Las Entrevistas de El Gráfico

1969. Malbernat, ejemplo de amor propio

Oscar “Cacho” Malbernat abre su corazón y cuenta cómo fue su vida abnegada de estudiante hasta llegar a ser el marcador que no sabe dar ventajas, “el carcelero”, el eterno capitán de Estudiantes campeón del mundo.

Por Redacción EG ·

13 de agosto de 2019

Hay aula en la vida de "Cacho". Noción de la amistad, del compañerismo. Horas compartidas con un objetivo común. Hermandad con los chicos como él; respeto por la maestra. Atención a las palabras del padre.

La voz  se va desprendiendo diáfana, clara, sin internarse en el laberinto de la complicación. Cuenta todo con el mismo entusiasmo y simpleza con que un pibe muestra su flamante par de zapatos. Denuncia su conformidad, su satisfacción por esta hora en la que lo invade el confort, pero sin el más leve síntoma de pedantería. No exagera. Cada cosa tiene el genuino ingrediente de la naturalidad. Y lo escuchamos como se escucha a un estudiante universitario que además de perseguir la capacitación utilizó las salas para vivir, para dejar algo en cada baldosa, en cada peldaño de la escalera. No hay ni elocución académica ni pretensión idónea. Solamente esa indisimulable y permanente preocupación por traslucir todos los momentos lindos que aprovechó de cada edad. La candidez, la aventura, la creciente responsabilidad. Todo el esqueleto de su vida, el núcleo de su conducta Este estudiante no podía ser de otro equipo que no fuera Estudiantes. Jamás hubo tanta coherencia en el destino de un futbolista...

Imagen ¨Regalos Malbernat¨, la cosmética, Galería Rocha. Doña Clara, cristalería importada.
¨Regalos Malbernat¨, la cosmética, Galería Rocha. Doña Clara, cristalería importada.

Pero la pugna surge cuando nos muestra su predilección por todo lo que sea decoración, refinamiento del mobiliario. Y nos resulta contradictorio porque no podemos olvidar al trabajador sin concesiones, al luchador que nunca se provoca una tregua, al hombre que entra en la cancha para entregarse totalmente. Aunque esa entrega incondicional signifique reñir con la elegancia, con el epílogo de lujo en una jugada importante.

Malbernat nos dice cómo fue su vida abnegada de estudiante y jugador. Malbernat no elude el tema de la decoración, que es la razón de ser del propietario de dos negocios en la Galería Rocha.

 

Imagen En el San José con sus compañeros de bachiller: "Soy el que esta arriba del padre".
En el San José con sus compañeros de bachiller: "Soy el que esta arriba del padre".
 

 

Imagen Malbernat en su último año de secundaria."Cuando revivo aquellos días quisiera hacer retroceder el tiempo y pasarlo de la misma forma: fue una edad maravillosa"
Malbernat en su último año de secundaria."Cuando revivo aquellos días quisiera hacer retroceder el tiempo y pasarlo de la misma forma: fue una edad maravillosa"
 

Don Miguel Francisco Malbernat y doña Clara Josefa Candela encontraron la pareja de hijos, el muy difundido anhelo matrimonial, con el nacimiento de "Cacho". Alicia había llegado cuatro años antes... "Fue en 54 y 22, en el Parque San Martín de aquí, de La Plata, en una casa que alquilábamos. Papá era un verdadero jefe de familia y siempre fue un hombre de lucha. Hizo de todo en su vida: en el barrio tenía un negocio de artículos para el hogar, en una época vendía caloríferos para panaderías... hasta arregló cocinas. Siempre tuvo comercio. Y será por eso que él me exigí a: "Estudias o estudias, no hay alternativa..." Seguramente quería que nosotros no hiciéramos todo el esfuerzo que él hizo para lograr una situación más o menos bien...

"Cuando era un chiquilín y no sabía lo que era la responsabilidad a mí me gustaba la calle. Pero no por hacer nada, sino porque en la calle se puede correr, lañar, uno tiene más libertad.... Y yo siempre fui inquieto, movedizo. Fíjese lo que son las casualidades, la vida da unas vueltas que parecen increíbles. ¿Sabe quién vivía a la vuelta de mi casa? El "Bocha" Flores. Y era mi amigo preferido, la compañía obligada. Iba siempre a jugar a su casa hasta que a los 7 u 8 años se mudó a Ensenada. Y me metía con una barra de "reos" bárbara. Eran todos más grandes que yo, pero lo único que quería era que me dejaran jugar a la pelota. Había cualquier cantidad de pibes que andaban bien en la zona del Parque San Martín y si no llegaron debe haber sido porque no se dedicaron... Los únicos fueron Sartori, Pardo, que jugaron en la primera de Gimnasia y Esgrima.

Imagen Malbernat, en su casamiento, junto a otra gloria de Estudiantes, Eduardo Luján Manera.
Malbernat, en su casamiento, junto a otra gloria de Estudiantes, Eduardo Luján Manera.

 

Imagen Surgió de la cantera de Estudiantes de La Plata, donde debutó en primera en el año 1962.
Surgió de la cantera de Estudiantes de La Plata, donde debutó en primera en el año 1962.
 

"Como mis padres siempre procuraron darme una buena educación, una base de estudios, me mandaron al jardín de infantes Gral. San Martín, en el que estuve dos años. Y después ingresé en la primaria, en la escuela N° 64. Todavía me acuerdo de las maestras que tuve: Noemí Estrada, Dora Fernández, la señorita Ada, la señora Filatierra... Pasé momentos muy lindos, muy agradables. Mi padre siempre estaba encima mío. Para que cumpliera con la escuela no me perdonaba ni una. Terminé bien la primaria, no hubo problemas. Y cuando podía aprovechaba para jugar al fútbol o al básquet. La cuestión era hacer algo, no quedarse parado. A mí nunca me gustó hacer "fiaca". En los "picados" conocí a muchos pibes que todavía siguen siendo amigos: "Polo", "Chiche", Omar, Santilli, "Coco" Gutiérrez, Mario Chefi, Guzzi. Mi primer equipo fue el de la parroquia La Victoria, que quedaba a media cuadra de casa. Más tarde La Garita, donde Arias era él delegado; Chacarita - Platense, que dirigía Ferrari, y Reconquista, que estaba a cargo de Gildo.

"Papá y mamá decidieron mandarme al Colegio San José a hacer el bachillerato. Todo lo que viví lo tengo bien grabado. Cuando revivo aquellos días quisiera hacer retroceder el tiempo y pasarlo de la misma forma: es una' edad maravillosa.

"Pedrillo y Stella me vieron jugar en un torneo y me llevaron a practicar para la novena de Estudiantes. Firmé, pero como no era titular porque decían que era muy petiso para back centro, dejé de ir... Estuve dos años sin jugar y de paso cumplía con el pedido de mi padre: estudias o estudias, no hay nada que hacerle. La verdad es que mi padre lo decía con tanta convicción y seguridad que yo no dudaba de que fuera así. Y por esta razón pude llegar a andar bien en los estudios. Bueno..., había quedado libre de Estudiantes, pero yo tenía la firma registrada. Lindo día me vieron jugar otra vez Pedrillo, Stella, el gordo Rey, Farés... en un torneo libre y me fueron a buscar a casa. Casi se mueren cuando se enteraron que tenía la firma registrada por el club. Tenía edad para 7ma. Jugué un partido contra Gimnasia y otra vez no fui más. Hasta que al otro año fueron de nuevo a buscarme a casa para jugar un partido frente a San Lorenzo y ganamos 2-0. Los dos goles los hizo el "Bocha" Flores, con el que nos volvimos a encontrar... Jugué de marcador de punta derecha. En 1961 se puede decir que recién empecé a pensar en el fútbol como una futura posibilidad: salimos campeones de zona con la sexta. Pedrillo y Stella habían estado a cargo del plantel hasta que llegó Juan J. Negri. Me encontré con "Pacha", Mercerat, el "Bocha" Flores, Varón. Y al terminar el año, a Mercerat y a mí nos llevaron a Mar del Plata con el plantel de primera división. Estaban Tarabini, De Mario, Avalos, Rulli, Albrecht, Koroch, Stringa, Cheves, Maralles, Oleinicky, Toledo, Zappa, Silveiro...

 

Imagen Jugó por 10 años en el Pincha.
Jugó por 10 años en el Pincha.
 

 

Imagen Enfrentando a River en el Monumental. Dsiputa la pelota ante Cubilla.
Enfrentando a River en el Monumental. Dsiputa la pelota ante Cubilla.

"En el Colegio San José tanto los compañeros como los profesores empezaron a interiorizarse de todo lo que me sucedía en Estudiantes: el padre Ayerza, Sobrero, Negrone, Abbate, Morales, el ingeniero Albina, el ingeniero Chinchurreta, que era profesor de matemática, el doctor Yantorno, Mobiglia..."

Ya se había ido el pibe del cabello rubio que era uno más en los chillones recreos de la primaria, ahí en la escuela N° 64. "Cacho" tenía más conciencia de lo que decía su padre. Ese aforismo, "estudias o estudias", que comprendía como lógico, cierto, constructivo... Y del que no debía apartarse. Pero... el fútbol se estaba internando en sus inquietudes y también luchaba por el ascenso de divisiones que lo halagaba.

"Vino el fallecimiento de mi padre. Yo tenía 17 años, él era muy gordo pero había adelgazado bastante. En esa época era presidente del club San Martín, estuvo en muchas comisiones... Fue un sábado por la madrugada y él ya se había organizado con un amigo para ir a verme a la cancha de Boca. Esa tarde teníamos que jugar un partido de la 5a. "B" y siempre se las ingeniaba para ir sin que yo lo supiera. Nunca me elogiaba, trataba siempre de encontrarme los defectos para que yo me superara... Fue un infarto y lo sentimos mucho, no sólo por el valor afectivo sino porque él organizaba todo en la casa y se dependía mucho de él. En realidad, él se encargó de que nunca tuviéramos problemas económicos. Y con su fallecimiento la situación cambió, porque él tenía pensado comprar la casa de 54 y 22 para hacer una ampliación... Y mi hermana tuvo que empezar a trabajar para ayudar a mi madre.

 

Imagen Formó parte de la época más laureada de Estudiantes. Fue tricampeón de América, al ganar las Copas Libertadores de 1968, 1969 y 1970.
Formó parte de la época más laureada de Estudiantes. Fue tricampeón de América, al ganar las Copas Libertadores de 1968, 1969 y 1970.
 

Imagen El capitán en su día más glorioso. Malbernat intercambia banderines con Bobby Charlton en Old Trafford. Se disputaba el 16 de octubre de 1968 el partido de vuelta entre Manchester United y Estudiantes. El resultado final sería 1 a 1. Estudiantes campeón del mundo.
El capitán en su día más glorioso. Malbernat intercambia banderines con Bobby Charlton en Old Trafford. Se disputaba el 16 de octubre de 1968 el partido de vuelta entre Manchester United y Estudiantes. El resultado final sería 1 a 1. Estudiantes campeón del mundo.
 

 

Imagen La Copa Intercontinental en buenas manos.
La Copa Intercontinental en buenas manos.
 

Jugué en la quinta y llegamos a la final. Junto conmigo estaban el "Bocha" Flores y Verán, y ese año, 1962, los hicieron jugar un partido en primera, nada menos que contra Boca. Todos alambramos para que les fuera bien... Y ese fue un aliciente más para los compañeros, que veíamos que se nos tenía en cuenta. Yo ya estaba en el último año del Colegio San José. Cuando entré, en primer año, integraba el seleccionado del colegio. El padre Miner, prefecto en disciplina, celador, jugaba muchas veces contra nosotros. A los religiosos les gustaba mucho el deporte, el fútbol principalmente. Era muy derecho el padre Miner: te podía decir tenés un 10 como llamarte para decirte "Rusito", tenés un 0. Y nadie chillaba porque sabía que era justo. Por aquella época, y ya antes, en cuarto año, me empezó a gustar la odontología y me daba cuenta que debía seguir esa carrera. Algo grande fue mi debut en tercera división: faltó más de la mitad de la división en el colegio para ir a verme. Como castigo, nos dejaron a todos después de hora... Después, cuando entré en la facultad de Odontología me concedieron una beca. Y tuve que trabajar los domingos en el Hipódromo de La Plata. Era empleado por reunión. En la tercera ya cobraba sueldo fijo. Mi mamá no quería que jugara, tenía miedo... "En 1963 alterné entre la 4°, la 3° y la reserva. En 1964 debuté en la primera frente a Argentinos Juniors y era titular de la tercera. En esa temporada tuve la suerte de debutar, pero también la desgracia de dos lesiones que me impidieron jugar en el Sudamericano Juvenil de Colombia y en los Juegos Olímpicos de Tokio... A Estudiantes ya había llegado don Miguel Ignomirielo y las divisiones inferiores se organizaban con mucha seriedad. En 1965 soy titular y Zubeldía me lleva a la preso lección, que estaba concentrada en el Colegio Ward. Y jugué aquel partido contra los rusos, en Buenos Aires. Lamentablemente, después me excluyeron del equipo sin mayores explicaciones y eso me repercutió muchísimo... Ese mismo año había jugado algunos partidos en aquella "tercera que mata" que fue la base del equipo actual. Felizmente me recuperé porque nunca dejé de luchar. Pero, prácticamente, fue mi último año en Odontología. Aunque tengo la seguridad de que habré de recibirme. Aquello que decía mi padre: "Estudias o estudias", sigue teniendo vigencia... La llegada de Zubeldía, en el 66, sirvió para que retomara confianza, pero ese año terminé jugando en reserva, donde tuve la alegría de salir campeón. Un año después el halago del Metropolitano, el subcampeonato nacional, la Copa Libertadores de América del 68 y la Intercontinental. Ahora esta fama y que todo lo que se me da (mis dos negocios, los cuatro departamentos, los coches) no me hacen olvidar aquellos momentos de mi infancia y como estudiante. A esas amistades he tratado de conservarlas..."

 

 

Por Ernesto Patrono (1969).

Fotos: Eduardo Forte y Archivo El Gráfico.