¡Habla memoria!

1949. Equipos serios y equipos alegres

Hace ya 70 años, Frascara distinguía los estilos de los equipos, como en la actualidad, se destaca los equipos que priorizan el resultado y quienes hacen lo propio con el buen juego.

Por Redacción EG ·

23 de julio de 2019

Eso de que sobre gustos no hay nada escrito es una de las mentiras que se aceptan como verdades por la fuerza de la costumbre. Lo que se quiso decir es que no hay nada legislado en materia de gustos y cada cual tiene perfecto derecho e hacer y a elegir lo que mejor le parezca. Así debe ser, porque en cuanto a lo de escribir, así se habrá gestado tinta para imponer preferencias o discutir sobre tipos y cosa.

Desde la moda femenina halda los estilos futbolísticos, todo es cuestión de gustos (Por más que en materia de modas, las mujeres toleran "gustosas'' todas las dictaduras. Hasta los estilos futbolísticos hemos dicho. Porque los hay, no sólo en materia individual sino en conjuntos Ya está comprobado que la modalidad se transmite de una generación a otra.

Un equipo de River Plate de hoy, 1949, juega siguiendo el mismo molde que un equipo de  River Plate de ayer, 1930 o 1940. Boca ha sido siempre expresión de seriedad futbolística. Sus hombres salen a la cancha con un mandato: hay que ganar. Y se dedican con entusiasmo a la difícil tarea de cumplir ese mandato. Porque no cualquiera lo consigue y Boca Juniors lo ha logrado infinidad de veces. La "garra" clásica, que es algo así como un rasgo fisonómico de los cuadros boquenses, ¿qué es sino el arma utilizada para cumplir ese mandato? Elegimos a Boca porque creemos que es el más valioso ejemplo de lo que podríamos denominar "equipo serio". Del otro lado, entre los "equipos alegres", no hay que titubear para mencionarlo e Independiente como la expresión más alta. Llegados a esto, corresponde dar una explicación. Cuando decimos "alegre" no hacemos alusión a la broma, al chiste, a lo que puede encontrarse aisladamente y en todas partes, sino al estilo, al género del espectáculo que ofrecen los distintos cuadros, como expresión de conjunto. Ese conjunto absorbe a la expresión individual Y a veces la tolera. Tomemos, así, el ejemplo de Boca Juniors, modelo de fútbol serio, en cuyas filas figuró un jugador como Esteban Kuko, prototipo del fútbol "alegre". En el otro extremo del "dial" hemos asistido sin extrañeza alguna a la consagración de José Zorrilla, modelo de fútbol serio, en un team como Independiente. Por los equipos pasan esos jugadores, sin contagiarse y sin contagiar. La estirpe no se altera. Estudiantes de La Plata, despreocupado y brillante, humorista unas veces, neurasténico otras, tuvo el genio de su quinteto ofensivo de 1930 — fiesta grande —y el "humor" de Arrnando Nery, el "Nene", que sabía mucho de fútbol y no aceptaba bromas, aunque él las hiciera. Nery, jugador serio, áspero, era un bromista en la intimidad. Lo contemplaba a Bernabé Ferreyra cara a cara y le decía:

—¿Vos sos la Fiera?...

Estaba en la casilla, listo pare salir a la cancha, y comentaba:

—Qué mala suerte tener que jugar contra estos que no se bañan...

Imagen Héctor Scarone, inolvidable "contra" de nuestros seleccionados hace veinte años, dándose la mano con Armando Nery, el "Nene", zaguero de Estudiantes de La Plata que ponía un poco de drama en la comedia brillante de su equipo.
Héctor Scarone, inolvidable "contra" de nuestros seleccionados hace veinte años, dándose la mano con Armando Nery, el "Nene", zaguero de Estudiantes de La Plata que ponía un poco de drama en la comedia brillante de su equipo.
 

Imagen Manuel ¨Nolo¨ Ferreira nació en Trenque Lauquen. Debutó en Estudiantes en 1924.
Manuel ¨Nolo¨ Ferreira nació en Trenque Lauquen. Debutó en Estudiantes en 1924.

En cambio, Nolo Ferreira, jugador de estilo luminoso, juvenil, alegre, fue siempre un hombre serío, de gesto fruncido y mirada hosca.

No, no es a los casos individuales a lo que pretendemos aludir, sino a lo que se entiende como "tipo" de juego. No sé si el color de las casacas predispondrá el ánimo del espectador, pero lo cierto es que siempre se espera algo lindo, brillante, diáfano cuando se asiste a un partido en el que va a jugar Independiente. Así fue siempre. Un cosquilleo de emocionada alegría nos recorría por la sangre en aquellas lejanas tardes domingueras cuando veíamos aparecer en la cancha al "negro" Seoane, a Ravaschino, a Lalín, y más tarde a Sastre, a Porta, a Fazio, y después a Corazzo, a Erico, a de la Mata... Pare el frío del invierno ver a los equipos de Independiente es como tornar una generosa copita de buen coñac. Si después no ocurre lo esperado, no importa. Basta con aquella sensación tan grata. Estudiantes está en la misma línea genealógica de los rojos, y cerca de ellos encontramos a Racing. Cerca, nomás, porque la verdad es que en la fisonomía de la "academia" se han operado varios cambios. El "glorioso", aquel de Olazar, Marcovio y Ohaco, era más bien serio, equipo de juego hábil, hasta espectacular, pero con una visible tendencia positivista. El Racing de Ochoíta, de Paternoster, de Demare y Del Giúdice imprimió al espectáculo un tono más ligero, más ameno, aunque de menor rendimiento. Y a través de algunas vicisitudes, tenemos en el Racing de hoy una expresión de equilibrio, que es decir de compensación entre diversos tonos, sin que pueda afirmarse que uno prevalece sobre los otros. Mientras Independiente con Romey sigue siendo tan vistoso como lo era con Erico, Racing con Bravo es muy distinto a Racing con Marcovecchio, pero en la defensa se he buscado la solidez que ostentaba en otras épocas.

Imagen ¡Mírenlos bien! Estos sí que fueron alegres y ¨alegraron¨ a los rivales. Roberto Porta y Antonio Sastre, ala derecha de Independiente que brindo memorables paseos a todas las defensas. Jóvenes, hábiles, divertidos, con los años se transformaron en sesudos conductores de otros quintetos.
¡Mírenlos bien! Estos sí que fueron alegres y ¨alegraron¨ a los rivales. Roberto Porta y Antonio Sastre, ala derecha de Independiente que brindo memorables paseos a todas las defensas. Jóvenes, hábiles, divertidos, con los años se transformaron en sesudos conductores de otros quintetos.

Imagen Dos grandes que vistieron la casaca más grande aún del Racing Club: el santafecino Enrique García, mezcla rica de broma y de bronca, y el paraguayo Benítez Cáceres, el temible "Boquerón" que fue expresión de potencia y eficacia en toda su prolongada campaña en las canchas argentinas. El "Chueco", aunque se enojara e hiciera enojar, siempre entretuvo.
Dos grandes que vistieron la casaca más grande aún del Racing Club: el santafecino Enrique García, mezcla rica de broma y de bronca, y el paraguayo Benítez Cáceres, el temible "Boquerón" que fue expresión de potencia y eficacia en toda su prolongada campaña en las canchas argentinas. El "Chueco", aunque se enojara e hiciera enojar, siempre entretuvo.
 

Imagen Esta es la línea delantera de Independiente que, con todo respeto, nos atrevemos a comparar con la otra famosa de los diablos rojos. Forman aquí Vilarino, de la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla. De izquierda a derecha, Cuesta Silva, Leguizamón, Franzolino, Coletta, Bello, Lacea y Martínez.
Esta es la línea delantera de Independiente que, con todo respeto, nos atrevemos a comparar con la otra famosa de los diablos rojos. Forman aquí Vilarino, de la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla. De izquierda a derecha, Cuesta Silva, Leguizamón, Franzolino, Coletta, Bello, Lacea y Martínez.
 

Pocos son los cuadros que acusan una modalidad tan acentuada como River Plate. Parece que un proceso de años y años le he conferido rasgos inalterables. El rendimiento y el esfuerzo están estrechamente vinculados por medio de la disciplina, es decir del espíritu de colaboración. La "máquina" famosa no fue, de ningún modo, un producto de las circunstancias. Es que quienes integraron el quinteto Muñoz, Moreno, Pedernera, Lebruna, Deambrosi, habían crecido asimilando y practicando simultáneamente la conciencia del juego de equipo, adaptándola brillantemente a la acción individual. Quizá mejor sea exponer los factores e la inversa: la estupenda capacidad personal de cada uno de aquellos cinco jóvenes maestros fue puesta al servicio del equipo. Se repitió, de tal modo, el efecto brillante que antes registraran todas las grandes líneas de nuestro fútbol: la armoniosa arquitectura parecía, a la distancia, de une sola pieza, y era porque el esfuerzo y el talento de los cinco trabajaba por su cuenta, pero con une intención preconcebida. Como los cinco dedos de una mano, dijimos más de una vez capaces de accionar independientemente, pero listos siempre pare unirse cuando la mano los necesita…

Imagen La primera versión de La Máquina de River Plate: Cedilla, Vaghi, Moreno, Ramos, Rodolfi, Labruna, Pedernera, Deambrossi, Yácono, Muñoz y Barrios.
La primera versión de La Máquina de River Plate: Cedilla, Vaghi, Moreno, Ramos, Rodolfi, Labruna, Pedernera, Deambrossi, Yácono, Muñoz y Barrios.

River, más alegre que Boca y más serio que los rojos de Avellaneda, llego a erigirse en la expresión más próxima de lo que cabe imaginar cómo ideal máximo de un equipo de fútbol. Aquel River Plate de 1942. que ganó el campeonato con seis puntos de diferencia sobre el segundo y el de la temporada anterior, reunir) cuantas virtudes puedan exigirse de un team valores individuales, sentido de colaboración, juego espectacular combinaciones brillantes eficacia rotunda, elegancia y vigor. Ya en una oportunidad publicamos la valiosa estadística que señaló a River Plate como el cuadro que ocupaba el primer lugar a través de todo el profesionalismo en los distintos aspectos que van señalándose a lo largo de un campeonato. Los números lo certificaron, pero el ojo del espectador lo había visto ya.

Ese cuadro de los millonarios, como el que tuvo Boca en otros tiempos, ofrece el inconveniente de su extraordinario mérito. No sirve como ejemplo porque es una excepción. Se puede hallar semejanza en un plano más próximo a lo comen. El Independiente tradicional encabeza un núcleo de equipos ¨alegres¨ en el que se admitirían los nombres de Estudiantes de La Plata, Racing, Newell's Old Boys, Platense y el mismo River con sus cuadros habituales. El Boca Juniors serio, sobrio, positivista, que responde a ese clamor de goles que es la voz de sus hinchas, tiene sus iguales en equipos como Huracán. San Lorenzo, Vélez y la ¨otra faz¨ de River.

Imagen Difícil encontrar entre los "chicos' una expresión más elocuente de solidez que Vélez Sarslield en 1935. De pie, Spinetto, Novata, De Sáa, Maggiolo, Forrester y Sana. Adelante: Sola, Reta, Mayo, Como, De Dovitis y Reuben.
Difícil encontrar entre los "chicos' una expresión más elocuente de solidez que Vélez Sarslield en 1935. De pie, Spinetto, Novata, De Sáa, Maggiolo, Forrester y Sana. Adelante: Sola, Reta, Mayo, Como, De Dovitis y Reuben.

En algunos de estos teams, se registran, naturalmente, ligeras alteraciones y ciertos cambios, a lo largo de su historial. San Lorenzo, por ejemplo, fue una cosa con Luis Monti y otra muy distinta con René Pontoni. Pero de "gestos" aislados. Lo que aquí interesa es el retrato de familia y no la instantánea pasajera.

 

 

Por Félix D. Frascara.

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