¡Habla memoria!

1964. Independiente, la primera vez

60 años atrás, el Rojo lograba lo que ningún otro equipo argentino hasta el momento: ganar la Copa Libertadores. El festejo de Decaría, Bernao, D’Ascenzo, Maldonado, Mario Rodríguez, Toriani, Ferreiro y Santoro.

Por Redacción EG ·

12 de agosto de 2024

INDEPENDIENTE, DUEÑO DE AMÉRICA


Realidad de una esperanza. Culminación de un esfuerzo. Júbilo de Consagración. Ejemplo para futuros campeones.
 

Ya culminado el esfuerzo de muchos meses de intensa preparación (prácticamente desde que bajó el telón sobre el último partido de 1963) para luchar por la Copa Libertadores de América.

La esperanza que se puso en marcha durante el torneo cuadrangular de Santiago de Chile (primeros triunfos importantes en el campo internacional, durante la temporada veraniega) y que cobró altura aquella noche de febrero en que el Santos fue barrido de la cancha, goleado y aniquilado, se ha concretado en realidad.

Lo que nuestro fútbol alcanzó a pregustar un año antes, a través de Boca Juniors, se ha hecho jubilosa consagración por conducto de Independiente: un equipo argentino ha ganado por primera vez la Copa americana de clubes campeones.

Ese fue el significado y esa es la verdadera, la única dimensión de la fiesta de luces, color, vibración y festejo vivida el miércoles en Avellaneda. 


SÍNTESIS

INDEPENDIENTE 1 – NACIONAL 0

Jugado en Independiente (12-8-64).

Segunda final de la Copa Libertadores de América.

Recaudación: $14.248.950.-.

Juez: Dimas Larrosa (paraguayo).

INDEPENDIENTE: Santoro; Guzmán, Rolan; Ferreiro, Acevedo, Maldonado; Bernao , Prospitti, Suárez, Rodríguez, Savoy.

NACIONAL: Sosa; Ramos, Méndez, Eliseo Álvarez, Baeza, Emilio Álvarez, Oyarbide, Douksas, Jaburú, Domingo Pérez, Urruzmendi (Bergara).

GOL: Mario Rodríguez (35’).

Imagen ¡Dale Rojo!...gritan en el vestuario campeón Decaría, Bernao, D’Ascenzo, Maldonado, Mario Rodríguez, Toriani, Ferreiro y Santoro.
¡Dale Rojo!...gritan en el vestuario campeón Decaría, Bernao, D’Ascenzo, Maldonado, Mario Rodríguez, Toriani, Ferreiro y Santoro.

 

LA FIESTA


No intentaremos recurrir al uso de los adjetivos de siempre. Sólo cabe la sencilla magnitud de una palabra: FIESTA. Eso fue lo que significó la noche de Avellaneda. Gente, gente por todas partes. En la tribuna repleta, en la platea sin huecos, en los pasillos., nada más que gente y más gente apretada, que tenía o no tenía nada que ver con Independiente. Que se olvidó de la casaca roja para gritar ¡ARGENTINA! en un coro generoso, nacido de una complicidad espontánea, natural, que brotó sin que nadie pensara en el GRAN ECO que brotaba de todas partes, de todos los rincones, de la tribuna, de la platea...

¿Para qué todos los adjetivos de siempre? FIESTA es la inmensa síntesis que permite calificarlo todo, que permite resumirlo todo en la palabra breve, muy breve, que encierra la gran pintura de gente, gente, gente, canciones, cielo con luces de colores, sonrisas, lágrimas y gente que se estrecha con el desconocido que también siente la necesidad de estrecharse... Porque ES FIESTA, PORQUE TODOS ESTÁN DE FIESTA... No solamente las 80.000 personas que vieron el encuentro. La fiebre llegó a todos los rincones del país.


*Cronicas extraídas de la edición de El Gráfico del 19 de Agosto de 1964