Las Crónicas de El Gráfico

Un café con el pibe Islas

Con sólo 20 años, atajando en Estudiantes, Luis Islas atravesaba un momento excepcional: 4 años en Primera, el sueño del Mundial, el dinero grande que llega pero una mala fama que le cuesta dejar atrás.

Por Redacción EG ·

13 de diciembre de 2018

Este pibe Islas. Un consagrado, de veinte años recién cumplidos que ya pasó los cien partidos en Primera División aparte de otros treinta con Chacarita en la "B", que ya jugó un Mundial Juvenil y cinco internacionales con la Selección Mayor.

Este pibe Islas, que ataja cada vez mejor, pero no puede desprenderse de un latiguillo que ronda el ambiente y lo acosa, como el más temible delantero: "es un fenómeno en el arco, pero mal bicho'".

Imagen Islas debutó en primera en Chacarita en 1982. Un año después llegó a Estudiantes.
Islas debutó en primera en Chacarita en 1982. Un año después llegó a Estudiantes.


¿Sos consciente de eso, Luis? —Mirá, te la hago simple: al tipo que me ve pasar con el auto y dice "ahí va el agrandado de Islas", no le doy bolilla, no me importa. A mí me interesa la gente que está al lado mío, mi familia, mis amigos. Sé cómo piensan ellos y con eso me alcanza. Ahora me voy de vacaciones a San Bernardo y me llevo a dos pibes de la tercera de Estudiantes. Vignales y Arizaga. Vienen a mi casa, y aunque no tengan plata, comparten todo conmigo.

Sin embargo parece que Zuccarelli se tiene que ir de Estudiantes por los jugadores. En especial se habla de las declaraciones tuyas después de la derrota con San Lorenzo cuando dijiste que algo tenía que cambiar. —Sí, lo dije, y no en ataque personal a Zuccarelli, sino por el bien del equipo. Sigo pensando que si el técnico no va para el plantel o algunos jugadores no van para el técnico hay que cambiar. También dije que Estudiantes tiene que mejorar, porque hay buen plantel, pero hay que hacer algo, incluso si yo tenía que dejar la titularidad, la dejaba. Es más, Zuccarelli no me dijo nada porque entendió perfectamente. No fue para bajarle la caña. Yo con Zuca me llevo bien, es una persona excelente, pero no por eso dejo de pensar que Estudiantes no es Temperley.

Luis, sabemos que te peleaste con lssa y que hace poco el profesor Norberto Pachamé (hermano de Carlos, preparador físico de Estudiantes) te pegó, pero que el caso se tapó porque venía el clásico con Gimnasia y te necesitaban. —Te cuento: con Hugo tuvimos una fuerte discusión, es cierto, pero no llegamos a las manos. Y fue el año pasado. Y con el profesor Pachamé no fue para tanto, hubo unos empujones nada más. Lo que pasó es que delante de todo el plantel y del cuerpo técnico le dije que Estudiantes estaba mal físicamente. Es la verdad y lo sigo pensando. Si analizás al equipo vas a ver que pierde porque está mal físicamente, no tiene reacción. Cada uno debe darse cuenta cuándo anda mal. A mí después de un partido flojo vienen y me dicen que jugué mal y me lo banco, pero hay gente que le duele la verdad. Además se quiso hacer el prepotente, y eso conmigo no va. Y si él después no quiso hablar del asunto es porque se dio cuenta de la barbaridad que hizo.

¿Y el resto del grupo qué dijo? —La mayoría estuvo de acuerdo conmigo. Justamente eso es lo que me da bronca, cuando charlamos entre los muchachos cada uno dice del otro la verdad de lo que piensa. Por ahí se dice "vos estás marcando mal", o "vos tenés que cerrar mejor", qué sé yo, cosas sinceras y constructivas, para que el equipo levante. Pero después cuando hablamos con el cuerpo técnico nadie dice nada, el único que va al frente soy yo y por eso me como mis buenos garrones. Después, cuando les reprocho me contestan: "vos podés hablar porque sos Islas".

¿Hiciste  plata grande? —Sinceramente, no me puedo quejar. Aparte de la casa de Caseros me estoy terminando un chalet hermoso en Lomas de Zamora. Un lugar bárbaro que además me permitirá llegar a La Plata en media hora, más o menos. Ya hice el viaje el otro día. Creo que cuando vuelva de las vacaciones nos instalaremos todos en la nueva casa. Además me compré un departamento acá en la Capital, un chalecito en San Bernardo y tengo los dos negocios: la casa de ropa y el bazar, juguetería y perfumería que atiende mi familia.

Además, estás por firmar un contrato de publicidad. —Sí, yo soy hombre de Adidas hasta el 31 de este mes. Una gente macanuda, que se portó bien conmigo, pero me parece que me voy a Puma. Aparte de usar la ropa me ofrecieron hacer un póster que va a recorrer toda Europa y eso significa una cifra muy importante.

¿Veinte mil dólares? —Sí... Un poquito más también.

¿Fracasó para siempre el pase al Colonia? —No, le exigí a Estudiantes que se definiera. O me vendían o me hacían el contrato que yo quería. Me renovaron el contrato. La verdad es muy bueno.

¿Cuánto anualmente? —Y, con todo, aproximadamente entre cincuenta y sesenta mil dólares. Pero en abril vuelven los del Colonia a insistir, porque si se hace lo mío, ellos tienen colocado a Schumacher en Francia. Igualmente me quiero quedar un tiempito más por la hinchada de Estudiantes.
Imagen Islas atajando en el arco Pincha frente a Boca. En 1986 se fue a Independiente donde estuvo en tres etapas (86-88, 91-95 y 2003)
Islas atajando en el arco Pincha frente a Boca. En 1986 se fue a Independiente donde estuvo en tres etapas (86-88, 91-95 y 2003)


¿Viste partido Argentinos-Juventus? —Sí, un partidazo, me encantó cómo jugaron los dos. Pero ojo, como jugó allá, acá Argentinos no puede hacerlo. Acá hay más marca. Allá los del medio recibían tranquilamente. Y ya sabés lo que pasa cuando a Argentinos le dejan agarrar la pelota. Pero hizo un fútbol hermoso y en una final. Perdió, y bueno...

Justamente, aun perdiendo Argentinos dejó una gran imagen que todo el público le agradece. ¿Por qué la Selección no puede jugar así, aunque pierda? —No, es distinto, si la Selección juega bien pero pierde nos matan a todos. Mirá si en las eliminatorias jugábamos lindo pero no clasificábamos. Nos mataban...

Pero debes reconocer que la Selección anda mal.. . —Pienso que últimamente no anduvo bien como en la gira por Europa, pero tampoco fue para tanto. Se la criticó demasiado. La Selección es de todos y necesita apoyo. La gente tiene que comprender que estamos haciendo todo lo posible por jugar bien. Reconozco que hay un nivel de jugadores poco común, notable, pero sin querer buscar excusas, en esos dos partidos con México se durmió mal, se comió mal, se viajó mal... En el Mundial va a ser distinto...

¿Seguís pensando que tenés que ser el titular en México? —Sin ninguna duda, estoy trabajando para eso aunque respeto a los demás. Lo que quiero aclarar es que yo jamás dije que Bilardo me había asegurado la titularidad. Lo digo porque Fillol se siente desplazado por eso. Nada que ver, que se quede tranquilo.

¿Que arqueros te gustan? —No me fijo en nadie, casi no veo partidos. Al único que veo, cuando puedo, es a Huracán porque soy hincha. El día que nosotros le ganamos 3 a 0 fue el triunfo más amargo de mi vida.

Se te nota más maduro. —Puede ser, pero mirá, eso de la experiencia yo lo tomo con pinzas. Cuando a vos te viene la pelota y se te va para adentro, no hay experiencia que valga. Te sirve para ciertas cosas. A mí antes en un córner me codeaban y yo reaccionaba. Ahora ya no me la como más. Pero de ahí no pasa...

Miércoles  18, entregamos al taller las treinta y dos páginas centrales de la revista, lo que llamamos primer pliego, incluida la nota a Luis Islas. No jugaba esa noche contra River, nada podía alterarla.

Sin embargo. . . "Pedí jugar. Tengo una fisura en el dedo meñique de la mano derecha pero me sentía bien. El doctor y la gente de Estudiantes no querían saber nada pero los convencí, era un lindo partido". Juega. A los 6 minutos se va Amuchástegui —pudo haber plancha contra Jeannoteguy— remata, Luis toca la pelota pero esta sigue, va hacia el arco y cuando consigue reaccionar y controlarla ya está adentro. Nítidamente. Bava marca el gol y entonces Islas va exageradamente sobre el juez de línea, reclama, el colaborador llama al árbitro y aparece la tarjeta roja.

¿Que pasó? —Le protesté, yo caí adentro del arco pero la pelota no.

Pero insultaste.. —Dije, ¡Qué delincuente! pero mirando para otro lado, fue como una frase al aire, como hablando solo...

¿Y ahora? —No sé, me voy con la familia a San Bernardo. Ya mismo. ¡Qué lástima...!

 Es cierto Luis, que lástima.

 JORGE BARRAZA (1985)