Huelga, Bilardo y aprietes: el controvertido pase de Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca de Boca a River
En 1985 se vivió un momento histórico para nuestro fútbol. En medio de un caos institucional, el Xeneize se quedó sin dos de sus figuras, que pasaron sin escalas al rival de toda la vida.
FUE UNO DE LOS CASOS más resonantes en la historia del mercado de pases del fútbol argentino. En 1985, Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca pasaron de Boca a River sin escalas.
En 1984, Boca atravesó una severa crisis económica que casi termina con el remate de la mismísima Bombonera. El plantel, con Ruggeri y Gareca a la cabeza, molesto por el retraso en los pagos, llegó a declarar una huelga durante dos semanas hasta que tuvo que intervenir Futbolistas Agremiados.
Para fin de año, los vínculos de Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca llegaban a su fin y Boca no les permitía la libertad del pase. El conflicto concluyó días después y en enero de 1985 ambos pasaron a River, que a cambio cedió a Carlos Tapia y a Julio Olarticoechea.
38 años después, los propios protagonistas se ocuparon de revivir aquel episodio, identificado como una de las grandes traiciones en la historia del fútbol.
"Nosotros nunca quisimos ir a River. A Boca le dimos todas las facilidades para quedarnos. Nos quedábamos por la mitad de lo que nos daba River, pero vinieron todos los cheques para atrás", contó Gareca en ESPN.
"Siempre fuimos conscientes de lo que podía llegar a pasar. Me ponían carteles. Jugué el primer clásico y me ponían de todo. Íbamos a las diferentes canchas y nos tildaban de traidores, otras hinchadas de otros equipos, amplió el Tigre.
"Teníamos otras ofertas, pero por separado. No se destrababa el conflicto. Lo apretaba Bilardo. En ese momento las Eliminatorias se jugaban de una. Bilardo necesitaba que se pare el problema. Grondona, el fútbol. Del otro lado, Futbolistas Agremiados... era un caos", dijo Gareca, que participó del camino de la Selección Argentina rumbo a México 86, pero no integró la lista final, a diferencia de Ruggeri que sí fue campeón del mundo.
"No nos encontraban, no había teléfonos. Nos buscaban por todos lados. Salió la tapa de El Gráfico al final cuando arreglamos. Salimos los dos en una pileta", cerró Ruggeri, en referencia a una tapa histórica de la revista.
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