Primera División

LA TARDE DEL TIGRE

Los clásicos entre los más grandes del fútbol argentino siempre nos dejan historias, villanos y héroes inesperados. Repasamos el clásico en el que un pibe de Junín dejó su marca para toda la vida.

Por Pablo Bomarito ·

09 de marzo de 2021

Un partido que detiene un país

El ciclo de Carlos Bianchi estába arrancando, en plena elaboración y nadie sospechaba toda la gloria que tendría por delante ese grupo de hombres, que defendían la camiseta azul y oro.
La década del 90 nos dejó un puñado de frases memorables de ambos lados. Ramón Díaz y sus camionetas, las provocaciones del "Patrón" Bermudez y actuaciones inolvidables de ambos lados..
En la semana previa al "súper" el imbatible Óscar Córdoba tuvo una lesión y fue el turno del suplente, Roberto Abbondanzieri. Esa movida, le daba la posibilidad a un pibe de sentarse en el banco en un partido, que siempre está destinado a dejarnos historias extraordinarias.  

Imagen Óscar Córdoba y Muñoz en Casa Amarilla.
Óscar Córdoba y Muñoz en Casa Amarilla.
  
Cristian Ezequiel Muñoz, "el tigre", nació en Junín, provincia de Buenos Aires. Pasó su infancia respirando fútbol, conociendo su destino como arquero. "Siempre, desde chico, me gustó el arco, nunca cambie. No tenía cualidades para otro puesto. Nací arquero. No salí a mi viejo, que era el  "9" de Independiente de Junín, que además jugó con Luis Artime. Me llevaba a jugar con los grandes en los campitos, de los que quedan pocos, y siempre iba al arco. Me he ligado varios pelotazos"
Sus buenas actuaciones en Sarmiento, debutó en 1994, lo catapultaron a las inferiores de Boca Juniors tres años más tarde. Su debut fue el 14 de septiembre de 1997, en la victoria de su club por 2 a 1 sobre Newell 's Old Boys por la tercera fecha del Torneo Apertura de ese año.  
Cristian Muñoz engrosaban su palmarés con las selecciones juveniles, siendo parte de la delegación campeona de Malasia 1997.

 

9 de mayo de 1999

 

Afuera el clima era otoñal, pero en "La Bombonera" se vivía un verano de carnaval. En épocas de banderas, bombos y público visitante (éramos una sociedad un poco más tolerante) el presagio de buen partido se palpaba en el ambiente.
Roberto Abbondanzieri fue muy paciente en su carrera, siempre tuvo un perfil bajo, e intentaba capitalizar cada oportunidad que tenía. Esa tarde no pudo ser así, a los 6 minutos del primer tiempo, el "Pato" no pudo seguir.Bianchi miro al banco,a Cristian Muñoz, que lejos de asustarse o palidecer, salto para hacer el calentamiento de rigor, empecinado en disfrutar semejante partido. 

Imagen Muñoz calentando para ingresar nada más u nada menos que en un super clásico.
Muñoz calentando para ingresar nada más u nada menos que en un super clásico.
 El murmullo bajó por las tribunas, un pibe en el superclásico, los presagios no eran los mejores para los hinchas. Pero el pibe de Junín, hizo su partido perfecto.
En el primer tiempo le tapó un mano a mano a Saviola y en el segundo tiempo, Boca con un jugador menos, por la expulsión de Bermúdez que había convertido el gol, sostuvo a su equipo y lo mantuvo con vida a pesar del empate transitorio de Carlos Netto.
Con el partido empatado, solo 4 minutos después del gol de River, cuando no Martín Palermo sentenció el 2 a 1 que sería el definitivo.
Es tarde que estaba destinada a un “Pato”, se la llevó un “Tigre”. Un pibe que nació en Junín, que jugaba con los más grandes y pasó su infancia a los pelotazos,  que nunca dudó de su altura y sus cualidades. La tarde del “Tigre” quedó marcada para siempre en las páginas del superclásico.