¡Habla memoria!

La historia de All Pacific, la selección de Chile y Perú en 1933

La rivalidad entre los dos países se exacerba en el fútbol. Sin embargo, el pasado los une en un equipo que fue de gira a Europa y tuvo la particularidad de jugar contra el Real Madrid y el Barcelona en el mismo día.

Por Redacción EG ·

29 de junio de 2015
Antes de que el negocio de los equipos sudamericanos fuera vender jugadores a Europa, existían las giras. No era un capitalismo tan salvaje, sino que consistía en mostrarle las joyas, enfrentarlos contra diferentes equipos cambiando la sede y después taza, taza cada uno a su continente.

Imagen Los jugadores fueron recibidos por las autoridades de cada país que visitaron.
Los jugadores fueron recibidos por las autoridades de cada país que visitaron.
En 1933, chilenos y peruanos armaron uno de los equipos más extraños de la historia. Se trató del Combinado del Pacífico, también llamado en el Viejo Continente, “All Pacific”. La selección binacional fue mucho más que un proyecto de mejorar las relaciones internacionales con el vecino de océano, sino más bien un ambicioso proyecto que le permitió a los organizadores y a los jugadores obtener un rédito económico.

El origen de la excentricidad fue por el presidente del Colo-Colo, Walter Sanhueza. Estaba en Perú acompañando una gira de su equipo hasta que se le encendió la lamparita y se dio cuenta que el negocio no estaba en enfrentar a Alianza Lima, a Universitario y a Atlético Chalaco tal como ya había hecho, sino que debía juntar a sus mejores jugadores y armar una selección con los peruanos más destacados para visitar otros países. Encontró el apoyo del empresario Jack Gubbins, de ascendencia irlandesa y quien emprendió viaje a comienzos de septiembre.

El combinado no fue simétrico: 17 peruanos y 4 chilenos, todos ellos, lógicamente, de Colo-Colo. El nombre del equipo fue más por lo que hoy sería marketing que por una realidad certera. Lo mismo con la camiseta blanca de escote en V que tenía la bandera de ambas naciones cosidas a la altura del corazón.

El primer destino fue Manta en Ecuador, aunque se bajaron del barco sin demasiado éxito: no consiguieron rivales. Retomaron la expedición y tuvieron sus primeros enfrentamientos. El 11 de septiembre All Pacific ganó 7-0 al Curacao y a los tres días, 5-1 a Panamá.

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Durante un mes atravesaron el Atlántico viviendo todo tipo de complicaciones. Tempestades, problemas en el barco aunque lo peor le sucedió a Luis de Souza. Sufrió apendicitis en los últimos 11 días de viaje y pisó tierra firme en Liverpool en un cuadro agravado. Lo operaron y salvó su vida, aunque no pudo jugar ni un partido. Curiosamente, murió en 2008 a los 100 años.

El 1° de octubre, All Pacific debutó en su estreno intercontinental. Empató 1-1 ante el Bohemian de Dublin en un estado colmado por 35 mil personas. Al día siguiente repitió resultado vs. Glentoran y se despidió del Reino Unido sin ganar. A pesar del rendimiento, la visita fue un éxito de convocatoria. Todos los equipos querían jugar contra ellos y Gubbins y Sanhueza festejaban su negocio. Para los protagonistas había plata, fama y prestigio.

El viaje siguió por Londres, Rotterdam, Praga, Munich, Berlín, París, Montpellier, Niza, Barcelona, Madrid y Las Palmas. La gira se prolongó hasta febrero de 1934 cuando las asociaciones de los respectivos países exigían la vuelta.

El Combinado del Pacífico fue el primer equipo sudamericano en jugar en suelo inglés. Fue con derrota 6-1 vs. Newcastle, aunque días después mejoró su imagen en el 2-2 vs. West Ham. Si todos los chilenos eran conocidos por algo, Roberto Luco tuvo en Upton Park su noche consagratoria. Anotó el gol del empate en el último minuto y en el festejo, algunos afirman que se desmayó. La historia nunca fue comprobada aunque sí es cierto que los diarios lo llamaron “el futbolista que juega hasta desmayarse”. A la vuelta del viaje, lo compró Boca.

Eduardo Schneberger tuvo su momento de fama en Alemania. Por sus antepasados teutones, hablaba perfecto la lengua y fue el traductor de sus compañeros. Cuando Hitler recibió a la delegación y vio el buen trato del maestro de ceremonias, lo invitó a jugar al Hertha Berlin por un generoso contrato. Sin embargo, el chileno no aceptó y volvió en febrero a su país como todos los demás. El Chato Subiabre, en cambio, no se destacó tanto adentro de la cancha sino por sus platos de comida típicos de su país que le preparaba a los peruanos en el viaje. Además, en su experiencia a los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928 había tomado la costumbre de pasar largas horas leyendo y difundió en el equipo la práctica.

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El 8 de diciembre pasaron a los libros de la historia cuando perdieron contra el Real Madrid y el Barcelona. La infernal búsqueda del rédito económico quedó expuesto cuando armaron dos partidos el mismo día y obligaron a que la delegación se dividiera en dos. No sólo eso, el cansancio ya había afectado y tuvieron que sumar a dos franceses y a un futbolista austríaco, que del océano Pacífico tenían poco y nada. Contra el Barca perdió 4-1 y contra el Real, 10-1.

Lentamente, All Pacific perdió la fama y el respeto. El 1° de enero de 1934, los jugadores ya querían volverse. Gubbins, el manager de la gira, los retuvo unos días más y organizó 10 partidos en poco más de un mes. Disfrutaron de Tenerife y Las Palmas ante rivales inferiores y levantaron sus números finales: 39 jugados, 13 triunfos, 13 empates y 13 derrotas. El goleador del combinado fue Teodoro Fernández con 48 goles, ídolo de Perú y que en aquel entonces tenía veinte años.

Las diferencias que hoy parecen insalvables entre dos países, alguna vez fueron compatibles. All Pacific lo logró, pese a que los resultados futbolísticos no fueron los esperados.  

Por Pedro Molina