¡Habla memoria!

Leeds United 2001, el sueño trunco de una generación irrepetible

Acostumbrado a una historia maniquea, el equipo de Yorkshire vivió su último asalto de gloria en la Champions League 2000/2001. Con un plantel de estrellas alcanzó las semifinales y dejó un recuerdo imborrable.

Por Redacción EG ·

13 de abril de 2015
El Leeds United es, posiblemente, el más inglés de los clubes ingleses. Más que el Liverpool del hooliganismo, más que el Liverpool de las contradicciones y más que cualquiera. Capaz de lo mejor y de lo peor, en los setenta vivió etapas de gloria gracias a un estilo desvergonzadamente utilitarista y posteriormente paseó su grandeza con una solidez inquebrantable. Aquejado en el presente por una crisis interminable, los recuerdos del equipo de Yorkshire vuelven constantemente a esa temporada 2000/2001 que lo sentó en la mesa de los grandes; a aquellas tardes en las que, con un plantel de estrellas, alcanzó las semifinales de las Champions League para volver a poner su nombre en lo más alto.

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El Leeds accedió a la Copa de Europa de esa temporada gracias a un auspicioso tercer puesto en la Premier League 1999/2000. El equipo base tenía a Nygel Martin en el arco, Danny Mills, Ian Harte, Rio Ferdinand y Dominic Matteo en la última línea, Lee Bowyer, Olivier Dacourt y David Batty poblaban el medio, y Harry Kewell, Mark Viduka y Alan Smith atacaban. El entrenador era el irlandés David O’Leary y en el banco esperaban Jonathan Woodgate, Paul Robinson y un tal Robbie Keane. Un verdadero Dream Team que tuvo un recorrido victorioso por Europa.

En la campaña 2000/2001 la Champions League todavía se jugaba bajo su antiguo formato. Esto es, una fase inicial de grupos de cuatro equipos en la que clasificaban los dos primeros de cada zona, que a su vez luego se emparejaban en una segunda zona de grupos de cuatro equipos que determinaba los cruces de octavos de final.

En la zona inicial el Leeds clasificó segundo, detrás del Milan, pero la nota fue que en el camino dejó al Barcelona y al Besiktas, rival contra el que el partido en Turquía terminó en una batalla campal incontrolable. Ya en la segunda fase, el equipo inglés compartió el grupo con el Real Madrid, el Anderlecht y la Lazio. Una vez más como segundo, logró ingresar a los octavos de final. En la primera ronda le ganó 6-0 al Besiktas y 1-0 al Milan.

El juego del Leeds era directo y efectivo. Con un arquero sólido y una defensa bien parada en la que despuntaba la categoría de Ferdinand, un mediocampo combativo y una delantera eficaz con la conexión australiana entre Viduka y Kewell. Definitivamente era un equipo de respeto. 

En los cuartos superó al segundo Súper Depor, que ese año se consagraría campeón de liga en España. Lo superó 3-0 en Elland Road y aunque en Riazor cayó 2-0, alcanzó las semifinales. Ese fue el lumbral hasta el que llegó el Leeds, que contra el Valencia (futuro subcampeón) empató  0-0 en Inglaterra pero fue goleado 3-0 en Mestalla.

Al año siguiente la dirigencia reforzó el equipo pensando en conseguir el objetivo del título continental, pero la temporada fue decepcionante, el Leeds quedó rápidamente afuera de la Copa UEFA y no redondeó una buena campaña en la Premier League. O’Leary fue destituido y lo sucedió Terry Venables, pero la espiral descendente ya era inevitable. En 2004 el equipo descendió a Segunda División y hasta ahora se mantiene allí, después de haber tocado fondo llegando a Tercera. Esa temporada europea, ese último Leeds de lujo, dejó un sabor agridulce. Fue el sueño trunco de una generación irrepetible.

Por Matías Rodríguez