1955. Sin figuras cumbres, pero también sin fracasos
Por Borocotó. El día 22 se disputó la Fecha 4 del Campeonato de primera División donde el encuentro destacado entre Vélez Sarsfield e Independiente terminaba igualado en 1.
Juego limpio, varonil e intenso; sin figuras estelares, pero también sin que ninguno haya fracasado. Cuando uno no pudo hacer más es porque delante suyo tuvo a quien hacía tanto como él. Y es más difícil eludir una marcación que marcar; sin embargo, los forwards llegaron a jugar bien. No brillaron más porque no se podía. Porque para que uno se erija en figura cumbre el del otro bando y los de enfrente tiene o tienen que ser muy superados. Y para superarlos hay que hacerlos fracasar. Para subir, compañero, hay que subir sobre algo o sobre alguien. Y si no hay nadie que haga de escalón, si no se producen fracasos en los hombres de defensa y tan sólo suceden momentáneas superaciones, van a ser escasas las emociones frente a las vallas y será difícil que los delanteros logren luz plena. Pueden tener destellos nada más. Y los tuvieron en el match Vélez-Independiente.
Cuando nadie falla no se puede pedir más de lo que se vio. Fue mejor Vélez que Independiente en el curso del primer tiempo. Pudo penetrar más a fondo. Al cabo de los 45 minutos justificó el gol que llevaba de ventaja, el único de ese período. ¿Tiró centro Manzi o al gol? Eso lo sabrá él. Lo cierto es que el puntero izquierdo local se la acomodó hacia la derecha y shoteó. La pelota entró de emboquillada Por el ángulo superior opuesto. Al arquero Abraham lo "sobró". Hasta allí, los de la casa habían impresionado algo mejor. No mucho, pero un poquito más. Habían frenado muy bien a los delanteros rojos.
Ovide le jugó a Grillo de cerquita, sin luz. Ruiz tuvo momentos en que dominó el centro del campo. Vélez atacaba con tres hombres al frente: los punteros y Conde. A este punta de lanza no le perdía pisada el morocho Britos. En pocas oportunidades el interior derecho pudo entrar. En una, Britos se le tiró a los pies en el área. Los de Vélez reclamaron penal. Más tarde hubo otra acción similar en la otra área. Ferraro un poco más adelante que Zubeldía y éste, por momentos, marcando a José Varacka, A veces también Cecconato hacía lo propio con Ruiz. Como en Vélez e Independiente los que llevan el No. 5 son los medios de avance, encontraban esos escollos. Los de casa entraban más a fondo y en el correr de los 45 minutos justificaron la pequeña ventaja.
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Vino el segundo tiempo y al medio minuto empató Independiente. Reclamaron offside de Cruz. Nos pareció que cuando se le cruzó la pelota estaba bien colocado y que con su pique veloz la tomó limpio. Medio centro rasante y Grillo que la puso en el arco de cachetada. Entonces los rojos comenzaron a ir justificando ese empate.
Muy veloces, más penetrantes, iban igualando merecimiento. Las cargas se alternaban. Mayor cantidad de Independiente, pero Vélez también iba al otro campo. Y como medios y zagueros de uno y otro bando se tenían fe y los conjuntos accionaban muy armados a veces teníamos a 21 hombres en un campo y de inmediato otros tantos en el otro. Porque hasta los zagueros-centros, Allegri y Mousegne, pasaban de la mitad. Solamente quedaban en sus puestos los guardavallas.
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Pero a los 20 minutos de esa etapa se lesionó Cruz. No hubo golpe ni acción recia. No la hubo en todo el match. Por eso dijimos al comienzo juego limpio y varonil. Jugaban sin mala intención, pero varones. Quedó Cruz unos pocos minutos en la cancha sin entrar en acción hasta que optó por hacer abandono de ella. Y faltando 5' se fue Britos. Ya ven: en juego correcto Independiente quedó con nueve jugadores. Mala suerte. Así las cosas, no se puede saber de la justicia del score. Si prescindimos de la consideración especial a la desventaja numérica de los visitantes, si nos atenemos a lo visto nada más, Vélez Sarsfield fue superior. Si le hacemos a los visitantes la rebaja del caso, aceptaremos el empate como cosa justa. Porque no sabemos qué hubiera hecho Independiente manteniendo íntegramente su equipo. Nos consta que en los 20' de la segunda etapa fue mejor que Vélez e iba justificando el empate. No llegó a la plena justificación, pero cuando tuvo la baja de Cruz ya insinuaba Vélez su ofensiva. Que ella se hubiera producido igualmente es posible.
El balance del primer tiempo da derecho a aceptar esa posibilidad. Pero también cabe decir que con diez y con nueve Independiente se defendió en forma encomiable. Y con nueve, cuando Vélez buscaba la victoria, dos cargas de los rojos crearon serias dificultades a Germinaro, dificultades por las que no atravesó Abraham en esos últimos minutos de asedio local. Cosas del fútbol: cuando Vélez atacó en procura del gol del triunfo, cuando se situó en campo rival, ahí casi pierde. Y una de las jugadas la llevó Barraza desde su zaga hasta el área rival y su pase casi determina un gol por remate de Grillo, quien la levantó solito frente al arco. Lo único lamentable fueron las lesiones de pura mala suerte. Si ellas le acordaron dramatismo al match también dejaron esa duda por la cual el cronista no sabe si los visitantes hubieran podido igualar o no los merecimientos del empate.
Las suposiciones quedan en el rubro de lo que pudo ser. Lo que fue es que, al margen de las bajas sufridas, Independiente ha ganado un punto en un match en que Vélez hizo más por conseguir los dos.