El Mundial conquistado y el escándalo del presidente de la Federación española
Luis Rubiales besó a una jugadora sin consentimiento y tiene su puesto en peligro. Hasta el mandatario de Gobierno Pedro Sánchez criticó al dirigente.
La Selección de España se consagró en el Mundial femenino por primera vez en su historia y lo que parecía ser una novela dramática pero con final feliz se vio opacada por el papelón protagonizado nada menos que por el presidente de la Federación de fútbol (RFEF).
El equipo del que poco se esperaba, que había llegado a Australia y Nueva Zelanda con un plantel diezmado por el conflicto del plantel con la RFEF, al final se llevó la gloria. Allí, a ojos de todo el mundo, en plena consagración del seleccionado, Luis Rubiales le encajó sorpresivamente un beso a Jennifer Hermoso, la capitana, durante la entrega de medallas.
"No me ha gustado eh. Pero, ¿yo qué hago?", le dijo la defensora a sus compañeras en el vestuario, mientras hacía un vivo de Instagram tras la victoria en la final ante Inglaterra. Esas fueron las únicas palabras que Hermoso expresó sobre el tema.
Horas más tarde, ante el escándalo internacional que generaron las imagenes del abuso de poder de Rubiales, aparecieron otras declaraciones atribuidas a la futbolista en las que contaba: "El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento".
Según el medio español Relevo, esos dichos fueron inventados y difundidos por la RFEF para intentar bajar los decibeles de lo sucedido.
Las imágenes escalaron hasta lo más alto del poder. Hasta Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, habló sobre el comportamiento de Rubiales. "Lo que vimos fue un gesto inaceptable. Las disculpas no han sido suficientes. No son adecuadas. Tiene que seguir dando pasos", afirmó.
Rubiales tiene en juego su puesto y lo percibió mientras aún estaba en Australia. Por eso, salió a pedir las disculpas a las que hacía mención Sánchez. Grabó un video en el que en parte reconocía su error, aunque sin "entender el revuelo por algo espontáneo, visto como natural", incluso luego de intentar presionar a la capitana y a su familia para que apareciera con él y lo respaldara. Jenni Hermoso se negó.
Además, el presidente de la RFEF mostró cierto arrepentimiento por otras de sus actitudes post triunfo, cuando se agarró sus genitales en el palco de honor y luego repartió insultos a quienes no habían apoyado su gestión.
La de España es una novela con un final en el que no se sabe si ganó el bien o el mal. Por un lado, las campeonas del mundo ya habían llegado al Mundial en conflicto con Rubiales y su técnico Jorga Vilda, y a pesar de eso, alcanzaron la gloria y conquistaron Oceanía.
Por otro, su festejo fue totalmente opacado por los gestos de su presidente, el mismo que había dejado sin copa del mundo a más de medio plantel original por desacuerdos con la Federación. Parece que "Las 15" tenían algo de razón.