2004. Jota Jota 100x100
Su papá Sócrates siempre dijo que iba a tener un hijo varón, que se iba a llamar Juan José y que jugaría en River. Y se le dio todo, y algo más…. Las imperdibles cien respuestas de J.J. López, un jugadorazo que levantó polémicas.
1 ¿Quién te puso Jota Jota? José María Muñoz, en 1970, cuando llegué a Primera. Hoy nadie me llama por mi nombre y hasta cuando hablo por teléfono me tengo que presentar como Jota Jota.
2 El compañero más divertido. El Mono Mas, lejos. En la concentración se llevaba una bandeja con todos los cubiertos y a la medianoche la tiraba por el pasillo. Un día, Angel (por Labruna) daba la charla técnica y el Mono vino envuelto en papel higiénico, como la Momia. Sólo él podía hacerle eso a Angel. Y después lo echaba. Como quedó de cábala, lo empezó a echar siempre.
3 ¿De qué tenés que cuidarte en el fútbol? De cuando los dirigentes te respaldan públicamente. Cuando dicen “nosotros respaldamos a López”, quiere decir que te quedan dos partidos.
4 ¿Alguna vez quisiste boxear a tus dirigidos? A jugadores no, pero a varios colegas sí, sobre todo cuando no tienen ética y dicen que el equipo que agarraron es un desastre físicamente.
5 ¿Con tu mamá hablás de fútbol? A veces me pide cambios, me dice que tal anda mal o que Menganito “no levanta las patas”. Ese es un término muy cordobés. Mis dos viejos nacieron en Córdoba. Así que si te pide tu vieja, te piden todos.
6 ¿El futbolista de hoy es más egoísta que el de antes? En mi época, peleábamos las primas con los dirigentes, las nuestras y las de los pibes, toda la escala. Porque si nosotros pedíamos 10, a ellos les iban a dar 7, pero si pedíamos 5, ellos no llegaban ni a 3. Hoy todo es más individualista.
7¿Qué recordás de tu paso como jugador de Talleres? Que gracias a Angel encontré el afecto que necesitaba en un momento muy malo, 1982, después de que me echaran de River. Y que anduvimos muy bien en el Nacional y perdimos la semifinal con el Ferro de Griguol, que fue el campeón.
8 Algún partido en especial. Uno contra Boca, en Córdoba. Angel nos llamó aparte a Artico, Morete, Pedro González, Coudannes, Reinaldi y a mí, todos ex River. “Muchachos, este partido para nosotros es aparte, es River-Boca”. Entramos y al minuto el Puma los embocó. Al final les ganamos 4-0, con tres de Morete y uno mío. Fue bárbaro.
9 ¿Cómo hacés para que los jugadores no se la crean con esta euforia que hay en Córdoba? Hay que manejar situaciones para que no nos supere el medio y ser conscientes de que lo tenemos a Chicago y al descenso ahí nomás. Les digo que salen en las notas porque estamos bien, y que no nos descuidemos para que puedan seguir saliendo.
10 ¿Están para repetir el campañón del 2000? Final a final, sin creérnosla. Si mantenemos el equilibrio, el cuidado y el nivel futbolístico de cada uno, se puede aspirar a hacer un buen torneo.
11 ¿De quién eras hincha de chico? De River. Sócrates, mi viejo, siempre dijo que iba a tener un hijo varón, que se iba a llamar Juan José y que jugaría en River. Y se le dio todo, hasta jugué en la misma posición que su ídolo, Moreno. Muchos padres alientan sueños con sus hijos y no pueden cumplirlos, pero mi viejo pudo, aunque no llegó a verme campeón porque falleció de un aneurisma en 1974.
12 ¿Te hablaba mucho de Moreno? Y también de Labruna. A mi vieja siempre le llamó la atención cómo le brillaban las piernas a Moreno y me contaba que se ponía vaselina, porque de novios ellos iban a la cancha. Y yo copié el hábito: nunca me masajeé en River, siempre me puse vaselina. Todos esos sueños de River me los transmitieron mis viejos, por eso yo cambio la Selección por River. Para mí, River es como dirigir la Selección. Y el otro padre que tuve, Angel, pensaba lo mismo: dirigir River era lo máximo. Y me lo inculcó.
13 O sea que disfrutaste las inferiores en River. No, ¡qué voy a disfrutar! No jugaba nunca, y todos los veranos me iba con mis amigos, a espaldas de mi viejo, a probarme a otros clubes: Banfield, Temperley, Lanús, Racing. Y en todos quedaba. En esa época, los delegados caminaban mucho, iban a las casas, pero mi viejo siempre los sacaba cagando, porque yo estaba fichado en River. Mi viejo hasta tuvo que armar una liga en Guernica, mi pueblo, para que yo jugara los domingos, porque los sábados en River era suplente de suplente. En River recién empecé a jugar a los 17 años, cuando el Polaco Cap agarró la Quinta.
14 ¿Cómo llegaste a ser futbolista? Yo había pasado la prueba en Racing, pero Palomino, el delegado de River, tenía una hermana en Guernica. Y ella sabía de todo el sueño de mi papá. Entonces Palomino vino a mi casa, me pidió hacer jueguito y me dio la citación. Todavía la tengo bien guardada.
15 ¿Cómo era ese viaje diario Guernica-Núñez? Muy duro: dos horas de ida y dos de vuelta. Una hora del tren Guernica-Constitución, subte a Retiro, tren a Barrancas y de ahí, si tenía plata, me tomaba el colectivo al club. Si no, me guardaba las moneditas para una coca y una porción de pizza.
16 ¿Cómo te definirías como técnico? Me gusta la simpleza del fútbol y, sobre todo, creo en los jugadores. Dependemos de ellos, por eso los tenemos que proteger, cuidar, ponerlos a punto mental, física y tácticamente y no complicarles la vida.
17 Venís de la escuela de Labruna, ¿pero tu Talleres del 2000 no era muy especulativo? ¿Porque hacía un 4-4-2? El tema es si pensás o no en el arco de enfrente, y en mi cabeza no cabe otra alternativa que ganar.
18 ¿Qué te pone de malhumor como DT? Que no haya actitud. Si te equivocás, andá a pedirla de nuevo, no te escondas.
19 ¿Al panel de Fox no le falta un mosquetero? Están Mostaza y el Beto, faltás vos. Niembro es el tercer mosquetero... No es lo mío, mi pasión es trabajar con los jugadores. Igual, me pone feliz ver que Mostaza y el Beto están bien.
20 ¿No fue suicida volver a Talleres, con la situación en la que se encontraba? Al fútbol lo tenés que vivir, no se puede pronosticar nada.
21 ¿Pero no fue una situación similar a la de Unión, en la que agarraste al equipo con un promedio muy bajo y te fuiste al descenso? No. A Unión lo agarramos a mitad del río y con Talleres hicimos una pretemporada. Yo confié en aquel plantel de Unión, pero no nos olvidemos que estuvimos 26 días sin entrenar por la inundación. Debimos practicar un mes en una cancha de fútbol 5; cuando se suspendió el partido con Chacarita estuvimos 5 días dando vueltas sin saber qué pasaba, había familiares de los jugadores que vivían en los techos de las casas y jugadores, como Torres y Fernández, aislados, que no podían venir.
22 ¿No te preocupó comerte un segundo descenso? Si renunciaba dos fechas antes del final, no me comía el descenso, pero como soy respetuoso de los compromisos, no lo hice. Al jugador hay que respaldarlo en las buenas y en las malas, y si yo me iba antes los estaba traicionando, más allá de que mi currículum diga que me fui al descenso.
23 ¿Por qué, con el mismo presidente, antes te fuiste y ahora volvés a la T? Cuando me fui en el 2001 se había vencido el contrato, y no nos pusimos de acuerdo. Ahora sí. Y pensé que se podía hacer una buena campaña.
24 ¿Qué es lo más difícil en una situación como la que vive Talleres: resolver las cosas de adentro o las de afuera? Lo importante es que la dirigencia respalde, o sea, que tenga bien a los jugadores. Y contar con un gran grupo. Nosotros fuimos a Carlos Paz a la pretemporada, y no había nada reservado. Terminamos en un hotel con habitaciones poco acordes para un plantel, había pocas pelotas y el plantel nunca se quejó. Ahí te das cuenta de que el grupo viene con una actitud positiva y es capaz de superar cualquier escollo.
25 ¿Por qué el fútbol cordobés está tan venido a menos? El país nuestro está mal administrado, así que de ahí para abajo… Todavía vivimos con el alambre.
26 ¿Por qué nunca hubo un gran feeling entre vos y el hincha de la T, a pesar del campañón del 2000? No sé, pero este año está cambiando. Pareció que de las dos partes estábamos como coqueteando y nadie se decidía. Pasaron dos años, estuvimos alejados y ahora nos animamos y nos damos algunos besos.
27 Jugaste en Belgrano; dirigiste a Racing, Instituto y Talleres, ¿cómo hacés para sobrevivir en Córdoba? Es que nunca tuve una identificación muy grande con ninguno. Hoy me siento más querido en Talleres, no sé qué pasará en tres fechas.
28 Jugaste en River y Boca; como DT pasaste de Instituto a Talleres; ¿sos un mercenario? ¿O sos un tipo que perdió el romanticismo? El romanticismo por el fútbol lo tengo, porque yo amo el fútbol; lo que no tengo es la pasión del hincha por la camiseta. Y jamás me gritaron “mercenario”.
29 Te casaste a los 47 años, ¿creíste que ya habías zafado? Siempre pensé en tener mi pareja y mis hijos, pero al fallecer mi viejo, me hice cargo de mi vieja y de mi hermana, y como soy muy apegado a ellos por la crianza que tuve, el tema se fue demorando. Así trato de criar a mis hijos: que estemos juntos, porque eso hace a las buenas personas y con equilibrio emocional de grandes.
30 ¿Y no te sentís un poco el abuelo de tus hijos? No, nada que ver. Con Juan y Kala, me mato con los dibujos animados.
31 ¿Por qué tu amigo Merlo sigue soltero? Eso lo tendría que contestar él. En los temas sentimentales no nos metemos, cada uno por su lado.
32 ¿Te transformaste en un técnico de equipo zafadescensos: Instituto, Unión, Talleres? Son las posibilidades que se me dieron, no es que descarté otras.
33 ¿En Central fracasaste? En Central creía que lograría armar un proyecto serio, pero no hubo apoyo de los directivos. No nos daban las cosas básicas y tuve que irme a los 13 partidos.
34 ¿Qué te faltó para desembarcar en el fútbol de Buenos Aires? Es una pregunta a la que no le encuentro respuesta. Algún día llegará.
35 ¿Te equivocaste en alguna decisión, quizás? La gran oportunidad fue con San Lorenzo, a principios del 2001. Había empezado el torneo, y se fue Ruggeri. Miele me ofreció fortunas, pero como yo tenía contrato firmado con Talleres, dije que no. Hubiese sido la oportunidad de desembarcar en Buenos Aires con un gran plantel, pero primero están los principios.
36 Mirá si seguías la ruta de Pellegrini: campeón con San Lorenzo y después a River. Nunca se sabe, pero es fácil decir que uno se equivocó o no después de los hechos.
37 ¿En algún momento sentiste que tenías chances de ser el técnico de River? No. Siempre pensé que hablaban muy por abajo.
38 ¿Creés que algún día vas a ser el DT de River? Más bien. ¿Por qué voy a limitar mis sueños?
39 ¿Seguís yendo a Guernica? No, después de la muerte de mi viejo nos fuimos porque mi mamá no quería volver y nos radicamos en Buenos Aires.
40 ¿Alguna vez lloraste por el fútbol? Me acuerdo sobre todo una, en inferiores. Roberto Martín era un muchacho que jugaba bárbaro y me tapaba. Una vez, en Quinta, faltó, y me dijeron que yo iba a jugar. Me hicieron vendar, cosa que no hacía nunca, y cuando me estaban masajeando llegó él: tacharon la planilla y me mandaron al banco. Fui a casa, me largué a llorar y dije que no volvía más. Ahí apareció Casal, un delegado, todavía lo estoy viendo: me dijo que no me lo tomara a la tremenda, que yo tenía condiciones. Y volví.
41 ¿Cuándo dejaste de ser suplente? En Quinta, cuando llegó el Polaco Cap y me puso. En el 68 estaba Angel y empecé a jugar en Tercera. En el 69 Angel ya me quería hacer debutar, pero estaba Daniel, su hijo, que jugaba un fenómeno. Pero en esa época, la gente venía a ver a la Tercera: cuando jugábamos estaba la mitad de la cancha llena. Barisio o Quintabani; Zucarini, Pellerano, Daulte, Giustozzi; yo, Banón, Bonini; Luis Martínez, Granato y Anzarda o Ghiso. Equipazo.
42 ¿Por qué no jugaste el Mundial 78? Por una decisión exclusivamente mía. Punto y aparte. Lo que digo es que yo nunca renuncié a la Selección.
43 ¿Hablaste del tema alguna vez con Menotti? No, uno de los errores de mi vida fue ése, por eso no quiero hablar más de ese tema puntual.
44 ¿Lo perdonaste? No lo juzgo: cada uno es como es y debe aceptar al otro.
45 ¿Hasta cuándo tuviste ilusiones de jugar ese Mundial? El día que me fui y tuve la última reunión con el cuerpo técnico, interiormente dije: “No vuelvo nunca más”. Fue cuando se decidió, de común acuerdo, que desistíamos de la Selección varios muchachos de River y de Boca.
46 ¿Cómo definirías tu paso por Boca, en 1983? Un momento de mi vida futbolística como profesional.
47 ¿Te arrepentís? No.
48 ¿Quién fue el diablo que metió la cola? En realidad habría que preguntar “¿quién fue el diablo que metió la cola cuando me echaron de River?”. El destino te lleva a tomar decisiones. Y yo venía muy golpeado.
49 ¿A quién quisiste responderle con ese gesto? Dijeron que me dieron el pase libre como un premio, pero por atrás comentaban que no podía jugar nunca más a la pelota. Encima me ensuciaron de atrás. Para mí era sacar todo el odio que tenía adentro.
50 ¿Aragón Cabrera quería limpiar todo lo vinculado a Labruna? Con el corazón más calmo lo podés entender, pero en ese momento, nada.
51 ¿Por qué empezó la pelea con Aragón? Antes de un partido con el Cosmos en EE.UU. Como sabíamos que existía una cláusula por la que si no viajábamos, River debía pagar un palo, pedimos algo; él nos trató mal, y dijimos que no viajábamos. Ahí hubo 4 o 5 que quedamos marcados de por vida. No hablamos nunca más con él, fueron como 5 años. Se creó una Comisión de Fútbol con Noher y Kipper, y pasamos a arreglar todo con ellos.
52 ¿Consultaste a Labruna antes de ir a Boca? Hablé a ver si estaba la oportunidad de seguir con él en Argentinos, pero no se pudo. Cuando bajé de arreglar con Boca vino Saporiti a buscarme para Loma Negra: me daban el doble de Boca y en la mano, pero fue tarde.
53 ¿No creés que por esa decisión se te va a hacer imposible ser técnico de River algún día? Que digan que no tengo condiciones para dirigir a River, lo puedo aceptar, pero que digan que porque me puse la camiseta de Boca no puedo, sería subestimar la inteligencia del hincha de River.
54 ¿Qué recordás de la llegada de Labruna en el 75? Nos dio “filo” que al Beto, Mostaza y a mí nos cedía a Independiente. Lo fuimos a encarar. El nos contestó: “Si ustedes corren y meten, van a jugar. ¿Quieren salir campeón?” Y nos dejó.
55 Un gran cabulero, Labruna. Un monstruo, se acordaba de todo lo que había que hacer antes de los partidos. Yo usaba una pulsera que un día se me rompió, no me la puse, y perdimos. Al día siguiente casi me mata y me hizo jugar con una muñequera, para que no se me saliera. Después tenía otra cadenita en el cuello que debía dársela antes de comenzar. A veces me olvidaba, y empezaba a los gritos. “¿Qué pasa, Angel, si van cinco minutos?”, le decía yo. Tenía que ir y sacármela.
56 También te eligió a vos para meter el gol con el arco vacío. Sí, cuando se fue Morete. Una vez, el Indio Solari mandó a dos pibes alcanzapelotas, uno a cada palo, y cuando pateé se tiraron para atajarla. Angel se quería matar. Después, cada vez que teníamos a Solari como DT rival, me arrimaba bien y le metía un puntazo a los pibes en la cara.
57 ¿Vos heredaste esas cábalas? Algunas.
58 Una anécdota de Labruna. La de la corbata, cuando fuimos a jugar la final del Nacional 79 con Unión. Veníamos en el micro, el Pato me trajo una corbata, me dijo que era de otro, y yo la tiré por la ventana. Cuando bajamos en Paraná, Angel empezó a gritar “la corbata, hijos de puta, no me hagan esas jodas con la corbata, que saben lo que significa para mí”. ¡El quilombo que armó! Yo me acordaba de que la había tirado apenas salíamos del túnel, así que fuimos con el Beto en taxi y la encontramos.
59 ¿Por qué no pudieron nunca ganar la Copa? La gran chance la tuvimos en el 76, pero llegamos con medio equipo al desempate con Cruzeiro, entre lesionados y suspendidos. A mí me habían echado en la revancha, fue una gran impotencia.
60 ¿Tuvieron miedo de que se les escapara el Metro 75, cuando al final perdieron varios partidos? El miedo existía, pero hicimos reuniones con los más grandes para alejar los fantasmas y eso nos terminó dando fortaleza y temple.
61 ¿Cómo festejaste el día que salieron campeones después de 18 años? Estábamos con bronca, porque el gremio había dispuesto un paro, que todavía hoy no sé por qué se hizo. Así que de caliente escuché el partido por radio y me fui a dormir. Por eso disfruté más el Nacional que el Metro.
62 ¿Argentinos del 84/85 jugaba mejor que el River de los 70? River 75 no se puede comparar con nada por la presión con la que jugábamos. Hubo historias de brujas, psicólogos, de todo. Esa presión no la tuvo nunca nadie en la historia.
63 ¿Cómo fue patear un penal en la Intercontinental Argentinos-Juventus? Estuve en el banco, con tres grados bajo cero y llovizna, el agua nos llegaba arriba de los tobillos. Tenía los pies congelados. Faltando dos minutos para el final del alargue, Yudica me dice: “Juan, entre”. “¿Adónde?”, le digo. “Entre y va a patear un penal”. “Pero si estoy congelado”. Entré y lo hice, pero jamás me enteré que había pateado la pelota. No la sentí.
64 ¿Con Yudica te llevabas bien? Me volvía loco, pero lo aprecio mucho. Una vez, contra el Vasco, me hizo entrar al final. Los bancos de suplentes están detrás de los arcos. Cuando llegué al medio, se terminó el partido. Lo quería matar.
65 ¿Cuándo conociste a Merlo? Nos fuimos a probar a River el mismo día, con nueve años. Y los dos de “9”. Después Peucelle nos cambió las posiciones. Decía que tenía mucho despliegue y que corriendo desde atrás iba andar mejor. Un monstruo, Peucelle, maestros como él se perdieron.
66 ¿En la habitación que compartías con Merlo se cocinaba todo? Le decíamos Karim, que era el nombre de un cabaret. El que no conciliaba el sueño venía a nuestro cuarto. Una vuelta me dormí primero que él, dejamos una tele en el medio, él se despertó con pesadillas y la tiró contra la pared. A partir de ahí tenía que cantarle el arrorró y dejar la luz prendida. Ahora, gracias a Merlo, tengo que acostarme con la luz encendida, si no, no duermo.
67 ¿Mostaza hacía el trabajo sucio para que vos y el Beto se llevaran los aplausos? Siempre nos carga y dice que le comimos los pulmones, que por eso tenía una foto de nosotros en su mesita de luz.
68 ¿Por qué tuviste problemas con periodistas de Córdoba en la anterior etapa en la T? Ya pasó. Nunca me quejé, pero creo que tendrían que haber apoyado más a un equipo que le peleó mano a mano el torneo a River y Boca como Robin Hood.
69 Un gol. El último a Boca jugando para River, desde 40 metros, a la Pantera Rodríguez.
70 El día que más gozaste en el fútbol. El 3-1 a Boca, en Racing, por el Nacional 71. Se levantó la huelga, Boca jugó con los titulares, y Didí mantuvo a los amateurs. Además, como había una pelea de fondo por la huelga, nos tiraban a matar. No sabés lo que era Rogel…
71 El partido que más te dolió perder. La final con Boca del Nacional 76. Esa noche casi hago el gol que después le hice a la Pantera. Como sabía que Gatti se adelantaba, le pateé desde mitad de cancha. Se le metía en el ángulo, pero la sacó. Después, de compañeros en Boca, me comentó: “Fue la vez que más me dolió cuando me tiré”. “Si nunca te tirás, boludo”, le dije. “¿Qué querés?… Era una final”, terminó el Loco.
72 ¿Cómo fueron tan verdes para que Suñé los durmiera con un tiro libre mientras armaban la barrera? Es la picardía del jugador. Por eso digo que el jugador es el real protagonista de todo. Cuando tenés jugadores inteligentes, ahí no valen los dibujos tácticos, no vale nada.
73 Una frustración. Ninguna, no tuve.
74 Tu ídolo de la infancia. El Indio Solari y Ermindo Onega. Uno por el amor que sentía por el fútbol y el otro por la belleza con que jugaba.
75 Un par de definiciones: Didí. Me dejó enseñanzas: la pegada a la pelota, cómo pararla con el pecho, cómo desprenderte ligero.
76 Cóppola. Un tipo que pudo haber tenido más poder en el fútbol y que en su momento aconsejó siempre bien a los jugadores. Conmigo lo hizo.
77 Marchetta. Una posibilidad de trabajo importante. Le estoy agradecido por la experiencia que viví con él. Hace mucho que no hablo.
78 ¿Qué diferencias hay entre River y Boca? Hoy no sé si hay tanta diferencia, porque el hincha de River aprendió a ser apasionado. Antes estaba descreído por los 18 años de frustraciones, y eran de extractos diferentes, hoy ya no.
79 ¿Cómo te trataron en Boca al ser un símbolo de River? Yo siempre dije que fui de River. Me acuerdo de que el Abuelo me habló: “Negro, te bancamos a muerte porque viniste de frente”.
80 ¿Por qué empezó tu amistad con Maradona? Como gente de fútbol nos encontramos en un café, después jugando en contra, había un gran respeto. En el 87 fui de paseo a Italia con Coppola, y Diego me quiso llevar a Fiumicino a hacer el curso de técnico: eran seis meses intensivos, el mejor curso del mundo. Tenía que estar de lunes a viernes adentro y sólo salía el fin de semana. Ni loco.
81 ¿Cuándo decidiste ser DT? A la vuelta de ese viaje. El que más me insistió para hacer el curso fue Mostaza, yo no quería saber nada. Por suerte, siempre me convencieron de cosas buenas.
82 ¿Qué es la camarilla? Un grupo de gente que se junta con un buen objetivo. Los dirigentes la tienen mal vista porque pelean por lo suyo.
83 ¿Cuál creés que es tu principal virtud como DT? El equilibrio emocional y darle el protagonismo a un jugador.
84 ¿No son muy pocos dos partidos en la Selección para un jugador de tu categoría? Sí, no es nada. Yo arranqué en el 70 con Pizzuti, y muchos hablaban de la proyección que tenía, también estuve con Sívori. Ya fue.
85 ¿Con Alonso se entendían con gestos? De memoria. Hasta inventamos una jugada: en un tiro libre, él me levantaba la pelota de zapatilla, y yo le daba de volea. Así le metimos un gol a Boca, pero no la pudimos repetir porque, por reglamento, la pelota tenía que girar sobre sí misma.
86 ¿Cómo fue vivir tantos años con dos mujeres en tu casa? Perfecto, porque somos muy apegados. Incluso hoy, mi hermana está casada y sigue viviendo con mi vieja.
87 El mejor jugador argentino hoy. Aimar es la síntesis del fútbol: talento, panorama, cambio de ritmo, gol.
88 El mejor DT argentino de la actualidad. Mostaza: sacó campeón a Racing después de 35 años.
89 De qué club son hinchas tus hijos. De River y de Talleres.
90 ¿No jugar en el exterior fue una cuenta pendiente? No, en la Argentina tengo todo lo que me hace feliz.
91 Lo que más y lo que menos te gusta hacer como padre. Lo que más me gusta es darles una disciplina de vida. Kala no quiere que mi señora la cambie, quiere que lo haga yo, y eso me mata.
92 ¿El futbolista de hoy se descontrola más que el de antes? El de hoy cuenta con más posibilidades de desequilibrarse, tiene todo más fácil. Antes, sólo hacían la diferencia, en fama y plata, los de Boca y River. Hoy jugás en Riestra y te hacen notas.
93 ¿Sos de seguir a tus dirigidos en sus vidas privadas? Me gusta averiguar, y primero les pregunto a ellos. Yo tengo un lema: mucho es malo y poco es malo, hay que ser equilibrado.
94 ¿Viste algún jugador que te hiciera acordar a Jota Jota? Es que ni yo sé cómo jugaba, porque no había TV. El otro día vi un River-Boca, y pensé: ¡qué lento era! El que más se me parece, creo, es Verón. Para mí es “8”, aunque a veces va de enganche, porque tiene facilidad para jugar de espaldas. A mí me costaba jugar de espaldas al arco.
95 El mejor “8” que viste en el fútbol argentino. Ermindo, que en River jugó de “8”.
96 ¿Soñás jugar una Copa con Talleres? La vez pasada clasificaste al equipo, pero te tuviste que ir. Acá el objetivo es zafar del descenso. Para hacerlo, hay que sumar muchos puntos. Y si sumamos muchos puntos, entraremos en alguna Copa, porque en el torneo pasado se anduvo bien.
97 ¿Con Carrasco había pica en el plantel de River? No, él nos aclaró que quería jugar y su problema era con Labruna. Un día fue a patear un corner, le marcaron que entraba Luque por él y mandó la pelota a la Centenario. Ahí sí nos calentamos y tuvimos una reunión con él, porque había un compañero en el medio. Y pidió disculpas.
98 ¿No hubo compañeros que se agarraron a trompadas con él? Sí, pero sabés las de trompadas que tuvimos. El Pato, una vez, me hizo una broma y como justo le habían hecho un gol tonto, le contesté: “¿Por qué no la agarraste el domingo?”. Y ahí vino la bestia y se armaron las trompadas. Estuvimos un buen tiempo peleados.
99 ¿Y con la gente, antes del 75, cómo era la relación? Los de otros clubes te decían “gallina”, así que nos agarrábamos a trompadas en todos lados. Si tendremos batallas encima con Mostaza…
100 ¿Ganaban o perdían? Lo importante era pelearse.
Por Diego Borinsky
Fotos: Alejandro Del Bosco y Archivo El Gráfico.