Las Crónicas de El Gráfico

1967. Festival de Artime en Bologna

El partido más emotivo en mucho tiempo... y nueve goles. 5 a 4 se impuso el Rojo frente al conjunto italiano en el marco de una gira por Europa. Por El Veco desde Bologna, Italia.

Por Redacción EG ·

14 de enero de 2020

Al terminar el primer tiempo, Giulio Turrini, colega del diario "Stadio", de Bologna, amigo de Maschio, nos decía de la injusticia del resultado parcial, del mejor juego de Independiente en la media hora inicial, pero en nuestros apuntes seguíamos con que las modificaciones en la defensa por la lesión de Monges (con desgarros en los dos muslos, cara posterior, según el doctor Fernández Schnorr) no habían dado resultado; Ferreiro no se adaptaba a la posición de N° 2 y el flojo trabajo de Salvio en la ubicación habitual de Ferreiro también había sido decisivo. La fuerza de Independiente arrancaba de Savoy y Pastoriza, no repitiéndose, largándose siempre uno de los dos, por derecha o por izquierda, pero hasta el fondo. Y picaba Artime sobre la derecha, arrastraba gente Diéguez por el centro (Tentorio le arrancó una manga de la camiseta) y Tarabini dejaba clavado a Furlanis. La ofensiva era importante, con un peso casi desconocido, con una audacia reconfortante después de haber visto tanta "tibieza" en la selección experimental de Faraone. "La ofensiva de este Independiente es mejor que la de aquel equipo que yo vi", nos decía el conscripto Fachetti, el marcador de punta del Inter, cumpliendo el servicio militar en el Centro para Atletas de Bologna. Fachetti, detrás nuestro, y el colega Turrini, coincidían en que adelante el rojo era "piu forte", pero en cada pelotazo que metía el alemán Haller, el rubio protestón del Mundial, la defensa tambaleaba y los gestos de Fachetti y de Turrini eran de esperanzas en la flojedad de la última zona donde sólo aguantaban Acevedo y las piernas de hierro de Pavoni. A los 40 minutos un remate de Clerici, desde el centro del área, superó a Santoro y la pelota siguió hacia el palo izquierdo del arco sin dar sensación definida de su destino final, aunque sí del riesgo que tenía para el equipo argentino... Y Ferreiro, tirado al fondo, la empujó a la red. Para Fachetti entraba. Para Turrini iba afuera. Para nosotros, la terminó de meter Ferreiro.

 

Imagen Formación inicial de Independiente frente al Bologna. Ferreiro, Santero, Acevedo, Salvio, Pavoni, Pastoriza. Agachados: Bernao, Savoy, Artime, Diéguez, Tarabini.
Formación inicial de Independiente frente al Bologna. Ferreiro, Santero, Acevedo, Salvio, Pavoni, Pastoriza. Agachados: Bernao, Savoy, Artime, Diéguez, Tarabini.
 

Ya el 2-1 era excesivo, aunque las fallas de la defensa roja eran capaces de justificar cualquier resultado, de compensar el trabajo excelente de la línea de ataque, de constituirse en el mejor aliado de un equipo que tropezaba con la pelota pero se encontraba con los goles... Ya los 44' 30" Pace hizo el tercero llevándola entre dos hombres, sin mucha decisión, a los empujones y tirando sobre Santoro para establecer el 3 a 1 que asomaba en nuestra libreta frente a los argumentos claros del colega boloñés y a la admiración de Fachetti por el ataque de Independiente.

En esos quince minutos del intervalo pensamos en la casi seguridad de un partido definido, teniendo en cuenta lo mucho que había hecho Independiente de la media cancha para adelante y lo poco que mostró el holgado vencedor. Cigarrillos. Café. Preguntas de Fachetti sobre Navarro, Rolan y Maldonado.

 

Imagen El mejor gol de los nueve. El primero de Independiente. Savoy a Pastoriza. Pastoriza a Savoy y pelota en profundidad para Pastoriza otra vez. Llega contra la raya, trace el centro atrás y Artime fusila al arquero. Golazo. Aplaudió todo el estadio.
El mejor gol de los nueve. El primero de Independiente. Savoy a Pastoriza. Pastoriza a Savoy y pelota en profundidad para Pastoriza otra vez. Llega contra la raya, trace el centro atrás y Artime fusila al arquero. Golazo. Aplaudió todo el estadio.
 

El silbato de Angonesse marcó la iniciación. Quiso avanzar Haller y se la quitaron. Todavía nos costaba mirar ese verde iluminado, esa cancha que se nos había dado vuelta en catorce minutos. Y todo empezó con una pelota larga de Diéguez que Artime fue a buscar por la derecha, que dominó frente a Ardizzone, y ya en el área pateó alto, cruzado, en forma impresionante, y las redes se agitaron del lado de adentro. La corrida de Artime impresiona a todo el estadio. Todo Independiente lo abraza. Las palmas de Artime reclaman la levantada del equipo. 3-2. Encendemos otro cigarrillo.

¿Puede ser posible? No hay tiempo para reflexiones largas. Miramos el reloj. Han pasado dos minutos. Apenas van tres de esa etapa final. Avanza otra vez Independiente, pelota jugada al centro, rebote, y Tarabini volcado desde la derecha saca el remate, de aire, como viene, y la pelota roza una pierna boloñesa y se mete contra el primer palo. 3 a 3. Clerici y Pascutti se cruzan de brazos mirando hacia su área.

 

Imagen 1967. Artime, la gran figura de Independiente ante el Bologna de Italia
1967. Artime, la gran figura de Independiente ante el Bologna de Italia
 

La protesta muda... La explicable protesta contra algo o alguien por ese partido empatado en tres minutos. La alegría de Tarabini se prolonga hasta el banco de los suplentes: sale para dar entrada a Yasalde. Atrás las cosas andan mejor: Mírcoli sustituye a Salvio y se dan menos ventajas. Mírcoli conoce más el oficio de marcador de punta. De la Mata (buen trabajo) sustituye a Diéguez. Fachetti nos toca el hombro y hace un gesto de admiración. Turrini no suelta el teléfono, apurado quizá por cambiar el título adelantado para la edición matutina.

 

VIÑETAS DE ROJO

El micro arranca rodeado por un centenar de curiosos. Todos preguntan por Artime, todos quieren ver a Artime. Casildo Oses, el prestigioso empresario que maneja el fútbol de Europa, en cuanto a giras de equipos, decía: "Si hoy se abriera el período de pases en Italia sería muy fácil, sin discutir siquiera, colocar a Artime en 100 millones argentinos. Con esto de hoy basta. No hace falta más nada."

Brandao está inmutable. Preocupado por los zapatos, por ordenar todo, por cuidar hasta los mínimos detalles del nervioso vestuario. En el micro enciende un cigarrillo: "Un lindo triunfo, pero un ritmo infernal. Jugamos el sábado y domingo en Córdoba; hoy miércoles, en Bologna, esta noche viajamos en tren a Nápoles para jugar en el día, y el sábado volvemos a jugar en Mántova. Cinco partidos en ocho días. Se hace difícil aguantar. El equipo mejoró porque tuvimos diez días para moverlo fuerte en Madrid. En Buenos Aires no es fácil entrenar, lo hacemos en un pequeño campo muy malo, a veces en una cancha donde se juega hockey. Quiero hacer un fútbol ofensivo y lo vamos logrando. El equipo se va uniendo (sic). ¿Problemas con Independiente? A mí nadie me ha dicho una sola palabra. No me importan los rumores. Yo soy un profesional serio. Que hablen..., mientras tanto yo trabajo."

La copa que ganaron en Córdoba constituye algo muy especial. Brandao nos decía que en 32 años que está en el fútbol jamás vio un trofeo así. Es de oro y plata, tiene 1,40 m de alto, una capacidad de 42 litros y su costo está estimado en un millón y medio de pesos argentinos. Con la obtención de esta primera copa (quedó en Madrid mientras los "Rojos" hacían su excursión por Italia) por el torneo "Montilla-Moriles", Independiente se aseguró la participación para el año que viene.

 

Una primicia de Oses: "Pelé está vendido a un club italiano en 1.250.000 dólares. Esto se lo afirmo porque yo estuve en la operación. Sólo falta que se reabra el período de pases para extranjeros...”

Hablamos con Carniglia. Quiere volver a la Argentina, y lo hará pronto. Le gustaría trabajar en un club grande, pero sin la preocupación que acá se exige. Nos dijo que gana unos 70.000 dólares por año. El jugador que cobra más en el Bologna es el alemán Haller: 20 millones argentinos por temporada.

 

Imagen Independiente en los preparativos de su gira por Italia y España en 1967
Independiente en los preparativos de su gira por Italia y España en 1967
 

El Bologna está en el pozo. Haller la pierde. Clerici no la encuentra. Independiente se va otra vez. Savoy y Pastoriza son incontenibles. Todos siguen buscando la derecha. El pelotazo largo para la búsqueda de Artime... Y a los seis minutos Pastoriza la mete larga. Da la impresión de que Artime no la va a dominar entre Tentorio y Guamieri, mal parado, pero el piloto abre las piernas y los dos defensores italianos quedan fijos como estacas. No hay nada más: el derechazo simultáneo y las redes que se vuelven a agitar. Es la locura. Ahora gritan todos. Gritan los suplentes. Grita el médico... Y nosotros debemos tragarnos el grito en la cordialidad del palco de periodistas, aunque a lo largo y a lo ancho del pecho hay un "¡GOOOOL!" que salta de víscera a víscera. Nunca habíamos visto algo igual. Quizá aquel Boca-River del Monumental que River dio vuelta en cinco minutos. Pero este 4 a 3 es increíble. Es inconcebible también para los que toman las informaciones de los colegas italianos desde las redacciones. Tienen que insistir para que los crean: "Ecco, tres goles en seis minutos... Gana la squadra argentina por 4 a 3". Fachetti nos confirma el concepto: este ataque es "piu forte" que aquel que jugó las finales de la Copa del Mundo. Haller golpea el pasto. Las tribunas desaparecieron. A los 12 minutos Pascutti, nervioso. "dialoga" demasiado con la defensa argentina y lo pisa a Santoro en un salto. La reacción de Pastoriza es inmediata: un cachetazo. Un cachetazo que pudo costar un penal, pero que el árbitro resuelve expulsando a Acevedo. No entendemos la medida del señor Angonesse. Independiente se salva de un penal pero queda con diez hombres... Savoy, el discutido Savoy, que está jugando un gran partido en el medio y adelante, pasa de zaguero central... Y confirma allí que esa noche es jugador de toda la cancha, que esa noche está tocado por un fuego interior que ojalá encienda muchas veces, por todo lo que sabe, por todo lo que sabemos que sabe. Y saca una, cinco, a lo Navarro, con fuerza... pero también con visión, buscando aquel sector derecho del ataque que ha sido el arma fundamental. Se repliega Independiente. Le entrega el medio campo al Bologna pero aguanta, aguanta con uñas y dientes, con las uñas y los dientes de Pastoriza, de Mírcoli, de Pavoni y de Ferreiro.

 

Imagen Crónica del partido: Independiente 5 Bologna 4
Crónica del partido: Independiente 5 Bologna 4
 

Revoleando piernas por abajo, por arriba y por los costados, como si fueran los rayos de una bicicleta que giran sin fin. Decae el trabajo de ataque. Savoy sigue sacando. Pavoni parece jugarse la vida en cada trancazo, en cada boloñés que avanza sin suerte por la franja a su custodia. Pascutti sigue "conversando", reclamando de mala manera. Y Haller lo acompaña. Y todo el Bologna empieza a cercar al señor Angonesse. Mírcoli fortaleció la franja defensiva y Ferreiro ya juega más tranquilo. A los 28' se van Yasalde y Artime. El juvenil de Winnipeg se la toca a la de-recha y queda esperando la devolución para definir, bien ubicado en el centro del área, sin marca arriba, pero Artime no lo ve. Es su noche. Sólo ve el arco, y Vavassori la va a buscar por quinta vez. 5 a 3 al subcampeón del torneo italiano. 5 a 3 después de un 3 a 1 que parecía lapidario. 5 a 3... El partido ya es de ellos porque lo jugaron como una final. Porque practicaron el único fútbol que se puede vender, el único que gusta al público, el que siempre mira hacia el arco rival, el que hizo el Santos en la época cargada de triunfos, y no en la alquimia de los empates o en la trovata del 1 a O que se plasma de antemano en la prudencia de los pizarrones. Por eso ganaron. Por eso se fueron satisfechos, alegres, con una victoria para contarla por mucho tiempo, con el aplauso de 30.000 boloñeses, con el favor de Fachetti, con la conformidad del colega Turrini, con la gratitud nuestra. Con Artime consagrado en la gran vidriera.