Las Entrevistas de El Gráfico

Daniel Amigo, el estadounidense que quiere jugar en la Selección Argentina

Juega en la NCAA con los Denver Pioneers y tiene un vínculo muy fuerte con sus raíces y su objetivo es ser una las renovaciones de la Generación Dorada. La historia de este pivote que ama la carne y el dulce de leche argentino. Sus orígenes. Messi, Luis Scola y Donald Trump.

Por Redacción EG ·

13 de marzo de 2017
Imagen Amigo con la camiseta de los Denver.
Amigo con la camiseta de los Denver.
¿Cómo un basquetbolista nacido en Estados Unidos puede desear jugar para la Selección Argentina? La respuesta es sencilla y tiene varios culpables: el primero y principal, se llama Juan Andrés Amigo, el padre de Daniel Amigo, que vivió más de 30 años en Buenos Aires y que caminó y se crió en las calles de Caballito hasta que se tuvo que ir a buscar trabajo al país norteamericano y que día a día le cuenta a su hijo cómo es la Argentina; el segundo es Manu Ginóbili, claro, el mejor jugador de la historia nuestro, que lo inspiró al pivote de Denver Pioneers de 21 años y 2.08 metros de estatura, que juega en la NCAA y que estudia Finanzas en la Universidad más antigua de ese país.

Después de dos semanas de paciencia y con casi diez mil kilómetros de distancia, Daniel decide contarle su historia a El Gráfico, desde su habitación en la Universidad de Denver, que está situado en el estado de  Colorado, mientras se clava un combo de Subway.

-¿Cómo es El Paso, el pueblo en donde naciste?

-Ahora estoy viviendo en Denver, pero he estado en El Paso toda mi vida. Es una ciudad chiquita, no hay mucho para hacer. Solamente voy para estar con mi familia y con mis amigos. En mis tiempos libres jugaba al baloncesto y miraba mucha tele. Es una zona muy tranquila y hay muchos mexicanos porque está en la frontera con México.

Daniel habla muy bien en castellano y tiene acento mexicano. En la entrevista telefónica, por momentos, se le escapó el inglés. Él es así y por eso, decidimos transcribir sus palabras tal cual las pronunció.

-¿Cuándo empezaste a jugar al básquet?

- Empecé en segundo grado a jugar al baloncesto, cuando tenía 8 años. También jugué al futbol y al futbol americano. El básquet era el tercer deporte que hacía, pero como era muy alto me empezó a gustar. Aunque me gusta mucho el futbol americano también.

Imagen Daniel (a la derecha) con su amigo, después de un partido de futbol americano.
Daniel (a la derecha) con su amigo, después de un partido de futbol americano.
-¿Qué es lo que tanto les atrapa a los estadounidenses del futbol americano?

 -(Se ríe) No sé… me gustaba pegar mucho, ja. También me gustaba el fútbol, pero era muy alto para eso.

La pasión por el futbol americano la fue adquiriendo de la mano de su hermano Alejandro, que lo jugó por mucho tiempo. Su padre es agente de seguros y su mamá, Socorro, nacida en México, lo ayuda en eso. Tiene otro “brother” que se llama Diego, de 39 años, y que vivió 18 años en Buenos Aires con su papá.

-¿Cuándo empezaste a soñar con vestir la camiseta de la Selección Argentina?

-Pues siempre mi papá me habla de los deportes de la Argentina, como el fútbol, y siempre me habló de Manu Ginóbili, que ha sido mi jugador favorito. Siempre los he seguido a los de la Generación Dorada, son muy buenos, siempre quise jugar para ellos. Sé que se van a retirar jugadores y a lo mejor puedo tener una chance. Es mi sueño jugar para la Selección Argentina. Voy a entrenar muy duro para que eso ocurra.

-¿Pudiste hablar con algún jugador de la Generación Dorada?

-Luis Scola me mandó un correo electrónico la semana pasada. Me dijo que cuando quiera vaya a ver un entrenamiento o un juego de él para conocerlo. Justo en la semana que vino aquí en Denver, yo no estaba. Me dijo que me ha seguido, también. Estoy muy contento por eso.

-¿Cuándo fue que creciste tanto de estatura?

-¡Oh! Pues, en quinto grado era muy alto comparado a todos mis compañeros de la escuela. Y luego en la High School fue cuando crecí muchísimo. Creo que soy un poco más rápido que los de mi estatura, eso me ayuda mucho para mi juego.

-¿Cómo es tu rutina?

-Ahora estoy en el colegio, en el University Denver división uno, ahora soy Junior. Hace unos días terminé la temporada. Tengo un año más en el colegio y uno más de baloncesto. Estoy estudiando Finanzas. Es rara la escuela aquí: son tres trimestres y en julio termino este año. Tengo escuela a la mañana y práctica a la tarde. No sé cómo va a ser el tercer trimestre.

-¿Por qué elegiste estudiar Finanzas?

-No sabía que quería hacer. Creí que era lo mejor, “the great” para ganar dinero, después de que termine de jugar al baloncesto.

Imagen El pivote con la casaca de la Selección Argentina de fútbol.
El pivote con la casaca de la Selección Argentina de fútbol.
-¿Qué te gustaría conocer de la Argentina?

-Quiero ir a Buenos Aires y ver en dónde mi papá creció. Después me gustaría recorrer todo el país. Nunca tuve la oportunidad de ir. Mi papá me dice que hay mucha carne ahí. Me gusta mucho “el carne” y el dulce de leche. Quiero probar todas las comidas, me dicen que es muy rica.

-¿Te informás de las cosas que pasan en nuestro país?

-No tanto porque estoy mucho con la escuela.

-Los argentinos somos muy apasionados por el fútbol, ¿a vos te gusta?

-Sí, me gusta mucho. Lo sigo a Messi y a la Selección Argentina de fútbol. Pero no veo mucho, no tengo ningún club preferido. Mi papá tampoco.

-¿Cómo se vive en Estados Unidos los primeros meses de Donald Trump como presidente del país?

-Todavía, aquí acá en el colegio no ha sido tan “chinche”. No me interesa tanto, si hace algo malo veremos qué pasa. Pero solamente estoy enfocado en el colegio y en el baloncesto.

Imagen Amigo, en acción. Pese a su altura, es muy rápido.
Amigo, en acción. Pese a su altura, es muy rápido.
Daniel sueña con llegar a la NBA y si no se le da, por lo menos, quiere jugar profesionalmente en cualquier país. Le gusta el hip hop y no es amante de los libros. Sus objetivos más cercanos son terminar sus estudios y mejorar los tiros de tres puntos: actualmente en la NCAA está promediando 15 puntos y 7,1 rebotes por partido. Está claro que tiene un vínculo muy fuerte con sus raíces y que no le importa nada más que jugar al básquet.

-¿Qué creés que tenés que hacer para que el Oveja Hernández te llame algún día?

-Tengo que hacer 20 puntos y 10 rebounds (rebotes) por juego durante toda la temporada. Ese es mi “go” y lo que quiero hacer este verano para mejorar mi rendimiento. Tengo que trabajar mucho. Decididamente quiero ir a Tokio 2020 con la Selección, ese es mi objetivo.

 


Por Matías Escobar