¡Habla memoria!

1994. Miguel Ángel pinta su cuadro

Miguel Ángel Brinidisi fue el técnico más influyente de Independiente en la década del 90, equipo al que daba gusto verlo jugar. Él mismo explica cómo fue diseñando su obra maestra.

Por Redacción EG ·

26 de septiembre de 2019

Si el fútbol es arte, los calendarios caprichos de quien puede manejarlos y las semejanzas un juego capaz de comparar sin ofender, pues bien: este presente -gracias a la obra de un tal Miguel Angel- marca el Renacimiento de Independiente.

Allá por el 1475, en Caprese, cerca de la región de Arezzo, nacía Michelángelo Buonarroti, a quien su propio destino lo llevó a ser escultor, pintor, arquitecto y poeta. Fue protegido de Lorenzo de Médicis y en Roma, donde vivió de 1496 a 1501, les dio vida a las obras Baco ebrio y La Pietá de San Pedro, donde surge el ideal clásico del quattrocento. A partir de 1505, por encargo del papa Julio II, trabajó en la bóveda de la capilla Sixtina, donde pintó los frescos que marcaron el fin del Renacimiento... Acá por 1950, en Almagro, Capital Federal, nacía Miguel Angel Brindisi, a quien su vida de potrero lo llevó a ser jugador y técnico de fútbol. No fue protegido de nadie, se hizo solo y solo mostró su obra que arrancó en Villa María, Córdoba. Después emigró a Guatemala, donde salió bicampeón con el Deportivo Municipal, más tarde dirigió al Barcelona de Ecuador, donde también fue campeón. En enero de 1994, se hizo cargo de Independiente, donde en su primer campeonato completo logra el título. Si como uno pretende, esto es tan sólo un juego periodístico y así se lo entiende, pues entonces dejemos que este Miguel Angel criollo agarre el pincel, moje de rojo en la paleta y empiece a pintar en frases esta obra que se llama, simplemente, Independiente.

Imagen Miguel lo logró, el Independiente de 1994 fue uno de los mejores equipos de la década. Lo pudo plasmar en títulos.
Miguel lo logró, el Independiente de 1994 fue uno de los mejores equipos de la década. Lo pudo plasmar en títulos.

 

EL BOCETO

"Cuando asumí la responsabilidad de dirigir a Independiente planteé, junto con mis colaboradores, un proyecto a largo plazo. Es cierto, los resultados vinieron demasiado rápido, pero no por casualidad. Hubo una confluencia: la idea de uno y detrás lo principal, contar con un plantel predispuesto a llevarla a cabo. Yo siempre digo que uno puede alcanzar o no los triunfos, lo que no puede es dejar de intentarlos. Es un verbo que siempre está presente en nuestro trabajo."

 

EL ESTILO

"Independiente es una baraja grande, de esas que obligan a buscar con todo. Yo no había trabajado nunca antes como técnico en Argentina, salvo un pequeño paso por Alumni de Villa María, Córdoba, pero conocía la historia del club y a ella me aferré. El gran mérito es de los jugadores, pero no de los eventuales once titulares, sino de todos, que entendieron el mensaje. Ellos son los que ven como el equipo intenta: 1) Trabajar siempre en campo rival. 2) Tener actitud de sacrificio. 3) Explotar a los jugadores desequilibrantes."

 

LOS PERSONAJES

Son lo más importante de todo y los fuimos encontrando de a poco. Hoy tenemos una defensa confiable, que se basa en la gran seguridad de Luis (Islas), la firmeza de Craviotto, que no se va tanto al ataque pero se equilibró en la marca, la consolidación de Rotchen, la jerarquía de Serrizuela y el amor propio del Luli Ríos, dos que no jugaban cuando llegué. La realidad de Dani Carnero me produce una alegría enorme. Me había encontrado con un jugador que no tenía sacrificio a la hora de recuperar y marcar. Perdió la titularidad, pero trabajó y hoy es un todoterreno. Otro que tiene enormes progresos es Sebastián Rambert, que tampoco estaba jugando cuando tomamos el equipo. Lo que trabaja para el juego colectivo es impresionante. El Palomo es otro caso, aunque lo suyo pasó por su adaptación, que fue muy rápida. Usuriaga entró muy bien en el grupo y a partir de su golazo frente a Ferro se afirmó. Así se fue armando el equipo, no sólo con todo lo que transmite, y se sacrifica Cagna o el despliegue y la presencia de Perico Pérez, sino con el aporte de todos, porque tengo jugadores de jerarquía que me responden siempre."

 

Imagen Brinidi junto a Garnero y Cagna.
Brinidi junto a Garnero y Cagna.
 

 

EL PINCEL DISTINTO

"Un jugador que me sorprendió es Guatavo López. Para mí el hincha argentino está ávido de un ídolo de todos, y Gustavito va camino a serlo. Sufrió una lesión muy grave, pero la afrontó con un coraje conmovedor. Me acuerdo que cuando hablamos sobre su reaparición, le dijimos con el profesor León Martínez, Carlitos Squeo y Pepito Mitrovich: 'Vos estás en un treinta por ciento, pero la única forma de llegar al cien es jugando'. Lo pusimos contra Estudiantes, en La Plata, y en la primera pelota que recibe le dan una patada tremenda justo en el lugar de la lesión. Se quedó paradito en la punta derecha, pero desde el banco le gritamos '¡Vamos, Gustavo, no aflojés!' y puso un garra tremenda. Hoy es un jugador que tiene talento y overol."

 

EL PREMIO PARA LA OBRA

"Y... uno quiere ganar todo. O intentarlo, como me gusta decir. Y esta Supercopa es tentadora. Nos ha tocado racha de brasileños, y ahora es Cruzeiro. En Belo Horizonte necesitamos ser equilibrados, la cancha es muy grande, me hubiera gustado practicar en un terreno parecido, le pedimos permiso a San Lorenzo para hacerlo el sábado, pero nos dijo que iba a trabaja el cuidador. Lelo García. Quiero que juguemos como en segundo tiempo contra Gremio en Porto Alegre. Sería bárbaro definir con Boca, sobre todo porque arrimaríamos para Argentina otra Copa internacional."

Aquí está este Miguel Ángel. Metido en su atelier de doble visera, con pinceles y cola res que él supo elegir. Y acá está su obra en la tela, que también despierta pasiones, mucho más terrenales -por cierto- que aquellas inmortales de un tal Michelángelo, que desde algún lado hizo el guiño para permitir la comparación.

 

 

Por HUGO SUERTE (1994).

Fotos: FABIAN MAURI, NORBERTO MOSTEIRIN, GERARDO PREGO, EDUARDO BISCAYART y OSVALDO BARATUCCI.