Tenis

LAS CLAVES DEL GRAN MOMENTO DE SEBASTIÁN BÁEZ: "EL TRABAJO NO SE NEGOCIA"

La mentalidad de trabajo y la contención de su equipo, dos aspectos fundamentales para el argentino de 20 años que deslumbra en el Next Gen Finals de Milán.

Por Pablo Amalfitano ·

11 de noviembre de 2021

SEBASTIÁN BÁEZ generó un golpe mayúsculo esta semana en el  Next Gen Finals de Milán, el Masters sub 21 que juegan los ocho mejores tenistas jóvenes del año en la cancha dura bajo techo del estadio Allianz Cloud. Después de ganar dos de los tres partidos del round robin, ante el italiano Lorenzo Musetti y el francés Hugo Gaston, el argentino de 20 años se metió en las semifinales, instancia en la que este viernes se medirá con el máximo favorito Carlos Alcaraz (32°).

Si bien acaban de "descubrir" a Báez en el polo europeo, el gran punto neurálgico del mundo del tenis junto con Norteamérica, desde el entorno del jugador de 20 años todo está muy claro: el objetivo es crecer, trabajar y seguir adelante, más allá de lo que pueda suceder durante una semana, porque después sigue la competencia y aparecen nuevas metas.

"Esto es trabajo con inteligencia. Fueron pasando los días y con mi entrenador Seba Gutiérrez tratamos de mejorar el saque y otras pequeñas cosas para seguir siendo mejor jugador. Este es un torneo muy lindo pero pasa rápido y la semana siguiente hay otro torneo. Acá no se reparten puntos y esto es una mejoría constante. Si se dan los resultados es fruto de ser inteligente, sacar buenas conclusiones y ser fiel con el trabajo que no se negocia", sostuvo, firme, un Báez que mantiene los pies en la tierra y sigue la línea de su entrenador Sebastián Gutiérrez, con quien construyó un vínculo muy especial desde que se conocieran cuando el coach trabajaba en el área de Desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis (AAT).

Para el argentino el paso por Milán le sirvió, hasta el momento, para sumar rodaje en canchas rápidas y para concretar dos triunfos de calibre y alcanzar los cinco éxitos sobre siete partidos disputados ante jugadores del top 100: Pedro Martínez (94°), Corentin Moutet (89°), Thiago Monteiro (92°) y, ahora, Musetti (58°) y Gaston (67°). Con un valor agregado: la amplitud de un torneo de tamaño semejante generó que conocieran su talento en muchos rincones del mundo a los que no habría llegado desde el circuito Challenger, en el que este año se consagró campeón en cinco ocasiones, la última de ellas en Buenos Aires.

“Confío mucho en mi equipo de trabajo y ellos confían mucho en mí. Eso es lo más importante que yo tengo hoy más que la aprobación de los demás, tanto de Europa como de Argentina. Si confío en lo mío, en lo nuestro, es algo que no se negocia y que no tiene precio. Siento contención en momentos importantes y en momentos duros, porque esta semana es efímera y hay que tener la cabeza fría. Ahora viene otro partido que es igual de duro que los demás. Hay que seguir enfocado para ser mejor el día de mañana”, expresó Báez, orgulloso después de cosechar los frutos de una temporada que ofició de catapulta: arrancó en el pusto 308 y hoy es el 111° del mundo, aunque debiera ubicarse en el top 70 si no fuera por el congelamiento del ranking ATP.

Su entrenador Gutiérrez, acompañado esta semana en Milán por el segundo coach Matías Cáceres, explicó en diálogo con la ATP por qué todavía queda un extenso recorrido para Báez: "Todavía estamos muy lejos de lograr lo que queremos. Hoy nos toca estar acá y mañana no sé dónde nos va a tocar. Lo único que tenemos que estar es lo más felices y lo más equilibrados, y disfrutar más del momento que te toca en el momento que te toca. Disfrutar el presente, como tanto se dice hoy, es tan difícil. Entendemos que la carrera de Seba es muy larga y el camino es muy largo".

El jugador, en efecto, sabe muy bien cuál es el mensaje, adentro y afuera, aunque valora el lógico peso que tiene su papel en Milán para el tenis argentino: “Más que representar algo para mí, el pase a semifinales significa que Argentina pueda estar en una clasificación de esta importancia. Para el país es muy lindo y estoy orgulloso de haber podido lograrlo. Es una motivación para seguir por el camino que llevo con mi equipo”.

Existe un dato que resulta más que elocuente para analizar el presente de Báez, para explicar de qué manera llegó hasta donde llegó y para desnudar, en pocas palabras, la diferencia de oportunidades que se reflejan entre Europa/Norteamérica y la Argentina: Báez es el único de los ocho clasificados al Masters Next Gen que no recibió ningún tipo de wild card en toda la temporada, ni siquiera en los torneos de su país.

En el Argentina Open, por caso, debió jugar la clasificación mientras el danés Holger Rune (109°), quien ya quedó eliminado en Milán, recibía una invitación para el cuadro principal. En resumen: atravesó todas las etapas sin siquiera un empuje que excediera el esfuerzo propio y de su equipo. Milán, esa vidriera que lo puso ante los ojos del mundo del tenis, será una catapulta para el crecimiento de su carrera.

Imagen de portada: Tiziana Fabi / AFP