Las Entrevistas de El Gráfico

Antonio Rattín: 100 x 100: “Macri fue el presidente más importante de Boca”

El ídolo de Boca no se calla nada: Desde las "vitaminas" de entonces hasta Bianchi y Angelici, pasando por River, Armando, Macri, Riquelme y la Selección.

Por Diego Borinsky ·

16 de mayo de 2022

 Nota publicada en la edición de diciembre de 2013 de El Gráfico

Imagen EL RATA, hoy, a los 76 años, con el anillo que lleva el número emblemático de su camiseta, el 5. Sigue ligado a Boca.
EL RATA, hoy, a los 76 años, con el anillo que lleva el número emblemático de su camiseta, el 5. Sigue ligado a Boca.
1 ¿Cómo anda, Antonio? Acá, siempre con algún dolorcito nuevo. Son los años, yo no me los saco de encima, entonces se te va un dolor de la cintura y te sale otro en los tendones de Aquiles (“Rata, no es por eso, es por los antibióticos”, lo interrumpe Cristina, su mujer, y descubrimos que lo llama “Rata”). Ahora el médico me dio 3 o 4 días de reposo.

2 Tendrá algún achaque cada tanto, pero se lo ve muy bien. Y... mirá, ahora voy a ver si me meto un poco de pelo en la cabeza. Ya arreglé todo en Hair Recovery para hacerlo.

3 Resultó ser coqueto... Escuchame, si podés vivir dignamente, ¿para qué vas a andar arrastrándote?

4 ¡Pero usted tiene más pelo que yo! Vos tenés la peladita ahí arriba, esa yo ya me la cubrí hace 10 años. Ahora me están apareciendo unos claros, ¿viste?, entonces hay que taparlos. Después me tocan 5 días con un sombrero, pero ya tengo todo proyectado: me voy con la Flaca a navegar por el Delta.

5 Sin remar, me imagino. Claro, ¡no sabés cómo remaba de pibe! Era mi pasión. Mi primer cuadro de Boca me lo gané remando. Vivía en una isla en el delta de Tigre, tendría 10 años, y un señor me dijo que si le hacía la mudanza, me regalaba el cuadro de Boca que tenía. Era una lámina de un Boca de los 40, un cuadro hermoso, con vidrio. Vino con una canoa grande y entró a cargar los muebles. Era un viaje de 7 u 8 kilómetros, remaba yo solo… pero el cuadro de Boca valía el esfuerzo, ¡qué emoción!

6 Se puede decir que usted la remó en la vida. Me encantaba remar, estaba todo el día dale que dale. Y en la vida nadie me regaló nada. Estudié hasta sexto grado y soy electricista, aprendí con un señor con el que trabajaba.

7 ¿Hasta qué edad vivió en la isla? Hasta los 11 años, porque mi viejo quería que yo estudiara y en la isla había sólo hasta cuarto grado. Mis hermanas mayores eran mujeres y mi papá no tenía problemas con que llegaran hasta ahí, pero el varón tenía que hacer por lo menos sexto. A la escuela iba en bote, después el viejo no sé cómo hizo, pero compró dos terrenos en Tigre en un remate y entre los dos levantamos la casa.

8 ¡¿Usted construyó su propia casa?! El viejo hacía de albañil, yo de peón y construimos las dos habitaciones: una era la cocina y en la otra dormíamos los cinco juntos. La casa la hicimos poniendo los ladrillos de canto para que saliera más barato: eran paredes más finitas, pero usábamos menos ladrillos.

9 ¿En la isla había luz y gas? ¡¿Qué luz ni gas?! Nada. Teníamos cocina a leña, lámpara a kerosene y plancha a carbón. Mi vieja lavaba y planchaba para la gente de la isla, y yo repartía con el bote y sumábamos unos pesos. Cuando nos mudamos a Tigre tampoco teníamos baño. Había un excusado al fondo, de madera, sin inodoro. Iba todo para el pozo negro, ni siquiera tenías que tirar agua. Para bañarnos nos llevábamos dos baldes de agua fría, nos tirábamos uno al principio y otro después de enjabonarse. Recién tuvimos inodoro en casa al año de debutar en la Primera de Boca.

10 ¿Después de debutar en Boca? Sí, y se dio de un modo curioso. Un día me estaba aplicando onda corta en la sede vieja de Boca, y Miguel de Riglos, el presidente, me contó que iba para la concentración del Hindú Club, que me llevaba. Antes tenía que pasar a buscar el bolso por casa.

11 No me diga que al presidente de Boca le agarraron ganas de ir al baño. Exacto. Mientras armaba el bolso, De Riglos se quedó charlando con mis viejos, en un momento pidió ir al baño y lo mandaron al fondo. Cuando me subí al auto me dijo: “Rata, pasá presupuesto para instalar el baño”. Yo había debutado el año anterior. Le pasé el presupuesto, eran 32 mil pesos.

12 O sea que Boca le regaló el primer inodoro. El inodoro, el bidet, la bañera, los azulejos, y también el agua caliente para el baño y para la cocina, que no teníamos. Pero me lo dio a cuenta. Ese año entero, el 57, lo jugué por el baño completo de mi casa.

Imagen UN SALTO imponente, para marcar territorio.
UN SALTO imponente, para marcar territorio.
13 ¿No le da bronca que se haya perdido esa cultura del esfuerzo? Hoy es todo al revés de lo que me pedía mi viejo: él quería que estudiara porque decía que el fútbol era para vagos; ahora apenas el padre ve que el hijo le pega bien a la pelota lo saca del estudio y lo mete en el fútbol para salvarse con el pibe.

14 ¿Por qué se hizo hincha de Boca? A mi padre, el fútbol no le iba ni le venía, pero a mí me gustaron el azul y el amarillo y me hice de Boca desde que tengo uso de razón. No hubo un familiar ni un amigo que influyeran. Para el día de Reyes de 6 años le pedí a mi vieja una camistea de Boca. Todavía no sé cómo hizo para gastar tanto (se emociona). Me la ponía los domingos y me iba a escuchar el partido a un recreo en el delta, que tenía una radio grande, a batería porque no existían las radios a transistores, con los parlantes afuera y mucha gente que venía de la fábrica a escuchar los relatos de Fioravanti. También iba todos los días, de 8 a 8.15 de la noche, a escuchar el Glostora Tango Club con Alfredo De Angeli. “¡Mirá al Rata hijo de puta!”, dirán los viejos.

15 ¿Qué recuerda de su debut en Primera? Unos días antes me había caído de la escalera en el Banco Nación de Tigre arreglando un tubo fluorescente. Me fracturé la muñeca, me enyesaron y en la semana previa al River-Boca, Mario Fortunato, el técnico, nos sacó de la Tercera al Yaya Rodríguez y a mí y nos metió como titulares en la práctica del miércoles. Me pusieron una venda, porque con yeso no se podía jugar.

16 ¿Pudo dormir? No me acuerdo, pero supongo que no demasiado. Lo que sí recuerdo muy bien es que el sábado me fui a comprar un reloj pulsera. En esa época no cualquier tenía un reloj, y menos alguien que vivía tan apretado, ¡pero iba a debutar en Boca y no podía no tener un reloj pulsera! El sábado fui a un relojero del barrio, en Rincon, y me compré uno. Salía 400 pesos y lo pagué en 4 cuotas de 100.

17 ¿No estaban concentrados el sábado? En esa época, todavía no se concentraba. El sábado a la mañana Fortunato nos citó para hacernos masajes. En ese entonces, a los profesionales les daban baños de inmersión y masajes el día anterior y después se iban a sus casas. El domingo pensaba tomarme el colectivo temprano, pero salí de casa y estaba Mario Enei, un amigo, con su camión Chevrolet 47 con 40 muchachos de la barra del barrio, así que me subieron a la cabina y arrancamos. Llegamos a la Bombonera, almorcé ahí y luego descansé un poco en unas cuchetas que había en la cancha.

18 ¿Cómo le fue en el partido? Bien, ganamos 2-1. Antes de empezar, busqué a un fotógrafo y le pedí que me sacara una foto con mi ídolo, Pipo Rossi, y después tuve que marcar a Labruna, al que sacudí de entrada. “Pibe, tranquilo, que este no es el único partido que vas a jugar en tu carrera”, me dijo Angel.

19 ¿Ahí quedó como titular? Sí, ya no salí más. A la semana siguiente fuimos a Rosario a jugar con Newell’s. En esos tiempos se viajaba en tren a Rosario. En otro vagón iba la orquesta de Anibal Troilo. Pichuco era de River y me vinieron a buscar para que charlara un rato a su lado. Me dio mucha vergüenza.

20 ¿Qué le dijo su padre después del debut? Mi padre no vino a verme a la cancha ni una sola vez. Mi mamá sí fue 2 o 3 veces, pero el viejo nunca. El quería que yo estudiara.

21 ¿Nunca le dijo que le gustaría que lo viese aunque sea una vez? No, a mi papá lo trataba de usted, era una época distinta a la actual (risas). De grande también lo seguí tratando de usted. Era bastante común, ¡eh!, no había la confianza de ahora. El viejo se sentaba en la cabecera en las cenas y todos calladitos, nada de gritos, nada de risas. “Baldo”, me decía a mí. Era un tano de esos medio cruzados, ¿viste?, entonces si en el barrio alguno le decía que yo había jugado bien, quizás compraba algún diario, pero de ir a la cancha, jamás.

22 ¿La política se terminó para usted? Y... a esta edad, 76 años, ya está. Fui cuatro años diputado nacional y cuatro años concejal en Vicente López.

Imagen EN EL DELTA del Tigre, lugar donde nació, se crió y donde se escapa cada vez que puede. Hasta los 11 años vivió en una isla en una casa sin luz ni gas.
EN EL DELTA del Tigre, lugar donde nació, se crió y donde se escapa cada vez que puede. Hasta los 11 años vivió en una isla en una casa sin luz ni gas.
23 ¿Tiene bisnietos? Por ahora sólo nietos: 5, el mayor de 27 años y el menor de 19. Son todos socios de Boca.

24 ¿Si le sale alguno de River? Nada, ¿qué voy a hacer? Cada uno elige, aparte yo nunca tuve problemas con la gente de River. Yo salía caminando por el hall del Monumental hasta el micro, después de ganar un clásico, e iba tranquilo entre los hinchas de River, a diferencia de Marzolini y Rojitas, por ejemplo, a quienes querían fajar, porque ellos por ahí hacían gestos en la cancha.

25 ¿Cuál es la receta para llegar bien a los 76 años? Fumar, no fumé nunca. Tomar, empecé después de los 40: sólo vino y champagne. Y la noche no la conozco. La noche está para descansar y dormir. Quizás me ayudó el remo, un gran deporte. Y entrenar, me entrené siempre bien. Y trabajar todos los días me entretiene, me mantiene vivo.

26 ¿Sigue con los seguros? Sí, un par de horas por día, veo a mis clientes, llevo más de 30 años con esto. Me entretiene y me deja sus manguitos también, ¿viste?

27 ¿Y en Boca hace algo? El club me nombró embajador deportivo, entonces voy a los actos a los que no puede ir al presidente. Este año fuimos con mi señora a unas 10 peñas. También estoy en la Mutual, con la que ayudamos a ex jugadores que no están bien económicamente. Nicolás Novello es el presidente, yo, el secretario general. Voy una o dos veces por semana al club.

28 ¿De dónde sacan los fondos? A fines del 2002, José Silvero estaba a cargo de la Mutual y en la cena de fin de año me dijo: “Rata, si no te metés vos, acá no pasa nada”. Lo fui a ver a Mauricio (Macri), que me tiene un gran aprecio. Yo había trabajado para su campaña en el 95. Cuando me ve, me hace pasar enseguida, sabe que no estoy para la franela. Le conté de la Mutual. “¿Te metés vos?”, me preguntó. “Sí, pero si vos me das plata, porque si no hay plata, no sirve”.

29 ¿Cómo hizo para sacarle un mango a Macri? Le presentamos una propuesta para que el 1 % de las primas y sueldos de cada futbolista profesional (no los premios) se usara para ayudar a ex jugadores a través de la Mutual. Boca ponía el otro 1 %. Lo aprobó la Comisión Directiva y quedó para siempre.

30 ¿Cualquier ex jugador que se presente recibe la ayuda? No, no, tienen que cumplir ciertos requisitos: haber jugado más de 100 partidos en Boca y que realmente lo necesiten. Para eso mandamos gente a visitarlos, y se les da un subsidio de casi 6 mil pesos por mes.

31 ¿Quienes están en ese grupo? Y... pero no vas a poner, queda feo: hay un par de la década del 60, de los 70 y 80 varios, y de los 90 no, porque ahí ya cambió el fútbol. En total son unos 20 ex jugadores.

32 Nunca cortó el cordón con Boca. Es que no quise, salvo cuando fui diputado. Yo llegué con 18 años al club en 1955, me retiré en el 70 y enseguida agarré como coordinador hasta 1976, que vino Lorenzo, y como me llevaba mal con el Toto, decidí irme. Volví en 1980 como entrenador, estuve un año y regresé en 1995 cuando Mauricio ganó las elecciones. Le hicimos la campaña y luego me nombró coordinador, y desde entonces sigo ligado al club.

33 ¿Qué hacía como coordinador? Cuando ganó Mauricio me ocupé de arreglar Parque Sarmiento y Casa Amarilla: todos los muebles de algarrobo los compré yo. Al terminar un acto, en plena campaña, me preguntó un día: “¿Griffa o Solari para los juveniles?”. Ni lo dudé: “Griffa”. Creo que elegí bien. Antes, en la etapa previs también me ocupé de La Candela, coordinaba los viajes del plantel, los lugares de hospedaje y les pagaba a los jugadores. Yo sabía que hasta que no cobraba lo del plantel, el equipo no salía a jugar.

34 ¿Les pagaba en el vestuario antes de salir? Pasaba por boletería, retiraba el dinero, se lo dejaba al utilero empaquetado y les pagaba después del partido, en el vestuario.

35 ¿Va seguido a la cancha? A La Bombonera voy siempre. Hago de remisero: arranco en Vicente López, levanto a Marzolini en Pacífico, después al Tanque Rojas en Arroyo y 9 de Julio y vamos los tres. Tenemos la tarjeta para estacionar adentro de la cancha, lo vemos desde el palco presidencial, todo perfecto. Y cuando faltan 10 minutos, nos venimos, y vamos comentando en el auto.

36 ¿Los caudillos son una especie en vías de extinción? Hacen falta, y no entiendo que los arqueros sean capitanes. No. El capitán debe hablar con el árbitro, tenerlo cerca. En mi época Nimo me decía: “Decile a Simeone que se serene porque lo voy a echar”. Yo le contestaba que se lo dijera él, que era el árbitro. Y él me decía: “A vos te hace caso, a mí no. Si no le hablás, se van a quedar con 10”. Entonces me acercaba a Simeone y le pedía que dejara de dar patadas. Esos diálogos no pueden faltar en la cancha.

37 ¿Por qué usted era caudillo? Me salía naturalmente. Me ayudaba mi altura, también que metía. Siempre digo lo mismo: acá, el que mete la pata más fuerte, se lleva la pelota, no jodamos. Siempre fui de dar órdenes. Una vez lo eché a Marzolini de la barrera porque levantaba un pie en los tiros libres para evitarse el tiro en la panza. Lo saqué y puse al Tanque Rojas. Son detalles que veía en la cancha y tomaba decisiones.

38 ¿Ser caudillo lo habilitaba a pegar alguna patadita de más? Me llevaba muy bien con los árbitros. Ellos también me respetaban porque era el capitán de Boca, eh. Luis Ventre, por ejemplo, venía a los 10 minutos y me decía: “Rata, ¡qué bien estás jugando hoy!”, y a otros no les decía nada. El sabía que yo también lo ayudaba a sacar el partido, que calmaba a mis compañeros.

39 Salvo al que agarró de la nariz (ver foto). Ah, sí (risas), eso fue en La Paz, un partido con Boca, el tipo cobraba todo para el lado de los tomates, y le apreté la nariz. Ni me acuerdo cuántas fechas me dieron.

40 ¿Qué recuerda del clásico de la Puerta 12? Fue un partido que dominamos con claridad y empatamos 0-0. Amadeo fue la gran figura. Volvía en el auto a casa y empezaron a dar la información de la tragedia, pedían dadores de sangre y ahí mismo cambié de rumbo y fui al Pirovano a donar sangre. No me aceptaron por el desgaste físico que había tenido en el partido.

41 ¿Roma se adelantó en el penal de delem? Sí, se adelantó, pero ojo que todos sabíamos a qué palo iba a patear. Nosotros nos reuníamos todos los miércoles al mediodía en la cantina de Arnoldo, en Cabrera y Bulnes y sabíamos, porque teníamos al Canario Pérez de espía, que Delem pateaba el penal a la derecha. Eso lo sabía hasta el Cholo Simeone, que era el designado para ir al arco si Roma se lesionaba, porque en esa época no había cambios. Así que si Roma no se tiraba para ese lado, lo matábamos. Ahora, de adelantarse no le dijimos nada, eso se le ocurrió a él.

42 Debió patearse de nuevo. Cuando íbamos caminando para el medio de la cancha, Nai Foino, el juez, me dijo: “Rata, estos están locos que quieren patearlo de nuevo, ¡penal atajado es penal mal pateado!”. Ese 9 de diciembre de 1962, por la anteúltima fecha, le ganamos 1-0 a River, les sacamos dos puntos de ventaja y el domingo siguiente goleamos a Estudiantes y fuimos campeones. Fue mi primer título en Boca. Una alegría incomparable.

43 Nai Foino era un personaje, ¿no? Conmigo siempre hablaba. Una vez, en un BocaCentral, en el arco del Riachuelo, inventó un tiro libre para ellos. “No vayas a la barrera, Rata, venite al lado mío que quiero ver a ese Flaco que me contaron que patea un fenómeno”, me dijio. El Flaco pateó y reventó el travesaño. Era Menotti. Después lo agarré a Nai Foino: “Y si era gol, Don Carlos, ¿qué hacía?”. Y el loco sonrío: “Lo anulaba y listo, siempre se puede anular un gol”.

44 ¿Lo afectó mucho la muerte de Roma? Y... sí, éramos muy amigos, también me dolieron las de Silvero y Silveira... Ya estamos cerca de los 80, así que uno tampoco se puede creer que va a vivir mucho más. Acá lo importante es que funcione bien el cerebro y la parte motriz para que los hijos, nietos y parientes no sufran. La joda es cuando tenés que andar en silla de ruedas o estás mal del cerebro.

45 ¿Se alegró con el descenso de River? Para nada, de corazón lo digo.

46 ¿Qué siente por River? River y Boca son las dos locomotoras del fútbol argentino, los otros son vagones que vienen atrás. Nos necesitamos mutuamente.

47 ¿Vio en algún momento una paternidad tan grande sobre River como estos 22 años? En mi época, a mí me fue muy bien en los clásicos: gané 12, empaté 10 y perdí 6, pero tambié agarré la racha de San Lorenzo, que nos tenía de hijos. Les dábamos cada baile, pero ganaban ellos, son rachas.

48 ¿Cómo se llevaban con los jugadores de River? Nos veíamos en la Selección con Artime y con Pinino Mas y muy bien. Ermindo Onega, ¡un jugadorazo de la puta madre!, nada más que en la Selección Ermindo se ponía tibio, en River era más frío. Otro jugadorazo de la san puta fue Sívori. Acá no le dan mucha bola a Sívori, hablan más de Alonso, y Sívori fue 10 veces más que Alonso. Pipo Rossi, un símbolo de River, fue mi ídolo.

Imagen EN EL VESTUARIO, sonriente, capitán.
EN EL VESTUARIO, sonriente, capitán.
49 Es raro que un fana de Boca como usted tuviera como ídolo a un símbolo de River. Es que siempre me gustó la personalidad de Pipo: el tipo que mandaba y ponía orden dentro del equipo. Hay una anécdota muy linda. Mi debut con la camiseta de Boca fue en Quinta, en un amistoso contra Lanús. Me tomé el tren desde Tigre y en Beccar se subió Pipo Rossi. Ya era conocido, pero igual iba en tren. Me acerqué y me senté detrás de él. Lo observaba, pero sin decir nada. En Retiro se metió en el subte y otra vez los dos en el mismo vagón, hasta que Pipo se bajó en Avenida de Mayo y yo seguí hasta Constitución. Ahí me tomé el tren a Lanús.

50 ¿El club no los llevaba? En esa época no se usaba, aparte era la Quinta. Ese día también me pasó otra cosa insólita: cuando llegamos al vestuario el utilero me preguntó qué número calzaba de botines. Cuando le dije que 45, me dijo que no tenía, así que le tuvimos que ir a pedir al árbitro si me dejaba jugar en zapatillas. Terminé debutando con la camiseta de Boca en zapatillas. Es que yo no tenía guita para comprarme botines.

51 ¿Boca sigue siendo la mitad más uno? Armando se quedó corto, somos más de la mitad más uno, fijate que donde vas, encontrás gente de Boca. A lo mejor los de River están un poco escondidos después de haberse ido a la B (risas).

52 ¿Macri o Armando? Macri. Don Alberto no entendía nada de fútbol, pero era rápido para los números. Mauricio siempre supo escuchar y con él ganamos muchísimos títulos internacionales. Para mí fue el presidente más importante de Boca, al menos de los que vi.

53 ¿Agrandaría o mudaría la Bombonera? No se justifica. Al no haber visitantes, existe más espacio, y la acustica de La Bombonera no la tiene ningún estadio en el mundo.

54 ¿Le gusta la camiseta rosa? “¡Daniel, la rosa no, por favor!”, le dije a Angelici cuando se iba a estrenar. El me explicó que hay contratos firmados, con el fútbol-negocio no es tan sencillo, pero si me preguntás, como hincha de Boca no quiero ni loco la rosa.

55 ¿Qué diría Armando si viera la rosa? Y… si es negocio, seguro que la vería bien.

56 ¿Quién le regaló el anillo con el 5? Un amigo. Antes tenía uno igual, también con el 5, de oro con brillantes, y me lo robaron. Iba en el auto, frené en una loma de burro y me pusieron el bufoso en la cabeza. La inseguridad está terrible en este país. Por eso tampoco me gusta salir de noche.

57 ¿Qué le pasa a Boca en estos años, que contrata a los mejores jugadores, ahora tiene al técnico más ganador, y no sale campeón? El técnico más ganador, fenómeno, le tengo confianza a Bianchi, pero llevaba 8 años sin dirigir y todo cambió mucho en ese tiempo. Lo que a mí me preocupa es la cantidad de lesionados, ese es un tema muy grave, no puede pasar.

58 Cuando jugaba, declaró: “los partidos se empiezan a ganar el lunes”. ¿Falla el cuidado? No puedo decir, no estoy adentro. Tampoco soy médico. En Boca los puestos más fáciles siempre fueron los de la defensa, mirá los grandes centrales que tuvimos, y ahora es todo lo contrario. En un campeonato de dos ruedas, a Boca no le hacían más de 16 goles y ahora te los hacen en menos de una.

59 ¿Será que hay jóvenes que no se dan cuenta de lo que significa la Primera de Boca? Jugar en Boca es impagable, pero el dinero es complicado, hoy los chicos se rajan si juegan bien un par de partidos.

60 ¿Le pasó a usted tener que pegarle un cachetazo a un pibe que recién arrancaba? Mirá, a Rojitas lo tuve siempre cerquita desde que unos días después de su debut fuimos a jugar un amistoso a Comodoro Rivadavía y Adolfo Pedernera, en el reparto de habitaciones del hotel, me dijo: “Rata, ¿se lleva al pibe con usted?”. Desde entonces estuvo conmigo en la habitación. El sabía que había escolazo, poker y pase inglés por plata, pero a las 11 tenía que estar en la habitacíon porque si no, le cerraba la puerta y se quedaba afuera. Bofetada nunca le tuve que dar, pero algún reto, sí.

61 Ahora falta ese Rattín que le ponga los puntos a los más jóvenes. No sé cómo se manejan, hoy es bravo con los pendejos, hay mucha plata, está la droga, yo le tengo un miedo tremendo a la droga.

62 ¿Angelici lo consulta por temas futbolísticos? No, de fútbol no hablamos. Al Tano lo conocí en la campaña, Mauricio nos pidió que le diéramos una mano y eso hice. Le veo un gran futuro.

63 Angelici declaró que después de Bianchi será el momento de algún ex jugador, ¿por quién empezaría? El que tiene mayores chances es el Mellizo.

64 ¿Quién es para usted el máximo ídolo de Boca? ¡Ah miércoles! Es medio jodido, ¿viste?, evaluar toda la historia del club... Habría que hacerlo por décadas. Si me apurás y te tengo que decir uno solo, elijo a Rojitas. No ganó tantos títulos como en la última década, pero también hay que decir que nosotros casi no jugamos la Libertadores. El Santos de Pelé ganó las Copas del 62 y 63 y unos años después se retiró porque le convenía ir de gira por todo el mundo, cobraban 40 mil dólares por partido.

65 ¿Riquelme entra entre los 5 máximos ídolos? Sí, claro, pero lo único que tiene que ver Román es saber retirarse a tiempo. El único que sabe eso es el propio jugador. Creo que Román es lo suficientemente inteligente para darse cuenta.

66 ¿Cómo se dio cuenta usted? Yo venía con muchos dolores en los tendones de Aquiles, no me podía entrenar bien. Siempre había sido el primero de la fila y de golpe no podía salir del pelotón del medio, hasta que en un partido contra Banfield, a mediados del 70, terminó el primer tiempo y no quería seguir jugando. Mis compañeros no me pasaban la pelota, me habían perdido la confianza. Fue una sensación horrible, por eso entré al vestuario y le dije a Silvero: “José, sacame que no va más”. Agarré el auto y me fui a mi casa, llegué antes de que terminara el partido.

67 Una de sus máximas en el fútbol era “No llorar nunca”; hoy todos hacen lo contrario. A mí no me gusta llorar: hay que salir a jugar y demostrar lo que sabés ahí adentro. Si te toca perder, listo.

68 ¿Existía la barrabrava en su época? No, sólo estaba Quique, vino una vez a ver cómo andábamos, pero no existía eso de poner plata.

69 ¿El mejor Boca que vio en su vida? El del 69, el de Di Stéfano. Para mí fue mejor que el de Lorenzo y el de Bianchi, pero duró poco, un solo campeonato. Ese no era Boca en realidad (risas), era otro estilo, paladar negro.

70 ¿Se agarró alguna vez a piñas con un compañero? Sí, con Orlando, el brasileño, y estuvimos casi 2 años sin hablarnos. Yo le corría a todos los delanteros y él la robaba con tranquilidad y después no me daba nunca la pelota, entonces me cansé, nos puteamos en un entrenamiento y nos agarramos a trompadas en el vestuario. Nadie se metió. No nos hablamos por dos años, pero en la cancha nos matábamos uno por el otro. Cuando se fue de Boca, vino a saludarme y nos dimos un abrazo.

Imagen LE ESCRIBIERON tangos, como este, y también un libro (El caudillo, de Alfredo Di Salvo).
LE ESCRIBIERON tangos, como este, y también un libro (El caudillo, de Alfredo Di Salvo).
71 Su día más feliz en el fútbol. El de mi debut. A los 19 años, y contra River, ¡qué más! Ah, y ganándole, encima. No había tocado la Cuarta ni la Reserva y de golpe me vi jugando un clásico.

72 Y el más triste. Cuando tomé la determinación de retirarme. Ese partido contra Banfield.

73 El mejor técnico que tuvo. Nano Gandulla en inferiores y Adolfo Pedernera
como profesional. Adolfo era un tipo derecho, no hablaba al cohete.

74 Cuénteme alguna de sus enseñanzas. Cuando fuimos a Brasil a jugar la final de la Libertadores contra el Santos, en 1963, le dije: “Maestro, ¿qué le parece si me peleo con Pelé y nos echa a los dos? Si no juego yo, en Boca no vamos a hacer la diferencia, como sí lo va a sentir el Santos sin Pelé”. No quiso saber nada. “No, Rata, esas cosas no están bien”, me contestó. Don Adolfo también fue el hombre que me calmó cuando quise largar el fútbol en 1967. “Rata, váyase 15 días a Córdoba con la familia y después vemos”, me aconsejó. Volví y jugué tres años más. Y sabía de fútbol Don Adolfo. En una charla técnica te das cuenta si el tipo que tenés enfrente sabe o no.

75 ¿Y el peor técnico? No sé si peor, pero al que menos me banqué fue al Toto Lorenzo. Incluso, en la gira previa al Mundial 66 le pedimos con un grupo de jugadores que se fuera, no lo aguantábamos más, nos tenía locos con sus misterios, pero llegó Valentín Suárez, el presidente de la AFA, y calmó las aguas.

76 ¿Qué les molestaba del Toto? Varios lo conocíamos del Mundial 62. Había llegado de Europa con todos sus misterios: a los delanteros, por ejemplo, les ponía cintitas en los dedos para que no se olvidaran de patear al arco. Recuerdo que antes de empezar el Mundial, nos llevó a espiar a Bulgaria, que era nuestro primer rival. Ellos habían pedido la cancha en Rancagua, entonces el Toto nos juntó a todos para almorzar y nos hizo subir al micro sin decirnos nada. Entramos por la parte de atrás, nos hizo saltar unos paredones, treparnos a las tribunas y al llegar, los búlgaros estaban practicando con las puertas abiertas.

77 ¿Qué recuerda de su primera vez con la selecicón? Fue en 1956, un partido amistoso contra Brasil a beneficio de la lucha contra la poliomielitis, en Río de Janeiro y me pusieron en la habitación con Sanfilippo. “Pibe, cuando digas que dormiste conmigo, en tu barrio no te va a querer nadie”, me dijo el Nene. Ya era bravo desde joven.

78 ¿A la Copa de las Naciones 64 fueron entregados? Era un cuadrangular y discutíamos cuánto nos iban a dar por salir cuartos. “¡Qué cuarto puesto ni cuarto puesto! Esta Copa la ganamos nosotros”, nos dijo Valentín Suárez. Estaba Brasil, bicampeón del mundo; Inglaterra, que fue campeón en el 66 y Portugal, 3° en esa Copa. Italia se bajó sobre la hora y nos llevaron a nosotros. Nos conocimos en el avión, fuimos sin preparador físico, y en la primera práctica, Pepe Minella nos dijo que cada uno hiciera lo que quisiera. Uno saltaba, otro se estiraba, otros hacían jueguito. Una risa.

79 Pero salieron campeones: eso desmitifica un poco la influencia que tenían los
entrenadores. Fue el trofeo más importante que pudo mostrar la AFA hasta el 78. Ganamos los tres partidos y no nos metieron goles: 2-0 a Portugal, 3-0 a Brasil y 1-0 a Inglaterra. En la entrega de premios, durante la cena, nos tuvieron que dar unas lapiceras porque los relojes de oro ya tenían grabados de antemano los nombres de los brasileros.

80 En esa Copa anuló a Pelé. Al Negro ya lo había marcado el año anterior en la final de la Libertadores. Minella mandó al Chino Mesiano a que lo siguiera, y el Negro se descontroló y le metió un cabezazo. El juez no lo vio, el Chino tuvo que salir, entonces en ese momento me acerqué al banco y le dije a Minella: “Don Pepe, haga entrar a Telch, que del Negro me encargo yo”. Enseguida vino un córner y Pelé me dijo: “Rattín, con pelota sí, pero sin pelota no, ¿eh?”. Y le contesté: “Quedate tranquilo, sin pelota nada, ¡pero con pelota te reviento!”. Y el Negro no la tocó en el resto del partido. Ni siquiera quiso patear el penal que les dieron y lo terminó atajando Amadeo a Gerson.

81 Telch fue el héroe imprevisto, usted tuvo buen ojo como técnico. Metió dos goles y ganamos 3-0. Lo más gracioso de todo es que cuando le fui a hablar a Minella, Telch estaba sin botines y comiendo un pancho.

82 ¡¿Comiendo un pancho?! No habla en serio... Comiendo un pancho, sí, no sé cómo llegó ahí el pancho, pero así estaba Telch, que lo terminó de comer, se puso los botines, entró a la cancha, hizo dos goles y la rompió.

83 Usted marcó a Pelé, vio a Maradona, a Cruyff, a di stéfano, ¿en qué lugar ubica a Messi? Messi tiene una gran ventaja, y es que lo miran miles de millones de personas todas las semanas. A Di Stéfano sólo lo veían los 40 mil que iban a la cancha. A Pelé lo vieron por tele un solo Mundial, el 70, entonces es difícil comparar. Messi, aparte, todavía puede seguir creciendo. El pico de rendimiento para mí se alcanza a los 28 años.

84 ¿Quién fue el mejor de la historia? El 1 fue Pelé, el 2 es Maradona y ahí ya lo pongo a Messi a la par.

Imagen EL DEBUT, en 1956 contra River, con su ídolo, Pipo Rossi, y vendado por haberse caído arreglando un tuvo fluorescente.
EL DEBUT, en 1956 contra River, con su ídolo, Pipo Rossi, y vendado por haberse caído arreglando un tuvo fluorescente.
85 ¿Es amigo de Bobby Charlton? Amigos no, tenemos una relación correcta, nos vimos algunas veces, pero no es como con Pelé. Si el Negro está acá, paso a saludarlo. Charlton me dijo que me iba a invitar cuando inauguraran el nuevo Wembley, pero todavía estoy esperando la invitación. Al viejo fui varias veces, Clarín me llevó cuando se cumplieron los 30 años del Mundial 66, en otras viajé yo, siempre se da algo.

86 Armó flor de lío en ese partido, pero le dio sus réditos… Sí, gracias a ese flor de lío que armé tuvieron que inventar las tarjetas amarillas y rojas, porque hasta ese momento se anotaba todo en una libreta. Eso me lo deben a mí, aunque no creo que los jugadores estén muy contentos (risas).

87 ¿Qué pasó en ese Mundial? Ese Mundial estaba preparado para que lo ganaran los ingleses, fijate que después no volvieron nunca más a jugar una final de Mundial o Eurocopa. Nada de nada. Y en la final contra Alemania le dieron un gol fantasma. Aquella Selección Argentina fue la mejor que integré, mejor que la que ganó la Copa de las Naciones. Si el Mundial se hubiese jugado acá, éramos los campeones. Una pena que terminamos segundos en el grupo por diferencia de gol, porque si terminábamos primeros, jugábamos contra Uruguay en cuartos y a Alemania le tocaba Inglaterra.

88 ¿Lorenzo les llenó la cabeza antes del partido contra Inglaterra? Con el sorteo
de los árbitros ya la empezamos a ver medio fulera. Eso fue muy alevoso: el delegado nuestro y el de Uruguay fueron citados a las 7 de la tarde para el sorteo, pero llegaron y ya lo habían hecho a las 6. Una cargada. Y justo se dio que Argentina-Inglaterra se lo dieron a un alemán y Alemania-Uruguay a un inglés, ¡qué casualidad! Estaba todo cocinado.

89 ¿Tan fácil es arreglar un Mundial? Cuando a mí me piden que hable de los Mundiales, yo pregunto “¿Con satélite o sin satélite?”. Porque hasta ese Mundial del 66, el país organizador llegaba siempre hasta las últimas instancias para asegurar el éxito económico de la Copa, que dependía de las entradas vendidas. Suecia fue finalista en el 58, Chile tercero en el 62... Desde México 70, que fue el primero televisado en vivo, a la FIFA no le interesó más que el local llegara a la final porque ya tenía asegurada la recaudación por la televisación.

90 ¿Qué le discutía al árbitro? Lorenzo me había dicho que si el juez cobraba mal, pidiera un intérprete, porque yo era el capitán y existía una parte del reglamento que me amparaba. Pedí el intérprete porque el hijo de puta de Kreitlein cobraba todo para ellos. No hice ningún foul violento, no insulté a nadie, sólo pedí el intérprete para que nos dejara de embromar, por eso le mostraba la cinta de capitán. El tipo no me daba bola, se iba, hasta que me echó. El partido estuvo parado como 30 minutos. Salí, me senté en la alfombra, ni sabía que era de la reina, y cuando me iba para el vestuario, me empezaron a tirar chocolates, justó estaba la bandera inglesa en el córner y la estrujé, entonces en vez de chocolates, empezaron a tirar latas de cerveza.

91 Está claro lo que cuenta, pero Argentina pateó una sola vez al arco. La idea del Toto era enfriar el primer tiempo y atacar en el segundo. Igual, Inglaterra no podía perder ese partido de ninguna manera, el árbitro cobraba cualquier cosa. La gente se dio cuenta de la injusticia, porque el inglés es un tipo leal y al día siguiente no me quisieron cobrar el taxi ni tampoco en las tiendas Harrods. Entraba a un lugar público y firmaba autógrafos. Hace unos años viajé a Londres con mi señora, invitados a un programa cómico: hicieron una parodia de la expulsión, con un tipo disfrazado de reina y otro de príncipe. Me reí mucho.

92 ¿Algún otro hecho destacado en Inglaterra? En 1978, al Sheffield lo dirigía un técnico argentino y por su sugerencia me ofrecieron ser el representante de ellos en América. Viajé para allá y cuando entré a la sala donde estaba la gente del club, se pararon y no paraban de aplaudirme. No entendía nada. Al final, terminé llevando a Sabella, y la rompió. Fui un pelotudo por no aprender inglés, sino me hubiera quedado varios años trabajando ahí, pero el idioma era un escollo insalvable.

Imagen LA EXPULSIÓN contra Inglaterra, con Ermindo Onega y Perfumo de testigos.
LA EXPULSIÓN contra Inglaterra, con Ermindo Onega y Perfumo de testigos.
93 ¿Fracasó como técnico de Boca? Creo que no. Llegué al club en un momento complicadísimo, al final de la era de Lorenzo, con muchos jugadores lesionados, baqueteados, envejecidos, y sin plata para reforzar el equipo. Los dirigentes me usaron, sabían que se venía un momento muy duro y que mi apellido era un paraguas. Veía todo eso, pero no pude rechazar la propuesta, era muy tentadora para mis sentimientos. Le agradezco a la hinchada que fue leal y me alentó en todo momento.

94 ¿Qué pensó cuando empezó el torneo y en un par de semanas se comió cinco con Newells, cinco con River, cinco con Independiente y cuatro con Central? ¿Sabés lo que pasa? Yo me equivoqué, porque apenas llegué a Boca, paré con las “vitaminas especiales” que había en el equipo. Le dije al médico: “Esto no va más, se terminó”. Y cuando quedé anteúltimo en la tabla, levanté esa prohibición y di vía libre. Y cuando di vía libre, empezamos a ganar de nuevo y terminamos séptimos. Si no liberaba, me iba a la B.

95 ¿Esas “vitaminas especiales” se daban por la boca o por jeringa? Jeringa. Era una sustancia buena buena, se usaba en el hipódromo de La Plata... para los caballos.

96 Nooooo... ¿Qué no? (risas) Sí, sí, así como lo oís. Y después la usaron Los Montoneros para pelear con los militares en el norte, te hacía correr no sabés cómo. No me acuerdo el nombre. La usaban los cinco primeros y los cinco últimos de la tabla; el resto, no. Y quiero aclarar que no lo dije en su momento porque estaba la dictadura y no se podía hablar. Artime dijo cosas de estos temas y lo llamaron del Gobierno para que cerrara el pico.

97 ¿Puede ser que los jugadores no estuvieran al tanto de qué les daban? ¿Cómo no van a saber? (risas).

98 ¿El control antidoping empezó por eso? Empezó en el Nacional del 80 en todos los partidos. Antes se hacía sólo en casos aislados, porque era muy costoso.

99 ¿Qué pasó con las cartas documento que le mandaron Ribolzi, Mouzo y Benítez por decir que en esa época se daban todos? Se las contesté a los tres y teminó ahí. En realidad, el que declaró eso fue Randazzo, muchos jugadores salieron a desmentirlo y yo respaldé lo que había dicho Randazzo. Nunca quise ofender ni lastimar a nadie, sólo contar la verdad.

100 ¿Por qué no volvió a dirigir más desde esa vez? Porque me di cuenta de que no era para mí. En la profesión de entrenador no te juzgan por tu capacidad, sino por los resultados, y no me gusta estar bajo esas reglas.

Por Diego Borinsky  / Fotos Hernan Pepe y Archivo El Grafico.