Tenis

DJOKOVIC SE CONSAGRÓ EN WIMBLEDON Y ALCANZÓ EL TRONO DE FEDERER Y NADAL

El número uno del mundo superó 6-7 (4), 6-4, 6-4 y 6-3 a Berrettini y levantó su sexto trofeo en La Catedral, el vigésimo título de Grand Slam que le permitió igualar el récord del suizo y del español.

Por Pablo Amalfitano ·

11 de julio de 2021

NOVAK DJOKOVIC lo hizo. Volvió a ganar Wimbledon y, con la sexta copa dorada en sus manos, igualó el récord que más persiguió desde que se convirtió en el mejor tenista, libra por libra, de todo el circuito. Desde este domingo el serbio acumula nada menos que 20 títulos de Grand Slam, la misma cifra que ostentan Roger Federer y Rafael Nadal, los principales rivales de su era.

En una durísima final, con estadio repleto en la mítica cancha central de Wimbledon, el líder del ranking desarmó la valentía de Matteo Berrettini, el primer italiano en alcanzar una definición de Grand Slam desde que lo hiciera por última vez Adriano Panatta en Roland Garros 1976.

"Igualar a Roger y Rafa para mí significa que ninguno de nosotros se detendrá. Tengo que rendir un gran homenaje a ellos dos; son dos leyendas de nuestro deporte y los dos jugadores más importantes a los que me enfrenté, la razón por la que estoy acá hoy", se emocionó Djokovic, que no pierde un partido en Wimbledon desde los cuartos de final de la edición de 2017 ante el checo Tomas Berdych.

El desglose de los 20 trofeos grandes de Djokovic, quien además ya suma 85 títulos generales en el máximo circuito, arroja nueve coronas en Australia, seis en Wimbledon, tres en el Abierto de Estados Unidos y dos en Roland Garros. Los asombrosos números del serbio, además, dejan en claro que es el único tenista de la Era Abierta, iniciada en 1968, que conquistó al menos dos veces cada Grand Slam.

Aquel niño que sufrió en carne propia la Guerra de los Balcanes hoy no para de deslumbrar al mundo del tenis como el mayor embajador histórico de Serbia. Haber alcanzado el récord máximo de títulos de Grand Slam es el principio y no la meta final. Djokovic va por todo.

Rod Laver es el próximo objetivo mayúsculo del número uno del mundo, que con 34 años ya no juega por ganar partidos sino por conquistar los grandes escenarios y apropiarse de la historia. El legendario australiano es el único hombre que lograra los cuatro títulos de Grand Slam en una misma temporada, una gema que persigue el serbio desde que diera el mayor golpe de todos los tiempos en Roland Garros. 

Djokovic acumula 21 partidos invicto en torneos de Grand Slam este año y 21 partidos invicto en Wimbledon, con tres coronas consecutivas. Laver enlazó 26 triunfos sin derrotas en 1969 para conquistar los cuatro grandes y, hoy por hoy, es el único con tamaño registro, una gesta que también consiguió en 1962, años antes del nacimiento del tenis abierto para los profesionales.

En caso de celebrar en el US Open el serbio se sumaría al selecto grupo de tres personas capaces de ganar el Grand Slam en una temporada: después de Laver lo hicieron la australiana Margaret Court (1970) y la alemana Steffi Graf (1988).

Pero no sólo el Abierto de Estados Unidos figura en el radar inmediato de Djokovic. También se vislumbran los Juegos Olímpicos de Tokio, con fecha de inicio el próximo viernes 23 de julio, donde buscará el único título grande que le falta a su enorme carrera de singles.

En la capital de Japón será una vez el máximo favorito y pretenderá alcanzar al estadounidense Andre Agassi como ganador de los siete torneos más importantes con participación en singles: los cuatro Grand Slams, la Copa Davis, el Campeonato de Maestros y los Juegos Olímpicos.

Si pudiera festejar en la otra punta del mundo, donde se jugará al mejor de tres sets, quedaría más cerca de la otra meta grande: el Golden Slam, los cuatro grandes y el oro olímpico en una misma temporada, un privilegio sólo reservado por el momento parfa Graf, la esposa de Agassi, quien lo consiguiera en aquel maravilloso 1988.

Djokovic acaba de llegar al objetivo más importante pero el camino no termina acá. Para sus aspiraciones, que trascienden el mundo de la raqueta y pretenden destrozar los libros de historia, la pelea acaba de comenzar. La pregunta es, claro, si alguien podrá detenerlo.