¡Habla memoria!

Historia del fútbol argentino, por Juvenal: Capítulo VIII (1933–1940)

Sobresalen los paraguayos Benítez Cáseres y el mayor goleador de nuestra historia, Arsenio Erico. Se inauguran el Monumental y la Bombonera. Debuta Lángara en San Lorenzo. Brillan River, Boca e Independiente.

Por Redacción EG ·

05 de noviembre de 2019

Dos paraguayos inolvidables

 

Imagen Duelo garaní en el aire. Arsenio Erico salta con su compatriota Delfín Benítez Cáseres en un clásico de Avellaneda en 1939.
Duelo garaní en el aire. Arsenio Erico salta con su compatriota Delfín Benítez Cáseres en un clásico de Avellaneda en 1939.
 

Un hecho doloroso, la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia, produce la incorporación de dos formidables delanteros al fútbol argentino. Son dos jóvenes futbolistas que llegan a esta tierra huyendo de los horrores de la contienda fraticida.

Delfín Benítez Cáceres es un morochito de 21 años, menudo pero fuerte, que trae algo más que la clásica pujanza guaraní en su bagaje futbolero. Llega a Boca en 1932, aparece jugando en primera contra River, pasa casi inadvertido, pero una rueda más tarde, el 30 de octubre de 1932, se consagra para siempre en el alma de los boquenses. Esa tarde marca los dos goles que le dan el triunfo a Boca sobre su tradicional adversario. Desde ese momento es ídolo. Lo llaman "El Machetero", como homenaje a los que abren picadas en el corazón de la selva paraguaya. También lo apodan "Boquerón", por un fortín de heroica resistencia en la guerra contra Bolivia.

 

Imagen En la tapa de El Gráfico de Noviembre de 1932 Basílico (River) y Benítez Cáceres (Boca).
En la tapa de El Gráfico de Noviembre de 1932 Basílico (River) y Benítez Cáceres (Boca).
 

Tiene un juego valiente y cerebral al mismo tiempo. Es corajudo y criterios, agresivo y de llamativa variedad técnica. Tiene abnegación, humildad, clase y hombría. Será gran figura, creador y ejecutor del Boca casi invencible de 1934/35 y hacia el final de la década seguirá metiendo goles para el Racing Club, donde se consagrará goleador máximo de 1940, con 33 conquistas. Compartió ese honor con el vasco Isidro Lángara, el hombre que debutó sensacionalmente en 1939 para San Lorenzo. El Machetero terminó su carrera entre nosotros jugando para Ferro Carril Oeste y a la hora del balance definitivo está ubicado tercero entre los goleadores boquenses de todos los tiempos con 110 goles, detrás de Varallo (180) y Jaime Sarlanga (111). Es el octavo de la tabla general del fútbol argentino con 193 impactos. Sólo fue superado en esa lista por su compatriota Erico, Labruna, Masantonio, Pellegrina, Ricardo Infante y Bernabé Ferreyra.

 

Imagen Fotografía del joven paraguayo Arsenio Erico el día de su debut en Independiente, fue contra Boca el 6 de Mayo de 1934.
Fotografía del joven paraguayo Arsenio Erico el día de su debut en Independiente, fue contra Boca el 6 de Mayo de 1934.
 

En el verano de 1934 pasa por la Argentina integrando un combinado paraguayo que juega algunos partidos a beneficio de la Cruz Roja de su patria, un joven de sólo 18 años llamado Arsenio Erico. Dos clubes se interesan por él: River e Independiente. En River está Bernabé Ferreyra. Los rojos no han podido reemplazar todavía la ausencia de sus viejos cracks, Manuel Seoane y Luis Ravaschino. Elige Independiente. Y aciertan los dos. Debuta contra Boca en la vieja cancha de Brandsen y Del Crucero. La delantera roja forma esa tarde con Rojas, Alvarez, Erico, Sastre y Adolfo Martínez. Dos apellidos están destinados a hacer historia: Erico y Sastre. No marca ningún gol en su debut, pero al partido siguiente, contra Chacarita, señala dos. Son los primeros de una cosecha espectacular, la más extraordinaria del profesionalismo argentino:

   

Imagen El 13 de agosto de 1939 se enfrentan en San Lorenzo el combinado de Independiente y River frente al de Vasco Da Gama y Flamengo. El paraguayo Erico hace un salto increíble mientras cabecea Domingos Da Guía. También está en juego Florindo.
El 13 de agosto de 1939 se enfrentan en San Lorenzo el combinado de Independiente y River frente al de Vasco Da Gama y Flamengo. El paraguayo Erico hace un salto increíble mientras cabecea Domingos Da Guía. También está en juego Florindo.
 

Nadie iguala entre nosotros los 293 tantos que metió Arsenio Erico entre 1934 y 1946, con este desarrollo año por año:

1934: 12 en 21 partidos

1935: 22 en 18

1936: 21 en 26

1937: 47 en 34 (goleador del año)

1938: 43 en 30 (goleador del año)

1939: 40 en 32 (goleador del año)

1940: 29 en 30

1941: 26 en 27

1943: 17 en 29

1944: 12 en 26

1945: 20 en 30

1946: 4 en 19

 

Imagen Arsenio Erico
Arsenio Erico
 

En tres de estas temporadas, el Trampolín Invisible —como lo bautizó Félix Daniel Frascara en EL GRAFICO por su prodigioso juego aéreo—ha tenido más goles que partidos jugados a un promedio por fecha realmente fantástico. En las tres se consagró goleador máximo del campeonato. Números aparte, contabilizando toda la fuerza que tienen esos números, todas las conquistas del paraguayo de Independiente llevaban estampado el sello de una obra de arte. Primero las adornaba. Después las clavaba en la red.

 

Boca consolida su dominio

La división del fútbol se torna intolerable. La Liga ha crecido, sus campeonatos apasionan, sus partidos producen recaudaciones millonarias, en tanto la Asociación Amateur agoniza y camina a su extinción. Como resultado irreversible se logra la fusión ese año 1934 y se crea la Asociación del Fútbol Argentino con predominio total de los clubes de la Liga.

 

Imagen 1936. Público (¡atenti los moñitos!) en el partido nocturno entre San Lorenzo y Racing en cancha de Boca.
1936. Público (¡atenti los moñitos!) en el partido nocturno entre San Lorenzo y Racing en cancha de Boca.


Boca mantiene el poderío que traía desde el amateurismo. En el arco, Juan Elías Yustrich, el Pez Volador. En la zaga, dos brasileños, Moisés y Bibí, especialistas en bartolear alto, fuerte y lejos. El medio campo es el lugar de quien sería una de las grandes estrellas de todas las épocas con los colores azul y oro: el Pibe de Oro que alguna vez llegó desde Bahía Blanca, Ernesto Lazzati.

 

Imagen Ernesto Lazzatti
Ernesto Lazzatti
 

Es el equilibrio para todo el equipo y gracias a su inteligencia permanecerá durante quince años como símbolo de Boca. Su terceto central ofensivo es temible por su entendimiento, calidad y contundencia. Lo integran Francisco Varallo, Delfín Benítez Cáceres y Roberto Cherro. Entre los tres totalizaron al finalizar el campeonato de 1934, la nada despreciable cantidad de 66 goles. Con esa base, Boca domina ampliamente las temporadas de 1934 y 1935, consagrándose bicampeón.

 

Imagen Roberto Cherro, delantero de Boca, jugando para la Selección Nacional.
Roberto Cherro, delantero de Boca, jugando para la Selección Nacional.
   

En 1935 cambia la zaga pero es para mejorar. En lugar de Moisés y Bibí, contrata al gran back brasileño Domingos Da Guía. Alto, elegante, dueño de una depurada técnica y una excepcional categoría, una verdadera estatua de ébano. Llegó precedido de excelentes referencias procedente de Nacional de Montevideo. Lo acompaña Wilson, un criollo con apellido y porte de inglés, llegado de Talleres de Remedios de Escalada. El resto del equipo boquense es prácticamente el mismo del año anterior, lo que no deja de constituir una apreciable ventaja. La campaña de 1935 es espectacular. Se clasifica campeón, consiguiendo el 85 por ciento de los puntos que juega, ganando 27 de los 34 partidos que jugó, con 4 empates y 3 derrotas; 98 goles a favor y sólo 31 en contra. De esa manera consiguió el mayor porcentaje de eficacia hasta esos días. Igualado únicamente en el profesionalismo por River Plate, campeón de 1937, con el mismo puntaje pero con 106 goles convertidos y 43 recibidos.

 

Imagen Domingos Da Guia en acción
Domingos Da Guia en acción
 

 

El Monumental y los diablos rojos

 

 

Imagen El plantel completo de River Plate que obtuvo el campeonato de 1937 al cabo de una campaña incomparable. Logró el 85,29 por ciento de los puntos que disputó (58 en 34 fechas) igualando el record que había marcado Boca en 1935, metió 106 goles, recibió 43 y en la segunda rueda ganó todos sus partidos como visitante. De pie: Malazzo, Vasini, Arsenio López, Sirni, Rodolfi, Fatechi, Minella, Wergiflcer, Co-loccin.i. Sentados: Renato Cesarini, Rongo, Bernabé Ferreyra, Emérico Hirschl —su técnico—, Eladio Vaschetto, José Manuel Moreno, Pedernera y Peucelle.
El plantel completo de River Plate que obtuvo el campeonato de 1937 al cabo de una campaña incomparable. Logró el 85,29 por ciento de los puntos que disputó (58 en 34 fechas) igualando el record que había marcado Boca en 1935, metió 106 goles, recibió 43 y en la segunda rueda ganó todos sus partidos como visitante. De pie: Malazzo, Vasini, Arsenio López, Sirni, Rodolfi, Fatechi, Minella, Wergiflcer, Co-loccin.i. Sentados: Renato Cesarini, Rongo, Bernabé Ferreyra, Emérico Hirschl —su técnico—, Eladio Vaschetto, José Manuel Moreno, Pedernera y Peucelle.
 

Mientras River y San Lorenzo pelean por el título de campeón de 1936, haciendo un juego típicamente criollo, sin ningún apellido inglés entre sus integrantes, muere en Buenos Aires el 9 de marzo de ese año, don Alejandro Watson Hutton, el patriarca del fútbol argentino. River triunfará en los dos campeonatos siguientes —1936 y 1937— y en 1938 cristalizará un sueño: la inauguración de un gran estadio de cemento, junto al Río de la Plata, regalándole a la Capital un escenario comparable a los más importantes del mundo. El 25 de mayo, River y Peñarol disputan el partido inaugural.

 

Imagen 1938. Inauguración del estadio Monumental, desfilan los equipos de River y Peñarol.
1938. Inauguración del estadio Monumental, desfilan los equipos de River y Peñarol.
 

Tres días más tarde, al debutar oficialmente en su estadio monumental, River sufre una contundente derrota frente al gran equipo de ese momento. Es Independiente, propietario de un fútbol lujoso, capaz de ofrecer verdaderos festivales de juego y de marcar cualquier cantidad de goles. Un cuadro casi invencible, que termina ese año con la hegemonía que había establecido River y lo deja segundo en dos campeonatos consecutivos: 1938 y 1939.

 

Imagen 1939. Imagenes del primer gol de Independiente frente a River en 1939 convertido por De La Mata, Terminó con victoria Roja 2-1, convirtiendo el segundo Erico y el descuento de River José Manuel Moreno.
1939. Imagenes del primer gol de Independiente frente a River en 1939 convertido por De La Mata, Terminó con victoria Roja 2-1, convirtiendo el segundo Erico y el descuento de River José Manuel Moreno.
 

Gana esos dos torneos con record de goles: 115 en 1938 y 103 tantos al año siguiente. Su estilo es auténticamente nuestro. Tiene potencia y arte, gran poder físico y admirable riqueza técnica. A la hora de jugar despliega un fútbol brillantísimo, cada uno de sus goles es una obra de arte. A la hora de poner y luchar es igualmente insuperable. Los Diablos Rojos de Avellaneda, como se lo conoce a Independiente, han constituido un terceto atacante incontenible con Vicente de la Mata, Arsenio Erico y Antonio Sastre. Son tres jugadores extraordinarios. "Capote" De la Mata, como lo llamaban, es capaz de gambetearse a seis jugadores de River en el mismísimo Monumental la tarde del 12 de octubre de 1939 y convertir un gol histórico, que le permitió el triunfo a su equipo por 3-2. Arsenio Erico es un acróbata, un delantero alado, un goleador sensacional.

Antonio Sastre viene jugando para los rojos de Avellaneda desde 1931 y es el paradigma del fútbol completo, capaz de jugar en cualquier posición con tanta clase como eficacia.

  

Imagen El team argentino, vencedor por 5 a 1 a Uruguay en la copa Lipton de 1937. Arriba: Herrera (cap.), Rodolfi, Sastre, Montáñez. Gilli y Martínez. Agachados: Peucelle, Moreno, Fidel, Masantonio y García.
El team argentino, vencedor por 5 a 1 a Uruguay en la copa Lipton de 1937. Arriba: Herrera (cap.), Rodolfi, Sastre, Montáñez. Gilli y Martínez. Agachados: Peucelle, Moreno, Fidel, Masantonio y García.
  

 

 

La Academia y la Aplanadora

 

Imagen Enrique García jugando para Racing en un clásico de Avellaneda.
Enrique García jugando para Racing en un clásico de Avellaneda.

 

¿Y los otros equipos? Racing Club, el gran campeón de la época romántica del fútbol, no ha podido levantar cabeza frente a los otros gigantes del profesionalismo. Pese a contar con un delantero maravilloso, Enrique García, wing izquierdo genial, sigue siendo un cuadro que juega bien pero de gran irregularidad. El Chueco García se viene haciendo equilibrio con su pie zurdo sobre la raya de cal y sirve goles prácticamente hechos al corazón del área. Huracán tiene grandes momentos entre 1937 y 1939, guiado por su notable delantero Herminio Masantonio. Lo llaman "La Aplanadora", porque le gana a todos los grandes, pero también pierde con los más débiles.

 

Imagen Herminio Masantonio
Herminio Masantonio
 

La década del treinta se clausura con un hecho fundamental. La incorporación de Rosario Central y Newell's Old Boys de Rosario a la Asociación del Fútbol Argentino, y con ellos se incorpora todo lo que ha hecho famoso al estilo rosarino.

Imagen Newell´s de 1939: De izquierda a derecha, de pie: Gilli, Pellegrini, Heredia, Sisniega, Perucca y Soneyro. — Agachados: Belén, Fabrini, Gómez, Morosano y Otazo.
Newell´s de 1939: De izquierda a derecha, de pie: Gilli, Pellegrini, Heredia, Sisniega, Perucca y Soneyro. — Agachados: Belén, Fabrini, Gómez, Morosano y Otazo.
  
Imagen Rosario Central de 1939: De izquierda a derecha, de pie: Vidal, Martínez, Rivero, Aráiz, Díaz y Fogel. — Agachados: Laporta, Barrios, Guerrero, Cisterna y Rodríguez.
Rosario Central de 1939: De izquierda a derecha, de pie: Vidal, Martínez, Rivero, Aráiz, Díaz y Fogel. — Agachados: Laporta, Barrios, Guerrero, Cisterna y Rodríguez.
 

 

El vasco Langara

El 21 de mayo de 1939 se produce un hecho sensacional: el debut de Isidro Langara, el centro delantero vasco que llegó huyendo de la Guerra Civil Española. Desembarca en Buenos Aires, lo llevan al estadio de Boedo y debuta ese mismo domingo jugando para San Lorenzo contra River. Derrocha en la cancha una nobleza formidable y convierte cuatro goles en 45 minutos. Ese primer tiempo con perfiles de proeza deportiva basta para su consagración, y con ella, el vuelco de toda la colectividad española hacia los Gauchos de Boedo. Ahora bien puede llamárselos los Gallegos de Boedo...

 

Imagen El debut increíble de Langara. Cuarto gol de San Lorenzo. Beristain, que resultó un eficaz colaborador de Lángara, colocó otro centro bajo. Cuello dejó pasar la pelota y cuando Besuzzo se iba a apoderar de ella, surgió inesperadamente el delantero español, quien se adelantó a la intervención del guardavalla y marcó el tanto.
El debut increíble de Langara. Cuarto gol de San Lorenzo. Beristain, que resultó un eficaz colaborador de Lángara, colocó otro centro bajo. Cuello dejó pasar la pelota y cuando Besuzzo se iba a apoderar de ella, surgió inesperadamente el delantero español, quien se adelantó a la intervención del guardavalla y marcó el tanto.
 

Boca Juniors está construyendo su nuevo estadio de cemento en el viejo solar de Brandsen y Del Crucero. En sus partidos como local, utiliza el estadio más antiguo del fútbol argentino: el de Ferro Carril Oeste. Paga el arrendamiento entregándole al club de Caballito la que hoy es tribuna cabecera este (la de Molinos Morixe) y con esos tablones paga también el pase del half izquierdo Arcadio López.

 

1940: La Bombonera campeona

Boca Juniors inaugura su nuevo estadio de cemento, en el mismo solar de Brandsen y Del Crucero, donde estaba su vieja cancha de madera. El 25 de Mayo de 1940; abre sus puertas la Bombonera, como se lo bautiza al nuevo escenario, y viejas glorias del Boca tradicional izan la bandera en la torre de homenaje. Ahí están Américo Tesoriere, Ludovico Ridoglio y Roberto Cherro como testimonio de los campeones del ayer xeneize.

Esa fecha patria, el templo de la Ribera albergó un viejo clásico como punto de partida de su leyenda. Cotejaron amistosamente Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro, con triunfo por 2 a 0 de los boquenses, ambos goles convertidos por el insider derecho Ricardo Alarcón.

 

Imagen 25 de mayo de 1940. Panorama de las tribunas en el nuevo estadio de Boca el día de su inauguración. Inauguración de La Bombonera
25 de mayo de 1940. Panorama de las tribunas en el nuevo estadio de Boca el día de su inauguración. Inauguración de La Bombonera
 

Los nuevos cracks de la divisa azul y oro están decididos a seguir la tradición. En el arco está Juan Estrada, el hombre de la eterna sonrisa, llegado de Huracán para ser ídolo de la hinchada boquense. En la zaga, un moreno y un rubio: Ibáñez y Valussi. En el centro del campo, firme como un bastión inconmovible frente al paso del tiempo, Ernesto Lazzati. Y adelante, el ala derecha compuesta por Tenorio y Alarcón, decidida y pujante. El ala izquierda, integrada por Bernardo Gandulla y Emeal, con más habilidad de maniobra, más creatividad. Ligando esas dos parejas, el finísimo Jaime "Piraña" Sarlanga, a quien muchos consideran el mejor centro delantero de la historia de Boca.

Esos tres delanteros, Sarlanga, Gandulla y Emeal, habían integrado en Ferro Carril Oeste una famosa línea de ataque a la que llamaban "los cebollitas", por su extremada juventud, ya que así era el título de una historieta de pibes que aparecía en el diario "CRITICA".

 

Imagen Sarlanga, Gandulla y Emeal. De Ferro a Boca.
Sarlanga, Gandulla y Emeal. De Ferro a Boca.
 

El cuadro xeneize quiere reeditar las glorias de 1931, 34 y 35, superando un momentáneo eclipse generado por el predominio de River e Independiente. Pero los rojos están dispuestos a dar batalla, a no abandonar la corona conquistada brillantemente en 1938 y 1939. El asombroso equipo de Arsenio Erico, el diablo saltarín, produce su última gran performance precisamente frente a Boca, en Avellaneda: lo vapulea por 7 a 1, con dos goles de Antonio Sastre, dos de Erico, Leguizamón, Celestino Martínez e Ibáñez en contra. El descuento fue de Sarlanga. Un domingo después de este auténtico Waterloo xeneize, la hinchada del club de la Ribera recibió en forma conmovedora, a sus muchachos, impulsándolos a la victoria con más fuerzas que nunca. Y vaya si las demostraron sobre el césped de la Bombonera. Arrollaron a Gimnasia y Esgrima de La Plata, goleándolo por 8 a 2, con anotaciones de Alarcón —dos—, Emeal —dos—, Sarlanga, Gandulla, Tenorio, y Montañez contra su valla. Así ganó la primera rueda.

 

Imagen River – Boca 1940. El histórico goleador de Boca Juniors Jaime Sarlanga, choca con el arquero de River, el español Gregorio Blasco, y da con la jeta en el piso.
River – Boca 1940. El histórico goleador de Boca Juniors Jaime Sarlanga, choca con el arquero de River, el español Gregorio Blasco, y da con la jeta en el piso.
 

Boca, demostrando su fuerza espiritual, cumple una gran segunda rueda y le devuelve la goleada a Independiente, al superarlo 5 a 2 en la Bombonera y consagrarse posteriormente campeón del ario, con nada menos que ocho puntos de ventaja (55 a 47) sobre los rojos de Avellaneda. Es un gran campeón ese equipo boquense. Por su fútbol y por los números que cosecha: en 34 partidos ha obtenido 55 unidades, con una eficacia del 80,88 por ciento del puntaje posible. El record de puntos sobre 34 fechas pertenecía a Boca 1935 y River 1937 con 58 cada uno. Marca 85 goles y sólo le señalan 36, lo que pondera aritméticamente su equilibrio ofensivo-defensivo.

 

Imagen El Cuila Sastre en Independiente. El primer jugador argentino que encarnó el "fútbol total".
El Cuila Sastre en Independiente. El primer jugador argentino que encarnó el "fútbol total".
 

Mientras el hemisferio norte se desangra en el horror de la Segunda Guerra Mundial, el fútbol criollo se prepara para entrar en su década de oro.

 

Por Juvenal (1990).