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UN TECNICO PICANTE

No conforme con su gigantesco fracaso en Boca, Ricardo La Volpe sigue salpicando de odio al plantel, a sus antecesores y a sus sucesores.

Por Elías Perugino ·

08 de abril de 2008

 
 
“Para dirigir a Boca tenés que ser un técnico light”, disparó Ricardo La Volpe desde México, todavía herido tras haber sido el máximo responsable de uno de los fracasos más rotundos de la historia xeneize, al perder ese Apertura 06 que parecía ganado y que finalmente atrapó el Estudiantes del Cholo Simeone.
 
Repasemos. La Volpe heredó una maquinita de Alfio Basile –cinco títulos jugados, cinco ganados- y la desmanteló en tiempo récord: 88 días. Tomó un equipo que jugaba de memoria y que eslabonaba 12 victorias consecutivas y le quiso modificar la partitura en un abrir y cerrar de ojos. “Sería una locura tratar de imponer cambios profundos”, sostuvo antes de asumir, pero a los 35 minutos del primer tiempo de su partido debut -aquel amargo 0-0 ante Godoy Cruz- los suplentes ya hacían calentamiento a un costado de la cancha, preámbulo del cambio de nombres y sistema para el complemento.
 
A La Volpe le faltó inteligencia y sentido común para mantener un rumbo. Paciencia para meterse en el bolsillo ese título que parecía seguro e introducir sus conceptos en la siguiente pretemporada, con tiempo para bajarle línea a un plantel que, de Bianchi a Ischia, siempre ha dado muestras de predisposición para el trabajo.
 
La Volpe desordenó lo que funcionaba aceitadamente. Trastocó los roles de varias figuras del equipo y les limó la confianza. Mandó a la parrilla a pibes como Cahais y Franzoia, sobrecargándolos con responsabilidades para las que todavía no estaban horneados. Subestimó la inteligencia de los referentes, que se sometieron a sus órdenes luego de remarcarle sus desacuerdos en charlas privadas. Y se negó a consensuar sus ideas con las características de los jugadores que componían el plantel, sin dudas la raíz del fracaso. No supo leer el contexto y la materia prima de la que disponía.
 
Un año y medio después de su catarata de errores, La Volpe sigue derramando la lava de su odio, esta vez salpicando a Ischia, pero también a otros entrenadores prestigiosos que manejaron a ese grupo y lo encaminaron para lograr 16 títulos en diez años. Una falta de respeto total para profesionales como Carlos Bianchi, Oscar Tabárez, Alfio Basile, Miguel Brindisi, Jorge Benítez y Miguel Angel Russo. Si ellos son light y La Volpe transita la otra vereda, podría inferirse que el Bigotón es un técnico picante. Tan picante como esos ajíes que patean el hígado y son muy populares en México…