La jornada está aquí

Central, a lo Fontanarrosa: hacerse las uñas antes del clásico y meter un gol desgarrado

Jaminton Campaz e Ignacio Malcorra, protagonistas casi novelescos y ganadores de un duelo ante Newell's que nunca olvidarán.

Por Adrián Wowczuk ·

03 de octubre de 2023

CENTRAL ganó una nueva edición del clásico de Rosario ante Newell's, ese que divide literalmente en dos a una ciudad que vive y respira en función de este duelo futbolero que muchos consideran el más importante de la Argentina después del River - Boca.

No se trata solamente de 90 minutos: es la semana previa con el nerviosismo, la tensión y las cargadas de ambos, y la posterior con la alegría ingualable y las chanzas interminables de los ganadores, y la tristeza infinita de los derrotados.

El clásico de Rosario no está exento de historias increíbles pero reales, que parecen inspiradas en los cuentos de Roberto Fontanarrosa, todo un símbolo del ADN Canalla pero respetado, en una excepción que confirma la regla, por el pueblo leproso.

Hubo dos protagonistas auriazules que tranquilamente podrían pasar por dos de los inolvidables personajes retratados en sus historias.El primero es un colombiano de 23 años, puro desparpajo y alegría reflejada en su sonrisa indeleble. Llegó a Central en 2021 proveniente de Gremio y con gambeta y velocidad se ganó el cariño de los hinchas.

El jueves previo al choque que frena los planetas, Jaminton Campaz (que hasta tiene nombre de protagonista de alguna obra de realismo mágico) decidió encarar una tarea que para él es normal en su Tumaco natal, pero no tanto en Rosario a la espera de un clásico: decidió ir a la manicura y convenció a su compañero y compatriota Dannovi Quiñones.

 

Imagen La manicura de la polémica: Campaz y Quiñones se hicieron las uñas antes del clásico rosarino.
La manicura de la polémica: Campaz y Quiñones se hicieron las uñas antes del clásico rosarino.
 

"Salimos de entrenar y le dije a mi compañero que necesitaba hacerme las uñas porque las tenía con muchos cueritos. Después pensé que era mejor dejarlo para el lunes, cuando pasara el partido. Pero después dijimos: 'vamos, nos arreglamos las uñas y nos vamos a casa. Nada malo, en Colombia es algo normal", relató el Bicho en Dsports Radio.

La cosa se complicó cuando la manicura le pidió una foto: "No le vi problema a la foto, la tomó, la subió y ya. Cuando terminé de hacerme las uñas tenía el Instagram estalladísimo. Al otro día le pregunté a mi compañero cómo le quedaron las uñas y le comenté: 'si no ganamos el clásico, no nos podemos asomar a ningún lado. Hay que ganar el clásico como sea, porque nos van a dar de todos lados'. Pero mi reacción fue reírme, no me explicaba por qué hacían tanto problema. Fui como cliente, es algo normal".

La historia tuvo final feliz y la frutilla del postre fue ver al mismísimo Miguel Ángel Russo, DT de Central, sentado en la silla de la manicura para recibir también el servicio. "Vi la foto del profe haciéndose las uñas. Él no me dijo que vaya otra vez, pero igual yo voy a ir", concluyó Campaz entre risas.

 

Imagen Tras el triunfo ante Newell's, Russo imitó a sus jugadores y se hizo las uñas.
Tras el triunfo ante Newell's, Russo imitó a sus jugadores y se hizo las uñas.
 

Un grito desgarrador

El segundo personaje tiene una zurda maestra, es cultor del buen gusto futbolero y ostenta un corte de pelo que los que peinan canas asocian con el que exhibía Jorge Comas en los años 80, con las camisetas de Vélez y Boca: cortito adelante y la cola volando detrás, con un movimiento rítmico y armonioso, al compas del tranco elegante con la pelota al pie.

Se trata de Ignacio Malcorra y es tan importante para el cuadro auriazul que a pesar de estar lesionado Russo le había advertido que si lo necesitaba, lo iba a usar. "Miguel fue manejando la situación y me preguntó cómo me sentía. Tengo un desgarro en el sóleo y llevaba 10 días de recuperación", explicó el volante, que ingresó a los 10' del complemento. 

"El me dijo: si estás para jugar el clásico, te voy a usar. Si te necesito te voy a poner. Le dije que estaba para jugar y que sea lo que Dios quiera. Igual, terminé bien", agregó en ESPN. Y vaya si terminó bien. A los 41' del segundo tiempo, acarició de zurda la pelota y la clavó para siempre en un ángulo. 

 

El golazo sobre la hora de Ignacio Malcorra para Rosario Central en el clásico.
 

Hacer un gol sobre la hora, en un clásico y desgarrado: debe ser el sueño de cualquier futbolista. Y el argumento viable de un relato modelo de Fontanarrosa. Sólo que esta vez, la realidad al menos igualó a la ficción. 

Russo ya había experimentado que un jugador suyo hiciera un gol desgarrado: fue Juan Román Riquelme en 2007, que le marcó a Libertad en Paraguay, por la revancha de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Malcorra fue el segundo: "Salvando las distancias con Román, es lindo cuando te queda una pelota así. Me gusta mucho patear tiros libres y por suerte entró y sirvió para ganar", manifestó.

"Uno siempre sueña con hacer el gol de cualquier forma para ganar. Por cómo se vive el clásico acá era fundamental ganarlo. A mi me pone feliz por cómo se dio. Es mi tercer clásico contra Newell's. Para mí es el más picante del fútbol argentino. Si ganás sos Dios y si perdés no podés salir de tu casa", concluyó.

Sí. A veces se gana y a veces se pierde. El que gana, festeja en la calle. El que pierde, no sale de su casa. Y quizá invierta el tiempo en leer esas joyas de literatura futbolera del inmortal Fontanarrosa que era de Rosario Central, claro. Pero es patrimonio de todos.