Tenis

ROLAND GARROS: NOVAK DJOKOVIC, EL CAMPEÓN DE LOS TIEMPOS

El serbio levantó dos sets de desventaja ante Tsitsipas y se impuso 6-7 (6), 2-6, 6-3, 6-2 y 6-4, con épìca, para levantar su segunda Copa de los Mosqueteros. Con 19 Slams, quedó a uno del récord de Federer y Nadal.

Por Pablo Amalfitano ·

13 de junio de 2021

NOVAK DJOKOVIC se consagró en Roland Garros y concretó una conquista que puede cambiar la historia para siempre. Después de haber dado el batacazo mayor nada menos que ante Rafael Nadal, en su propia casa, el número uno del mundo respondió al llamado de los tiempos y se impuso en una final para la posteridad, con la épica que requieren las hazañas de este calibre: después de perder los dos primeros sets, casi sin atenuantes, derrotó 6-7 (6), 2-6, 6-3, 6-2 y 6-4 a Stefanos Tsitsipas y levantó su segunda Copa de los Mosqueteros.

La nueva conquista del serbio en París arroja un cambio de paradigma para el futuro próximo: con el 19º título de Grand Slam en sus vitrinas, sólo lo separa uno para igualar el récord absoluto del tenis masculino en manos de Roger Federer y el propio Nadal. La pelea por perdurar a lo largo de las décadas sigue su rumbo y Djokovic tiene una posición inmejorable para terminar por encima del resto. Su trabajo en pos de la lucha máxima ya comenzó: este domingo, con un nuevo título grande, se convirtió en el primer hombre que gana al menos dos veces cada torneo de Grand Slam desde el inicio de la Era Abierta, en 1968.

Dos trofeos en Roland Garros, después del que ganara en 2016; nueve en el Abierto de Australia; cinco en Wimbledon; y tres en el Abierto de Estados Unidos. Todas esas coronas brillan en las vitrinas del jugador que puede reescribir los libros de historia. La última de ellas, con tintes de proeza, porque el talentoso Tsitsipas no le había dejado posibilidad en los dos primeros parciales. El partido era del griego; el desarrollo parecía tener un solo final. Los grandes campeones, sin embargo, sacan lo mejor en partidos a cinco sets.

Tsitsipas, que había asomado como un gran candidato tras consagrarse en el Masters 1000 de Montecarlo y en el torneo de Lyon, confirmó lo que se esperaba de su tenis en París, porque es uno de los jugadores más fuertes sobre canchas lentas. No le alcanzó para sacar al mejor, a quien dominó durante la primera mitad del partido pero nunca estuvo realmente cerca del triunfo. Después de los dos primeros parciales, Djokovic fue al vestuario y, al regresar, su rostro indicaba un cambio de aire. El campeón estaba de regreso y tenía intenciones de comenzar la cacería.

Las leyendas muestran los dientes cuando la historia está enfrente. El número uno del mundo, el mejor del momento, ya no tuvo compasión por su rival y resucitó la versión imbatible del tenista que desquició a Nadal dos días antes, en el que fueraq probablemente el golpe más grande de este deporte. Porque haber derribado al monstruo en su reinado requería sellar el objetivo para revalidarlo, algo que no había podido lograr en 2015, cuando superó al español en los cuartos de final y luego sucumbió en la definición ante un genial Stanislas Wawrinka.

Ahora, sin dudas, Djokovic irá por todo. Wimbledon. Los Juegos Olímpìcos de Tokio, el único título grande en singles que todavía no figura en su mesa de trofeos. El US Open. El Campeonato de Maestros. El número uno de fin de año. Federer elige las batallas y disparará una última bala en Wimbledon; Nadal, después de despedirse de Roland Garros, recordó que tiene 35 años y puso en duda su participación en el All England. Todo está dado para el serbio. Los números no mienten.