El yin y el yang de Vélez: casi último en primera, líder en reserva y un DT que asumió y no fue presentado
La dicotomía de un desconocido Fortín: en la Liga Profesional lo amenaza el descenso y en Reserva es casi campeón. Sebastián Méndez ya asumió como DT sin ser anunciado oficialmente.
VÉLEZ vive un mal presente futbolístico que además es muy prolongado: lleva 13 partidos sin ganar y el equipo no pudo hacer pie con ningún entrenador en los últimos seis meses: de la salida de Alexander Medina, que llegó a semifinales de Libertadores pero logró muy pocos puntos en la Liga Profesional, hubo un salto al sempiterno ídolo Ricardo Gareca, que a pesar de su inmensa espalda en Liniers, se fue después de 12 partidos porque no le encontró la vuelta al equipo.
El interinato de Marcelo Bravo no funcionó y sorpresivamente Sebastián Méndez pegó un portazo en su exitoso Unión y desembarcó en Liniers para darle una mano al club del que es hincha.
Es raro ver a Vélez sufrir tantos problemas en el plano futbolístico y tomar decisiones reñidas con su habituales formas de acción. No menos extraño es que este martes ya esté en ejercicio de funciones sin siquiera ser anunciado por el club de forma oficial.
Desde el domingo pasado, cuando el Gallego se desvinculó del Tatengue, no hubo ningún tipo de comunicación oficial de Vélez que hablara de la llegada del nuevo técnico: ni en el sitio web, ni en las cuentas de Twitter o Instagram, canales habituales para difundir información.
Con apenas tres ensayos, este viernes tendrá su primera prueba de fuego en el Amalfitani ante Arsenal, que también está en el fondo de las posiciones.
Bravo, por su parte, volvió a su puesto de conductor de la tercera, que este martes venció a Arsenal por 1 a 0 y se encamina de forma inexorable al título: tiene 53 puntos y le lleva 10 a Racing, su perseguidor, con 5 partidos por jugar.
Paradojas de un Vélez desconocido: casi campeón en Reserva y amenazado por el descenso en Primera.
En el plano institucional y después de un par de manifestaciones de hinchas en la sede pidiendo renuncias por parte de la comisión directiva, la crisis sumó otro capítulo con la dimisión de María Eugenia Passarello, vocal titular 3, quien afirmó que el vocal titular número 1, Rodrigo Rapisarda, hijo del presidente, "nunca supo cumplir su función, hizo uso de su apellido". También renunció el vocal suplente 1, Darío Ricciardelli.