilo, se la pico y ganamos”, nos decía. Me agaché, con la cabeza entre las piernas, y cuando escuché la explosión de la gente salí corriendo a festejar.

67 La gente se olvidó de que erraste porque ganaron; si llegaban a perder... Los penales son terribles, sin duda quedás marcado para siempre. En ese momento yo quería meterme en un pozo por dos meses, hay que tener huevos para patearlos.

68 ¿Te molesta cuando dicen Club Atlético Sin Libertadores de América (CASLA)? Sin duda que jode; somos el único grande que no la ganó. La historia es así, pero todavía queda mucho por delante.

69 ¿Cómo manejaste ser dirigido por un amigo como Gorosito? Fue extraño, y también gratificante, porque Pipo sabe muchísimo. Pero lo aclaramos al principio: si me tenía que sacar, que me sacara sin problemas, pasaba por el respeto hacia mis compañeros, a tipos como Michelini, Capria, Paredes, que no vieran que era un acomodado.

70 ¿Te arrepentís de haberte retirado cuando te retiraste? Estabas en un gran nivel. Podría haber seguido unos años más, sobre todo hoy viendo a un Schiavi o a un Fuerte con 39 jugando en un gran nivel. Quizás me apuré, en su momento anuncié que seguía 6 meses y hacía el partido despedida, y estuve un poco preso de ese anuncio.

71 ¿En el intercountry seguís con tus mañas? No, es más tranquilo, me tiro atrás y no les protesto a los árbitros. Salimos campeones este fin de semana con Haras de Pilar: metí 14 goles en 12 partidos, tengo de compañero a mi amigo y vecino el Flaco Passet, enfrentamos a Ruggeri, que está en otro. El Cabezón juega de diez, se la tiran para que cabecee, da para todo el intercountry.

72 ¿Mantenés contacto con Pellegrini? Sí, hace poco vino a la Argentina y fuimos a comer. Le gusta el golf y siempre me invita a jugar, aunque es bastante tronco y le gano siempre.

73 ¿Nunca te propuso integrar su cuerpo técnico? Manuel siempre me invita a pasear al lugar donde esté dirigiendo. Lo hizo en Madrid, en Villarreal y ahora en Málaga, me dice que vaya a su casa, mantenemos una gran relación, pero de trabajo: nada.

74 ¿Te gustaría? Claro, para aprender de fútbol pero sobre todo a nivel humano. Lo que pasa es que yo tampoco nunca me definí acerca de lo que quería hacer.

75 Varios excuervos se acercaron al club con Abdo, ¿a vos nunca te llamaron? Abdo se la jugó por Los Matadores, no se acercó a esta época nueva, quizás por lo que vivió como hincha.

76 ¿Cómo es un día tuyo, hoy? Llevo a las chicas al colegio, una vez por semana juego al golf porque me apasiona, me junto con un par de amigos a desayunar, trato de compartir más tiempo con la familia, voy a ver algún entrenamiento, juego al fútbol los fines de semana; pero es muy difícil, son muchas horas, se hace aburrido. Después de mi operación me metí en mi casa y me costó más salir.

77 ¿Pero qué querés hacer? No es fácil reinsertarse cuando uno deja el fútbol. Hice algunas cosas, pero todavía no encontré lo que quiero hacer, no lo tengo claro. Muchos me dicen que sería un gran entrenador, pero tampoco termino de sentir esa vocación. Hubiera sido importante para San Lorenzo que pudiera meterme como manager, al estilo de Bassedas en Vélez, pero en un club ordenado, porque siempre fui serio. Hoy es muy difícil arriesgarse a que te insulten por nada.

78 ¿Será que sos muy exigente y tenés miedo a defraudar? El miedo está, pero hay que intentar, y seguro que cuando intentás tendrás tus golpes. Yo he sido muy exigente conmigo mismo como futbolista y a lo mejor ese es el miedo, pero va a llegar el momento en que tendré que jugarme por algo.

79 ¿No ibas a ser ayudante de Almeyda? Matías tuvo que decidir en menos de un día para armar su staff. Las veces que lo hablamos, cuando él era futbolista, quizás no me vio muy decidido, y terminó inclinándose por otra gente. Y está bien, porque más allá de la amistad, tenés que llevar gente que sepa hacer las cosas y que esté convencida.

80 Si hoy te dijeran: “Elegí algo”, ¿qué harías? Si me decís que San Lorenzo está ordenado, voy de cabeza a darle una mano como manager. Hace algunos años casi se da con Marcelo (Tinelli). El técnico era el Cholo (Simeone), hablamos con él, estaba todo bien, pero vi el tema una semana y era lo mismo que ahora, un caos. Marcelo pensaba que yo podía serle útil al club por mi imagen de ídolo, pero vi ese caos y le dije que no. Se enojó, pero a los diez días se fue él también y me dijo: “Tenías razón”. Quién sabe se pueda dar en un futuro cercano...

81 ¿Qué harías como manager en un club ordenado? Ser un nexo entre los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. En mi época, íbamos siempre a hablar con el presidente y salteábamos al resto; ya sea por falta de pago, por problemas de concentración, de ropa, pero el presidente se tiene que ocupar de otras cosas y para el jugador es bueno que haya una persona cercana con poder de decisión.

82 ¿Te pusiste un plazo para decidirte por algo? Y… hasta que me echen de mi casa. Es difícil, ya como futbolista me sobraba el tiempo, pero sabía que al otro día tenía que ir a entrenar y por eso necesitaba descansar. Cuando dejás, es peor, te sobra el tiempo por todos lados. Es muy importante, para los que están por terminar la carrera, que tengan algo apenas dejen el fútbol, aunque sea un quiosco, así sabés que todas las mañanas vas a tener que ir a abrirlo, ocupás el tiempo, más allá del año sabático que quieras tomarte apenas terminás. Pero así te vas preparando; si no, después pasa el tiempo y cada vez se hace más difícil arrancar con algo.

83 El fútbol no te prepara para el día después. No, y debería nacer de Agremiados, trabajar en lo psicológico, prepararte antes de que llegue el último día.

Imagen CON SUS PADRES, en el partido de despedida, diciembre de 2003.
CON SUS PADRES, en el partido de despedida, diciembre de 2003.
 84 ¿Extrañas el elogio, salir en los medios? Va pasando el tiempo y decís: “La pucha, hice cosas lindas en el fútbol”. Porque la gente te sigue recordando, te cruzás con un padre que le dice a su hijo “Vos no sabés los goles que hizo este hombre”, y eso me llena de orgullo. Seguro que me levantaba y me gustaba verme en las tapas de los diarios, pero con los años te acostumbrás a que no jugás más.

85 ¿Te bajoneaste en estos años? No al punto de decir “depresivo”, ni al punto que vivió Matías (Almeyda), pero sí tuve bajones normales. Intenté ir a un par de psicólogos pero no funcionó. A lo mejor pensaba que me iban a arreglar la vida en 3 o 4 sesiones y no es así, te lleva un tiempo. Y para eso no me daba.

86 ¿Puede ser que no te metés en el fútbol por temor a defraudar, que te paralice ese miedo? Puede haber algo de eso, por como soy yo, pero también a mí me gusta hacer las cosas tan bien y tan derechas y hoy el fútbol no está bien ni derecho, entonces tengo miedo de entrar en esa vorágine de muchas cosas feas que pasan, de engaños y arreglos.

87 ¿Te juega en contra haber alcanzado el grado de idolatría que alcanzaste? Por supuesto que me juega en contra pero la gente que te quiere bien, te dice: “Jugátela porque si sos derecho te vas a equivocar como todos, pero a la larga te va a ir bien”. En eso estoy.

88 ¿Te ilusionaste con la posible llegada de Tinelli en estos días? Sí, porque hoy estamos en el fondo y hay que salir como sea. No sé si siendo el presidente, pero creo que en alguna Marcelo puede participar. San Lorenzo es un club a la deriva, ojalá se arme rápido la próxima Comisión.

89 ¿Cuál es la solución? Esto viene de muchos años. La única que hay es que se junten todas las fracciones políticas y vayan para el mismo lado.

90 ¿Nunca pensaste que tirarle un caño a Tinelli en tu partido despedida te podía salir muy caro? Me surgió en el momento, pero Marcelo también salió con las piernas muy abiertas, no me dejó opción (risas)…

91 ¿Quiénes son, para vos, los 5 máximos ídolos de San Lorenzo? No sé... Sanfilippo, el Bambino, Los Matadores: Telch, Villar, agregaría a Bernardo (Romeo), al Pipi (Romagnoli), y en algún lugar puedo entrar, no entre los 5 pero sí entre los 10 quizás...

92 ¿Vos imaginabas antes de tu último regreso al club, una fiesta despedida como la que tuviste? Imposible, ni soñado, porque hasta mi último regreso no había ganando ningún título en San Lorenzo, faltaba algo, y se dio al final. Es un recuerdo imborrable. Y el agradecimiento a la gente que llenó el estadio.

93 ¿Cuántas butacas del Nuevo Gasómetro se construyeron con la plata de tu venta a Boca? Creo que muchas. Es un honor haber ayudado a que se pueda construir algo del nuevo estadio. En mi época sufrí mucho no poder jugar de local en la cancha propia.

94 ¿Uno de los codos es tuyo? Yo creo que más que un codo.

95 ¿La idolatría te llegó al final por los títulos o porque jugabas con otra tranquilidad? Por todo. Creo que la gente se dio cuenta de que sentía de verdad la camiseta, entendió que no venía a robar, porque corría como un pibe más. Y fue coronarlo con los dos títulos que me faltaban con la camiseta de San Lorenzo.

96 ¿Te quedó alguna secuela del cáncer de tiroides? No. Es un tema superado. Debo hacerme controles normales cada seis u ocho meses, y tomar una pastilla todos los días, que reemplaza de algún modo a la tiroides.

97 ¿Tuviste miedo de morirte? Cuando te nombran la palabra “cáncer”, el impacto es fuerte. Las primeras doce horas fueron terribles, no caés; más para una persona como yo que no había entrado jamás a un quirófano. Después averigüé y, si me daban a elegir un cáncer, elegía el de tiroides.

98 ¿Cómo fue el tratamiento con yodo radiactivo? Duró una semana y no podía estar en contacto con nadie. Me encerré en mi cuarto y me vi todas las películas y series. Mis hijos me golpeaban la puerta, me gritaban “La comida”, dejaban la bandera en la puerta y salían corriendo (risas). Yo les decía “Corren como ratas”. Esa semana estuve tirado solo en la cama, ahí pensás y pensás. Decidimos con mi mujer no contárselo a nadie salvo a los íntimos para no agrandar nada, pero a los siete meses tuvimos que aclararlo porque en los medios empezaron a decir que tenía cáncer y ya estaba casi muerto.

99 ¿Qué tenés en el ojo? Terigios se llama, es una carnosidad que te va comiendo. Me lo operé en Francia.

100 ¿No te molestaba para jugar? No, para nada, al arco lo veía bastante bien (risas). Y dejame cerrar agradeciendo a mi familia. Yo soy muy familiero, y si no hubiera sido por Rosana, mi mujer, que me bancó en todas, por mis viejos, mis hermanos y mis hijos, nada de esto existiría hoy.

Por Diego Borinsky. Fotos: Emiliano Lasalvia y Archivo El Gráfico