El día que Loma Negra venció a Unión Soviética

La Selección de la Unión Soviética llevaba un invicto de dos años y seis meses sin perder un partido oficial, cuando visitó la República Argentina para disputar dos encuentros amistosos los días 14 y 17 de abril de 1982. Su última derrota había sido el 19 de noviembre de 1979 ante la entonces Alemania Federal por 3 a 1 en Georgia. Desde ese momento, habían pasado 19 cotejos en donde el equipo europeo ganó trece y empató cinco. 

Para ese entonces, esta selección mayor buscaba remontar la imagen deportiva que venía en caída después de la Eurocopa 1972 en la que había sido subcampeona: los fracasos futbolísticos por clasificar a los mundiales de Alemania 1974 y Argentina 1978, como a las rondas finales de las Eurocopas de 1976 y 1980 se hicieron notar. Solamente habían conseguido dos medallas de Bronce en los Juegos Olímpicos de Montreal y Moscú. La diferencia estaba en las selecciones juveniles que venían conquistando títulos internacionales desde 1976. De hecho, los juveniles soviéticos perdieron solo una final en esos años: fue el 7 de septiembre de 1979, contra la Argentina con Diego Maradona, cuando perdieron por 3 a 1 la final disputada en Japón por el Mundial Sub-20.

 

 

El 14 de abril de 1982, Argentina estaba atravesando un momento especial: apenas doce días antes, las Islas Malvinas fueron desembarcadas por fuerzas militares iniciando un conflicto bélico contra Inglaterra. En ese particular escenario nacionalista, la Unión Soviética disputó el primer partido amistoso contra la Selección Nacional en el que empataron por 1 a 1 en el Estadio Monumental. Los goles fueron marcados por Ramón Díaz a los 43 minutos del primer tiempo, y por Oganesyan a los 25 minutos del complemento.

El segundo partido, jugado tres días después, se disputó en la cancha de Racing de Olvarría y el rival de los europeos fue Loma Negra.

La realidad de ese equipo bonaerense era distinta: el año anterior había jugado una muy aceptable primera ronda del Torneo Nacional en donde no pudo clasificar a los cuartos de final por diferencia de gol contra el que sería el campeón de ese certámen: River Plate. Desde 1980, el club recibía un importante fondo de dinero de parte de la cementera Loma Negra, que presidía en aquel momento Amalita Lacroze de Fortabat. Ella, al ver frustrada la posibilidad de que su equipo no pudiese ingresar al Torneo Nacional de 1982, decidió pagar el cachet de 30 mil dólares que exigía la Unión Soviética para jugar contra ellos.

"La selección de Unión Soviética nos subestimó por ser un equipo desconocido y del interior. Por eso, ellos arrancaron con varios suplentes inclusive", dijo en declaraciones al medio El Tiempo uno de los títulares del equipo local: Osvaldo Rinaldi, un jugador que tenía experiencia de enfrentar a este país tras haber jugado la mencionada final del Mundial Juvenil de 1979. De hecho, en Olavarría se reencontró con un rival de esa final: el arquero Victor Chanov, quien fue a saludarlo tras haberlo reconocido. 

 

 

Si bien las diferencias entre ambos equipos eran notorias, Loma Negra no fue a defender el partido: el equipo estaba integrado con jugadores de equipos que tenían respetada participación en el fútbol de primera. El equipo formó así: Luis Barbieri; Carlos Squeo, Jorge Pellegrini, Norberto D'Angelo, Osvaldo Cristofanelli; Osvaldo Mazo, Osvaldo Rinaldi, Carlos Sosa; Félix Orte, Armando Husillos y Pedro Magallanes. 

Las crónicas relatan que el partido fue mediocre, pero una jugada se destacó entre todas: a los 81 minutos, tras un centro semi rasante de Magallanes y un cabezazo frustrado de Husillos, Orte remató sobre el cuerpo del arquero soviético, la pelota rebotó en Husillos y se metió en el arco para abrir el marcador.Ese sería el único gol del encuentro. A los 46 minutos del complemento, el árbitro Carlos Coradina dio por finalizado el partido, y se concretó uno de los resultados más impactantes del fútbol argentino. 

No importaba a esta altura que la recaudación del encuentro (141 millones de pesos ley, cerca de 12.000 dólares) no alcanzase a cubrir el cachet que el equipo europeo exigía. Loma Negra ya había hecho historia.