Pádel

Le dieron 10 semanas de vida hace 3 años y cumplió un sueño en Mendoza: “Yo renuncié a morir”

Carlos Luna tiene leucemia desde 2019, esta semana llegó a jugar su primer cuadro principal en el máximo nivel, en el Mendoza Premier Padel, y decidió desnudar su alma para concientizar. "Estoy contento por tener un día más de vida", se emocionó.

Por Pablo Amalfitano ·

10 de agosto de 2022

MENDOZA.- El atrapante ambiente que genera el Premier Padel, el nuevo circuito de pádel internacional que aterrizó con su quinta parada esta semana en Mendoza, también esconde historias de vida en torno a los protagonistas de un deporte que, poco a poco, recupera el estatus que supo tener en otros tiempos.

El 25 de diciembre de 2019 no fue un día más para Carlos Luna, nacido hace 33 años en Ecuador, criado en los Estados Unidos y dividido, ya de grande, entre Europa y Dubai. Aquel día estaba en Londres y cayó en coma. Lo despertaron tres días después. "Jamás había ido al hospital. Tenía una vida normal. Pero me detectaron leucemia aguda y me dijeron que tenía diez semanas de vida", contó en diálogo con El Gráfico.

La cabeza le hizo un clic para siempre y, en enero de 2020, poco antes de la llegada de la pandemia, tomó una decisión trascendental. "Yo nunca había estado en mi país así que decidí volver a Ecuador para morir ahí", expresó, en el inicio de un conmovedor relato que tiene un objetivo concreto: concientizar a la gente sobre todo lo relacionado con el cáncer.

-¿Cómo viviste todo ese proceso?

-Fue desesperante. Me cambió la vida de un día para el otro. Tenía diez semanas de vida y estaba en un hospital, con quimio, mientras esperaba por las horas que me quedaban para morir. Pensás en muchas cosas: tienes cuatro horas más, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a llamar a tu familia y a tus amigos? ¿Vas a pedirles perdón? Ya no te importa la plata. Si tenés diez mangos se van a quedar acá. ¿Los disfrutaste? ¿Por qué no puedo jugar un partido más de pádel? De repente te desesperás por vivir pero estás conectado a una máquina.

 

Imagen Carlos Luna, en plena disputa en el Premier Padel de Mendoza.
Carlos Luna, en plena disputa en el Premier Padel de Mendoza.
 

-¿En qué creés que se equivocaron al darte diez semanas de vida?

-Se equivocaron dos veces y se van a equivocar más veces. Las ganas de vivir les ganan a tus músculos y a tu cerebro. Uno ordena a su cuerpo que se muera o que viva. Yo tengo un propósito con el pádel en mi país. Sabía que íbamos a crecer y podíamos soñar. Antes de la pandemia había 15 canchas; ahora hay más de cien. Yo renunciaba a morir. El psicólogo me decía que estaba en estado de shock pero yo le insistí: '¿Tenés cáncer? Yo te digo que me voy a curar. Voy a jugar otra vez y voy a representar a mi país'. Todos te dicen que no. Pero no hay nada como el convencimiento interior. La mente es lo más fuerte que tenemos. Seguro me voy a morir pero el cáncer no me va a matar.

-¿Y cómo siguió después del diagnóstico?

Sobreviví seis semanas, después volví a caer en coma y entré en estado vegetal. Tuve que aprender a caminar otra vez. Por eso no soy la persona más flexible ni rápida en el deporte. No me dejan entrenarme. Si hago físico me tira algo. Yo tomo 40 pastillas por semana y hago quimioterapia cada 20 días. No voy a vender humo: no puedo entrenarme porque me desgarro. Mis tejidos son muy débiles. Mi meta diaria es vivir y estar lejos del hospital. Duermo, puedo comer, puedo caminar, puedo jugar al pádel. Por suerte pude jugar un cuadro (NdR: junto con Valentino Acosta Kremnitzer perdió 6-2 y 6-2 en la primera ronda ante los italianos Nicolás Suescun y Facundo Domínguez). Nada dura para siempre. Cada día es un día menos de vida. Por eso disfruto de todo.

-Te cambió la mentalidad.

-Todo se acaba. La gente dice que va a hacer cosas en cinco, diez o veinte años. No, papá. ¿Quién te asegura que vas a vivir cinco años? Enseñame si podés asegurarlo. Y no es negativo: sirve para perdonar rápido, amar mucho y no gastar la vida en boludeces.

-¿Qué hacías antes que ahora no?

-Antes trabajaba bastante y tenía metas económicas. Pensaba que el éxito era tener dinero. Hoy entiendo que el éxito es tener salud y libertad. Estoy peleando por la salud y ojalá algún día pueda conseguirla. Cuando estaba en un hospital, sin pelo, sin nada, sin nadie que se me pueda acercar. Si te comprás unos zapatos de mil dólares no te los podés poner. No te sirven los dos mangos que puedas tener. Estás roto. Y pensás en lo que hubieras hecho. Le pedís a Dios otra oportunidad. Pedís jugar un último partido de pádel. Yo decía: 'Dios, dame un partido más de pádel y me voy. Dejame jugar uno más'. Amo el pádel y no podía jugar. El deporte es un instante. Yo estuve una hora en la cancha y ya se fue. Disfruté tanto pero ya se fue.

Imagen Carlos Luna disfruta cada día de vida. Imagen: Mendoza Premier Padel.
Carlos Luna disfruta cada día de vida. Imagen: Mendoza Premier Padel.
 
-¿Cómo lo viviste?

-Me lo imaginé exactamente como fue. Hubo más atención, mis amigos me vieron, pero lo más importante era que Ecuador estuviera en un cuadro principal. Apareció una nueva bandera y es la importancia del pádel. No iba a ganar, era realista, pero pasó lo que tenía que pasar. Tengo el logo de mi fundación (se señala el brazo derecho). Hago subastas de pelotas y cosas que me dan algunos jugadores. Hay muchos fanáticos del pádel y ven que llegamos a gente que se salva. Los que no tienen cáncer no saben lo que significa; los familiares sufren más que el paciente. Queremos que se hable de esto. Recuperate, hacé lo mejor posible en tu vida, si te tenés que ir andate bien. Yo estoy libre, no tengo problemas ni deudas ni nada con nadie. Cuando sabés que tenés cáncer te acercás a la gente porque se te acaba el tiempo. Hay que concientizar: el 78 por ciento de los seres humanos muere de cáncer.

-¿Con qué te permitís soñar?

-Hoy sueño con ganar una serie con Ecuador en el Mundial de Qatar (NdR: se jugará entre el 31 de octubre y el 5 de noviembre en Doha). Ganarle a algún equipo del grupo es un gran objetivo. Y mi meta es curarme del cáncer y darme una oportunidad en el pádel: vivir en España o en Argentina, dos o tres meses, tratar de ser feliz. Tengo 33 y quiero tener la vida de un jugador por tres meses, sin pastillas, sin nada. Sé que me voy a curar. Quiero dejar un legado en mi país: uno muere cuando nadie te recuerda.

Charlie Moon, como se lo conoce en el ambiente, destila esperanza. Reparte vida. Ganar o perder es una circunstancia. Esta semana cumplió un sueño en el Premier Padel; en noviembre cumplirá otro en el Mundial del deporte quetanto ama, el deporte que tanto deseó volver a jugar. En su cabeza, sin embargo, el premio excede los límites de una profesión o una disciplina.

"Estoy contento por tener un día más de vida. La gente tiene muchas cosas en la cabeza en el día a día y yo estoy feliz porque hoy pude caminar, pude jugar, pude disfrutar", concluyó, con lágrimas en los ojos.

Imágenes de portada: Mendoza Premier Padel