Racing contra todos y contra sí mismo

RACING logró un agónico empate este jueves contra Sarmiento en Junín, con el gol que el pibe Baltasar Rodríguez transformó en la salvación del oprobio en una noche olvidable, en la que el equipo jugó muy mal contra un rival disminuido que tuvo un hombre menos la mayor parte del partido. 

Pero fue nada más que un vaso de agua en un incendio forestal, un fuego que se inició sobre todo tras la eliminación de la Copa Libertadores contra Boca, extendió sus llamas con la caída en el clásico con Independiente en el Cilindro y que desembocó con la salida de Fernando Gago, el DT que en un momento había sido reconocido como el gestor de una manera elogiable de juego y que terminó por convertirse en el culpable de todos los males e insultado por todos tras la caída con el Rojo.

A esta altura pareciera que Racing peleara contra todos y contra sí mismo. La gente reprueba el accionar de futbolistas que hace pocos meses eran catalogados como integrantes de uno de los mejores planteles del país, y la emprende contra la gestión del manager Rubén Capria.

El exfutbolista del club prefirió una metáfora menos caliente que la del fuego. A su juicio Racing "está en una tormenta de arena difícil de sortear" que el piensa afrontar porque "nunca pensé en renunciar". Sin embargo, guarda algo de encono contra los malintencionados: "No tengo problemas con la crítica, me molestan los golpes bajos innecesarios". 

Hoy por hoy el Mago se encuentra en una ardua tarea por definir quién será el conductor que tome el timón de un barco que parece encallado. Dicha empresa parece no haber estado exenta de cortocircuitos con el propio presidente de la entidad de Avellaneda, Víctor Blanco. Se habló de Gustavo Alfaro, de la vuelta de Sebastián Beccacece y hasta de Hernán Crespo, además de Guillermo Barros Schelotto, que fue el primer descartado. 

Ahora no hay un candidato que pique en punta, pero el que sea ungido tendrá el desafío de alinear todos los frentes, devolverle la identidad futbolística al equipo y hasta ahuyentar los fantasmas de desunión e internas de vestuario. Entre otras cosas se habló de peleas entre Leonardo Sigali y Agustín Almendra o Gabriel Arias y Emiliano Vecchio.

Mientras tanto, la dupla técnica de la reserva, compuesta por Sebastián Grazzini y Ezequiel Videla, hace malabares para sostener el equilibrio y colaborar en la búsqueda de un triunfo que a esta altura es vital para descomprimir. "La realidad es que necesitamos ganar, sacar los tres puntos, que es para lo que nos estamos empezando a mentalizar. Es cuestión de empezar a creer nuevamente en nosotros", manifestó Arias.

El clásico del martes con Boca como local va a ser un desafío clave para traer un poco de paz o para profundizar las cicatrices de una guerra con final incierto.