¡Habla memoria!

20 marcadores centrales que hicieron historia

Por sus cruces heroicos, por anticipar a los delanteros, por despejar todos los centros, por su ubicación táctica, por su liderazgo o por sus goles, ellos se ganaron un lugar en la memoria parados bien cerca de su arco. Un repaso que no es un ranking, sino un homenaje a los que enseñaron que, a veces, el mejor ataque es una buena defensa.

Por Martín Estévez ·

21 de marzo de 2017
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Bobby Moore
El mejor defensor inglés de todos los tiempos. No tenía el típico físico de marcador central, era flaco y de poca musculatura, pero por su habilidad e inteligencia llegaba a la pelota antes que todos. Se destacó aunque su equipo (West Ham, entre 1958 y 1973) no era de los más poderosos y fue capitán de su selección durante una década (jugó 108 partidos). El y Bobby Charlton fueron los principales argumentos que tuvo Inglaterra para ganar su único título mundial en 1966. Pelé afirmó que fue el mejor defensor que enfrentó. Murió en 1993, pero en su país lo recuerdan con una estatua que mide 6 metros.

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Carles Puyol
El líder defensivo del mejor equipo del siglo XXI: el Barcelona de Guardiola. Y, como si eso no alcanzara, clave para España en la obtención de la Eurocopa 2008 y del Mundial 2010. Aunque no hizo demasiados goles, tiene uno que vale por mil: el cabezazo ante Alemania que significó el pase a la final en Sudáfrica. A la técnica lógica para un futbolista formado en el Barça, le sumó impetuosidad. Ganó 21 títulos con el club, y jamás vistió otra camiseta hasta su retiro en 2014. Busquen en YouTube el gol que evitó ante el Lokomotiv, una verdadera atajada sin las manos.

Hong Myung-Bo
El mejor defensor asiático de la historia. Héroe absoluto en Corea del Sur, jugó nada menos que 113 partidos en su selección, y cuatro Mundiales. No faltó nunca desde el sufrido Italia 90 (perdieron sus tres partidos) hasta el festejado Corea-Japón 2002, cuando, con ayudas arbitrales, los coreanos eliminaron a Italia y España, y finalizaron cuartos. En ese torneo, Myung-Bo fue elegido tercer mejor jugador. A nivel clubes, fue campeón asiático en 1998, con el Bellmare Hiratsuka de Japón. Se retiró en 2004 y fue director técnico de su selección entre 2013 y 2014 (un empate y dos derrotas en el Mundial de Brasil).

Ruud Krol
En la Naranja Mecánica (selección holandesa que revolucionó el fútbol) “todos jugaban de todo”, pero nadie defendía como él. Krol fue, junto a Cruyff, Rep, Rensenbrink y Neeskens, símbolo de aquel maravilloso equipo. Además de central, supo ser lateral y volante. Surgió en el Ajax, donde logró 15 títulos entre 1968 y 1980. Fue tres veces campeón de Europa y ganó la Intercontinental 72. Brilló en los Mundiales de 1974 (le hizo un gol a Argentina) y 1978: las dos veces fue subcampeón. Luego jugó en Canadá, Italia y Francia. Actualmente trabaja como director técnico en Africa.

Jesús Santamaría
Es difícil asegurar si tiene más prestigio en Uruguay o en España, porque brilló en ambos países. En su tierra natal, ganó  5 ligas con Nacional (entre 1950 y 1957) y fue figura en el Mundial 54, cuando Uruguay eliminó a Inglaterra y llegó hasta semifinales. En España, logró 11 títulos con el Real Madrid, incluyendo cuatro Copas de Campeones y la Intercontinental del 60, y además jugó el Mundial 62. Su capacidad de liderazgo dentro del campo lo convirtió en un respetado entrenador, al punto que dirigió a la selección española en el Mundial 82. A los 88 años, sigue recibiendo homenajes.

Sergio Ramos
Es el defensor más popular en la actualidad, y uno de los mejores. Lo ayuda un Real Madrid que no para de ganar, pero  por su irreverencia él se destaca entre destacados. Rápido, y a veces violento, a los 30 años acumula 13 títulos con el club. En España se menciona al tiempo de descuento como el minuto “NoventayRamos”, porque ha hecho importantes goles en ese instante, incluyendo dos en las finales de la Champions League 2014 y de la Supercopa Europea 2016. Fue parte de la selección que ganó el Mundial 2010 y las Eurocopas 2008 y 2012.

Ronald Koeman
Hizo más goles que Salas, Ramón Díaz, Morientes, Saviola y Careca. ¡Y era defensor! Tenía un remate legendario: pateaba penales, tiros libres, probaba de media distancia. Era correcto marcando, pero increíble en ataque: de cada dos veces que cruzaba la mitad de la cancha, en una convertía. Hizo 193 goles en liga (lo escolta Passarella, ¡con 59 menos!); 21 en copas locales; 24 en copas europeas; 1 en la Intercontinental del 88; y 14 en Holanda. Total: ¡253! Ganó la Champions League con el PSV Eindhoven y brilló en el Barcelona de Cruyff (8 títulos entre 1989 y 1995).

Mauro Ramos
Nada menos que el capitán de la selección de Brasil que ganó el Mundial 1962. Tuvo una larguísima y exitosa trayectoria en San Pablo (cuatro títulos entre 1948 y 1960) y en el Santos de Pelé, donde conquistó 14 torneos hasta 1967, incluyendo dos Libertadores y dos Intercontinentales. Era, tal vez, el menos técnico de aquella selección brasileña, pero de personalidad irresistible: suplente del capitán Bellini en el Mundial 58, terminó quitándole el puesto y la capitanía cuatro años después. Se retiró en 1968, fue entrenador del Santos y murió en 2002.

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Fabio Cannavaro
El año 2006 lo impulsó a este catálogo: ganó la liga italiana con la Juventus y fue elegido mejor jugador del torneo; ganó la Copa del Mundo y fue capitán de esa selección italiana; y la FIFA lo eligió como el futbolista del año. Antes, había jugado en Napoli, Parma (tres títulos) e Inter. Después, pasó por Real Madrid (2006-2009), volvió a la Juve y se retiró en el Al Ahly de Emiratos Arabes (2011). De gran estado físico, usaba bien el cuerpo y solo atacaba en las pelotas paradas. En los últimos veinte años, ningún defensor anticipó las jugadas tan bien como él.

Héctor Chumpitaz
La edad de oro del fútbol peruano (1969-1983) se apoyó en un referente en ataque (Teófilo Cubillas) y uno en defensa: Chumpitaz. El “Capitán de América” (líder en los combinados americanos de esa época) fue zaguero, pero podría haber sido enganche. Desparramaba habilidad y pasaba al ataque: metió 68 goles entre 1964 y 1984. Es ídolo de Universitario, donde ganó cinco ligas y llegó a la final de la Libertadores. Con su selección, fue campeón sudamericano en 1975 y llegó a cuartos de final en los Mundiales de 1970 (le hizo un gol a Bulgaria) y 1978.

Pedro Arispe
Uruguay dominó el fútbol entre 1920 y 1930, época en la que tuvo dos grandes backs (defensores en el esquema 2-3-5). Uno fue José Nasazzi, que se corría hacia los costados; y el otro fue Arispe, que resistía en el fondo y fue clave para ganar las medallas de oro olímpicas en 1924 y 1928, cuando fue subcapitán. Integró el cuerpo técnico del Uruguay campeón mundial en 1930, pero siguió jugando en Rampla Juniors hasta 1937. Corajudo, fuerte físicamente y esforzado en una época en la que no todos se esforzaban. Una calle uruguaya lleva su nombre.

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Franz Beckenbauer
No solo fue el mejor defensor, sino uno de los principales futbolistas en cualquier puesto. Bestia táctica, rey de la ubicación, capaz de cambiar de posición sin perder brillo, excelente líbero cuando no existía el puesto de líbero. Veloz, agresivo y hasta goleador: 93 tantos entre 1964 y 1983. Héroe del Bayern Munich (15 títulos), fue campeón mundial de clubes (1976) y también de selecciones: gracias a él, Alemania frenó a la Naranja Mecánica holandesa en la final del 74. El Kaiser recibió el balón de Oro en 1972 (ganó la Eurocopa) y 1976, además fue campeón del mundo como entrenador en 1990.

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Franco Baresi
Es, junto a Beckenbauer, el defensor más prestigioso de todos los tiempos. Sostuvo un altísimo nivel durante su carrera (1978-1997), al punto que, hasta los 34 años, fue vital para Italia. Prácticamente no cometía errores. Podían gambetearlo con una genialidad, superarlo por quedar en inferioridad numérica, pero casi no hay registros de fallas tácticas, errores groseros, desatenciones: es como si hubiera estado concentrado durante veinte años. Sumó 18 títulos en su único club, Milan (incluyendo dos Intercontinentales); y un Mundial con Italia (el 82, cuando era suplente). También fue 3° en 1990 y 2° en 1994.

Daniel Passarella
Si fuera recordado solamente como jugador, sería indiscutido en la Argentina: fue el mejor defensor nacional de la historia. Marcaba excelente, corría mucho. Aunque medía 1,73, cabeceaba como nadie. De chico era derecho, pero tras una lesión construyó un misil en su pierna izquierda. Metió más goles que ningún defensor argentino: ¡156! Es el único que ganó dos Copas del Mundo; en el 86 no llegó a jugar, pero en el 78 había sido capitán y figura. Con River, ganó 7 títulos como jugador y 3 como entrenador. Su imagen se deterioró en 2011, cuando fue presidente del River que descendió al Nacional B.

Alberto Shesterniov
Fue, junto al arquero Lev Yashin, el símbolo de la Unión Soviética semifinalista del Mundial 66 y de las Eurocopas 64 y 68. Jugó 90 partidos y participó en tres Copas del Mundo. En el 62 no ingresó. En el 66, la URSS eliminó a Italia y Hungría, y él fue capitán y figura. En la Euro 68 la rompió en la semifinal contra Italia (0-0), pero quedaron eliminados ¡por sorteo! Mantuvo la capitanía en el 70, cuando quedaron afuera en cuartos de final. Jamás pasaba al ataque; estaba obsesionado con su propio arco. Jugó toda su carrera en el CSKA Moscú, donde ganó la liga en 1970. Murió en 1994.

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Marcel Desailly
Francia fue campeón del mundo en 1998 gracias a jugadores de los países que explotó durante décadas. Uno de esos países fue Ghana, y uno de esos jugadores fue Desailly. Tras destacarse en Nantes, su reconocimiento internacional lo consiguió al ser campeón europeo dos veces consecutivas: en Olympique de Marsella (1993) y en Milan (1994). Era fuerte, alto y seguro en sus movimientos. Nadie jugó tantos partidos como él en Francia (116), incluyendo todos los del Mundial 98. Ganó la Eurocopa 2000, fue ídolo del Chelsea y jugó en Qatar hasta 2006.

Elías Figueroa
Aunque su país tuvo a Zamorano y Salas, es considerado el mejor futbolista chileno de la historia. Lo llamaron “Mister Lujo”; y, por su extraordinario anticipo, “el Iluminado”. Interrumpía pases con inteligencia y salía con pelota dominada, hasta entregarla a un compañero. En su extensa carrera (1964-1982) pasó por ocho clubes, luciéndose en Peñarol e Inter de Porto Alegre. La FIFA lo eligió mejor jugador del mundo en 1975 y 1976. Empujó a su país a clasificarse para los Mundiales 66, 74 y 82. Su imagen se empañó por su apoyo al dictador Augusto Pinochet; pero, dentro de las canchas, era indiscutible.

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Roberto Perfumo
Poco conocido en Europa, el Mariscal es una leyenda en Sudamérica. Arquetipo de los zagueros de los años 60: recio, resultadista y, por momentos, violento. Decía que una patada bien pegada era la mejor forma de disminuir a un rival. Su etapa más gloriosa la vivió en Racing (1960-71), donde fue campeón argentino, de América y del mundo. En Brasil ganó tres estaduales con el Cruzeiro (1971-74). A los 31 años llegó a River y rompió la racha de 18 años sin títulos. Jugó los Mundiales 66 y 74, y como entrenador fue campeón con Gimnasia. Murió en 2016.

Gaetano Scirea
Existen dos modelos de defensor italiano: el duro y amenazante, cuyo referente fue Claudio Gentile; y el que se destaca por su sentido táctico y caballerosidad. La imagen, en este caso, es la de Scirea. Medía menos de 1,80, pero casi nunca lo superaban físicamente y hasta se imponía a grandes cabeceadores. Estrella de Juventus, ganó 14 títulos en el club entre 1974 y 1988, incluyendo la Copa de Campeones de Europa y la Intercontinental. Fue figura de la selección italiana que obtuvo el Mundial 82. Murió en 1989, cuando solo tenía 36 años, a causa de un accidente con su auto.

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Noureddine Naybet
Quitando a Desailly, que representó a Francia, es el mejor central africano de la historia. Jugó en Wydad Casablanca de Marruecos entre 1989 y 1993. Nantes lo contrató y ya nunca dejó Europa. Su etapa dorada la vivió en La Coruña: clave en la histórica conquista de la liga en 2000. También jugó en Sporting Lisboa y Tottenham, donde se retiró en 2006. Referente absoluto en su selección, la guió en un logro legendario: clasificarse a dos Mundiales consecutivos. En 1994 y 1998, Marruecos fue eliminado en primera fase, pero en el 98 disfrutó un magnífico 3-0 a Escocia.

Por Martín Estévez / Fotos: Archivo El Gráfico y AFP

Nota publicada en la edición de febrero de 2017 de El Gráfico