13 arbitrajes escandalosos del fútbol argentino
El cóctel suele ser infalible y necesita muy pocos ingredientes: dos equipos con mucho en juego y un juez que se equivoca bastante feo. Suficiente para detonar la polémica eterna, la bronca interminable, el daño irreparable. Este es el modesto ranking de nuestro "despojómetro".
Los despojos infames han sido protagonistas esporádicos de la historia del fútbol argentino. Pero las secuelas resultaron tan dolorosas para los damnificados que se tornaron absolutamente inolvidables. Ayer y hoy, los árbitros fueron herramienta de las injusticias. Y así será en el futuro, porque la FIFA se resiste a valerse de la tecnología para enmendar los despropósitos, arguyendo que los errores arbitrales son un elemento más del juego.
El Gráfico eligió al 13 como número emblemático de la mala suerte para quienes sucumbieron ante la dictadura de los hombres de negro. Y confeccionó un ranking absolutamente subjetivo. Están los 13 partidos que recordaremos a continuación, del mismo modo que pudieron estar otros. Como aquel Platense 0-Lanús 1 de 1995, en el que Angel Sánchez le anuló tres goles válidos a Chiquito Benítez. Como el Instituto 0-Argentinos 0, de la Promoción 2001, en el que Fabián Madorrán ignoró dos goles legítimos del Bichito. Como el River 2-Argentinos 3, de 1981, en el que Claudio Busca expulsó a cinco jugadores millonarios. O como los varios partidos de Javier Castrilli que quedaron en el tintero, pese a los que seleccionamos. Aquí va nuestro ranking, para polemizar una vez más…
13 - Boca 1 / River 0 – 10 de junio de 2004
Claudio Martín
Primera semifinal de la Libertadores. Los máximos exponentes del fútbol argentino a matar o morir. Partido caliente, de codos filosos y suelas elevadas. Y con un arbitraje extraño: amarillas por pavadas y nada por acciones graves. ¿Cuáles? Las trompadas de Ameli en las costillas de Vargas en cada córner o el tacazo del mismo Ameli en los genitales de Barijho. Promediando el PT, Martín se equivoca y expulsa a Gallardo y Cascini por un encontronazo. Eso detona una gresca general, en la que Gallardo araña a Abbondanzieri, y varios jugadores se pegan como para merecer la roja. Pero Martín prefirió lavarse las manos. Igual que en el último minuto, cuando Coudet (foto) voló como un arquero y desvió un tiro libre adentro del área. Era penal para Boca. Pero no vio nada. ¡Marche un turno para el oculista!
12 - independiente 1 / Boca 1 – 30 de enero de 1993
Javier Castrilli
Copa de Oro en Mar del Plata. Fiel a su estilo robotizado, Castrilli ametralló con indiscriminadas amarillas en el arranque. A los 26, Acosta presionó a Desio con infracción, el juez dijo “siga, siga”, y la bola terminó en la red de Islas empujada por Márcico. Con el 1-0, enloqueció Marchetta (DT Rojo), gesticulando que el árbitro estaba comprado. Y explotó al ratito, cuando expulsaron por una falta menor a Gustavo López. El clima se descomprimió porque Craviotto empató al minuto del ST. Pero volvió el estallido a los 38, con otra picardía de Acosta. Interceptó un pase con la mano, lo bajaron en el área y Castrilli marcó penal. ¡Para qué! Vino la protesta general (foto) y los jugadores se pararon en la línea para impedir la ejecución. Y luego, a instancias del DT y del vice Di Pace, abandonaron el campo. Al Rojo le dieron por perdido el partido y la Copa fue para Boca.
11 - Huracan 2 / San Telmo 1 - 30 de mayo de 1976
Claudio Busca
A los 26’, con Telmo ganando 1-0, Busca cobra un penal inexistente de Regueira a Houseman. Minutti es expulsado por protestar y Leone desvía el penal. A los 12 del ST, Coronel sigue una jugada anulada y también se va. Todavía es partido: 11 contra 9. A los 34, el pito castiga con roja una demora normal de Camejo y, al minuto siguiente, echa a Sarmiento por un supuesto exceso verbal. De esa protesta (foto) surge la roja para Cloquell, y el partido ya es un mamarracho: 11 contra 6. Después le cobra un penal a Huracán y Leone lo vuelve a errar. Mejor dicho, Wenner la manda al córner, de cuya ejecución llega el empate de Sánchez. A 3’ del final, el arquero va a buscar una pelota desviada, sin ver que un alcanzapelotas le arroja otra del lado opuesto. Busca interpreta que demora y lo expulsa. Con 6 menos y un arquero improvisado –Pisapia–, Telmo afronta los 60 segundos finales. Sobre la hora, Rico clavó el 2-1 de un despojo bochornoso .
10 - Velez 5 / Boca 1 - 16 de junio de 1996
Javier Castrilli
“Acordarme de ese partido me hace doler el estómago”, confesó el árbitro tiempo después. El Boca de Maradona y Verón le ganaba 1-0 a Vélez con gol de Cani. Le ganaba con baile. Pero Castrilli “lo empató”. Cabeceó Camps y Navarro Montoya tapó antes de que entrara, con medio cuerpo adentro del arco. ¿El Sheriff? Dio gol a instancia del línea Barrientos. Chilavert clavó el segundo de tiro libre tras una imperceptible falta de Mac Allister. Y antes de que terminara el PT, cobró penal por un empujón de Mac Allister a Pandolfi, protestado a full. Tanto, que hubo roja para Fabbri y estalló el escándalo. Tras el segundo gol de Chila, la popu de Boca rompió el alambrado y amenazó con entrar. Diego lo culpó de esa violencia y también vio la roja (foto). Cartón lleno. Faltaba un minuto para el descanso, pero Castrilli esperó 17 para jugar ese minuto, potenciando la hecatombe. En el ST se iría expulsado Mac Allister, aunque eso era lo de menos. Vélez ya había aprovechado...
9 - River 0 / Newell’s 5 - 10 de mayo de 1992
Javier Castrilli
Fue la primera gran funcion del Sheriff en el fútbol argentino. Su iniciación como tarjetero serial e indiscriminado. A los 40, luego de no sancionar con severidad un par de planchazos de Llop, cobró una aparente falta de Oscar Acosta, quien le hizo una observación sin insultarlo. La respuesta fue una roja. El tumulto posterior (foto) derivó en dos expulsiones más. Una para Comizzo, que le protestó la dualidad de criterio ante situaciones idénticas. Y otra para Basualdo, que le recriminó la demora de los visitantes en cada detención del juego. Reanudaron 8 contra 11 en medio de un Monumental en ebullición, más aún tras la prepoteada del técnico Passarella al final del PT. “Conmigo no va eso de apurar al referí”, diría después el pito. Desde la otra vereda, los jugadores insistían en que Castrilli les decía “yo soy guapo”, y que por eso actuaba así. En el ST echó a Higuaín. Y Newell’s goleó.
8 - Racing 2 / Independiente 3 - 27 de julio de 1970
Humberto Dellacasa
Aclaracion indispensable: fue escandalosa la repercusión, no el arbitraje. Ultima fecha. River había goleado
6-0 a Unión, y al Rojo no le quedaba otra que ganar el clásico de Avellaneda convirtiendo tres goles para, a igualdad de puntos, superar a River por un gol a favor, 43-42. Racing se puso 1-0 (Benítez), y en Núñez paladeaban la vuelta. Pero Dellacasa cobró penal para Independiente a los 21’ del PT. Tiró Tarabini, y Cejas (foto) atajó después de avanzar un metro. El árbitro ordenó repetirlo, y el uno de Racing volvió a contener, adelantándose más todavía. En el tercer intento, Tarabini iguala. Perfumo hizo progresar nuevamente a Racing. Maglioni empardó y Yazalde, a 9’ del epílogo, señaló el 3-2 definitivo, el gol del campeonato. La polémica se instaló por la triple ejecución. Se habló de arreglo y conspiración. Pero Dellacasa, que en su historia fue separado tres veces de la AFA y otras tantas restituido, había cumplido con su deber.
7 - Newell’s 2 / San Lorenzo 3 - 27 de octubre de 1946
Osvaldo Cossio
Fecha 25. El Ciclón de Farro, Pontoni y Martino se jugaba la punta en Rosario. Arrancó 2-0, pero Newell’s se puso 2-2 y, a 3’ del final, Moyano (foto) metió el tercero, anulado por offside pasivo de Runzer. Tras una lluvia de botellas, se jugaron los 4’ adicionales. Y en el último centro de San Lorenzo, Nieres quiso despejar y la metió en contra, sellando el triunfo santo. Entonces sobrevino la barbarie: los hinchas de Newell’s rompieron el alambrado y se abalanzaron sobre el árbitro, que escapó hacia el Parque Independencia. Mientras la policía montada arrojaba gases, Cossio esquivaba golpes y palos, hasta que se trepó al capot de un auto que pasaba, intentando la salvación. Pero el auto paró y los salvajes se le fueron encima. Uno de ellos se quitó el cinturón y lo anudó a un árbol, mientras gritaba “¡a colgarlo!”. Cuando despertó le contaron que tres soldados le salvaron la vida abriéndose paso a machetazo limpio.
6 - Independiente 2 / Racing 2 - 13 de mayo de 1965
Humberto Dellacasa
Literalmente, ardio Avellaneda. Racing ganaba 2-0 cómodo, hasta que Dellacasa le expulsó cinco jugadores y le otorgó a Independiente los dos penales que le permitieron el empate a Acevedo, paso previo a suspender el encuentro a 25’ del final (foto). Tal fue el escándalo, que el árbitro fue separado temporariamente de sus funciones. La hecatombe comenzó con una expulsión para Anido por una demora que no pareció tal. Y luego se fue Rulli por una falta leve. Consecuencia: el partido se desnaturalizó y se transformó en Racing vs. Dellacasa. Al rato, les dio salida a Pastoriza y Carrizo por irse de boca. Y la frutilla del postre sobrevino cuando Martín le cometió penal a Bernao (sin intención, pero falta al fin) y también le ordenó el exagerado camino de los vestuarios. Para colmo, el penal se ejecutó mientras atendían en el piso a dos jugadores de Racing, situación antirreglamentaria. ¿Cómo no iba a estar el barrio en llamas?
5 - Boca 1 / River 0 - 9 de diciembre de 1962
Carlos Nai Foino
Penultima fecha del torneo de 1962. Boca y River venían primeros y chocaban en la Bombonera. Clima caliente, clima de clásico. A los 14, Valentim puso en ventaja a Boca de penal. Y a cinco del final, Nai Foino cobró uno dudosísimo de Simeone sobre Artime. Delem le pegó de derecha y Roma, adelantándose ¡dos metros!, la mandó al córner. Llovieron las protestas, que obligaron a suspender el partido durante 11 minutos. Dueño de una gran personalidad, pero acusado de prepotente y de correr poco (“lejos tengo más panorama”, se defendía), Nai Foino se hizo el oso. La leyenda cuenta que dijo “aire, penal bien pateado es gol”, cosa que Delem desmintió. Personaje singular, en 1949 bajó de una piña a Perroncino, de Boca, y lo suspendieron seis meses. Esa tarde reincidió y noqueó a River, porque con su ayuda Boca fue campeón a la fecha siguiente.
4 - Talleres 2 / Independiente 2 - 25 de enero de 1978
Roberto Barreiro
Final del Nacional 77. Cancha de Talleres. Gana el Rojo 1-0 y el empate le alcanza para ser campeón. Pero hay mano casual de Pagnanini y el árbitro da penal para Talleres, que Cherini transforma en gol. Al rato, tiro libre para los cordobeses. Ludueña manda el centro y Bocanelli “cabecea” al gol. En realidad, empuja la pelota con el puño, como un jugador de vóleibol (foto). Pero Barreiro, increíblemente, no lo advierte. La locura gobierna a los jugadores de Independiente, que sufre tres expulsiones por exceso verbal: Trossero, Larrosa y Galván. Once contra ocho, el DT Pastoriza se la juega con cambios ofensivos –entran Biondi y Bertoni– y se saca la grande en una jugada memorable, que termina en gol de Bochini. Fue el 2-2 que consagró a Independiente. Fue la noche en que el talento pesó más que la injusticia.
3 - Independiente 9 / San Lorenzo 1 - 24 de noviembre de 1963
Manuel Velarde
Ultima fecha. Con ganar, Independiente era campeón. Pero River tenía chances de dar la vuelta si el Rojo perdía. La esperanza de Núñez se potenció a los 18’, cuando Veira puso el 1-0. San Lorenzo era más. Y los locales pegaban a mansalva, ante la permisividad de Velarde. Tanto, que Hacha Brava Navarro lo sacudió al Bambino, que debió dejar la cancha lesionado, y el santo quedó con un hombre menos. Como si tuviera una venda en los ojos, Velarde pasó por alto un claro penal de Navarro a Casa. Y al ratito se hizo el desentendido cuando Rolan le destruyó la cara de un codazo a Zárate. Favorecido por la impunidad, el Rojo se puso 2-1 antes del final del PT con un penal dudoso, justo cuando Albrecht resultó expulsado por no bancar tanta injusticia. Independiente siguió pegando en el ST, al punto que Telch también debió dejar el partido por lesión. Ocho contra once –sin contar al árbitro–, San Lorenzo decidió cruzarse de brazos, mientras los rojos convertían seis goles más (foto, el de Vázquez). Además, aplaudían los goles mirando al juez. Oscar Rossi completó la parodia convirtiendo el noveno en contra, desde media cancha. ¿Velarde? Se lo consideraba el mejor árbitro del momento. No dirigió nunca más…
2 - San Lorenzo 7 / Gimnasia 1 - 8 de octubre de 1933
Alberto Rojo Miro
El fabuloso equipo de Gimnasia apodado El Expreso venía ganando el campeonato al tranquito. Pero en la segunda rueda los árbitros lo perjudicaron sospechosamente. En la fecha 26 lo hicieron perder ante Boca, a quien le dieron un penal inventado y un gol en offside. Y en la 28 llegó el choque clave con San Lorenzo, segundo a un punto. El Ciclón ganaba 2-1, hasta que Gainzarain se metió tres metros adentro del área y Fossa lo hachó abajo. Penal clarísimo, pero Rojo Miró cobró afuera. Dio tiro libre y permitió que la barrera de San Lorenzo se parara a cinco metros de la bola. A la jugada siguiente, cabeceó Diego García y el arquero tripero, Herrera, contuvo el balón, aunque pisando dentro del arco (foto). El cuerpo estaba adentro, la pelota no. Pero el árbitro dio gol. Convencidos del despojo y del complot, los jugadores de Gimnasia se le fueron al humo. Miguens fue expulsado por arrojarle un puntapié en el tumulto. Y ahí surgió la idea de hacer una huelga “de piernas caídas”. Al reanudarse el juego, nadie de Gimnasia se movió, salvo para sacar del medio. El arquero se sentó junto a un poste (foto) y San Lorenzo convirtió cuatro goles más. Fuera de sí por el desaire, Rojo Miró ordenó la suspensión. Y los jugadores de Gimnasia se retiraron ovacionados, incluso por los hinchas de San Lorenzo... Dieron la vuelta olímpica como si hubieran salido campeones, aunque el verdadero título se lo llevó El Ciclón seis fechas después.
1 - River 1 / Velez 1 - 22 de diciembre de 1968
Guillermo Nimo
Triangular final del Nacional: Racing, River y Vélez. Todos contra todos, en cancha neutral. Primer partido: Racing 0-River 2. Segundo encuentro: Vélez-River en el Gasómetro, con el arbitraje del polémico Guillermo Nimo. Si River gana, es campeón. Pero Vélez pega primero con un gol de Luna, a los 11. Y la Banda lo empata con un tanto de Daniel Onega, a los 32. De allí en adelante, River buscó por caminos poco claros ante un Vélez especulativo. Hasta que llegó el minuto 37 del ST. Cubilla desbordó y envió el centro. Onega la peinó hacia el punto penal desde el primer poste, dejando fuera de foco a Ovejero y al arquero Marín. En el centro del área apareció Recio, el 5 de River, y le aplicó un cabezazo enérgico, de pique al suelo. Con Marín descolocado, el defensor Gallo, que estaba sobre la línea, vuela como un arquero y desvía la pelota con la mano izquierda (foto). Penalazo aclamado por el estadio entero. Penalazo advertido por el juez de línea, que sale corriendo a buscar su posición sobre la línea de fondo. Pero Nimo dice que no, permite que siga la jugada y cobra una infracción posterior del Chamaco Rodríguez sobre Marín, ya dueño de la pelota manoteada por Gallo. Como si eso no bastara, Nimo dio por terminado el partido… ¡a los 42 del ST! Nadie entendía nada. Pero Nimo tomó la pelota y enfiló para el túnel. A la semana siguiente, Vélez venció 4-2 a Racing y se quedó con el título que Nimo le robó a River. El Colegio de Arbitros lo suspendió por 30 días y, a su regreso, lo designó para partidos de poca monta en los dos años siguientes. Pero su carrera había terminado cuando decidió ignorar el manotazo más burdo de la historia del fútbol argentino.
Por Elias Perugino
Fotos: Archivo El Gráfico.