Tenis

EL DRAMA DE PHILIPPOUSSIS: "TUVE QUE PEDIRLES COMIDA A MIS AMIGOS"

Finalista del US Open y de Wimbledon, el ex tenista australiano relató sus peores momentos signados por la depresión y los problemas económicos.

Por Redacción EG ·

29 de septiembre de 2021

MARK PHILIPPOUSSIS llegó a ser uno de los tenistas más destacados del mundo. Número ocho del ranking ATP en 1999, el talentoso australiano llegó a jugar dos finales de Grand Slam: en el US Open 1998 cayó 6-3, 3-6, 6-2 y 6-0 ante su compatriota Patrick Rafter y en WImbledon 2003 perdió 7-6 (5), 6-2 y 7-6 (3) contra Roger Federer, en el que fuera el primero de los 20 grandes que ganaría el suizo en su carrera.

Para alcanzar el éxito, sin embargo, su familia lo dejó todo y, tiempo después, los malos manejos económicos y las constantes lesiones lo llevaron a atravesar los peores años de su vida. Hoy, con 44 años, es protagonista del reality SAS Australia, el lugar en el que relató sus experiencias más dolorosas.

"Tenía el sueño de convertirme en un tenista profesional y mi familia puso todo en juego. Mi padre tenía un buen trabajo en un negocio bancario y renunció porque dijo que quería ayudarme a cumplir mis sueños; dejó los suyos y trabajé muy duro para cumplir los míos", expresó Philippoussis.

El australiano contó que, en la cúspide, todos le decían que ahorrara para "un día lluvioso", pero no lo hizo. Y cuando aparecieron algunas lesiones lo sufrió: "Sentís que sos débil cuando te lesionás pero no podés pensar de esa manera porque tenés que seguir adelante, tenés que recuperarte bien. Estuve afuera unos meses. No podía permitirme mucho: tuve que pedirles a mis amigos que compraran comida".

Philippoussis, en efecto, la pasó mal: "Comíamos pasta de repollo los siete días de la semana; hasta se convirtió en una de mis comidas favoritas. Mi madre decía que era comida de pobres porque es muy simple. Me sentí muy avergonzado porque ellos me dieron su sueño y mi responsabilidad era cuidarlos. Estaba en un lugar oscuro y deprimido. No hay mayor dolor que ver a mis seres queridos sufrir por mis actos".

Para poner en contexto el campeón del Masters de Indian Wells 1999 no tuvo inconvenientes en admitir que, cuando estaba en lo más alto, se había convertido en una persona ostentosa. En 2003, por caso, compró un Dodge de nada menos que cien mil dólares por no tomar un taxi y vendió el auto al día siguiente.