Primera División

La semana redonda de River y el once de memoria que precisaba Gallardo

El Millonario se quedó con el Superclásico ante Boca y cerró su mejor seguidilla de partidos del año.

Por Juan Más ·

28 de abril de 2025

MARCELO GALLARDO CELEBRÓ A LO GRANDE el triunfo de este domingo sobre el rival de toda la vida ante un Monumental colmado.

Fue un desahogo importante en medio de un semestre irregular, con pocas derrotas, es cierto, pero con rendimientos no del todo convincentes en relación a las herramientas que tiene a su disposición y al gasto invertido.

Sin embargo, River cerró "una semana redonda", según las propias palabras de su técnico en la conferencia de prensa posterior al triunfo 2-1 sobre Boca, que incluyó la goleada 3-0 sobre Gimnasia en el Bosque con la clasificación a octavos en el Apertura, el empate en la altura de Quito tras irse 0-2 al descanso y la victoria superclásica.

River mostró en estos tres partidos cosas que le venían faltando: contundencia a la hora de la definición, reacción y sostener un rendimiento superior al de su rival hasta el final del partido.

Si bien está lejos de recibirse como un equipo consolidado, en esta semana redonda dio indicios de lo que quiere su técnico. Y River lo pudo plasmar, durante varios pasajes de los últimos partidos, en el verde césped.

Imagen Franco Mastantuono, con 17 años, es la figura del equipo.
Franco Mastantuono, con 17 años, es la figura del equipo.
 
Por otro lado, la noticia que todo el Mundo River celebró también es que Gallardo encontró el equipo: se enamoró de un 4-3-3 que le costó engranar porque le faltaban las piezas adecuadas y porque algunos rendimientos de ciertos intérpretes estaban bajos.

El sector fundamental de todo equipo, el que determina el funcionamiento del mismo, es decir, el mediocampo, jugó ante Boca su mejor partido del año cuando tuvo a sus tres piezas clave en cancha: Kevin Castaño, Enzo Pérez y Giuliano Galoppo.

Imagen El arribo de Castaño a River fue clave para el mediocampo millonario. Fotobaires.
El arribo de Castaño a River fue clave para el mediocampo millonario. Fotobaires.
 
Gallardo supo rodear a Enzo Pérez con dos internos que se sacrifican y que, además, saben con la pelota y cumplen la función a la perfección, tanto defensiva como ofensivamente.

Hasta el momento del cambio de Galoppo, River fue amo y señor de esa zona del campo, y se jugó a lo que quiso la banda roja. Con la salida del ex São Paulo y el ingreso de un desconocido Maxi Meza, Gallardo dispuso de un 4-2-3-1 y su equipo se desequilibró.

Por otro lado, levantaron sus niveles dos jugadores de jerarquía que River necesitaba: Marcos Acuña y Sebastián Driussi. El Huevo mejoró en la marca y fue decisivo en ataque, mientras que el ex Austin comenzó a hacer goles importantes.

Centro de Acuña, gol de Driussi. Gallardo recuperó dos futbolistas de nivel.
Entonces, Gallardo ya tiene el once de memoria: al equipo que jugó el domingo contra Boca, solamente le faltó Paulo Díaz (lesionado). Cuando vuelva el chileno, seguramente saldrá Germán Pezzella, pero la base es esta.

Ahora que encontró el funcionamiento y a sus intérpretes, para consolidarse como un buen equipo, River necesita sostener este nivel por un largo período de tiempo, sino, simplemente, se habrá tratado de una semana redonda.


Foto de portada: Conmebol