Tenis

ROGER FEDERER Y UNA ENTREVISTA REVELADORA: SU ÚLTIMO SUEÑO COMO TENISTA, EL ESTADO DE SU RODILLA Y LOS MILAGROS

El suizo, en plena rehabilitación tras la tercera cirugía en su rodilla derecha, descartó un regreso en el próximo Abierto de Australia y hasta puso en duda su participación en Wimbledon 2022.

Por Redacción EG ·

17 de noviembre de 2021

Tanto Roger Federer como los millones de fanáticos que tiene en el mundo lo sabían: el astro suizo permanecería fuera de las canchas por tiempo indeterminado, un lapso que se extendería durante varios meses. Al menos desde mediados de agosto, cuando anunció una tercera cirugía en la rodilla derecha, una intervención que lo marginaría del circuito tantas semanas que incluso lo expulsaría del top 10 después de casi cinco años.

Las especulaciones sobre un eventual regreso de Federer en el próximo Abierto de Australia, programado para la segunda quincena de enero, obligaron al suizo a levantar el teléfono, llamar al periodista Mathieu Aeschmann y soltarle la novedad. "Tendría que dar algunas noticias", le dijo el tenista de 40 años antes de brindar una reveladora entrevista en la que tocó todos los temas de interés internacional alrededor suyo: el estado de su rodilla, la sinceridad de los pasos a seguir, los deseos, su percepción sobre los "milagros" y el hambre por cumplir un sueño más.

La prudencia acaso sea la mayor de las virtudes. Tiene claro que una exitosa vuelta a las canchas, con 40 años y la escasez de ritmo deportivo, roza el terreno de las quimeras. En efecto, apenas jugó un puñado de partidos en las últimas dos temporadas: sólo 19 cruces, con 14 triunfos y 5 derrotas. En lo que va de este año jugó trece, con un registro de 9 victorias y 4 caídas. Son los trece compromisos que encaró en los últimos 18 meses, dado que el año pasado se sometió a las dos primeras cirugías en la rodilla y, hasta su regreso este año en Doha, en marzo, no jugaba desde el Abierto de Australia de 2020.

Más allá del lógico alejamiento de las canchas Federer todavía tiene hambre, aunque prefiere optar por la cautela para hablar del futuro y disipar las dudas que pudieron generarse en los últimos tiempos. “Me sorprendería muchísimo jugar a Wimbledon (en 2022), tanto como para decir que el Abierto de Australia (en dos meses) ni siquiera está entre las opciones. Y eso no es una sorpresa. Sabíamos antes de la operación que requeriría largos meses de descanso. No es nada nuevo, entonces. Quería esperar al primer chequeo importante de los médicos para hablar: es muy alentador. Así que inicié un largo proceso de rehabilitación en el que puse todo mi corazón. Pero la situación no tiene nada que ver con 2016 (NdR: permaneció seis meses sin jugar por una lesión de meniscos en la rodilla izquierda y volvió para ganar Australia en 2017). Hay que tener paciencia para que mi rodilla se recupere al cien por cien”, esclareció en diálogo con el diario Tribune De Genève.

Los problemas en su rodilla recrudecieron tras la última gira de pasto, en la que se despidió en los cuartos de final de Wimbledon, visiblemente diezmado en el epílogo, tras caer 6-3, 7-6 (4) y 6-0 ante el polaco Hubert Hurkacz. Así lo explicó el propio Federer: “Los estudios después de la temporada de césped revelaron una nueva lesión en el menisco medial derecho. Por lo tanto se decidió suturarlo, lo que implica un cierto tiempo de inmovilización. Los médicos aprovecharon la oportunidad para tratar también mi cartílago. La combinación de estas dos intervenciones, sin embargo, requiere paciencia y prudencia. Por eso no pude dejar mi apoyo cuando me moví con muletas. Esta operación la iba a tener que hacer de todos modos para mi bienestar a largo plazo; es una cirugía reconstituyente y es más importante que las dos de 2020, que pretendían aliviarme de un dolor que arrastraba desde hace unos años”.

¿Cuáles son los pasos a seguir, entonces, con vistas a una reaparición en el circuito? Las palabras de Federer son exactas: “Según los médicos podré volver a correr sin problemas en enero y, por lo tanto, lo haré despacio en una cancha. El regreso a los entrenamientos de tenis, después, con cierta normalidad en los pasos y los apoyos, será en marzo o en abril. Ahí será necesario reconstruir la condición física específica para la complejidad del tenis y la intensidad del altísimo nivel. Por todo eso hoy considero mi regreso al circuito para el verano (europeo) de 2022. Los próximos cuatro o cinco meses serán decisivos y en ese tiempo lo sabremos con mucha más claridad”.

También aclaró, entre otras cosas, que no encaró la cirugía específicamente para volver al tenis sino para sobrellevar en el futuro una vida normal: "Lo hice para poder esquiar con mis hijos y jugar al fútbol o al tenis con mis amigos en las próximas décadas. Mi primera motivación fue volver a ponerme en forma para mi vida como hombre. Pero quería abrazar esta exigente rehabilitación con el cuerpo y la mentalidad de un deportista de elite. ¿Habría podido dar tanto de mí mismo en la rehabilitación dos o tres años después de mi retiro? No lo sé. Respecto de mis ambiciones podríamos resumirlo de la siguiente manera: quiero ver por última vez de lo que soy capaz como tenista profesional. Estoy luchando para eso y me siento muy motivado. Siento el apoyo de mi equipo y de mi familia".

Campeón de 20 Grand Slams y dueño de un total de 103 títulos en el circuito mayor, conquistados entre 2001 y 2019, el suizo sueña con una última gran bala: "Sé que el final está cerca pero quiero tratar de jugar algunos partidos importantes más. No será fácil pero lo intentaré”.

Y añadió respecto del retiro: "Soy un aficionado de los deportes y entiendo que cada deportista tiene que elegir por sí mismo. Es una decisión infinitamente personal. No hay un momento adecuado para retirarse. ¿Qué imagen guardarán las personas de mí? ¿Ese último set en Wimbledon en julio (6-0) o mis títulos de Grand Slam y cómo se sintieron por verme jugar? Apuesto por la segunda respuesta. Durante los últimos años me sentí muy relajado en este punto. Pero los fanáticos merecen comprender mis estados de ánimo y mis esperanzas. Lo más fácil sería decir: ‘Está bien, ya di mucho y recibí mucho; paremos acá’. Pero darlo todo para volver una vez más también es mi forma de agradecerles. Se merecen algo mejor que la última imagen de la temporada de césped de este año”.

 

En medio de la recuperación y el esfuerzo extra que significa encarar una rehabilitación de calibre con 40 años, Federer ya visualizó un último gran sueño: “Si me embarqué por completo en la rehabilitación es porque existe la posibilidad de regresar. Si hago ejercicios de fortalecimiento, ciclismo, natación y equilibrio, si trabajé la parte superior del cuerpo con muletas, es porque creo en eso. Después... ¿volveré para una pequeña gira o para algo más grande? Nadie lo sabe. Ni los médicos ni yo. Pero lucho para eso. Seamos claros: mi vida no se va a derrumbar si no vuelvo a jugar una final de Grand Slam. Pero volver atrás sería el último sueño. Y, de hecho, todavía lo creo. Creo en este tipo de milagros. Lo viví. A veces la historia del deporte escribe algo. Soy realista: sería un gran milagro. Pero en el deporte los milagros existen”.

Sobre la fecha para el regreso dejó en claro que no tiene demasiada importancia: "Volver en 2022 o en 2023 ya no es una gran diferencia: tener 40 o 41 años es lo mismo. La pregunta es: ¿Estaré dispuesto a torturarme día a día para regresar? Hoy mi corazón dice que sí".