A 20 años del "es Gatorei, señorita" de Carlos Salvador Bilardo
El Narigón protagonizó una de las escenas más recordadas del fútbol argentino en el Siglo XXI. La reconstrucción de los hechos.
Corría febrero de 2004 y CARLOS SALVADOR BILARDO transitaba su última experiencia como entrenador: Estudiantes de La Plata, el club de sus amores, lo había llamado en 2003 para salvarse del descenso y él, con el corazón sobre todo, había aceptado.
El conjunto albirrojo afrontaba una etapa de transición: había terminado octavo en el Clausura 2003 y decimoprimero en el Apertura de ese año. En la primera fecha del Clausura 2004, había perdido 4-1 como local ante Independiente.
River, su rival de la segunda jornada, era la contracara: en la delantera, contaba con Fernando Cavenaghi y Marcelo Salas, en su vuelta de Europa. En el medio, se destacaban buenos valores como Luis González, Eduardo Coudet y Daniel Montenegro. A la postre, sería el campeón de ese certamen y alcanzaría las semifinales de la Copa Libertadores, instancia en la que caería ante Boca en una recordada eliminatoria.
Al Millonario de Leonardo Astrada cierta parte del periodismo lo había catalogado como el mejor equipo de Argentina, que enaltecía el "fútbol espectáculo". Es por eso que antes de que comience el partido en el Monumental, Bilardo, asistido por Miguel Lemme, fue captado por las cámaras con una mesa, una frapera y una botella de champagne que lucía cerrada. Le preguntaron "¿y esto?", y fiel a su estilo respondió "es para el espectáculo, vamos a ver el espectáculo tranquilos. Voy a brindar por eso".
Descorchó el envase, que parecía inmaculado, se sirvió una copa y bebió ese líquido color dorado, que quedó inmortalizado en el lente de todas las cámaras. Héctor Baldassi, árbitro del encuentro, le advirtió que guarde el brebaje ya que no se permitía el alcohol en los escenarios deportivos. Tras la explicación del ex entrenador de la Selección Argentina, el cordobés decidió iniciar las acciones.
En esa tarde de domingo, el local jugó una primera parte de ensueño, le hizo honor al fútbol espectáculo y marcó dos goles antes de la media hora, con los que se fue arriba 2-0 al entretiempo. Cuando quiso retirarse hacia el vestuario, la fiscal Claudia Barcia advirtió a Bilardo "el ingreso de bebidas alcohólicas a los estadios...", a lo que el Narigón retrucó "tengo 50 años de cancha, no tiene bebida alcohólica, tiene Gatorei. Es Gatorei, señorita. Se equivocó".
Barcia y sus secuaces quisieron confiscarle la botella y llevarse al DT de Estudiantes a la fiscalía a declarar, pero ante la negativa, acordaron dejar la botella tapada, en el banco de los suplentes y el partido continuó. ¿El resultado final? 3-0 para el Millonario.
Con el encuentro finalizado, la fiscal se presentó en el vestuario de Estudiantes para labrarle un acta contravencional y citarlo a declarar al otro día. El Doctor, al que no se le escapaba ningún detalle, pidió que lacren nuevamente el envase para asegurarse de que no fuese adulterado. A la salida, ironizó "quedó claro para todos, menos para la gente que me vino a buscar de manera urgente. Qué Carlitos...".
El lunes 23, Bilardo se presentó en la fiscalía para observar el resultado de las pruebas químicas, las cuales arrojaron que no había alcohol en la botella: era jugo de manzana. La causa quedó en la nada. Una semana después, le preguntaron en la cancha de Estudiantes que sentía al ver que Guillermo Coria, ese mismo día, festejaba la obtención del ATP de Buenos Aires con botellas de champagne. "No interesa, ya pasó. Pasó y chau", respondió. Capítulo cerrado para el Doctor.
Años después, en su autobiografía "Doctor y Campeón", develó que la mesita, la frapera, las copas y la botella vacía las habia sacado de una parrilla de City Bell y que su primera intención era colocar agua dentro del envase, pero al verlo, un mozo le sugirió que si quería el color exacto, debía introducir Gatorade de manzana. El Narigón en estado puro.
Imagen de Portada: Estudiantes