¡Habla memoria!

Antonio Sastre fue el fútbol

La emotiva despedida de El Gráfico –en la pluma de Juvenal- para el gran Antonio Sastre, gloria de Independiente de la década del 30 que falleció un 23 de noviembre de 1987.

Por Redacción EG ·

27 de abril de 2022

Dejó de jugar cuando terminaba 1947. Hace exactamente cuarenta años. Desde entonces, no estuvo en el fútbol. Desde hace pocos días no está más entre nosotros. Sin embargo, es una cita obligada, un mojón ineludible, un punto de referencia fundamental para saber que hoy el fútbol argentino es así porque existió alguien llamado Antonio Sastre. Para comprender que Independiente es como es, porque alguien llamado Antonio Sastre le dio su estilo, su vocación y su filosofía futbolera.

Para quienes hoy tienen menos de 40 años, este hombre, que nació en Lomas de Zamora el 27 de abril de 1911 y falleció el 23 de noviembre de 1987, fue un personaje de leyenda, un desconocido a quien aprendieron a conocer y admirar a través de esa transmisión folclórica que va de padres a hijos, de abuelos a nietos, de tíos a sobrinos. Nuestra intención es que lo conozcan mejor. Y para eso, lo ubicamos en tiempo presente.

 

Imagen Sastre jugó en el Rojo entre 1931 y 1941.
Sastre jugó en el Rojo entre 1931 y 1941.
 

Cuila Sastre era una dosificada mezcla de Ricardo Bochini y Ricardo Giusti. Tenía el genio del Bocha, su ductilidad, su destreza, su facilidad para hacer todo simple, todo fácil, todo claro. Y el despliegue admirable del Gringo, su generosidad de hombre de equipo, su ubicuidad para estar en muchos lugares a la vez, allí donde sus compañeros necesitaran de su apoyo y su vitalidad.

¿Les basta para ubicarse y ubicarlo? Les damos más datos. Comenzó amando la pelota. Llevándola atada a su empeine, dominante y acariciador. Terminó amando al fútbol. Con su cabeza levantada, el mapa de la cancha grabado en su cerebro, su talento para ver donde otros no veían, su capacidad estratégica y su personalidad de conductor. A la manera del Bocha. Sin gritos, sin gestos, sin dar nunca la sensación de que mandaba y ordenaba a todos sus compañeros. En el medio de esos dos extremos "inventó" el fútbol moderno. El polifuncional. El hombre de toda la cancha y todas las funciones. El antepasado ilustre de Alfredo Di Stéfano y Johan Cruyff. El creador del fútbol total en la Argentina. No el único, porque en sus tiempos también jugaba Carlitos Peucelle, otro fabuloso hombre-orquesta, como se los llamaba en los años treinta. Cuila fue delantero, mediocampista, defensor y hasta jugó dos veces de arquero. Lo vi también de half derecho —el cuatro de hoy— en el Sudamericano del '37. Le tocó marcar a la famosa pareja izquierda brasileña que integraban Tim y Patesko. Los anuló totalmente. Con tanta calidad que les quitaba la pelota, los gambeteaba y la entregaba segura, mansita. Ese mismo año, en un partido sensacional que jugaron Independiente y River, lo admiré de wing derecho. Se corrió a esa punta para que jugara de insider izquierdo Moisés Reuben. Así como se corrió a la izquierda para que entrara como interior derecho Vicente De la Mata. Hasta la llegada de Capote. Sastre era insider derecho y en esa posición, a comienzos del profesionalismo, formó con el uruguayo Roberto Porta un ala sensacional, que daba bailes a domicilio. Pedro Arico Suárez, notable half izquierdo de Boca en aquellos tiempos se amargaba cuando le tocaba enfrentar a Independiente. Y mientras masticaba su infaltable toscano. les comentaba a sus compañeros: "Pensar que mañana vienen éstos con los bandoleones..." Se refería a Porta-Sastre. Los "bandoleones" eran sus toques, sus gambetas, sus permanentes diabluras futbolísticas.

Independiente arrasó con todos, batiendo records de goles, elaborando espectáculos inolvidables cuando se consagró campeón de 1938 y 1939. Su terceto central integrado por De la Mata, Erico y Sastre fue algo de otro mundo. Tal vez de ese otro mundo en el que ahora se juntaron los tres para seguir bordando jugadas exquisitas y goles maravillosos. En 1943. Antonio se fue a Brasil para incorporarse al San Pablo. Después de 13 años sin salir campeón, el cuadro paulista consiguió tres títulos consecutivos. Hace alrededor de veinte años. Osvaldo Brandao me dijo: "Los argentinos quieren copiar hoy cosas del fútbol brasileño. Se olvidan que un argentino vino a Brasil hace veinte años para enseñarnos fútbol a nosotros. Era Antonio Sastre...

Imagen En lo alto, Antonio Sastre disputa la pelota. El Rojo enfrentaba a Gimnasia en esta oportunidad.
En lo alto, Antonio Sastre disputa la pelota. El Rojo enfrentaba a Gimnasia en esta oportunidad.

Joáo Saldanha, técnico y periodista brasileño que ha visto fútbol en todo el mundo, me lo definió en Guadalajara, cuando nos encontramos para ver Brasil-Francia por el último Mundial, con estas palabras definitivas: "Antonio fue uno de los más grandes. A la altura de Pelé. Di Stéfano o Cruyff.

Vale la pena repetirlo, porque siempre se dice que el nuestro es un fútbol con historia. Somos como somos. Independiente es como es porque allá por los años treinta existió alguien llamado Antonio Sastre.

 

 

Por JUVENAL (1987).

Fotos: ARCHIVO "El GRÁFICO".