DIEGO SCHWARTZMAN Y UNA VICTORIA REPLETA DE RAREZAS
El Peque se impuso 7-6 (5), 4-6 y 6-2 ante Gael Monfils en un partido que se quedó sin el sistema que reemplaza a los jueces de línea y en el que debió tolerar algunos comentarios de Bresnik, el coach del francés. Además hubo discusiones y mareos.
DIEGO SCHWARTZMAN ganó este jueves uno de los mejores partidos de la temporada: derrotó 7-6 (5), 4-6 y 6-2 al francés Gael Monfils (21°; ex 6°), después de dos horas y 31 minutos, y pasó a cuartos de final del ATP 500 de Viena, pero la disputa entre ambos tuvo de todo: discusiones, interrupciones, mareos y reclamos.
El Peque inició con un quiebre a favor y se puso rápidamente 3-1 arriba, pero sucedió algo fuera de lo común: en el 15-15 el partido se quedó sin el sistema virtual que reemplaza a los jueces de línea desde la llegada de la pandemia y despertó la queja del argentino.
“Es increíble que tengamos que parar porque no hay sistema”, le reclamó al umpire brasileño Carlos Bernardes. El parate duró unos minutos pero sirvió para que Monfils se recuperara, enfriara el momento del Peque y encontrara otra vez un marcador más amigable.
Schwartzman se llevó un intenso primer set que duró más de una hora y, cuando promediaba el segundo, tuvo un cruce dialéctico con Gunter Bresnik, el entrenador de Monfils, que hacía comentarios que lo molestaban. Mientras, en el box del francés, tras el reclamo del Peque, negaban haber hecho algo malo. Lo más extraño es que Schwartzman tiene buena relación con Bresnik, el ex entrenador de uno de sus mejores amigos del circuito, Dominic Thiem.
"Es tan estúpido. No deja de mirarme", disparó el argentino contra el coach. “Si alguien molesta, lo podemos sacar de la cancha", le dijo Bernardes.
Después, como si fuera poco, una alcanzapelotas se descompuso y debió abandonar la cancha para recibir atenció médica, por lo que el partido estuvo otra vez detenido en el 4-2 del segundo parcial, manga que finalmente se llevó el francés.