¡Habla memoria!

Footgolf, un deporte en expansión

El Gráfico se metió en la cancha para contarte qué es el footgolf, disciplina que nació en Holanda en 2009 y que tendrá la segunda edición del Mundial el año que viene en la Argentina. Desarrollo y particularidades de un fenómeno que se asienta en nuestro país y que llegó a los cinco continentes.

Por Darío Gurevich ·

10 de diciembre de 2015
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“Está buenísimo, pero no lo veo. El fútbol y el golf son deportes que tienen más de 200 años cada uno, y el footgolf resulta una combinación que a cualquiera se le pudo haber ocurrido. Si no existe es porque no pega o no va”.

El producto no lo convencía a Javier de Ancizar. Un amigo íntimo se lo mostró para conocer su opinión al respecto, para saber si funcionaría en la Argentina, tras haberse reunido con el holandés Michael Jansen -creador del footgolf-, que lo ofrecía como formato televisivo para comprar y explotar. Era 2009, año en el que la disciplina se introdujo en el mundo desde Holanda; De Ancizar trabajaba en marketing de Boca, y si bien le atraía lo que veía, no sabía cómo desarrollarlo. Entonces, este amigo suyo -bendito sea por cierto- le presentó a Mariano López, productor de TyC Sports, para que recorrieran un camino desconocido que tenía un fin único: insertar a este deporte en el país.

“Primero, debíamos conseguir una cancha de golf para jugar. La propuesta la llevamos a varias canchas desde octubre hasta diciembre, pero rebotaba. Nuestra idea de lanzarlo en marzo de 2010 se caía; nos habíamos rendido -confiesa De Ancizar, de 39 años-. Hasta que Guido, que maneja Demo Tour -el circuito de golf amateur más profesional de América Latina-, nos consiguió tres alternativas para comenzar, de las cuales dos nos habían bajado el pulgar en la búsqueda anterior”.

La presentación del footgolf se realizó el 19 de marzo de 2010 en La Reserva Cardales, y 60 personas, entre ellas ex futbolistas, rugbiers y periodistas, lo examinaron. “A todos les fascinó. Ahí entendimos que la gente se engancharía. Sólo había que buscar canchas y seducir al público”, cuenta De Ancizar, presidente de la Asociación Argentina de FootGolf desde aquella fecha hasta la actualidad.

En 2011, la actividad empezó a difundirse a través de un programa semanal en TyC Sports. Como participaban personajes vinculados al deporte, en especial al fútbol, se la asociaba al entretenimiento. Pero esa apenas era la punta de lanza. Porque, más allá del show, el footgolf es una disciplina que tiene conceptos básicos, que describimos a continuación.

1) Se trata de meter con el pie la pelota de fútbol, número 5, en un hoyo de 52 centímetros de diámetro, en la menor cantidad de golpes posibles. Aquel que termine la cancha con la tarjeta con menos golpes, resulta el ganador.

2) Se juega, como contábamos, en los campos de golf, que se adaptan para la ocasión. Allí se tapan los hoyos pequeños para descubrir a los grandes. Los únicos sectores de la cancha de golf que no se pisan son los greens, para cuidarlos. Las canchas pueden tener 9 o 18 hoyos, y cada uno se dispone en un par 3, 4 o 5. Como se lee, las reglas del footgolf se basan en las del golf. Incluso, hasta se pronuncian los mismos términos con idénticos significados: desde águila y birdie hasta doble bogey y putt.

3) Se desarrolla de manera individual y por equipos de tres o cuatro jugadores, según el torneo. Al momento, los varones sólo lo practican. Cualquier persona saludable, apta para realizar un esfuerzo físico, está en condiciones de jugar. De todos modos, se aconseja entrenar mínimamente, sobre todo el tren inferior. Aquí, las piernas de los jugadores hacen las veces de la bolsa de palos en el golf.

4) Cada uno debe llevarse su pelota y, por ende, cada footgolfista elige su preferida. ¿Cuál es la más requerida? “La que recorra más metros al ras del pasto, porque el tiro tan alto no es redituable por la influencia del viento, por la variabilidad que existe al hacer un golpe con altura que, obviamente, genera más riesgo. De hecho, se juega más a media altura y por el suelo… Entonces, la mejor es la Speedcell, de Adidas, que se usó en 2011 en la Argentina. No agarra muchos efectos, aunque corre bárbaro”, explica De Ancizar.

5) Se puede tomar carrera para patear, salvo en el bunker. Cuando todos los jugadores efectuaron el disparo de salida, aquel que dejó la pelota más lejos del hoyo sigue pateando.

Imagen Concentración en una práctica de definición: Pelliccioni ejecuta; Perrone y De Ancizar miran.
Concentración en una práctica de definición: Pelliccioni ejecuta; Perrone y De Ancizar miran.
6) El código de vestimenta es estricto, como en el golf. También, se respeta la tradición, la cultura, el comportamiento y la caballerosidad del golf. En consecuencia, hay que ponerse chomba, bermuda, medias cortas o largas, y botines de fútbol 5, que tienen tapones cortos, de goma, y no rompen la cancha. Está prohibido utilizar indumentaria de equipos de fútbol. Cada footgolfista se diseña su propia chomba, léase camiseta, y puede lucir -sin tapujos- a sus auspiciantes en sectores específicos. Jamás se verá un sponsor en el pecho.

7) Existen penalidades en el juego. Si se patea fuera del límite lateral, hay un golpe de multa y se vuelve a repetir el tiro desde el lugar en el que se había hecho. Si se manda la pelota al agua frontal, se penaliza también al jugador con un golpe, pero no se vuelve a repetir el tiro y se ejecuta por donde el balón entró.

8) Es obligatorio marcar las pelotas en la zona del green. Si llegan a chocar, hay un golpe de penalidad para el ejecutante.

9) Está la figura de los marshalls, digamos de los árbitros, que velan por el cumplimiento de las normas de cortesía y de juego.

10) Si llueve mucho y la cancha no está en condiciones, se suspende. Si llovizna, se juega.

Los Alamos Golf, ubicado en Pilar, se torna el centro de operaciones del footgolf en el país. Los protagonistas, y aquellos curiosos que deseen probar, pueden practicar todos los miércoles del año y el primer domingo de cada mes. De Ancizar -que fue el presidente inicial de la Federación Internacional en 2012-, Sebastián Pelliccioni y Matías Perrone -figuras argentinas que compitieron con éxito en América del Norte y en Europa-, y quien escribe, juegan seis hoyos en serio, sin ceder golpes. No se subestima la cancha. Se consideran vientos, caídas, pastos bajos y altos, bunkers y aguas. Es condición combinar fuerza y potencia, precisión y sutileza, talento y técnica. Resulta clave manejar la distancia, detectar qué lanzamiento representa un riesgo altísimo, y entender, en especial, dónde habría que dejar la pelota en busca del próximo tiro y del anhelado birdie. Por eso, no da lo mismo patear con cara interna o externa, con el empeine, de rastrón o de puntín. Se aconseja dividir al hoyo en golpes; realizar una buena lectura y luego aplicar el tiro justo, necesario. De todos modos, y al margen de la fantasía y la elegancia en el disparo, la mente es tan o más trascendente que la suma de los factores anteriores.

“Cuando incorporaste la técnica, la diferencia entre el que mete y el que no es la confianza, el coraje para aislarte de las miradas de los demás y de tus propias voces internas -advierte Pelliccioni, de 30 años, que arrancó en 2010-. A medida que los torneos se complejizan, la cabeza resulta determinante. En 2012, salí campeón argentino. En 2013 y 2014, sufría adentro de la cancha en nuestro país, y hacía un clic en el exterior. En 2015, volví a mi nivel: veo las líneas de tiro desde mucho más lejos y el hoyo me parece más grande, como si fuera una atracción, un desafío. Pero, cuando estuve mal, el hoyo se me achicaba y le tenía temor”.

Perrone, de 33 años, que comenzó en 2012, asegura que aún los jugadores no viven del footgolf, mientras disputa los hoyos con su bolsito. Matías, ¿qué llevás ahí? “Marcas, una toalla de mano para secar la pelota, otro balón, el inflador y el medidor de presión. Hay canchas en las que te viene bien desinflar la pelota, porque algunos hoyos están en bajadas; porque quizá necesitás pincharla. Ahora, si precisás que la pelota corra, ponela más dura. Bueno, el medidor de presión es un lindo ejemplo de la locura que este deporte nos genera”, afirma.

-¿Se ven más cuestiones demenciales?
-¡Sí! Hasta hace poco, vivía en un departamento que tenía un pequeño callejón, y ahí me ponía a practicar el putt (se ríe). Tenés locos, además, que se van a patear al lado de la autopista y entrenan salidas, tiros de aproximación y de precisión, o directamente hacen un hoyo y lo juegan. Cuando piso la arena, improviso un hoyo y le meto con el footgolf. Igual, la mejor es la que hace un loco que viene a Los Alamos… El tipo acelera y, cuando está cerca de la boca del peaje, larga el acelerador y pone punto muerto. Si el auto se detiene en el peaje, clavó hoyo en uno; si se pasa, tiene un segundo golpe. Lo realiza para calcular la distancia. Es espectacular.

Imagen Patada larga para esta salida. El tee sólo se utiliza, si se quiere, en los torneos nacionales.
Patada larga para esta salida. El tee sólo se utiliza, si se quiere, en los torneos nacionales.
El segundo Mundial: Argentina, 2016
El footgolf crece a pasos agigantados. En 2009, el deporte se lanzó. En 2010, comenzó a practicarse en la Argentina. En 2012, la Federación Internacional nació y se desarrolló la primera edición del Mundial en Hungría, en la que 15 argentinos participaron (Nicolás García fue el mejor al culminar 4º, De Ancizar terminó 10º, Pelliccioni, 12º; y Perrone, 13º). En 2014, el Pro-am surgió en Estados Unidos. En 2015, el Tour Europeo largó, y la Federación Internacional cuenta con 30 países asociados de los cinco continentes. Este año, también, hubo avances a nivel nacional: la Liga Profesional arrancó, se firmó un convenio de colaboración mutua con la Asociación Argentina de Golf para que se pudiera jugar en canchas de todo el país, y se le ganó a Inglaterra y a Turquía la sede del Mundial 2016, que se disputará del 5 al 10 de enero en Pilar Golf Club.

Argentina va a tener a 24 representantes: Pelliccioni es el primer clasificado, y Perrone está en camino de conseguirlo. Los 300 participantes probarán la cancha el día 5, y la acción se iniciará el 6 (se compite individualmente y por equipos). Los candidatos se reparten entre argentinos, húngaros y holandeses, pero no habrá que descartar a los norteamericanos y a los ingleses.

“¿Si es un disparate ser campeón del mundo? No, es posible. Estoy en buen nivel, la Liga Profesional, en cuanto a la presión, es similar al Mundial, y haber vivido experiencias por el mundo me dará un plus. Pero habrá que levantarse bien en esos días para meter la pelota en el hoyo”, sentencia Pelliccioni. “La ecuación será perfecta en la Copa del Mundo: pelota, aire libre y camaradería entre los rivales”, fogonea Perrone. “Esta es la gran oportunidad para que este deporte despegue todavía más. Será una nueva plataforma para construir objetivos a largo plazo”, concluye De Ancizar.

La proyección en Sudamérica
El presidente de la Asociación Argentina de FootGolf se entusiasma con la idea. Javier de Ancizar aún cree que existe demasiado campo por recorrer en 2016, al margen de las bondades que implica organizar el Mundial en el país. Así como el Tour Europeo se implementó durante este 2015, De Ancizar sueña con el lanzamiento del circuito sudamericano para el año que viene. “Queremos hacerlo en Paraguay, Brasil, Chile -países que, hace poco, incorporaron el footgolf-; también en la Argentina y en Bolivia… Después, si Uruguay se suma, donde este deporte recién está naciendo, mucho mejor… El objetivo es realizar un Tour Sudamericano, que será un circuito importantísimo para la región”, asevera.

Por Darío Gurevich / Fotos: Emiliano Lasalvia

Nota publicada en la edición de noviembre de 2015 de El Gráfico